miércoles, 26 de mayo de 2010

Juan José Tamayo, teólogo y escritor: "El Papa debe hacer una limpieza en la Iglesia"


Inés Gallastegui (El Ideal)

El fundador de la Asociación Juan XXIII defiende el diálogo entre cristianismo e islam hoy en Granada
El teólogo Juan José Tamayo ofrece esta tarde una conferencia en la Fundación Instituto Euroárabe de Educación y Formación de Granada en la que defenderá la hermandad entre el cristianismo y el islam.

En esta entrevista, se muestra «escéptico» ante la Ley de Libertad Religiosa que prepara el Gobierno de Zapatero, propone una Teología de la Liberación «islamo-cristiana» y critica la actitud de la jerarquía ante al escándalo de los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes católicos.

-Su defensa de un diálogo entre cristianismo e islam ¿está en la línea de la Alianza de Civilizaciones?

-El proyecto de Alianza de Civilizaciones no debe descuidar el diálogo entre religiones. Hay que pasar de las guerras de religión a una sociedad intercultural, interreligiosa, interétnica e interlingüística. La Europa del siglo XXI no puede construirse con actitudes islamófobas ni antisemitas. Sin embargo, seguimos instalados en esos dos mitos medievales.

-Su libro sobre el islam ha sido bien recibido por el islamismo moderado. ¿Y en el mundo cristiano?

-Entre los musulmanes de la corriente euroislámica y reformista, entre las feministas, el libro ha sido acogido con verdadero aplauso y un deseo de trabajar conjuntamente. Dentro del sector cristiano, ha sorprendido mi propuesta de la construcción de una teología islamo-cristiana de la liberación. Esa propuesta va a estar muy presente en el Foro Mundial de Teología y Liberación y en el Foro Social Mundial de Dakar 2011.

No es un diálogo de sobremesa para hablar de lo divino y lo humano, para hacer un retrato robot de Dios; es un diálogo desde la perspectiva de la liberación de los marginados, en el que activemos las mejores tradiciones del islam y el cristianismo en favor de la igualdad, la emancipación, la lucha por la paz y la defensa del medio ambiente.

-La defensa del islam como religión tolerante choca con la realidad de países islámicos no democráticos, mujeres sometidas y sin derechos, fanatismo terrorista…

-El hecho de tender puentes de diálogo no implica una aceptación acrítica. Hay que reconocer que dentro del mundo musulmán se transgreden los derechos humanos de manera grave; hay situaciones en las que las mujeres son discriminadas; donde no hay una separación entre religión y política, y eso son carencias muy importantes en los países de mayoría musulmana de régimen confesional.

Pero Turquía es una república laica, y el país con más población musulmana es Indonesia, una democracia. La razón de esas carencias se debe a regímenes políticos con una estructura dictatorial, pero el islam no es contrario a los derechos humanos. El Corán formula una de las primeras declaraciones de libertad de conciencia. Igual que los líderes de las primeras comunidades cristianas, los primeros califas fueron elegidos en procesos democráticos.

-En Granada se celebra la Toma de la ciudad por los Reyes Católicos. Muchos consideran que los árabes ‘ocuparon’ la Península ocho siglos…

-Me parece una aberración. Las fiestas de moros y cristianos, las efemérides de la conquista, falsean la historia de España, que se caracteriza por la diversidad religiosa y cultural.

-¿El velo es expresión de fe o símbolo de sometimiento machista?

-El significado depende de la persona que lo lleve, pero me parece que los no musulmanes no estamos legitimados para darle un significado a una prenda que responde a una tradición cultural. En los conflictos de personas que insisten en llevar el velo, no me parece que sea una imposición de los padres o los maridos ni un símbolo de sumisión, sino todo lo contrario: de afirmación de su cultura y de sus creencias.

-¿Deben prohibirse los símbolos religiosos en las escuelas y otros ámbitos públicos?

-Absolutamente. Todos los símbolos religiosos deben desaparecer del espacio público, y de manera especial en las ceremonias en las que toman posesión cargos públicos. Pero eso es muy distinto a que la persona individual pueda llevar un crucifijo o un velo.

-¿Qué espera de la Ley de Libertad Religiosa que prepara el Gobierno?

-Soy bastante escéptico, porque van a construir la casa empezando por el tejado. No puede haber una ley de libertad de conciencia que reconozca la igualdad entre todas las religiones ante la ley mientras se mantengan los acuerdos con la Santa Sede, el Concordato de 1979, que llena a la Iglesia católica de privilegios económicos, beneficios fiscales, ventajas educativas, prioridades en el campo de la representación, reconocimiento jurídico del matrimonio…

-¿Qué tiene que decir la Teología de la Liberación en esta crisis del capitalismo?

-Tiene que decir: «Os lo advertimos y no hicisteis caso». La Teología de la Liberación, desde finales de los 60, y los movimientos alterglobalización, desde mediados de los 90, vienen denunciando la voracidad del neoliberalismo. Las propuestas de una sociedad igualitaria, solidaria, justa y fraterna no se han tenido en cuenta y de ahí que estemos en esta situación dramática. La Teología de la Liberación es la voz de los sin voz; una voz que, como la de San Juan Bautista, clama en el desierto.

-El poeta nicaragüense Ernesto Cardenal está estos días en Granada. Ayer declaraba que Dios hizo a los hombres socialistas para que crearan una sociedad perfecta sin propiedad privada…

-El cristianismo en sus orígenes, como el islam, es claramente contrario a la acumulación que genera pobreza, miseria y marginación. Para las dos religiones, el gran pecado no es el ateísmo o la increencia, sino la idolatría, el adorar al ídolo capital.

Escándalo en la Iglesia
-Ha acusado al Papa de proteger a los sacerdotes pederastas y ha sugerido que su actuación podría ser perseguible penalmente.

-Sí. Los últimos 70 años de la historia de la Iglesia han sido los de dos silencios ominosos: el silencio de Pío XII sobre el Holocausto y el silencio de todos los papas, desde Pío XII hasta el actual, ante los crímenes que sacerdotes, religiosos y laicos dependientes de organizaciones eclesiásticas han ejercido contra personas indefensas, abusando de su cargo, defraudando la confianza del pueblo que les entregó a sus hijos para que los formaran.

Ese silencio les convierte en cómplices. Igual que hay crímenes contra la Humanidad que no prescriben, los culpables de estos casos de pederastia tienen que ir a tribunales penales internacionales y los presuntos responsables o cómplices, también, como cualquier ciudadano. ¿Por qué el Papa no va a ir al tribunal, igual que han ido presidentes de gobierno y jefes de Estado? Ningún ciudadano tiene protección divina para librarse de la justicia.

-Benedicto XVI descartó el martes la teoría de la conspiración, hizo autocrítica y admitió que el mayor enemigo de la Iglesia no está fuera, sino dentro. ¿Demasiado tarde?

-Son palabras que hay que aplaudir y exigir que se cumplan; que a la vuelta del viaje a Portugal lleve a cabo una limpieza evangélica de la Iglesia. Es demasiado tarde. Fíjese en todos los sufrimientos que se podían haber evitado si estas medidas se hubiesen tomado hace 40 ó 50 años. No sólo la violencia física o sexual, sino los traumas psicológicos, el hundimiento de muchas vidas… Benedicto XVI no puede salir indemne de esta crisis a la que ha contribuido: lleva en la Curia 28 años y él mismo firmó un decreto que imponía silencio a los pederastas y a las víctimas, incluso con amenaza de excomunión a quien revelase esos secretos.

-¿Qué ocurrirá en la Iglesia española cuando empiecen a salir a la luz los cientos o miles de casos de abusos sexuales a menores que probablemente han ocurrido durante décadas en instituciones religiosas protegidas por la dictadura franquista?

-En el caso de España no es sólo el blindaje de la jerarquía que ha protegido estos casos, sino la propia dictadura. No sé qué pueda pasar; lo que querría que pasara es que colaborasen en el esclarecimiento de todos los casos. Lo primero que deberían hacer es sacar toda la información que tienen en los cajones, que es mucha. Eso sería un extraordinario servicio a la Iglesia. Y establecer, sin saña, las sanciones previstas.

-En 2003 el Vaticano censuró una de sus obras, ‘Dios y Jesús’. ¿Cómo son sus relaciones actualmente?

-Inexistentes. Soy un profesor universitario que estudia el cristianismo desde una perspectiva científica y crítica. Intento ser fiel a mis investigaciones, sincero para con Dios y honesto con la realidad. El Vaticano no me preocupa.

Fuente: REDES CRISTIANAS
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