lunes, 1 de noviembre de 2010

Benedicto XVI: un enemigo de la humanidad.


Por Richard Dawkins.

Londres.

En Londres, el 18 de setiembre, se realizó una manifestación en contra la visita papal reuniendo unas 15.000 personas. Entre los oradores estuvo el científico británico Richard Dawkins, 69 años, estudió en Oxford, es un biólogo evolucionista, conocido defensor del ateísmo y autor de 10 libros. El último es Evolución. El mayor espectáculo sobre la Tierra. En su extensa disertación fundamenta distintos aspectos de su pensamiento. En la parte final efectúa una fuerte crítica al actual Papa que PE/Ecupres publica textualmente.

Joseph Ratzinger es un enemigo de la humanidad.

Es un enemigo de los niños, ya que ha permitido que sean violados y ha alentado la infección de sus mentes con la culpa. Está vergonzosamente claro que la iglesia está menos preocupada por colocar a los niños a salvo de violadores que por salvar almas sacerdotales del infierno. Y que su preocupación principal consiste en salvar su propia reputación a largo plazo

Es un enemigo de las personas gay, ya que ha descargado sobre ellos el tipo de intolerancia que su iglesia solía reservar a los judíos.

Es un enemigo de las mujeres, ya que las mantiene apartadas del sacerdocio como si el pene fuera una herramienta esencial para cumplir con los deberes pastorales ¿A qué otro empleador se le permitiría discriminar en razón de sexo, sobre todo tratándose de un empleo que de forma manifiesta no requiere fuerza física ni otra cualidad que sólo se suponga a los varones?

Es un enemigo de la verdad, ya que propaga mentiras descaradas sobre la inutilidad de los condones contra el SIDA, especialmente en África.

Es un enemigo de la gente más pobre del planeta, ya que la condena a tener familias numerosas que no pueden alimentar y, con ello, a la esclavitud de la pobreza permanente. Una pobreza que casa mal con las obscenas riquezas del Vaticano.

Es un enemigo de la ciencia, ya que obstruye investigaciones vitales como las de las células madre, no con argumentos morales sino con base en supersticiones pre-científicas.

Y aunque es lo menos grave desde mi punto de vista, Ratzinger es incluso un enemigo de la propia iglesia de la Reina, ya que de manera arrogante ha asumido el desprecio de su antecesor por las órdenes anglicanas, considerándolas “absolutamente nulas y vacías”, al tiempo que trata de reclutar furtivamente vicarios anglicanos para apuntalar su propio penoso y decadente panorama sacerdotal.

Finalmente, y quizás es lo que más me preocupa personalmente, es un enemigo de la educación. Dejando de lado el duradero daño psicológico causado por la culpa y el miedo y que han hecho infame a la educación católica en todo el mundo, Ratzinger y su iglesia alimentan una perniciosa doctrina educativa: pretender que la evidencia constituye una base menos confiable para creer en algo que la fe, la tradición, la revelación y la autoridad, sobre todo su autoridad.+ (PE)

Distribuyó También Somos Iglesia de Chile el 26 de octubre de 2010.

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Fuente: ECUPRES

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