sábado, 16 de abril de 2011

Argentina: Prisión Perpetua para Patti.




Por Aníbal Sicardi.

El represor y torturador Luis Abelardo Patti fue condenado a prisión perpetua junto con otros, entre ellos el ex presidente de facto Reynaldo Bignone y el general retirado Omar Riveros, acusados por homicidios, secuestros y torturas cometidos durante la Dictadura de 1976. La sentencia será cumplida en cárceles comunes.

La de Patti fue la 204 condena por delitos de lesa humanidad. En espera hay 370 causas contra represores. El proceso de tratamiento contra los crímenes de lesa humanidad se aceleró desde 2003 con la particularidad de que se produce en distintas provincias. En este aspecto Argentina está a la vanguardia con respecto a otros países.

Luis Abelardo Patti, ex subcomisario, ex intendente, fue electo diputado en el 2005 pero la Cámara de Diputados lo impugnó y le quitó los fueros parlamentarios con los cuales quería zafar de su impiadoso y criminal accionar. El gobierno de 1993 lo nombró Interventor del Mercado Central. En 2009, desde la prisión, se propuso como diputado pero la justicia le prohibió ser candidato.

Tuvo razón Estela Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, al calificar esa jornada como “día histórico” y que “fortalece la democracia” Lo de Patti es emblemático por muchas circunstancias. Entre ellas, que si bien actuó como militar asesino, Patti no era militar sino miembro de la policía. Tal vez sea el pequeño paso hacia el juzgamiento de los civiles responsables de la Dictadura del 76. Por otro lado, lo de Patti es un engarce importante en la consolidación de la democracia en Argentina.

En esta oportunidad que se sentencia al 204 de los muchos responsables de la larga noche argentina, vale reproducir lo que comenta Rodolfo Mattarollo, Embajador de Argentina a cargo de la Secretaría Técnica de Unasur en Haití, en su nota en Página 12, del 15 de abril, titulada Un claro Día de Justicia.

El excelente analista y calificado escritor finaliza su artículo con una anécdota.

“Fui testigo de un episodio fugaz que nunca olvidaré. Estaba yo en la larga fila de los que saludamos a Fidel Castro en la gran conferencia sobre la deuda externa realizada en La Habana en 1985. Me precedía en la fila la escritora y periodista Matilde Herrera, fallecida hace muchos años. Al darle la mano a Fidel dijo simplemente “soy la madre de seis desaparecidos”. Se refería a sus dos hijos varones y a su hija, al compañero de ésta y a las respectivas compañeras de los muchachos, todos ellos militantes del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), jóvenes veinteañeros, de una familia de prosapia en el caso de los hijos de Matilde, que habían elegido el camino revolucionario. Fidel le soltó las manos, juntó las suyas y dijo simple, inesperadamente, casi con el aliento, ¨ ¡Ay, dios mío! Aquí termina esta sencilla historia”.+ (PE)

Fuente: ApiaVirtual

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario