martes, 30 de agosto de 2011

Los jueces, el infierno y las prostitutas.


Por Leonardo Belderrain, Teólogo, profesor de ética del Colegio de Martilleros de la Provincia de Buenos Aires

¿En el cielo hay prostitutas? ¿Por qué estarían primero en el reino de los cielos las prostitutas? ¿Sería porque la gente que en serio no es hipócrita, no juzga y deja vivir? Quien lo ve en el infierno a Zaffaroni ¿No está en el infierno? ¿Zaffaroni no creerá que ya vive en el cielo por lo que ha hecho por los pobres y no atiende con escrupulosidad sus negocios de la tierra? ¿Almacenar departamentos podrá mejorar la calidad de vida de los ministros? ¿Cuánto hay de negligencia, de responsabilidad ética o difamación en el tema de los alquileres de Zaffaroni?

Lilita, antes de las elecciones señaló que Zaffaroni debía cuidar más su vida privada y que no quería hablar más …….el progreso espiritual no es el correlato del poder político y no asombra que ahora Lilita, en una postura de mayor humildad, denuncie menos la impureza de los otros. Los argumentos de los denunciantes se referían a la “negligencia” del juez respecto del control de la administración de sus propiedades, mientras que otros apoyaban a Zaffaroni en su “amplia trayectoria ética y académica” y con la lógica del debido proceso, en el principio de inocencia.

Se sabe que mucha gente delega en inmobiliarias el alquiler y la administración de la propiedad pero lo que nunca se delega es el carácter de locador. El propietario del inmueble, sigue siendo corresponsable con aquél que debe auditar, a efectos de que se cumplan los fines para los que se alquila el inmueble. De allí que se requieran corredores inmobiliarios, para que los potenciales clientes puedan verificar con quien van a realizar un negocio. Ante una sospecha o denuncia, la inmobiliaria debe realizar una inspección y –en el caso de que se estén incumpliendo las condiciones del contrato se debe constatar cuál va a ser su uso y quiénes van a vivir allí.

Las actuales éticas ciudadanas se centran más en una moral de actitudes que en una ética de actos aislados y minimizarían los actos negligentes que pudo cometer el ministro de la corte. Optar por la teoría de la balanza en un platillo parece el camino correcto de la justica. En un lado del platillo se observa la trayectoria del doctor Zaffaroni como magistrado, como defensor de los derechos humanos, de las minorías étnicas, de los homosexuales, de los presos. Incluso muchos sacerdotes sabemos que pocas personas como el han ayudado a Clelia Luro y a Jeronimo Podestá (ex obispo de Avellaneda) a concretar sus sueños de tener un centro en Buenos Aires para curas casados y para todos los quieran desintoxicar a las iglesias locales del lastre que les deviene de erigirse a espalda de los excluidos.

En el otro extremo de la balanza puede haber actos que el mismo juez puede reconocer de negligentes pero que por lo visto no empañan la autoridad moral del ministro. Además se sabe que la obra académica de Zafaroni es reconocida en Argentina y en el extranjero. Como señala el jurista Mauro Donato, cualquier persona, medianamente inteligente, no va a desarrollar una actividad clandestina en un lugar de su propiedad y declarado.

Creo que hubo una clara intención de manchar a una persona independiente de las corporaciones y que también junto con Feinmann, son los formadores más prestigiosos de la intelectualidad progresista argentina. Que él haya explicado públicamente la situación y que él mismo haya iniciado las medidas para que haya desalojos no sorprende a nadie pero es cierto que eso no interesa a quienes lo acusan. Ayer, en el Cervantes, en un concierto en el que estaba el ministro y en el que había mucho público, un hombre del público le gritó: “Aguante señor juez, fuerza”. Se comenta que el público comenzó a aplaudir y a ponerse de pie al modo de “la sociedad de los poetas muertos” homenajeando al juez.

Lo mismo sucedió en la Plata en una charla de Feinmann. Si estábamos en épocas de la inquisición el poder de otrora lo hubieran mandado a la hoguera sin Lilitas que puedan ayudar en la prevención. Los que nunca ven la maldad de los que hacen campaña sucia y siguen pensando que el papá de Filmus trabajó en sueños compartidos me recuerdan la frase de Jesús: “vuestro problema es que dicen que ven pero no ven, por eso su pecado persiste”. Para la teología argentina El Zaffaroni gate sirve para comprender cómo las prostitutas están primeras en el reino de los cielos porque sólo pueden ser juzgadas por jueces y políticos improbos nunca por persona de la humanidad de Zaffaroni.

Fuente: Redes Cristianas

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