martes, 12 de marzo de 2013

Cónclave: Ratzinger ausente pero su influencia será poderosa.


A las 16:30 de la tarde del martes, los 115 cardenales convocados en el Vaticano darán comienzo a las votaciones para elegir Papa. Una elección impredecible y sin favoritos claros, según afirma la mayor parte de la prensa, que está realizando un seguimiento cercano del evento.

Algunos analistas destacan que en esta ocasión no hay una presencia tan fuerte como era la del gran teólogo Joseph Ratzinger, lo que abre mucho más el abanico de “papables” y por ello resulta complicado saber hacia dónde se van a dirigir los votos de los cardenales.

El experto en asuntos del Vaticano Leonardo de Chirico manifiesta su opinión al respecto en su artículo en el Magacín de Protestante Digital . “Hay espacio para las maniobras políticas y las sorpresas”, avisa De Chirico, sin dudar que la influencia de Ratzinger no se puede dejar de lado.

“Aunque ausente físicamente, su influencia será poderosa”, explica el experto. “Lo más probable es que ningún cardenal vote a alguno a quien el actual Papa no hubiese votado. Y también es improbable que el cónclave vaya a elegir a alguien que estuviera radicalmente apartado de la trayectoria de Ratzinger, puesto que él estará cerca durante y después del cónclave”.

Hay una evidencia que muestra la influencia del ex-Papa en el cónclave: casi la mitad de los 115 electores han sido nombrados en su etapa como dirigente de la Iglesia Católica.Es por ello que “sin votar y sin pronunciar ni una palabra, Benedicto XVI tendrá voz en la próxima elección”.

Otro aspecto importante que destaca De Chirico es que “el cónclave no se celebrará en la atmósfera emocional que sigue generalmente a los funerales del anterior Papa” por lo tanto la elección “será más cerebral que sentimental”.

“Resulta evidente – explica - que el debilitamiento de las condiciones de Ratzinger que le condujeron a su dimisión se aceleró por las luchas internas y las tensiones no resueltas en varios departamentos vaticanos. El cónclave tendrá que decidir que hacer ahora y el resultado podría ser sorprendente. Benedicto se rindió ante esta situación en punto muerto, pero el nuevo Papa tendrá que actuar”.

LOS NOMBRES QUE MÁS SUENAN

Desde varios medios de comunicación destacan dos figuras que partirían con “ventaja”. Una es el italiano Angelo Scola, arzobispo de Milán, del que afirma José Manuel Vidal en El Mundo que cuenta con apoyos entre los cardenales no italianos.

El nombramiento de un Papa sudamericano sería una novedad, pero no tanto una sorpresa, si se tiene en cuenta la figura de Odilo Pedro Scherer, que parece contar con el apoyo de la curia Romana. “Scola contaría en estos momentos con unos 40 votos, Scherer con alrededor de 30. Sin embargo, los dos estarían, al menos por ahora, muy lejos de las 77 papeletas necesarias para ser elegido Papa”, afirma Vidal en su artículo.

Leonardo de Chirico explica que Scola parece “la única opción” de un papa italiano, pero que podría pagar “el precio de un posible enfrentamiento” porque “la mayoría de los escándalos recientes (p.e., el Vatileaks y las opacas maniobras financieras del banco Vaticano ) tuvieron su origen en la curia romana”.

Los candidatos más sólidos de Ratzinger serían, según De Chirico, el Arzobispo de Québec, Marc Ouellet (68) y el Arzobispo de Viena, Christoph Schoenborn (68). Del canadiense se destaca su conocimiento de “la maquinaria vaticana” y su amplio conocimiento del catolicismo en el mundo. Schoeborn es un “teólogo brillante que denunció algunos de los silencios sobre el escándalo de los abusos sexuales. Su valiente exposición de este tema podría encontrar resistencia en ciertos círculos tradicionales”, dice De Chirico. En varios medios suena con fuerza el Arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan (63), que pertenecería también a este grupo de papables en la línea de Ratzinger.

Otros tres candidatos que aparecen con frecuencia son el cardenal Peter Turkson (65) de Ghana. Es el Presidente del Consejo Pontificio “Justicia y Paz” y una estrella en ascenso en los círculos vaticanos. Recuerda De Chirico que “en 2012, Turkson hizo levantar muchas cejas cuando lanzó un documento que evocaba la creación de una agencia global para presidir la economía mundial”.

Un Papa que rompería moldes sería el Arzobispo de Manila (Filipinas), Luis Antonio Tagle (56). “Este joven cardenal sonriente, aparentemente sencillo pero atractivo y encantador causó una positiva impresión en el último Sínodo de los Obispos para la Nueva Evangelización y atrajo inmediatamente comentarios afirmativos”, dice De Chirico.

¿QUÉ PREFIEREN LOS EVANGÉLICOS?

Hay tres claves que determinan las preferencias “evangélicas” para la elección del próximo Papa, según el experto, que admite que muchos evangélicos dirían “que el mejor Papa sería el que se declarara a sí mismo redundante, porque Jesucristo es el Señor de la Iglesia y el Espíritu Santo su único vicario”.

En primer lugar menciona que se prefiere un Papa que proceda de una nación en donde la Iglesia Católica no esté fuertemente ligada al poder político. “Donde la Iglesia Católico romana está fuertemente ligada al Estado en una posición privilegiada, los líderes tienden a tener una actitud más defensiva y una visión introspectiva. Por el contrario, donde la Iglesia Romana experimenta las tensiones y los esfuerzos de ser una institución religiosa en medio de otros movimientos y en el contexto de separación del poder político, la Iglesia tiene una actitud más positiva hacia el pluralismo religioso”, explica De Chirico.

En segundo lugar menciona que se prefiere un Papa consciente de la “compleja geografía de las iglesias cristianas” y que entienda los retos “de persecución, pobreza global y secularismo en Occidente, inquietudes comunes que permiten la conversación y cooperación entre los cristianos”.

En tercer lugar De Chirico apunta que los evangélicos desearían “un líder centrado en Cristo y en la Biblia, menos atraído por las tradiciones y las prácticas devocionales y más inclinado a fomentar el alfabetismo bíblico y la fe personal en Jesucristo”. En este sentido apuesta por una “reforma” o otras en palabras, “un Papa menos romano y más católico”. Si hay un candidato que “exista, pronto lo veremos”, concluye. Esta semana comienza la elección y en unos días la Iglesia Católica tendrá nuevo Papa.

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