lunes, 25 de marzo de 2013

Salvadoreños recuerdan a Monseñor Romero.


Andrés Honestin, sacerdote católico, encargado de la misa en la cripta en honor a monseñor Romero.

Alma Vilches

Redacción Diario Co Latino



En un ambiente de oración, reflexión, y una solemne eucaristía en la
 Cripta de Catedral, lugar donde reposan los restos de Monseñor Oscar
Arnulfo Romero, se recordó ayer el XXXIII aniversario del martirio del 
Obispo.

Flores de diferentes colores adornaron la tumba donde reposan los 
restos de Monseñor Romero, quien fue asesinado hace 33 años mientras
 celebraba una misa en la capilla del hospitalito de la Divina
Providencia.
En medio de un ambiente de injusticias, represión e incertidumbre,
 Monseñor Romero fue nombrado Arzobispo de San Salvador, el 3 de
febrero de 1977. El Obispo siempre tuvo una actitud de denuncia y veló por el
 cumplimiento de los derechos de los más necesitados, lo cual no fue
 del agrado de quienes ostentaban el poder en ese tiempo.
 La muerte de Monseñor Romero causó mucho dolor en el pueblo y un gran 
impacto en el mundo. 
De todos lugares llegaron muestras de solidaridad 
con la Iglesia y el pueblo salvadoreño. Él mismo dijo que si moría
 resucitaría en el pueblo salvadoreño, y año con año mucha gente lo
 recuerda y celebra el aniversario de su martirio.

Marino Samayoa Acosta, Subsargento de la sección II de la extinta guardia nacional, y miembro del equipo de seguridad del ex presidente de la República, coronel Arturo Armando Molina, fue el misterioso personaje que disparó contra Monseñor Óscar Arnulfo Romero.

Según la Comisión de la Verdad, el autor intelectual fue el mayor
 Roberto D´Aubisson, fundador del partido ARENA, junto a otros 
miembros de los Escuadrones de la Muerte. Hasta hoy nadie ha sido procesado por el asesinato del Monseñor, amparados en la Ley de Amnistía que fue emitida en 1993, la cual otorga el “perdón y olvido” de los casos de lesa humanidad y crímenes durante el conflicto armado. 

Durante la eucaristía de ayer el sacerdote Andrés Honestini dijo que 
esta celebración es doblemente especial, ya que el día del aniversario
 de la muerte de Monseñor Romero coincide con el Domingo de Ramos, que 
es el inicio de la Semana Santa, la cual culmina con la resurrección. 
“La Cripta es un lugar muy especial porque es el corazón de El 
Salvador, la presencia física y espiritual de Monseñor Romero es el gran corazón que bombea vida y esperanza a todo el país, porque
 Monseñor Romero es patrimonio de la humanidad”, expresó el padre
 Honestini.
El religioso aseguró que el Obispo mártir fue una persona libre, que
 podía ser tan extremamente en su denuncia y al mismo tiempo muy amable
 y misericordioso con todos, sin importar la condición social, 
económica, política o ideológica. 
“Después de 33 años su palabra, su testimonio continúa vivo, vibrando
entre nosotros, pudieron callar su boca, su cuerpo; más Monseñor 
Romero es mucho más que una persona, él es la expresión de un ideal,
 de un sueño por un país más humano y solidario. Monseñor Romero es la 
encarnación de un sueño que sigue vivo”, reiteró Honestini.


Por su parte, la diputada del FMLN, Nidia Díaz, manifestó que Romero
 sigue vivo y vigente, porque es parte de la historia del pueblo 
salvadoreño, ya que fue un elemento importante en la transformación 
del país.
“Desde que fue Arzobispo asumió una opción preferencial por los pobres
y oprimidos, pero sobre todo denunció la represión y trabajó en las 
comunidades, fue una persona que trabajó incansablemente por la paz
entre los salvadoreños”, puntualizó la parlamentaria.


Para la diputada Díaz, Monseñor Romero es un referente de lucha, quien
 defendió aun con su propia vida los intereses de los pobres y la clase 
trabajadora, por lo cual se le debe recordar como el guía y pastor del
 pueblo salvadoreño.




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