domingo, 30 de junio de 2013

Corrupción vaticana: por primera vez, la Iglesia no frena a la justicia italiana.

POR JULIO ALGAÑARAZ


Es un giro clave, alentado por el Papa argentino. El hecho permitió la caída, el viernes, de un jerarca de la curia.
La alianza de hecho entre el Papa argentino y la justicia italiana ha sido fundamental para destapar la olla podrida que existe dentro del IOR, el Instituto para las Obras de Religión, el banco del Vaticano. La nueva era de colaboración ha permitido el arresto–bomba de monseñor Nunzio Scarano, alto prelado al frente de una organización que a través de movimientos de cuenta ilegales en el IOR reciclaba dinero sucio y otras maniobras. Por primera vez no hubo clausuras que durante decenios impidieron a los magistrados averiguar cómo el banco vaticano violaba las leyes italianas amparándose en la extraterritorialidad de la Santa Sede.
La prensa difundió ayer las interceptaciones telefónicas y ambientales que demuestran cómo monseñor Scarano dirigía las maniobras que lo convirtieron en un rico propietario inmobiliario y de valiosas obras de arte, con cuentas bancarias millonarias.
Monseñor Scarano, arrestado el viernes junto con un espía de los servicios secretos y un intermediario financiero, había organizado una alianza con al menos 56 empresarios de Salerno, su ciudad, y en particular con la familia de armadores de naves de Paolo y Cesare D’Amico.
Los D’Amico tenían en cuentas suizas unos 40 millones de euros y Scarone organizó una expedición fallida con el agente secreto Giovanni Zito para que trajera en un avión privado, amparándose en la inmunidad de su cargo en los servicios de inteligencia, veinte millones de euros para su amigo Paolo D’Amico. La idea era hacer “desaparecer” la suma en una de las cuentas en el IOR de monseñor Sacarone.
Pero el intermediadio Givoanni Carenzio se tiró atrás cuando debía consignar la suma millonaria y Scarone debió pagarle igual los 400 mil euros de “honorarios” al espía 007 Zito.
El monseñor, que era jefe de contabilidad analítica de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede, se especializaba también en cambiar billetes de 500 euros en contante por cheques circulares de 10 mil euros que le entregaban los empresarios salernitanos e iban a parar a sus cuentas del IOR bajo el rubro “beneficencia”.
Durante meses la policía tributaria, la Guardia de Finanzas, armó el cuadro de la acción para reciclar dinero negro de monseñor Scarano escuchando las llamadas telefónicas o con interceptaciones ambientales.
Pero también su actividad ilegal le permitió comprar varios inmuebles. En esta fase aparece a los investigadores una variante inquietante. La Sacra Orden Militar Constantiniano de San Jorge, que se propone “la gratificación y propagación de la fe católica”. La preside el duque Carlo de Borbón de las Dos Sicilias y está llena de gente importante. Por ejemplo, en 2003, un cierto Silvio Berlusconi aparece iniciándose en la orden, junto con ministros, gobernadores regionales y, otros personajes. El más importante es Crescenzio Sepe, hoy arzobispo de Nápoles y antes “ministro” del Papa como titular de la congregación Propaganda Fide . Durante años, políticos y personajes influyentes compraron casas, apartamentos y palacios a precios de favor de esa congregación.
En pocas horas el nuevo escándalo del escandaloso IOR se ha hecho grande como una montaña.
Se esperan más arrestos y nuevas cabezas de responsables del banco Vaticano que rodarán. El Papa argentino tomó hace unos días, ya sabiendo la que se venía, la decisión de intervenir prácticamente al IOR nombrando una Comisión Referente de cinco expertos que en su nombre revisarán las cuentas y las operaciones del “banco de Dios”. Una decisión valiente del Papa Francisco que abrió las puertas a la justicia italiana. De par en par. Intereses muy grandes y peligrosos están ahora asediados dentro y en torno al torreón de Niccoló V, la sede del IOR.
Fuente: clarín.com

sábado, 29 de junio de 2013

Los Indignados de Brasil: La revuelta de los veinte centavos.


Raúl Zibechi


El aumento en el precio del transporte fue la brecha por la que se coló el profundo descontento que vive la sociedad brasileña. En apenas dos semanas las movilizaciones se multiplicaron: de 5 mil los primeros días a más de un millón en cien ciudades. La desigualdad, la falta de participación y la represión son los grandes temas.
Los abucheos y rechiflas dieron la vuelta al mundo. Dilma Rousseff no se inmutó, pero sus facciones denotaban incomodidad. Joseph Blatter sintió la reprobación como algo personal y se despachó con una crítica a la afición brasileña por su falta de fair play. Que la presidenta de Brasil y el mandamás de la FIFA, una de las instituciones más corruptas del mundo, fueran desairados por decenas de miles de aficionados de clase media y media alta, porque los sectores populares ya no pueden acceder a estos espectáculos, refleja el hondo malestar que atraviesa a la sociedad brasileña.
Lo sucedido en el estadio Mané Garrincha de Brasilia saltó a las calles, amplificado, el lunes 17, cuando más de 200 mil personas se manifestaron en nueve ciudades, en particular jóvenes afectados por la carestía y la desigualdad, que se plasma en los elevados precios de servicios de baja calidad, mientras las grandes constructoras amasan fortunas en obras para los megaeventos a cargo del presupuesto estatal.
Todo comenzó con algo muy pequeño, como sucede en las grandes revueltas del siglo XXI. Un modesto aumento del transporte urbano de apenas 20 centavos (de 3 a 3.20 reales, dos pesos uruguayos). Primero fueron pequeñas manifestaciones de militantes del Movimiento Pase Libre (MPL) y de los comités contra las obras del Mundial de 2014. La brutalidad policial hizo el resto, ya que consiguió amplificar la protesta convirtiéndola en la mayor oleada de movilizaciones desde el impeachment contra Fernando Collor de Melo, en 1992.
El viernes 7 de junio se realizó la primera manifestación en São Paulo contra el aumento del pasaje con poco más de mil manifestantes. El martes 11 fueron otros tantos, pero se quemaron dos autobuses. Las dos principales autoridades, el gobernador socialdemócrata Geraldo Alckmin, y el alcalde petista Fernando Haddad, se encontraban en París promoviendo un nuevo megaevento para la ciudad y tacharon a los manifestantes de “vándalos”.
El miércoles 12 una nueva manifestación se saldó con 80 autobuses atacados y ocho policías heridos. El jueves 13 los ánimos estaban caldeados: la policía reprimió brutalmente a los 5 mil manifestantes provocando más de 80 heridos, entre ellos varios periodistas de Folha de São Paulo. Un tsunami de indignación barrió el país que se tradujo, pocas horas después, en los abucheos contra Dilma y Blatter. Hasta los medios más conservadores debieron reflejar la brutalidad policial. La protesta contra el aumento del boleto convergió sin proponérselo con la protesta contra las millonarias obras de la Copa de las Confederaciones. Lo que parecían manifestaciones pequeñas, casi testimoniales, se convirtieron en una ola de insatisfacción que abarca todo el país.
Síntoma de la gravedad de los hechos es que el lunes 17, cuando se produjo la quinta movilización con más de 200 mil personas en una decena de capitales, los políticos más importantes del país, los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inacio Lula da Silva condenaron la represión. “Descalificarlos como vándalos es un grave error. Decir que son violentos no resuelve nada. Justificar la represión es inútil”, escribió Cardoso quien atribuyó las protestas al “desencanto de la juventud frente al futuro”.
Lula tuiteó algo similar: “La democracia no es un pacto de silencio, sino una sociedad en movimiento en busca de nuevas conquistas. La única certeza es que el movimiento social y las reivindicaciones no son cosa de la policía, sino de mesas de negociación. Tengo la certeza de que entre los manifestantes la mayoría están dispuestos a ayudar a construir una solución para el transporte urbano”. Además de desconcertar a las élites, los manifestantes consiguieron que se suspendieran los aumentos.

La sensación de injusticia

El transporte público en ciudades como São Paulo y Rio de Janeiro es uno de los más caros del mundo y su calidad es pésima. Un relevamiento del diario Folha de São Paulo analiza los precios del transporte público en las dos mayores ciudades del país respecto del tiempo de trabajo necesario para pagar un pasaje, en relación con el salario medio en cada ciudad. El resultado es catastrófico para los brasileños.
Mientras un habitante de Rio necesita trabajar 13 minutos para pagar un pasaje y un paulista 14 minutos, en Buenos Aires sólo se tiene que trabajar un minuto y medio, 10 veces menos. Pero la lista incluye las principales ciudades del mundo: en Pekín el pasaje equivale a 3 minutos y medio de trabajo; en París, Nueva y Madrid, seis minutos; en Tokio, nueve minutos, lo mismo que en Santiago de Chile. En Londres, una de las ciudades más caras del mundo, cada pasaje demanda 11 minutos de trabajo ( Folha de São Paulo, 17 de junio de 2013).
El periódico cita al ex alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, para ejemplificar lo que debería ser la democratización urbana: “La ciudad avanzada no es aquella en la que los pobres andan en auto, sino aquella en la que los ricos usan el transporte público”. En Brasil, concluye el diario, está sucediendo lo contrario.
En los últimos ocho años el transporte urbano en São Paulo se ha deteriorado según revela un informe de O Estado de São Paulo. La concesión vigente fue asignada durante la gestión de Marta Suplicy (PT) en 2004. El sistema de transporte colectivo creció de mil 600 a 2 mil 900 millones de pasajeros entre 2004 y 2012. Sin embargo, los autobuses en circulación descendieron de 14 mil 100 unidades a 13 mil 900. La conclusión es casi obvia: “Más gente está siendo transportada pagando un precio más caro en menos omnibus que hacen menos viajes” ( O Estado de São Paulo, 15 de junio de 2013). En cada unidad viaja 80 por ciento más de pasajeros.
Según la Secretaría Municipal de Trasportes de la ciudad, la mejora en la situación económica ha provocado un aumento de la cantidad de pasajeros pero, a su vez, los autobuses hacen menos viajes por el congestionamiento del tránsito, lo que inevitablemente “recae sobre los usuarios que sufren por la ineficiencia del sistema, con el aumento en el tiempo de los viajes”. Los costos también se han disparado por la ineficiencia que supone un mal aprovechamiento de la infraestructura.
Si a esto se suma el despilfarro que suponen las inversiones millonarias en las obras del Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos 2016, con su secuela de traslados forzados de pobladores, puede comprenderse mejor el malestar reinante. Los seis estadios que se inauguraron en la Copa de las Confederaciones insumieron casi 2 mil millones de dólares. La remodelación de Maracaná superó 500 millones y otro tanto el Mané Garrincha, una obra monumental con 288 columnas que le confieren un aspecto de “coliseo romano moderno”, según el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke. Todo ese dinero público para recibir un partido durante la Copa y siete en el Mundial.
Son recintos de lujo construidos por media decena de grandes constructoras, algunas de las cuales se adjudicaron también la administración de estas arenas donde se realizarán espectáculos a los que muy pocos tendrán acceso. El costo final de todas las obras suele duplicar los presupuestos iniciales. Aún faltan seis estadios que están en obras, la remodelación de aeropuertos, autopistas y hoteles. El BNDES acaba de conceder un préstamo de 200 millones de dólares para la finalización del Itaquerão, el nuevo estadio del Corinthians, donde se jugará el primer partido del Mundial 2014.
Cansados de pan y circo
La Articulación Nacional de los Comités Populares de la Copa difundió un informe en el que señala que en las 12 ciudades que albergarán partidos del Mundial hay 250 mil personas en riesgo de ser desalojadas, sumando las amenazadas por realojos y las que viven en áreas disputadas para obras (BBC Brasil, 15 de junio de 2013). Hubo casos en que una vivienda fue demolida con un aviso previo de sólo 48 horas. Muchas familias realojadas se quejan de que fueron trasladadas a lugares muy distantes con indemnizaciones insuficientes para adquirir nuevas viviendas, de menos de cinco mil dólares en promedio.
Para completar este panorama, sólo para la Copa de las Confederaciones se dispuso un operativo militar que supuso la movilización de 23 mil elementos de las tres armas que incluye un centro de comando, control e inteligencia. El dispositivo moviliza 60 aviones y 500 vehículos. La disputa del Mundial 2014 ha obligado a Brasil a construir 12 estadios, 21 nuevas terminales aeroportuarias, siete pistas de aterrizaje y cinco terminales portuarias. El costo total para el Estado de todas las obras será de 15 mil millones de dólares.
Ante semejante despliegue de gastos para construir recintos de lujo resguardados con máxima seguridad, el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas (CONIC) divulgó un comunicado en el que condena la brutalidad policial asegurando que lo sucedido el 13 de junio en São Paulo “nos remite a tiempos sombríos de la historia de nuestro país” (www.conic.org.br). El texto de las iglesias denuncia la falta de apertura al diálogo y asegura que “la cultura autoritaria sigue siendo una característica del Estado brasileño”.
Le recuerda al gobierno que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU acaba de hacer varias recomendaciones, entre ellas poner fin a la policía militar. La CONIC cree que la represión policial contra las manifestaciones es la misma de “los exterminios de jóvenes que suceden cotidianamente en las periferias de las ciudades”. Finaliza diciendo que los grandes eventos que sólo traerán más ganancias “al mercado financiero y a los mega conglomerados empresariales”. “No queremos sólo circo. Queremos también pan, fruto de la justicia social”.
Si este es el estado de ánimo de las iglesias, puede imaginarse cómo se sienten los millones de jóvenes que invierten dos horas en ir a trabajar, tres en retornar a sus casas “en ómnibus estúpidos y caros y enfrentan 200 kilómetros de congestionamiento”, como describe el escritor Marcelo Rubens Paiva ( O Estado de São Paulo, 16 de junio de 2013). Todos los paulistas saben que los ricos viajan en helicóptero. Brasil posee una de las mayores flotas de aviación ejecutiva del mundo. Desde que gobierna el PT la flota de helicópteros creció 58.6 por ciento, según la Asociación Brasileña de Aviación General (ABAG).
São Paulo tiene 272 helipuertos y más de 650 helicópteros ejecutivos que realizan alrededor de 400 vuelos diarios. Muchos más que ciudades como Tokio y Nueva York. “Actualmente la capital paulista es la única ciudad del mundo que posee un control de tráfico aéreo exclusivo para helicópteros”, dice la ABAG. Por eso fluye a indignación y por lo mismo tantos festejaron el retorno de la protesta, para lo que tuvieron que esperar nada menos que dos décadas.

viernes, 28 de junio de 2013

Comienza la limpieza en el Vaticano: detienen a un Obispo por posible corrupción.


Solo dos días después de que el papa Francisco creara una comisión de investigación sobre el banco del Vaticano, la fiscalía de Roma ha ordenado la detención de un prelado de Salerno, monseñor Nuncio Scarano, del carabiniere Giovanni Maria Zito –ex funcionario de los servicios secretos italianos—y del bróker Giovanni Carinzo acusados de corrupción y estafa en un asunto relacionado precisamente con el Instituto para las Obras de Religión (IOR).
Las detenciones, que han sido practicadas por la Guardia de Finanza —la policía fiscal italiana—, se producen dos semanas después de que monseñor Scarano fuese investigado por un presunto delito de blanqueo de capitales, tras lo cual ayer mismo fue suspendido de su cargo responsable del servicio de contabilidad de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el ente que gestiona el inmenso capital inmobiliario del Vaticano.
El diario La Repubblica informa de que la investigación de la Fiscalía habría destapado un acuerdo entre Scarano y Zito para repatriar desde Suiza 20 millones de euros en efectivo pertenecientes a amigos del prelado con un jet privado.
El miércoles, Jorge Mario Bergoglio ordenó la creación de una comisión para investigar la situación económica y jurídica del banco del Vaticano, el siempre polémico y oscuro Instituto para las Obras de Religión (IOR). La comisión, que estará presidida por el cardenal salesiano Raffaele Farina, de 80 años, tendrá como fin último la reforma del banco para que “los principios del Evangelio impregnen también las actividades de carácter económico y financiero”.

jueves, 27 de junio de 2013

¿Cómo tirar muros imperialistas para que los pueblos gocen libertad de trabajo y vida?


Pedro Echeverría V.

1. Primero debemos romper los muros racistas del pensamiento para luego echar abajo los muros materiales que impiden el tránsito; sino logramos cambiar la consciencia yanqui miles de mexicanos y latinoamericanos seguirán muriendo asesinados –ahora junto a los monumentales y agresivos muros- por la migra que patrulla en automóviles, helicópteros y aviones artillados. Los EEUU desde 1994 comenzaron a construir el muro racista de la ignominia, de la vergüenza, bajo el programa de lucha contra la inmigración ilegal conocido como “Operación Guardián”, para impedir que los hambrientos mexicanos acudan en busca de trabajo e ingresos. Existen tramos de muro en los estados de Arizona, Sonora, Nuevo México, Baja California, Texas y Chihuahua; no hay duda de que EEUU y México están enfrentados con violencia.

2. Hoy los EEUU levantan los muros de la ignominia. ¿Puede olvidarse acaso de la enorme campaña que desarrollaron durante 28 años en todos los medios de información los EEUU, Alemania Federal, Inglaterra, Francia, etcétera contra el Muro de Berlín de 155 kilómetros de alambrado provisional levantado el 12 de agosto de 1961 y echado abajo ya el muro el 9 de noviembre de 1989 haciendo más activa y más odiosa la llamada “guerra fría”? Sin embargo aquel muro construido en medio de la ciudad de Berlín respondía a vivas provocaciones de la consigna anticomunista que buscaba extenderse más. Aquel muro fue resultado del fin de la II Guerra que confrontaba ya a EEUU, Inglaterra y Francia contra la URSS. El muro era el símbolo que demostraba que la guerra continuaba por otros medios. EEUU se levantaba como el gran imperio.

3. El Muro de Berlín era eminentemente político e ideológico puesto que la URSS y la Alemania del Este, se habían declarado “pro socialistas” y la Alemania Federal proyanqui. Por el contrario el muro construido por EEUU es terriblemente racista, recordando otros muros segregacionistas que se construyeron en otras partes (para cerrar ciudades) y así evitar que pobladores de los pueblos humildes invadan las ciudades de las clases privilegiadas. (El muro yanqui sería de alrededor de 1,123 kilómetros, sólo menor que la gigantesca muralla China de 21,000 kilómetros; pero muy superior a la de la Alhambra (750 metros) y de la ciudad de Campeche (originalmente de 2,500 metros) El muro construido en Campeche se cerraba todos los días a las 18 horas para protegerse de los piratas y del pueblo. En Mérida no hubo muros materiales, pero sí discriminatorios.

4. El muro yanqui se construyó para evitar que los mexicanos hambrientos y sin trabajo ingresen a los EEUU. El argumento es directo, es cínico, no esconde el motivo de su construcción. Dado que México es conocido como “el patrio trasero de los EEUU”, me recuerda de inmediato la función de los “patios traseros” en las viviendas rurales de pueblos de México. Construyen en cada una un pequeño muro en el patio trasero –con una reja bien cerrada- y colocan allí a todos los animales: cerdos, gallinas, vacas, caballos, cabras, a los que les dan comida para engordar y luego servirles de alimento o para vender. No pueden pasar a la casa porque huelen mal, afean el hogar y porque sólo pueden vivir en el patio trasero; allí deben estar, tienen que acostumbrarse a no exigir a la persona que les da de comer mediante un trabajo.

5. Sólo falta que los europeos levanten también sus muros de la vergüenza para evitar que africanos, asiáticos o de América, acudan en busca de empleo e ingresos. ¿Puede olvidarse que los hoy poderosos países del mundo –hoy los G8 o G20- se levantaron a partir de saquear las riquezas de países, de explotarlos y mantenerlos subdesarrollados por el bloqueo de sus economías? Me causa chiste e indignación cuando el gobierno chileno le dice al boliviano que perdió su territorio de salida al mar en una guerra el siglo XIX y que esto es irreversible. Me recuerda aquel cuento de Anatole France cuando habla del origen de toda la propiedad y demuestra que todo ha sido por la fuerza de las armas de los poderosos y entonces dice: “si tu abuelo y tu padre ganaron sus tierras peleando… pues entonces defiéndete porque vamos a pelear”…Quizá Evo deba preparar otra guerra.

6. Así que todos esos muros de la ignominia -como el yanqui- deben destruirse. Pero el peor muro es el que tenemos en la mente pensando en razas superiores y razas inferiores sin querer entender que esas diferencias tienen un origen socioeconómico que tienen como base la explotación y la opresión de clases con milenios de antigüedad. Los yanquis no son más o menos inteligentes o trabajadores que los mexicanos o latinoamericanos; se han aprovechado de las circunstancias históricas para imponer su fuerza, sus armas, su dinero, para someter a quienes han tenido un comportamiento humano menos agresivo y de conquista. Espero que ese muro que para su construcción no sólo se han dilapidado miles de millones de dólares, sino también miles de vidas, no tenga una vida prolongada porque los mexicanos se encargarán de tirarlo o conservarlo como modelo de agresión histórica. (26/VI/13)

Fuente: ApiaVirtual

miércoles, 26 de junio de 2013

Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.


«En este Día Internacional de la Lucha Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, apelo a los gobiernos, los medios de información y la sociedad civil para que hagan todo lo posible por crear conciencia del daño que causan las drogas ilícitas y para ayudar a impedir que haya personas que se benefician de su uso.»

Tema de 2013: Colócate con la vida no con las drogas

En 1987, la Asamblea General decidió establecer el día 26 de junio de cada año como el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, para dar una muestra de su determinación en fortalecer las actividades necesarias para alcanzar el objetivo de una sociedad internacional libre del abuso de drogas. La Asamblea tomó esa medida el 7 de diciembre de 1987 (resolución 42/112 Documento PDF), de conformidad con la recomendación de la Conferencia Internacional sobre el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas del 26 de junio de 1987.
El final del primer siglo de fiscalización de drogas (que comenzó en Shanghái en 1909) coincidió con la terminación del decenio dedicado a la acción común para contrarrestar el problema mundial de las drogas (iniciado en 1998 por la Asamblea General en su período extraordinario de sesiones sobre las drogas). Estos aniversarios estimularon la reflexión sobre la eficacia y las limitaciones de las políticas sobre drogas. El examen culminó con la reafirmación de que las drogas ilícitas siguen planteando un peligro para la salud de la humanidad. Por ello, las drogas están, y deben seguir estando, controladas. Habida cuenta de ello, los Estados Miembros confirmaron su apoyo inequívoco a los convenios y convenciones de las Naciones Unidas que han establecido el sistema de fiscalización internacional de drogas.
la Asamblea General reconoció que, pese a los redoblados esfuerzos de la comunidad internacional, el problema mundial de las drogas seguía poniendo en grave peligro la salud y la seguridad pública y el bienestar de la humanidad, en particular de los niños y los jóvenes, y amenazando la seguridad nacional y la soberanía de los Estados, y que socavaba la estabilidad socioeconómica y política, así como el desarrollo sostenible. En la resolución se acogía con beneplácito la decisión de la Comisión de Estupefacientes de convocar una serie de sesiones de alto nivel durante su 52° período de sesiones, a fin de evaluar el progreso realizado desde 1998 en la consecución de los objetivos y las metas establecidos por la Asamblea General en su vigésimo período extraordinario de sesiones; determinar las prioridades futuras y los ámbitos en que se requiriesen medidas adicionales, así como las metas y los objetivos que habrían de fijarse en la lucha contra el problema mundial de las drogas después de 2009; y adoptar una declaración política y otras medidas de fomento de la cooperación internacional. La Asamblea alentó a la Comisión y a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito a que prosiguieran su labor de fiscalización internacional de drogas e instó a todos los gobiernos a que prestasen el máximo apoyo financiero y político posible a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, de manera que pudiera proseguir, ampliar y afianzar sus actividades operacionales y de cooperación técnica, en el marco de sus mandatos.

martes, 25 de junio de 2013

Año Nuevo Indígena: 5,520 años de continuidad de los pueblos andinos.


Por Sybila Tabra

El Inti Raymi, el Machaq Mara, el Willka Kuti, el We Xipantu, el Mosoq Wata son algunas denominaciones de cómo los pueblos originarios identifican y celebran el denominado Año Nuevo Indígena, ya sea andino o amazónico.

El acontecimiento asociado al “retorno del sol” se deriva del solsticio de invierno que define un nuevo ciclo agrícola y una nueva época para las siembras anuales.

Una interpretación reciente afirma que se celebran 5,520 años de pervivencia de los pueblos andinos, partiendo de 5,000 años de antigüedad que se atribuye a la milenaria cultura Tiwanaku, a los que se suman otros 520 años desde 1492, cuando la conquista occidental interrumpe el proceso autonómico de los pueblos originarios de este continente.

Es el día en el que los sabios indígenas de cada pueblo celebran un momento clave y simbólico de la renovación de la naturaleza y la vida, en el que el astro “Rey” adquiere presencia y protagonismo universal que se manifiesta en el cambio de estación.

El frío invernal se hace intenso debido a que el sol se ubicará en el punto más alejado de nuestra parte en la Tierra: el sur. La oscuridad deja paso a días más largos y luminosos hasta la llegada, de nuevo, del frío.

El Año Nuevo Andino es una celebración mística que pervive y se renueva cada año en la espiritualidad de los pueblos andinos y que también se expande entre los pueblos amazónicos.

Desde antiguo, los agricultores indígenas se rigen por la observación de diversos fenómenos astronómicos para orientarse sobre los momentos en que debían realizar sus faenas agrícolas y ganaderas, como siembras, cosechas y esquilas a los camélidos andinos.

En muchas partes del mundo los pueblos ancestrales efectúan ritos y ofrendas al Sol y a la Madre Tierra en expresión clara de la armonía entre los seres humanos y la naturaleza, entre los seres humanos y el universo sagrado, principio básico en la espiritualidad indígena.


La celebración del Inti Raymi

El Inti Raymi o Fiesta del Sol era el más importante de los cuatro festivales que celebraban los incas en el Cusco. Algunos calendarios registran como fecha principal el 24 de junio, que coincide con el final de la cosecha y el equinoccio de invierno.

El investigador Tom Zuidema indica en su libro “El calendario inca”, que el momento de clímax del Inti Raymi se producía durante el solsticio de junio, alrededor del 21 y 22 de junio.

Según relata el Inca Garcilaso de la Vega, significaba el inicio de una nueva etapa en el “tiempo circular inca”, asociado además al origen mítico del Inca quien fue enviado por el Sol, como ordenador de las acciones de las poblaciones del mundo antiguo.

La celebración duraba quince días, en los cuales había bailes y sacrificios. Durante el mes los sacerdotes seguían el movimiento del Sol en procesiones diarias, sacrificando una llama en la montaña Huanacauri, una llama en el Coricancha y una tercera en la montaña Quiancalla.

De este modo anunciaban y facilitaban el regreso del Sol, para que les proveyera de calor y enviara la lluvia para el primer riego.

El último Inti Raymi con la presencia del Inca fue realizado en 1535. En 1572 el virrey Francisco Álvarez de Toledo la prohibió por considerarla una ceremonia pagana y contraria a la religión católica.

Después de muchos años, en 1944, Faustino Espinoza Navarro ejecutó una reconstrucción histórica del Inti Raymi basada en la crónica de Garcilaso de la Vega pero sólo referida a la ceremonia religiosa.

La recreación actual del Inti Raymi tiene 70 años de existencia y se reproduce como un evento público y turístico en el que se reivindica y reafirma el espíritu y la cosmovisión indígena.

La escenificación tiene como eje central la explanada de Sacsahuamán donde participan más de 800 actores y congrega a más de 30.000 espectadores provenientes de diversos lugares del mundo.


La ceremonia central se inicia a la 1.30 p.m. con la escenificación del emplazamiento ceremonial donde se reciben informes de los cuatro suyos o regiones que formaban la civilización inca y prosigue con los ritos de la chicha y el fuego sagrado.

Uno de los momentos más conmovedores es el sacrificio de la llama para pronosticar los augurios de nuevos tiempos. Además, la ceremonia sigue con el rito del sankhu (pan sagrado) y culmina con el q’ochurikuy o estallido de exaltación popular.

Durante una hora y media el público prácticamente se traslada a la época en que Pachacútec gobernaba el Tahuantinsuyo para saludar al Inca y al Sol y celebrar con unción espiritual y con éxtasis pletórico un nuevo ciclo de cambio y renovación que reafirme la vida y la naturaleza.
Otras noticias:

Fuente: Servindi

Brasil: el precio del progreso.




Boaventura de Sousa Santos, Doctor en Sociología del Derecho por la Universidad de Yale y catedrático de Sociología en la Universidad de Coímbra


Con la elección de la presidenta Dilma Roussef, Brasil quiso acelerar el paso para convertirse en una potencia global. Muchas de las iniciativas en ese sentido venían de atrás, pero tuvieron un nuevo impulso: Conferencia de la ONU sobre el Medio Ambiente, Rio+20 en 2012, Mundial de Fútbol en 2014, Juegos Olímpicos en 2016, lucha por un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, papel activo en el creciente protagonismo de las “economías emergentes”, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y África del Sur), nombramiento de José Graziano da Silva como director general de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 2012 y de Roberto Azevedo como director general de la Organización Mundial del Comercio a partir de 2013, una política agresiva de explotación de los recursos naturales, tanto en Brasil como en África, principalmente en Mozambique, fomento de la gran agricultura industrial, sobre todo para la producción de soja, agrocombustibles y la cría de ganado.

Beneficiado por una buena imagen pública internacional granjeada por el presidente Lula y sus políticas de inclusión social, este Brasil desarrollista se impone ante el mundo como una potencia de nuevo tipo, benévola e inclusiva. No podía, pues, ser mayor la sorpresa internacional ante las manifestaciones que en la última semana sacaron a la calle a centenares de miles de personas en las principales ciudades del país. Si ante las recientes manifestaciones en Turquía la lectura sobre las “dos Turquías” fue inmediata, en el caso de Brasil fue más difícil reconocer la existencia de “dos Brasiles”. Pero está ahí a ojos de todos. La dificultad para reconocerla reside en la propia natureza del “otro Brasil”, un Brasil furtivo a análisis simplistas. Ese Brasil está hecho de tres narrativas y temporalidades. La primera es la narrativa de la exclusión social (uno de los países más desiguales del mundo), de las oligarquías latifundistas, del caciquismo violento, de las élites políticas restrictas y racistas, una narrativa que se remonta a la colonia y se ha reproducido sobre formas siempre mutantes hasta hoy.

La segunda narrativa es la de la reivindicación de la democracia participativa, que se remonta a los últimos 25 años y tuvo sus puntos más altos en el proceso constituyente que condujo a la Constitución de 1988, en los presupuestos participativos sobre políticas urbanas en centenares de municipios, en el impeachment del presidente Collor de Mello en 1992, en la creación de consejos de ciudadanos en las principales áreas de políticas públicas, especialmente en salud y educación, a diferentes niveles de la acción estatal (municipal, regional y federal). La tercera narrativa tiene apenas diez años de edad y versa sobre las vastas políticas de inclusión social adoptadas por el presidente Lula da Silva a partir de 2003, que condujeron a una significativa reducción de la pobreza, a la creación de una clase media con elevada vocación consumista, al reconocimiento de la discriminación racial contra la población afrodescendiente e indígena y a las políticas de acción afirmativa, y a la ampliación del reconocimiento de territorios y quilombolas [descendientes de esclavos] e indígenas.

Lo que sucedió desde que la presidenta Dilma asumió el cargo fue la desaceleración o incluso el estancamiento de las dos últimas narrativas. Y como en política no existe el vacío, ese terreno baldío que dejaron fue aprovechado por la primera y más antigua narrativa, fortalecida bajo los nuevos ropajes del desarrollo capitalista y las nuevas (y viejas) formas de corrupción. Las formas de democracia participativa fueron cooptadas, neutralizadas en el dominio de las grandes infraestructuras y megaproyectos, y dejaron de motivar a las generaciones más jóvenes, huérfanas de vida familiar y comunitaria integradora, deslumbradas por el nuevo consumismo u obcecadas por el deseo de éste.

Las políticas de inclusión social se agotaron y dejaron de responder a las expectativas de quien se sentía merecedor de más y mejor. La calidad de vida urbana empeoró en nombre de los eventos de prestigio internacional, que absorbieron las inversiones que debían mejorar los transportes, la educación y los servicios públicos en general. El racismo mostró su persistencia en el tejido social y en las fuerzas policiales. Aumentó el asesinato de líderes indígenas y campesinos, demonizados por el poder político como “obstáculos al crecimiento” simplemente por luchar por sus tierras y formas de vida, contra el agronegocio y los megaproyectos mineros e hidroeléctricos (como la presa de Belo Monte, destinada a abastecer de energía barata a la industria extractiva).

La presidenta Dilma fue el termómetro de este cambio insidioso. Asumió una actitud de indisimulable hostilidad hacia los movimientos sociales y los pueblos indígenas, un cambio drástico respecto a su antecesor. Luchó contra la corrupción, pero dejó para los aliados políticos más conservadores las agendas que consideró menos importantes. Así, la Comisión de Derechos Humanos, históricamente comprometida con los derechos de las minorías, fue entregada a un pastor evangélico homófobo, que promovió una propuesta legislativa conocida como cura gay. Las manifestaciones revelan que, lejos de haber sido el país que se despertó, fue la presidenta quien se despertó. Con los ojos puestos en la experiencia internacional y también en las elecciones presidenciales de 2014, la presidenta Dilma dejó claro que las respuestas represivas solo agudizan los conflictos y aislan a los gobiernos.

En ese sentido, los alcaldes de nueve capitales ya han decidido bajar el precio de los transportes. Es apenas un comienzo. Para que sea consistente, es necesario que las dos narrativas (democracia participativa e inclusión social intercultural) retomen el dinamismo que ya habían tenido. Si fuese así, Brasil mostrará al mundo que sólo merece la pena pagar el precio del progreso profundizando en la democracia, redistribuyendo la riqueza generada y reconociendo la diferencia cultural y política de aquellos que consideran que el progreso sin dignidad es retroceso.

lunes, 24 de junio de 2013

Jóvenes prohibidos de reunirse en el templo: un desahucio eclesial.



Antonio Jesús Mora Caballero

Una pastoral juvenil de Sevilla denuncia que el párroco les impide reunirse en el templo.
Según el Arzobispado, la labor del grupo no se ajusta al magisterio de la Iglesia.

Sentados en la acera, se dividen en grupos de cinco o seis jóvenes. En uno de ellos, debaten sobre el papel de la mujer dentro de la Iglesia. En el de más allá, recuerdan la figura de monseñor Romero y su predicación en defensa de los derechos humanos. Están sentados a las puertas de la iglesia del Espíritu Santo de Mairena del Aljarafe (Sevilla). Al otro lado de la reja. Hasta hace unos meses, eran la pastoral juvenil de esta parroquia. Ahora, tienen prohibido reunirse en el templo. Viven, lo que estos jóvenes han calificado, un “desahucio eclesial”.

Según los monitores del grupo, los problemas comienzan con la llegada a la iglesia, en septiembre del año pasado, del nuevo párroco, Antonio Guevara. “Durante 20 años, la pastoral ha funcionado sin problemas. El cura anterior no se inmiscuía en nuestra labor, sabía que trabajábamos siguiendo la palabra de Jesús. Con eso le bastaba”, explica David Pineda, monitor desde hace ocho años. A su llegada, cuentan los jóvenes, el párroco les anunció que si querían seguir realizando esta labor la tenían que hacer bajo su supervisión. “Se autoproclamó coordinador”, señala la monitora Lourdes Regalado. Como argumento, varios miembros de la comunidad religiosa se habían quejado al Arzobispado de Sevilla de la labor que desarrolla el grupo porque, según la institución, “no se ajusta al magisterio de la Iglesia”. “El sacerdote debe velar porque se cumplan estos principios”, defiende el Arzobispado. He ahí la polémica.

Ante esta acusación, Jairo González puntualiza que el programa de catequesis de confirmación de la pastoral no solo incluye el marcado por la diócesis sino que va más allá, que “está abierto a más contenidos, siempre en base a los jóvenes”. Además, los monitores afirman que, en ningún momento, “adoctrinan” a los chicos. Punto que explica su compañero Gonzalo Queipo de Llano: “Nunca le damos conclusiones, simplemente hablamos sobre el tema, intentamos alumbrarles para que ellos tomen sus propias decisiones, formen su manera de pensar”.

Queremos hacer entender que existe otra forma de hacer Iglesia

Beatriz Roca, monitora

Pero el problema no son los contenidos, sino los continentes. Tomando como bandera las palabras de Jesús: “Amaos los unos a los otros, como yo os he amado”, los jóvenes defienden en materia de sexualidad lo inaceptable por la Iglesia. Así, apoyan el uso del preservativo —“principalmente por salud”— y no condenan la homosexualidad. “No entendemos por qué la Iglesia estigmatiza de esta manera el sexo. Pertenece al ser humano, el que Dios creó. Lo importante es el amor, independientemente de si es femenino o masculino”, explica Pineda. “No se puede continuar de espaldas al siglo XXI”, añade. “En todo lo que este relacionado con el sexo, el origen de la vida,… la Iglesia se muestra muy firme e impide cualquier mensaje que vaya en contra de sus creencias”, apunta el teólogo Juan José Tamayo, quien califica lo sucedido en la parroquia sevillana de “abuso intolerable”.

Más allá del espinoso tema de la sexualidad, las discrepancias también se centran en la figura del sacerdote. La pastoral critica el empobrecimiento de las eucaristías por el “implacable” protagonismo de los párrocos. A esto le suma que el laicado ha ido perdiendo el papel activo que defendía el Concilio Vaticano II. La unión de ambos factores “refuerza el carácter jerarquizado” de la institución religiosa. “La palabra democracia no casa con la Iglesia”, explica David Pineda.


En este sentido, el colectivo defiende que la comunidad religiosa adquiera mayor protagonismo en la vida de la Iglesia. Esta opinión es compartida por algunos de los padres de estos jóvenes. Es el caso de Lorenzo Clavel, quien cree que este desahucio responde a una maniobra para remarcar esa jerarquía. “Se debe apostar por dar un mayor protagonismo a los creyentes. Respetar la moral individual y no querer imponerla”, afirma Clavel, quien se confiesa creyente pero con, cada vez, “menos motivos para ser practicante”.
Católicos frente a la crisis

A. J. M.

“La Iglesia usa a Cáritas para lavar su imagen. Su implicación en los conflictos sociales ha sido poca o ninguna”. Así de tajante se muestra David Pineda, uno de los monitores de la pastoral juvenil del Espíritu Santo de Mairena del Aljarafe (Sevilla). El grupo se concentró a principios de junio frente al Arzobispado para denunciar, entre otros puntos, el papel pasivo que está jugando la institución religiosa en esta crisis. “Ha sido incapaz de dar respuestas sólidas a problemáticas como los desahucios, el desempleo o los recortes en sanidad o educación”, precisa Pineda. “La Iglesia debe acercarse más a los ciudadanos y a sus problemas. Debe renunciar a sus palacios, ya se llamen Vaticano o Arzobispado, y centrarse en los más necesitados”, añade. Esta crítica se incluye en un manifiesto elaborado por la pastoral, con motivo de la concentración, en el que condensa en once puntos sus discrepancias con la institución religiosa. Además de apoyar una educación sexual desde “la responsabilidad, el respeto y el amor al prójimo”, el grupo defiende que se considere familia “a dos personas con un proyecto de vida en común”; que la Iglesia no limite la libertad de expresión de teólogos, sacerdotes y catequistas; y que la institución abandone su estructura jerarquizada y se abra al diálogo con la sociedad.

Y las diferencias en cuanto a la figura del párroco no quedan ahí. La pastoral defiende, entre otros puntos, que el celibato no sea obligatorio. “Los sacerdotes que se quieran dedicar al 100% a la Iglesia, fantástico. Pero hay personas que no se ofician cura por este motivo [celibato]. Esta imposición empobrece la Iglesia”, afirma Pineda. Asimismo, el grupo muestra su desacuerdo en que las mujeres no tengan responsabilidades eclesiales.

Las creencias de este grupo juvenil están recogidas en un manifiesto que la pastoral elaboró con motivo de la concentración, celebrada a primeros de junio, frente al Arzobispado de Sevilla. El objetivo de la protesta, además de denunciar su caso, era mostrar su rechazo a estas posturas. “Queremos hacer entender que existe otra forma de hacer Iglesia”, apunta Beatriz Roca. “Nuestra Iglesia es la de Jesús de Nazaret. El problema es que cierta parte de la jerarquía eclesiástica ha ensuciado ese nombre”, añade la monitora. Según el teólogo, esta lucha por una “nueva Iglesia” no es extrema ni excepcional. “Es un fenómeno muy generalizado. El principal escollo es que la Iglesia considera el cambio contrario a los principios cristianos”, explica.

Desde que comenzara el enfrentamiento, los responsables del colectivo aseguran que la pastoral ha ido menguando en número de participantes. “Algunos chicos y monitores han dejado el grupo obligados por sus padres, otros para evitar problemas con el nuevo cura”, apuntan. En cifras, señalan que la pastoral ha pasado de contar con 80 miembros a tener unos 45. Aida Gómez (18 años) y Patricia García (20) han resistido. Estas jóvenes se confirmaban este año. Sí, en pasado. El nuevo sacerdote le informó a la pastoral que no confirmaría a los chicos que continuarán en ella. “Para mí ha sido una señal del destino. Tenía dudas, pero esto me ha demostrado que esta no es la Iglesia en la que me quiero confirmar”, explica Gómez, quien reconoce que sus padres, a pesar de no compartir algunos de los puntos defendidos por la pastoral, respetan su decisión y apoyan la lucha.

Según el grupo, tras este conflicto se esconde el obispo Juan José Asenjo. Asegura que la institución trabaja en la sustitución de sacerdotes plurales por curas más tradicionales. Además, critica que el Arzobispado ha castigado al anterior sacerdote enviándole a una parroquia que está “casi en ruinas”. “Ningún cura se eterniza en la misma iglesia. El cambio [en referencia al realizado en la iglesia sevillana] responde a la dinámica normal de la institución”, apunta.

Tras la concentración del 8 de junio, los monitores reconocen que la situación en la parroquia se ha vuelto “más tensa”. Aseguran que el nuevo cura ha roto con ellos cualquier vía de diálogo. En este sentido, el nuevo párroco se ha limitado a contestar que se trata de un momento “triste y complicado”. “En estos días terminamos las reuniones con los chavales. Ahora hay que esperar hasta septiembre para ver cómo evoluciona todo. Por el momento, estamos buscando un local”, concluye Pineda.

Encuentro entre líderes Qom y Cristiano.


El líder de los Qom le pidió al Papa que "interceda" ante Cristina

El Papa recibió hoy en audiencia privada al representante de la comunidad indígena Qom, Félix Díaz, quien le pidió que "interceda"ante la presidenta Cristina Kirchner para que se reúna con el sector y "resuelva" los conflictos de los pueblos originarios.
En declaraciones radiales que formuló tras el encuentro de 45 minutos en el Vaticano, Díaz afirmó: “Nosotros lo que queremos es que interceda". Y que su objetivo es "dialogar con la Presidenta" a fin de "que nos escuche y resuelva los problemas que tenemos los pueblos originarios de la Argentina"

Los representantes indígenas viajaron para expresar "las graves violaciones a los derechos humanos que sufren los pueblos originarios en el continente latinoamericano", había informado la comunidad Qom formoseña.

Por su parte, el sacerdote católico Francisco Nazar, quien trabaja con las comunidades aborígenes de Formosa y participó del encuentro junto al premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, aseguró que el Papa "escuchó mucho y habló poco", a la vez que se mostró "muy firme" y "abierto al diálogo y a la construcción en paz".

Por su parte, Díaz recordó que ya conocía a Jorge Bergoglio "cuando todavía no era Papa" y expresó su "alegría inmensa" de haberse reencontrado hoy en el Vaticano. El líder de la comunidad Qom La Primavera de Formosa recordó que "hace más de tres años" que están reclamando una "resolución a los conflictos" por la propiedad de las tierras que habitan de manera ancestral.

La comunidad que encabeza Díaz fue desalojada violentamente en noviembre de 2010 cuando cortaban la ruta 86 en reclamo de la devolución de un sector de su territorio y la represión dejó como saldo la muerte de un aborigen y de un policía.

Luego acamparon en Capital Federal durante varios meses paraexigir diálogo con Gobierno, tras lo cual fueron recibidos por el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y posteriormente por el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, aunque no hubo "respuestas concretas, hubo diálogo, pero no se llegó a la práctica de lo acordado", remarcó hoy Díaz.

Además, en estos últimos años las comunidades originarias de Formosa han denunciado una serie de muertes y lesiones de muchos de sus miembros, pero el gobierno provincial siempre las atribuyó a accidentes y peleas internas entre los propios aborígenes.

A principios de junio, en el marco de sus reclamos, distintos representantes de pueblos originarios acamparon durante 24 horasfrente a Balcarce 50 durante 24 horas y entregaron un petitoriopara Cristina Fernández, que aún se sigue negando a recibirlos.
El 11 de mayo pasado, el Papa había hecho "visible" la problemática que afecta a la comunidad QOM cuando, al comunicarse por teléfono con Gustavo Vera, presidente de la Fundación La Alameda, se interiorizó sobre la situación del hijo del cacique Félix Díaz que había sido brutalmente golpeado días antes.

"Parecería un sueño estar acá, en Roma. Todavía no puedo creer lo que nos pasa con Amanda (Asijak, su esposa). Es un lugar en el que (espero) podamos dialogar, porque dialogar es una forma humana, y sentir el mismo latir del corazón de un ser humano que ha llegado a este lugar para ser la autoridad espiritual de todos los pueblos del mundo", comentó días atrás el representante de la comunidad indígena.

Fuente: Agencias
Fuente: Clarín

El capitalismo como religión y el neofranciscanismo como su disciplina.


Por Maciek Wisniewski, periodista polaco. La Jornada, 21-06-2013.

A cien días del relevo en el Vaticano el nuevo Papa cautiva sobre todo con sus gestos. Desde los fieles hasta los teólogos de la liberación como Leonardo Boff u otros disidentes como Hans Küng, casi todos se dejaron seducir. Francisco estableció un estilo sencillo y austero: evita prendas adornadas, optó por un anillo y una cruz de plata, calza zapatos negros viejos, rechazó un lujoso apartamento; más de una vez dijo que quiere una Iglesia pobre y para los pobres. Como recuerda Damián Pierbattisti, Michel Foucault en Vigilar y castigar (1975) define el poder disciplinario como la anatomía política del detalle; no había últimamente otra ocasión donde aquella definición se vea con tal nitidez como con Francisco ( Página/12, 28/3/13).

Para estar claro: los gestos y los símbolos son importantes (lo dice el mismo Foucault). El elogio a la pobreza, humildad y sencillez que predicaba Francisco de Asís, como subraya Küng ( El País, 10/5/13) también, sobre todo si pensamos en Benedicto XVI con su muceta y zapatos rojos a la medida. En este sentido el encanto de Francisco reside hasta ahora en las diferencias con su(s) predecesor(es) y en lo superficial (para más, habrá que esperar). Pero si es verdad que las épocas de crisis –como la de hoy– permiten ver las cosas con más claridad, entonces necesitamos una mirada más amplia. La austeridad papal, más que desnudar los mecanismos del orden dominante, los encubre.

Si algo abunda hoy es el anticapitalismo superficial: de todos lados se escuchan quejas por los excesos de empresas, bancos y mercados. Este tipo de crítica moral es también la de Francisco. El Papa pide justicia social, cuya falta resulta en desocupación ( La Jornada,1/5/13); instruye al clero a aprender de la pobreza de los humildes y a evitar ídolos del materialismo que empañan el sentido de la vida ( La Jornada, 9/5/13); pide reformas al sistema financiero para distribuir mejor la riqueza y condena la tiranía del dinero y mercados. La antigua veneración del becerro de oro ha tomado una nueva y desalmada forma en el culto al dinero, dice ( La Jornada, 17/5/13).

El mejor ejemplo de lo inocuo de esta crítica: Angela Merkel se reúne con Francisco y dice que el Papa tiene razón ( La Jornada, 19/5/13). Lo verdaderamente subversivo sería si el Papa argentino indicara por ejemplo el camino latinoamericano: la solución política a la crisis (sobre la que la UE calla) y un nuevo contrato social (todos están ocupados en destruir el viejo). Pero Bergoglio siempre estuvo de espaldas a los gobiernos populares, como los kirchneristas, a los cuales nunca ha reconocido por sacar a Argentina de la debacle 2001/2002 (él mismo en aquel entonces se limitó a distanciarse de los responsables y a llamar a la resurrección moral del país). Al no hablar de la lección argentina (la decisión acerca de la deuda, la importancia de la inversión social) o de los movimientos que hoy se oponen a la austeridad, con su culto de la pobreza sólo ofrece un componente espiritual a la austeridad autoritaria en Europa.

Si bien Francisco va más allá de Benedicto XVI (que cuando estalló la crisis sólo moralizaba sobre la excesiva avaricia y consumismo), acercándose a la crítica soft del capital de Juan Pablo II (que de todos modos destacaba en los 80 y 90), se queda corto comparado con el enfoque sistémico de la teología de liberación (Bergoglio siempre se encontraba en los antípodas de esta corriente; hoy sus representantes le dan el voto de confianza por el bien de la atormentada Iglesia). Como bien apunta Michael Löwy, el nuevo Papa sigue la tradicional doctrina social de la Iglesia, donde los pobres son sólo objetos de caridad y compasión, no sujetos de su propia historia que deben liberarse, estando muy lejos por ejemplo del pensamiento de Hugo Assmann o Franz Hinkelammert. Éstos, vinculando el catolicismo con el marxismo desarrollaron una crítica del capitalismo como una falsa religión, donde los ídolos del dinero, la ganancia y la deuda, como los del Antiguo Testamento exigen sacrificios humanos, imagen empleada por Marx en El capital ( Le Monde, 30/3/13).

Francisco critica el culto al dinero (becerro de oro), pero no cuestiona nuestra fe en el capitalismo. Su neofranciscanismo no es una herramienta de liberación, sino una nueva estrategia de disciplina; no está dirigida al sistema, ni a los banqueros, sino a la gente común. Es un mecanismo de contención que pretende hacer la crisis más manejable y hacernos asumir sus costos (lo que sería una paradoja ya que el gesto original de San Francisco, nacido en una familia de empresarios proto-capitalistas, fue profundamente antisistémico). La austeridad papal como la política de detalle foucaultiana pretende enseñarnos las bondades de vivir con menos y de pedir menos (sueldo, prestaciones, derechos, servicios), a contentarnos con lo poco que hay y neutralizar a la vez el potencial político de la pobreza.

Giorgio Agamben leyendo a Walter Benjamin y su texto El capitalismo como religión(1921) –comentado también extensamente por Löwy– subraya que su análisis y comparación cobran incluso mayor relevancia después de que fuera cancelado el patrón oro y aumentara el papel de la deuda. Pero la más iluminadora fue su intuición de que el capitalismo como religión no tiende a la redención sino a la culpa, no a la esperanza sino a la desesperación, no a la transformación del mundo sino a su destrucción ( Rebelión,14/5/13). Incluso pocos marxistas, en su mayoría cegados por la acumulación de las fuerzas productivas, lo veían así, y no es sólo la ceguera del nuevo Papa. Pero la disciplina neofranciscana seguramente ayuda a hacer más suave nuestro viaje al precipicio (en un tren llamado progreso, por supuesto).

Fuente: ATRIO

domingo, 23 de junio de 2013

Roma y la Teología de la liberación: fin de la guerra.

Gianni Valente

Vatican Insider

El Prefecto del ex Santo Oficio, Müller, hace un homenaje, bajo el signo de su amistad con el teólogo peruano Gutiérrez
«El movimiento eclesial teológico de América Latina, conocido como “teología de la liberación”, que después del Vaticano II encontró eco en todo el mundo, debe ser considerado, según mi parecer, entre las corrientes más significativas de la teología católica del siglo XX». Quien consagra la teología de la liberación con esta halagadora y perentoria evaluación histórica no es algún representante sudamericano de las estaciones eclesiales del pasado. El “certificado· de validez llega directamente del arzobispo Gerhard Ludwig Müller, actual Prefecto del mismo dicasterio vaticano -la Congregación para la Doctrina de la Fe (CdF)- que durante los años ochenta, siguiendo el impulso del Papa polaco y bajo la guía del entonces cardenal Ratzinger, intervino con dos instrucciones para indicar las desviaciones pastorales y doctrinales que también incluían los caminos que habían tomado las teologías latinoamericanas.

La evaluación sobre la teología de la liberación no es una declaración que se le escapó accidentalmente al actual custodio de la ortodoxia católica. El mismo juicio, meditado, aparece en las densas páginas del volumen del que proviene la cita: una antología de ensayos escrita a cuatro manos, impresa en Alemania en 2004, y que ahora está por se publicada en Italia con el título “De la parte de los pobres, Teología de la liberación, Teología de la Iglesia” (Ediciones Messaggero, Padua, Emi).

El libro hoy irrumpe casi como un acto para clausurar las guerras teológicas del pasado y los residuos bélicos que de tanto en tanto brillan para esparcir alarmas que representan ya intereses ya pretextos. El volumen lleva las firmas del actual responsable del ex Santo Oficio y del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, padre de la teología de la liberación e inventor de la misma fórmula usada para definir esa corriente teológica, cuyas obras fueron sometidas a exámenes rigurosos durante bastante tiempo por parte de la CdF en su larga estación ratzingeriana, aunque nunca se le haya atribuido ninguna condena.

El libro representa el resultado de un largo camino común. Müller nunca ha ocultado su cercanía a Gustavo Gutiérrez, a quien conoció en 1998 en Lima durante el curso de un seminario de estudios. En 2008, durante la ceremonia para el doctorado honoris causa concedido al teólogo Müller por la Pontificia Universidad Católica del Perú, el entonces obispo de Ratisbona definió como absolutamente ortodoxa la teología de su maestro y amigo peruano. En los meses anteriores al nombramiento de Müller como guía del Dicasterio doctrinal, justamente su relación Gutiérrez fue evocada por algunos como prueba de la no idoneidad del obispo teólogo alemán para el puesto que ocupó (durante 24 años) el entonces cardenal Ratzinger.

En los esnayos de la antología, los dos autores-amigos se complementan recíprocamente. Según Müller, los méritos de la teología de la liberación van más allá del ámbito del catolicismo latinoamericano. El Prefecto indica en que la teología de la liberación ha expresado en el contexto real de la América Latina de las últimas décadas la orientación hacia Jesucristo redentor y liberador que marca cualquier teología auténticamente cristiana, justamente a partir de la insistente predilección evangélica por los pobres. «En este continente», reconoce Müller «la pobreza oprime a los niños, a los ancianos y a los enfermos», e induce a muchos a «considerar la muerte como una escapatoria». Desde sus primeras manifestaciones, la teología de la liberación “obligaba” a las teologías de otras partes a no crear abstracciones sobre las condiciones reales de la vida de los pueblos o de los individuos. Y reconocía en los pobres la «carne misma de Cristo», como ahora repite Papa Francisco.

Justamente con la llegada del primer Papa latinoamericano surge con mayor fuerza la oportunidad para considerar esos años y esas experiencias sin los condicionamientos de los furores y las polémicas de entonces. Aún alejándose de los ritualismos del “mea culpa” postizos o de las “rehabilitaciones” aparentes, hoy es mucho más fácil reconocer que ciertas vehementes movilizaciones de algunos sectores eclesiales en contra de la teología de la liberación estaban motivadas por ciertas preferencias de orientación política más que por el deseo de custodiar y afirmar la fe de los apóstoles. Los que pagaron la factura fueron los teólogos peruanos y los pastores que estaban completamente sumergidos en la fe evangélica del propio pueblo, que acabaron “triturados” o en la sombra más absoluta. Durante un largo periodo, la hostilidad demostrada hacia la teología de la liberación fue un factor precioso para favorecer brillantes carreras eclesiásticas.

En uno de los textos, Müller (que en una entrevista del 27 de diciembre de 2012 había expresado la hipótesis del escenario de un Papa latinoamericano después de Ratzinger) describe sin medias tintas los factores político-religiosos y geopolíticos que condicionaron ciertas “cruzadas” en contra de la teología de la liberación: «Con el sentimiento triunfalista de un capitalismo, que probablemente se consideraba definitivamente victorioso», refiere el Prefecto del dicasterio doctrinal vaticano, «se mezcló también la satisfacción de haber cancelado de esta manera cualquier fundmento o justificación de la teología de la liberación.

Se creía que el juego era muy sencillo con ella, arrojándola al mismo conjunto de la violencia revolucionaria y del terrorismo de los grupos marxistas». Müller también cita el documento secreto, preparado para el presidente Regan por el Comité de Santa Fe en 1980 (es decir cuatro años antes de la primera Instrucción vaticana sobre la teología de la liberación), en el que se solicitaba al gobierno de los Estados Unidos de América que actuara con agresividad en contra de la «Teología de la liberación», culpable de haber transformado a la Iglesia católica en «arma política contra la propiedad privada y el sistema de la producción capitalista». «Es desconcertante en este documento», subraya Müller, «la desfachatez con la que sus redactores, responsables de dictaduras militares brutales y de potentes oligarquías, hacen de sus intereses por la propiedad privada y por el sistema productivo capitalista el parámetro de lo que debe valer como criterio cristiano».