martes, 3 de septiembre de 2013

Crece la brecha en la esperanza de vida entre mujeres de países ricos y pobres.


Un informe de la OMS analiza la salud de las mujeres de más de 50 años comprueba que crece la brecha en la esperanza de vida entre mujeres de países ricos y pobres.

Las principales causas de muerte de las mujeres mayores de 50 años son básicamente las mismas en todo el mundo: tumores y problemas cardiovasculares. Sin embargo, mientras en los países desarrollados han mejorado en las últimas décadas la atención a estas patologías y, por ello, ha aumentado la expectativa de vida femenina, en los países en desarrollo la situación es distinta. Un informe de la Organización Mundial de la Salud presentado hoy refleja este escenario y alerta sobre cómo esta disparidad ha influido en el aumento de la brecha entre la esperanza de vida entre las mujeres que viven en países ricos y en países pobres.

El documento destaca cómo en los últimos 20 y 30 años, las mejoras en la detección y el tratamiento de los tumores (especialmente cáncer de colon, mama y cérvix), los infartos y el resto de enfermedades cardiocirculatorias, así como la diabetes, se ha traducido en el aumento de años vividos en los países desarrollados. “Hemos visto que la mejora en la esperanza de vida es mucho mayor en los países ricos que en los de menos ingresos. La disparidad es cada vez mayor”, apunta John Beard, director del departamento de Envejecimiento y Ciclo de la Vida de la OMS y coautor del trabajo.

En 30 años, las medidas sanitarias desarrolladas han supuesto un incremento de la expectativa de vida en Alemania hasta los 84 años, mientras que en Japón puede esperar a vivir hasta los 88 años. Frente a ello, en Sudáfrica es de 73 años y 80 en México.

En estos momentos hay 280 millones de mujeres de 50 años y más viviendo en países en desarrollo y 550 en países desarrollados. En 2050 las previsiones de la OMS apuntan a que casi el 20% de la población mundial sea mujeres de más de 50 años con una distribución mucho más desigual que en la actual: 379 vivirán en países ricos y 1.500 en zonas menos prósperas.

MENOS MORTALIDAD MATERNA, MENOR ESPERANZA DE VIDA

El estudio, uno de los pocos centrados en mujeres por encima de los 50 años, destaca la “reducción sustancial” de la mortalidad materna en los países con ingresos medios y bajos, lo que se ha traducido, al vivir más, en un mayor número de mujeres maduras que desarrollan enfermedades como tumores, diabetes o hipertensión que deben ser tratadas.

Los autores del informe advierten de la necesidad de los sistemas sanitarios de estos países de adaptarse a las necesidades sanitarias de su población y mejorar la prevención, detección y tratamiento de enfermedades no transmisibles, que son “inadecuadas” en muchos de estos países.

Mientras, por ejemplo en países africanos pueda haber servicios de atención del sida o se ha mejorado la asistencia durante el embarazo y el parto, en muchas zonas no hay servicios de detección y tratamiento del cáncer de mama, o la hipertensión. “Las mujeres con enfermedad cardiovascular o cáncer necesitan la misma atención crónica que los pacientes con VIH/sida”, indican los autores.

Además de advertir de que las muertes por este tipo de procesos tienen lugar en edades más tempranas que en los países más desarrollados, los expertos de la OMS reclaman potenciar la detección de estas enfermedades. “Se podría prestar más atención a la diabetes gestacional en las unidades de maternidad para prevenir futuros casos de diabetes en estas mujeres”, apunta Beard. También mejorar la prevención. Por ejemplo, cambiar la exposición de las mujeres en las primeras etapas de su vida a factores de riesgo relacionados con la salud sexual, el tabaco y el uso nocivo del alcohol.' � l r � P� 154, 149);">


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Fuentes: Reuters, El País

Editado por: Protestante Digital 2013

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