jueves, 31 de octubre de 2013

Historia de la reforma protestante en Europa.


La primera noticia de la reforma es John Wycliffe. Es también conocido como "el Lucero del Alba de la Reforma y nace cerca de Richmond en el condado inglés de Yorkshire, alrededor de 1320, en la misma época de Geert Grote. Poco se sabe sobre su infancia. 
A partir de 1345 empieza sus estudios en Oxford, y se queda allí durante 17 años. Se entrega profundamente a la teología y la filosofía, interrumpe sus estudios por varias razones, pero se gradúa finalmente en 1372 como doctor.

Geert Grote nació en octubre del año 1340 en Deventer Holanda como hijo de un adinerado comerciante. A los treinta años - había estudiado mucho y por largo tiempo y hacía poco había sido nombrado canónigo en el capítulo de la catedral de Aquisgrán - vivió una conversión. Grote se retiró, falleciendo en el año 1384.

A John Wickliffe le siguió Juan Huss que vivió desde el 1372 al 1415.En Bohemia, Praga Rep. Checa. Representa claramente la necesidad de reformar la iglesia medieval. Su crítica conmovió a Lutero que pudo llamar a Hus un "hombre santo".

La figura mas importante en Alemania fue Martin Lutero quien en 1517 se rebeló en contra de la Iglesia Católica, cuando puso en la puerta de su iglesia las 95 Tesis en controversia por la venta de indulgencias y otras heregias de la epoca. Martín Lutero(nacido como Martin Luder: posteriormente cambia su apellido a Luther, en castellano: Lutero) nació el 10/11/1483 en un mundo lleno de conflictos y tensiones. 

Estamos a 31 de octubre del año del Señor 1517: con vigorosos golpes de martillo, que resuenan por toda Europa, Lutero clava las 95 tesis en el portal de la iglesia del castillo de Wittenberg. Las 95 Tesis de Lutero Esta escena aparece en muchísimas ilustraciones y fue considerada, hasta muy entrado el siglo XX, como una realidad histórica. Es una imagen que, como pocas otras, se ha convertido en un símbolo de la Reforma.

Lutero fue criticado no pocas veces y desde distintos lados por su línea mesurada, su actitud frente al campesinado rebelde y sus compromisos con los príncipes. Por el otro lado, Lutero estuvo siempre presionado defendiendo la Reforma contra el bando católico-romano, en lo político y en lo teológico. Muchos de sus primeros seguidores no quisieron seguirle en esta arriesgada empresa. En sus últimos años de vida, Lutero debió luchar contra una serie de dolencias físicas.Muere el 18 de febrero de 1546 en Eisleben.

En Alemania, cuando se habla de la Reforma, ésta suele asociarse directamente con la persona de Martín Lutero, y es cierto, porque con él empezó. Sin duda, Lutero es el reformador más importante. Pero no es el único, no en Alemania y mucho menos en otros países. Hay que prestar atención a dos cosas: Por un lado, la Reforma no debe ser identificada con Lutero; justamente la Iglesia Reformada se remonta a Zwinglio yCalvino sin poder ni querer cuestionar los méritos de Lutero. Por otro lado, Lutero no puede ser la medida absoluta para lo que se considera "reformado" o no. Esto significaría estrechar nuestro horizonte y no poder valorar los conocimientos y descubrimientos de otros reformadores.

Juan Calvino nace el 10 de julio de 1509 en Noyon en el norte de Francia .Calvino no menciona una fecha de su conversión a la reforma, no obstante es seguro que se produjo antes del 4 de mayo de 1534, porque en esa fecha Calvino viaja a Noyon para renunciar a sus prebendas como consecuencia de su alejamiento del catolicismo.

Algunas características de Calvino siempre serán extrañas para el hombre moderno. Calvino fue un asceta que dedicó su vida a la Reforma y podía proceder de una manera muy estricta. Pero tenemos que esforzarnos por diferenciar más, porque la imagen tan distorsionada de Calvino se debe también a las grandes luchas confesionales que duraron hasta el siglo XX.
Sobre Ulrico Zuinglio sabemos algo menos que sobre Calvino. Esto es entendible, ya que Calvino tuvo muchísimo más impacto que Zwinglio; prácticamente la totalidad de las iglesias reformadas en el mundo se remontan a él. 

Después de la muerte de Calvino, Teodoro de Beza es elegido su sucesor como moderador de los pastores de Ginebra. Beza nació en 1519 en la Borgoña.
Los reformados frecuentemente son llamados también"calvinistas aunque ellos mismos no se autodenominan así.

La Reforma que trastocó Iglesia y mundo hace 496 años.


Este 31 de octubre se conmemora en todo el mundo la Reforma Protestante, 496 años después de clavar Lutero sus 95 tesis un 31 de octubre en Wittenberg (Alemania).


El 31 de octubre de 1517, víspera de la fiesta católica de Todos los Santos, Martín Lutero dio a conocer públicamente sus tesis, y el impacto fue tal que se señala esa fecha como el comienzo de la Reforma protestante.

Para unos, Lutero es el ogro que destruyó la unidad de “la” iglesia, la bestia salvaje que holló la viña del Señor, un monje renegado que se dedicó a destruir las bases de la vida monástica. Para otros, es el gran héroe que hizo que una vez más se predicara el evangelio puro de Jesús y la Biblia, el reformador de una iglesia corrupta.

Él cambió el curso de la historia al desafiar con valentía el poder del papado y del imperio, sosteniendo puntos de vista contrarios a la práctica y ordenanzas de la religión establecida, el catolicismo romano, por considerarlas contrarias al contenido de la Biblia.

La principal doctrina evangélica que Lutero alzó contra el sistema ritualista de penitencias fue que la salvación es por gracia solamente, no por obras. La chispa que movió al monje vino probablemente en 1515, cuando Lutero empezó a dar conferencias sobre la Epístola a los Romanos, pues él mismo dijo después que fue en el primer capítulo de esa epístola donde encontró la respuesta a sus dificultades.

LARGA LUCHA 

Esa respuesta no vino fácilmente. No fue sencillamente que un buen día Lutero abriera la Biblia en el primer capítulo de Romanos, y descubriera allí que “el justo por la fe vivirá”. Según él mismo cuenta, el gran descubrimiento fue precedido por una larga lucha y una amarga angustia, pues Romanos 1:17 empieza diciendo que “en el evangelio la justicia de Dios se revela”. Según este texto, el evangelio es revelación de la justicia de Dios.

Estuvo meditando de día y de noche para comprender la relación entre las dos partes del versículo que, tras afirmar que “en el evangelio la justicia de Dios se revela”, concluye diciendo que "el justo por la fe vivirá".

La respuesta que encontró Lutero fue sorprendente. La “justicia de Dios” no se refiere en la carta a los Romanos, como piensa la teología tradicional, al hecho de que Dios castigue a los pecadores. Se refiere más bien a que la “justicia” del justo no es obra suya, sino que es don de Dios. La “justicia de Dios” es la que tiene quien vive por la fe, no porque sea en sí mismo justo, o porque cumpla las exigencias de la justicia divina, sino porque Dios le da este don. La “justificación por la fe” no quiere decir que la fe sea una obra más sutil que las obras buenas, y que Dios nos pague esa obra. Quiere decir más bien que tanto la fe como la justificación del pecador son obra de Dios, don gratuito.

En consecuencia, continúa comentando Lutero acerca de su descubrimiento, “sentí que había nacido de nuevo y que las puertas del paraíso me habían sido franqueadas. Las Escrituras todas cobraron un nuevo sentido. Y a partir de entonces la frase ‘la justicia de Dios‘ no me llenó más de odio, sino que se me tornó indeciblemente dulce en virtud de un gran amor”.



PRUDENTE Y RESERVADO 

Lutero parece haber sido un hombre relativamente reservado, dedicado a sus estudios y a su vida espiritual. Su gran descubrimiento, aunque le trajo una nueva comprensión del evangelio, no lo llevó de inmediato a protestar contra el modo en que la Iglesia católica entendía la fe cristiana. Al contrario, nuestro monje continuó dedicado a sus labores docentes y pastorales y, si bien hay indicios de que enseñó su nueva teología, no pretendió contraponerla a la que enseñaba el catolicismo.

Cuando por fin decidió que había llegado el momento de lanzar su gran reto, compuso noventa y cinco tesis, que debían servir de base para un debate académico. En ellas, Lutero atacaba varios de los principios fundamentales de la teología escolástica, y por tanto esperaba que la publicación de esas tesis, y el debate consiguiente, serían una oportunidad de darle a conocer su descubrimiento al resto de la Iglesia.

CONTRA EL LUCRO 

La controversia fue mayor de lo que Lutero se proponía. Lo que había sucedido era que, al atacar la venta de las indulgencias de Juan Teztel en Alemania, Lutero se había atrevido, aún sin saberlo, a oponerse al lucro y los designios de varios personajes mucho más poderosos que él.

Según Lutero, si es verdad que el Papa tiene poder para sacar las almas del purgatorio, ha de utilizar ese poder, no por razones tan triviales como la necesidad de fondos para construir una iglesia, sino sencillamente por amor, y ha de hacerlo gratuitamente (Tesis 82). Pero aunque muchos abrigaban tales sentimientos, nadie protestaba, y la venta continuaba.

LAS 95 TESIS
Lutero clavó sus famosas noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg. Esas tesis, escritas en latín, no tenían el propósito de crear una conmoción religiosa. Lutero dio a conocer sus tesis la víspera de la fiesta de Todos los Santos, y su impacto fue tal que frecuentemente se señala esa fecha, el 31 de octubre de 1517, como el comienzo de la Reforma protestante y la reafirmación de que la Palabra de Dios es el punto de partida y la autoridad final de la Iglesia y de toda teología.

La mayoría de historiadores conviene en que Lutero remitió sus tesis al Arzobispo de Maguncia, al Papa, a algunos amigos y a otras universidades en esa fecha. Con todo, las tesis fueron impresas muy pronto, y antes de 1518 habían sido extensamente leídas por toda Europa.

REACCIÓN Y CISMA 

Su impacto sorprendió al propio Lutero. Las autoridades religiosas vacilaron, sin embargo, en condenar a Lutero. Este último continuará discutiendo con teólogos partidarios de las doctrinas de Roma, por ejemplo, con Johann Eck en la famosa disputa de Leipzig de 1519.

Las 95 tesis son finalmente condenadas definitivamente el 15 de junio de 1520 por la bula Exsurge Domine del papa León X. Lutero, entonces abiertamente en conflicto con la Iglesia católica, es excomulgado a principios del año siguiente.

El Papa León X exigió que Lutero se retractara por lo menos de 41 de sus tesis, pero el monje alemán, ya famoso en toda Europa, rechazó esta exigencia públicamente en la Dieta de Worms de 1521 jugándose la vida. Era el paso definitivo para lo que luego sería la reforma protestante.


Fuentes: Histª del Cristianismo

Editado por: Protestante Digital 2013

miércoles, 30 de octubre de 2013

El escándalo del hambre.


El derecho a la alimentación, entre ecología campesina y producción agroindustrial.


La tierra puede ser vista como una superficie generatriz que nos da hospitalidad, con la cual dialogamos al interno de un proceso de reciprocidad e interdependencia, que se funde como proceso natural en la agricultura y tiene como escenario global la biosfera. O puede ser vista como un valor patrimonial, como un factor económico más de la producción de alimentos, induciendo artificialidad a los procesos naturales con practicas basadas en una visión compartimentada, mecanicista y a-biótica de la agricultura.


La agricultura de hoy, insuficiente e insostenible.

Hoy por hoy, de las 200 mil especies vegetales selváticas según el bio-geografo Jared Diamond, solo algunas miles son idóneas para la alimentación humana y solo algunas centenas han sido adaptadas al consumo humano [1]. Tres cuartos de los productos alimenticios de todo el mundo derivan de siete especies de plantas: El trigo, el arroz, el maíz, la papa, la yuca, el sorgo y la cebada, y por lo que concierne al ser humano, la mitad del aporte calórico y proteico de los tres primeros cereales [2].

Por otro lado la tercera parte de las tierras del planeta son utilizadas para la cultivación y el pastoreo y a estas actividades se dedican 1,3 billones de personas, que representan la mitad de la fuerza de trabajo mundial [3]. La agricultura consume casi dos terceras partes del agua obtenida de lagos, ríos y fuentes acuíferas en todo el mundo.

Una tonelada de cereales producidos en régimen agroindustrial en monocultura con tecnología moderna, exige cerca de nueve veces más energía de la base ambiental (de la bio-capacidad del territorio en cuestión) que si se utilizaran métodos y técnicas agro sostenibles.

En la actualidad las practicas agrícolas no sostenibles sobre-utilizan la base ambiental global. El 90% de la energía utilizada directa o indirectamente en estas practicas, proviene de la utilización de productos químicos, maquinaria agrícola y sistemas de riego que aumentan las emisiones de CO2. Se prevé un aumento de la temperatura superficial global de 2,4° C en el periodo 2010 - 2020 [4], se pronostica además, que la degradación del clima erosione la producción global de alimentos en un 20%, a la vez que se prevé que el numero de personas que sufren hambre se incremente de los actuales 925 millones a 1200 millones para el 2025 [5].

El estrés ambiental que deriva del cambio climático, reduce la capacidad de respuesta tanto del sector agrícola industrial como del tradicional, ante al aumento de la demanda alimentaria global.

Además cerca del 10-12% de la producción mundial de cereales viene desviada de la autosuficiencia y seguridad alimentaria hacia la producción de agro-combustibles.


Técnica campesina, Revolución Verde y vulnerabilidad alimentaria.

La producción agroindustrial vigente ha impulsado la modernización de la agricultura, empernándola en la extrema movilidad de los recursos para poderlos trasladar de una utilización a otra y así responder en modo flexible a las fluctuaciones de la demanda. En la agricultura la movilidad de los recursos es lenta. Los agricultores tradicionales son poseedores de recursos inamovibles en substancial desventaja con relación a la mayoría de las actividades económicas, y más aún, frente a la progresiva desmaterialización y transnacionalización de la economía. La Revolución Verde, volvió la agricultura menos eco-compatible en el afán de volverla mas industrializada, fraccionando el continuum de la producción de alimentos para convertirla en más movible. Los costos sociales de esta injerencia se han traducido en vulnerabilidad alimentaria para millones de personas en el mundo

La moderna producción agrícola, caracterizada por una fuerte mecanización, una producción en régimen de monocultura y orientada a mercados lejanos, afronta las adversidades ambientales, climáticas y agronómicas, recurriendo al uso intensivo de capital y de la manipulación bio química de los procesos de crecimiento en la producción de alimentos. Un ejemplo limite en el cual el ambiente circundante viene excluido casi del todo, se encuentra en la cultivación de verduras en viveros, sobre películas de agua con un grado de nutrientes controlado y un microclima recreado ad hoc.

En el extremo contrario, la técnica campesina tradicional se apoya en la diversificación de las especies cultivadas, destinadas muchas veces al auto-consumo, al uso de variedades diferentes de la misma especie, a la mano de obra familiar y a los mercados de proximidad, con tecnologías eco-compatibles adecuadas al contexto agroecológico, maduradas y perfeccionadas en el tiempo durante generaciones.

En el actual sistema alimentario las fases que llevan un producto agrícola desde el lugar de su cultivo en el campo hasta el lugar donde viene consumido son generalmente: siembra, cuido, cosecha, transporte primario, almacenamiento, transformación agroindustrial, comercio al por mayor, transporte secundario y comercio al detalle y al final consumo. Esta larga cadena de pasajes del llamado circuito largo, constituye uno de los puntos de fractura del moderno sistema de producción, circulación y consumo alimentario: el circuito largo ignora el calculo de la contaminación que puede verificarse en cada una de estas fases. En la actualidad cada producto viaja 50% más que en 1979, y nadie paga un impuesto por la contaminación que generan estos traslados. Cerca de tres cuartos del consumo de energía de la cadena alimentaria, se da fuera de las dos primeras y dos ultimas fases (transporte primario, almacenamiento, transformación agroindustrial, comercio al por mayor, transporte secundario) del sistema alimentario moderno.

Además, el circuito largo esta caracterizado por una elevada intermediación en el cual múltiples actores económicos explotan fragmentos de valor adjunto del articulado proceso que va del cultivo al consumo y en particular de la transformación agroindustrial.

Por lo que concierne a la distribución y al comercio de los alimentos, estos vienen monopolizados por 4 o 5 cadenas de supermercados [6], que se reparten el mercado y su poder crece en los países empobrecidos del hemisferio sur del mundo.

En este ámbito, la agricultura industrial en régimen de monocultura, con uso intensivo de capital e imput externos, destinado al circuito largo, tiene ventajas ante la producción familiar campesina a uso intensivo de trabajo, en régimen de policultura, con rotación de las cultivaciones y destinado al circuito corto.

La agricultura vista en una dimensión local, tiene una población o comunidad que pone en practica toda una serie conocimientos para interactuar con el entorno, conocimientos que progresivamente se van cimentando y acumulando un know how, constituido por experiencias almacenadas en la memoria autobiográfica primero y en la tradición local de la comunidad luego.

Observar el mundo rural a través de la óptica de la eficiencia económica y el productivismo no habla de los pequeños productores campesinos, (entre el 75-80% de la población sobrevive gracias a la producción de subsistencia de los pequeños productores [7]) los cuales trabajan la tierra para dar seguridad alimentaria a sus familias, producir sus propias semillas, plantas medicinales, alimentación para sus animales y materiales de construcción para sus casas. En este modo ellos garantizan su autosuficiencia alimentaria y un lugar en la comunidad en el cual ayudar y poder ser socorridos en los momentos de necesidad.

Los agricultores campesinos invierten sus ganancias en relaciones sociales y destinan parte de los productos de las cosechas o de la cría de animales, en fiestas, matrimonios y funerales en ofrendas al interno de la red comunitaria a la que pertenecen, para garantizarse un lugar en esa comunidad, en una praxis disciplinada por los mecanismos de control social orientados al conseguimiento del equilibrio, pero también nutridos por las transformaciones que derivan del conflicto social.

El mundo rural ha sido regulado a lo largo de su historia por una relación de reciprocidad, redistribución e intercambio [8]. Con la irrupción del la modernización de la agricultura, e este triangulo eco-compatible ha sido extrapolada una de las esquinas: El intercambio y a partir de este, ha sido reelaborado el todo. Ha sido realizado un reordenamiento en el cual la ganancia a través del intercambio se ha convertido en el ethos de las relaciones alimentarias. Las lógicas subyacentes a la reciprocidad y a la redistribución, han sido reelaboradas junto a su capital simbólico como son el prestigio, la confianza y solidaridad, sucesivamente monetizadas y disciplinadas por el crédito y la deuda. La visión moderna de la agricultura y su lógica no desaparecen lo existente, lo reelaboran y reordenan (como en este caso) instalando una nueva lógica hegemónica acorde a sus intereses, en el lugar de la lógica intrínseca que sustentaba el mundo rural.

El empresario agroindustrial tiene bien claro su objetivo: enriquecerse produciendo alimentos y tratando de obtener la máxima productividad inmediata de la tierra, se trata de dos racionalidades dicotómicas: El saber ecológico-campesino y la lógica económica-empresarial [9].


La globalización y el epistemicidio de los saberes campesinos tradicionales.

Las comunidades campesinas representan un problema para el modelo agroindustrial dominante y para la doctrina económica que lo fundamenta. Estas comunidades se encuentran en una línea de frontera comportamental, se encuentran en una línea de confín ilegible con los instrumentos de la economía moderna formal: Prefieren la propiedad comunitaria a la propiedad individual, compran y venden poco, no tienen cuentas en el banco, ni tarjetas de crédito, son números inútiles para las cuentas del gran capital.

Los promotores de la globalización (en el mismo modo en el que convirtieron la agricultura en más fragmentada con la Revolución Verde) han reservado para los campesinos del hemisferio sur del mundo, un complejo procedimiento de ingeniería social [10].

Este, según las diferentes zonas del planeta comenzó hace tres o cuatro décadas y se agudizó con el Consenso de Washington [11] en 1989, en coincidencia con el final del bipolarismo. Este mecanismo inició con el abandono estatal de las políticas de crédito y ayuda a los pequeños productores campesinos, escenario que tuvo su continuidad en el éxodo rural, que ha alimentado la descampesinización y la progresiva urbanización. Sucesivamente estos trabajadores de la tierra llegados a las metrópolis fueron amontonados en las ciudades en forma desordenada, con la intención de convertirlos en consumidores de mercancías y sobre todo de servicios, precedentemente privatizados por el consenso de Washington. Su llegada ocasionó el derrumbe de los salarios urbanos, que incrementó la mano de obra a bajo costo, abriendo las puertas al modelo maquilero en el ámbito de la internacionalización industrial: mercancías que viajan por el mundo en busca de -en su jerga institucional- paraísos laborales, con bajos salarios, débil legislación laboral y gobiernos conniventes. Paralelamente transfieren también la sobre-producción agrícola del norte, altamente subvencionada para competir con la producción local con poco valor adjunto y muy debilitada con el abandono estatal del campo.


Una revolución hecha a costa del hemisferio sur del mundo.

A la mitad de los años 70 las Naciones Unidas dieron su apoyo a la Revolución Verde en la reunión mundial de la alimentación en 1974 “para eliminar el hambre en el mundo en una década”. La Revolución Verde fue propuesta como la mejor forma de proveer alimentos a una población mundial en crecimiento constante y prometió además el aumento de los rendimientos gracias al uso intensivo de la química. Una parte considerable de los pequeños agricultores obtuvo rendimientos más elevados gracias a la Revolución Verde, pero este resultado fue conseguido a costa de la perdida de la biodiversidad, de la contaminación de los suelos, de los cuerpos hídricos y de la atmosfera. Además, la agricultura industrial barrió las diferentes agriculturas y ecologías locales en el planeta y produjo una mayor dependencia económica, tecnológica y alimentaria de los países empobrecidos en relación a los países ricos y por consecuencia aumento la deuda externa.

Para pagar los intereses de la deuda externa estos países se vieron obligados a orientar su producción hacia la agricultura industrial en régimen de monocultura para la exportación, sacrificando la soberanía alimentaria y la producción interna e incrementando la importación de alimentos básicos para sus poblaciones. Además los países empobrecidos se vieron obligados a liberalizar sus economías. Tres motivos empujaron a estos países a liberalizar:

Algunos países necesitaban crédito internacional y en cambio aceptaron los programas de ajuste estructural promovidos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Otros abrieron sus mercados para entrar a los acuerdos de libre comercio, por miedo a quedar al margen de la “globalización” o porque convenía a la elite local de turno al poder. Otros, liberalizaron en el contexto del Consenso de Washington [12] visto entonces como la solución a la crisis de la deuda del sur del mundo en los anos ochenta [13].

En la fase de las liberalizaciones, los países redujeron sus tarifas y eliminaron las cuotas que protegían la producción autóctona. Privatizando las instituciones estatales que se ocupaban de proteger a los pequeños productores, alimentaron de hecho la incapacidad de las políticas publicas internas de incidir en los modelos de oferta alimentaria, ya que buena parte de los instrumentos abolidos, como los subsidios, el poder de compra-venta estatal de cereales para incidir en los precios del mercado y la creación de techos de precios para los productos agrícolas presentes en las canastas básicas de los diferentes países, prácticamente desaparecieron y las políticas sectoriales en este ámbito fueron subordinadas al alcance de los equilibrios macroeconómicos, decididos en los grandes institutos financieros del norte del mundo.

La factura social fue pagada por los países de baja renta, donde la agricultura es la base principal de subsistencia para el 50-90% de la población [14], esto responde al hecho que los países del hemisferio sur del mundo son más vulnerables, ya que utilizan entre el 70-80% de la renta en gastos ligados a la alimentación, es decir que ante variaciones de su poder de adquisición su rentase erosiona más rápidamente, mientras que en los países ricos utilizan en la alimentación entre el 10-15%.


Las corporaciones y la privatización de la naturaleza.

“En marzo de 1998 el ministerio (estatal) norteamericano de la agricultura y una empresa privada la Delta and Pine Land depositaron la patente de una técnica de transgénesis llamada Control de la expresión de los genes: en realidad una planta genéticamente manipulada que produce una semilla estéril. Dos meses después la Monsanto compró esa empresa y su patente que luego depositó en mas de 80 países” [15].

Hecho que representa un parte aguas y el inicio de la privatización de la biomasa y la reserva biogenética. No se puede vender a un campesino lo que ya produce (las semillas) o lo que dispone en abundancia en la naturaleza. Este representa el punto de fractura a-biótico porque para privatizar una patente por medio de un programa genético (una variedad de maíz presente en el campo del campesino) es necesario prohibir al agricultor que siembre el grano que cosecha, es decir que realice la practica fundadora de la agricultura, expropiando así un bien común propiedad de toda la humanidad [16]. La esterilidad del grano permite a las transnacionales que su programa genético sea prisionero, es decir que se autodestruya en el campo del campesino.

Las transnacionales que se dedican al negocio de la mercerización de la reserva biogenética tienen un poder cada día más incisivo sobre la seguridad alimentaria; este poder además esta concentrado en pocas transnacionales: Las tres más grandes (Monsanto, Dupont, Syngenta) controlan el 47% del mercado mundial de semillas patentadas [17].

En la actualidad se asiste al tentativo de los grandes carteles internacionales de la alimentación, de decidir que producir y en que cantidades, ejerciendo su poder factico en el frágil sistema alimentario mundial sobre todo en los países más pobres caracterizados por vulnerables realidades locales, muchas veces semi-analfabetas, de trabajo artesanal y comercio informal.

De este modo, ellos disponen de un recurso casi igualmente peligroso y estratégico que las armas: el acceso a la alimentación.

Hace tres décadas eran miles las compañías de distribución de semillas, instituciones publicas de mejoramiento de simientes, hoy existen solo diez grandes corporaciones que controlan más de dos tercios de la venta de semillas.

De decenas de industrias de abono que operaban en el mercado hace tres décadas, hoy tres controlan el 90% de las ventas de agroquímicos en el planeta [18].

De casi mil industrias en el sector de la biotecnología hace quince años, actualmente diez concentran más de tres cuartos de las ganancias, con una posición hegemónica en el mercado.

Según la FAO [19] 30 millones de dólares al año serían suficientes para reducir antes del 2015 a la mitad el numero de personas que sufren de hambre, es decir, menos de una decima parte de las subvenciones acordadas para la agricultura de los países ricos del hemisferio norte [20]. Las estimaciones de la FAO afirman que al final del 2010 eran 925 millones de personas con desnutrición de las cuales el 98% en los países empobrecidos.

Se trata de un problema estructural, de la dificultad en el poder de compra de esa tercera parte de los habitantes del planeta que ganan menos de dos dólares al día, al mismo tiempo según Jean Ziegler, ex relator de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, afirma que la agricultura actual podría alimentar a doce billones de personas, el doble de la población actual.

Las tendencias centrifugas de la globalización expulsan cada día a más personas del contrato social en el ámbito del desmantelamiento del estado nacional, de la privatización de sus sectores estratégicos y de la transnacionalización de la economía [21], situación que no favorece la tutela de la soberanía económica y alimentaria. En este contexto, los estados-nación se han convertido en un actor más en el cuadro geopolítico de una basta gama de redes transnacionales. El ingreso de grandes transnacionales en el mercado terriero ha provocado una fractura en la soberanía nacional. La agenda agrícola rural en la actualidad esta siendo dictada por los intereses del agrobusinnes y esta alimentando el global land grab [22], una especie de subarrendamiento de millones de hectáreas de tierras nacionales (en países como Etiopia, Camboya, Mali, Filipinas) que están terminando en manos de inversionistas privados en colusión con las elites gobernantes de estos y otros países empobrecidos del sur del mundo.


Los fertilizantes sintéticos y el abandono de la policultura.

La modernización de la economía agrícola y la Revolución Verde han llevado a la utilización masiva de fertilizantes sintéticos y al abandono progresivo de la policultura. Las consecuencias han sido numerosas: Fractura del ciclo natural por la sobreutilización de la tecnología, intensificación del uso de agua, de la energía y del suelo; perdida de la agro diversidad; de pauperización de los conocimientos campesinos, éxodo rural y sucesiva descampesinización, crecimiento demográfico urbano, concentración de la propiedad y proletarización de la clase campesina, interdependencia alimentaria entre el hemisferio norte y sur del mundo, y consecuente vulnerabilidad del tríptico: seguridad, autosuficiencia y soberanía alimentaria.

Además, se empieza a hablar de “epistemicidio de los saberes milenarios campesinos” [23] ligados a la producción de alimentos. La agronomía y las políticas de desarrollo se han edificado en el desconocimiento de los saberes tradicionales, que se pierden a medida que el éxodo rural quiebra el nexo entre campesinos y tierra; como resultado el 70% de la población mas pobre en el mundo, vive y trabaja en áreas rurales [24].

La lógica económica neoliberal imperante, ha promovido una agricultura en régimen de monocultura, esta lógica, ha provocado una fractura en el ciclo natural, obstaculizando la lucha contra los parásitos de las plantas ya que ignora la tendencia de la naturaleza a sostener la biodiversidad, provocando la desaparición de los antagonistas naturales. Las monoculturas son raras en la naturaleza, además de ser verdaderos paraísos para las enfermedades de las plantas y la proliferación de los insectos. Actualmente estas enfermedades destruyen el 13% de las cultivaciones del planeta, los insectos el 15% y las yerbas infestantes el 12%, para llegar a un total de cerca del 30% [25].

Como respuesta al aumento de la resistencia de las plantas a los pesticidas y al empobrecimiento del suelo, los mismos que promovieron la revolución verde hoy proponen una solución a través de la nanotecnología [26], la ingeniería genética y la biología sintética [27]. Esta revolución genética tiene como objetivo la expropiación y el monopolio del acceso y control de los recursos vivos, además del conocimiento asociados a patentes. En la visión de sus promotores, la combinación del aumento de la población y el colapso de los ecosistemas nos ponen ante una situación de “emergencia tecnológica”, donde las corporaciones agroalimentarias y sus centros de investigación deben tener la libertad de usar la ingeniería genética y la biología sintética como instrumentos de bio-seguridad, con el objetivo de adaptar los cultivos y los animales de cría a las variables condiciones climáticas. Al mismo tiempo que se deben desarrollar los agro-combustibles para proteger el status quo ante la crisis que se producirá por la eminente fin del petróleo, sobre el cual ha sido fundado nuestro desarrollo y nuestra tecnología.

Como resultado tenemos la mercerización de la biomasa que según Path Mooney del movimiento canadiense ETC, más de un cuarto de esta ya es mercadería [28].

En los últimos siete años en efecto, la especulación de los alimentos han contribuido a afligir la compleja geografía del hambre planetario. Luego de la crisis de los mutuos que ha puesto al descubierto la crisis financiera en el hemisferio norte, ha ocurrido el derrumbe de las acciones, títulos y formas de inversión tradicionales.

Después de una intensa campaña conducida por los Lobby de los bancos, políticos liberales y fondos de inversión, las materias primas en particular las alimentarias más seguras (donde por seguras se entiende aquellas indispensables para la sobrevivencia) se han convertido para los inversionistas de la bolsa en un “bien refugio” come sucede con el oro en periodos de carestía, ocasionando por consecuencia la inestabilidad de los precios. Los instrumentos financieros derivados como los future, inventados como instrumentos de cobertura contra los riesgos comerciales, se han vuelto un medio para apostar sobre la tendencia de los precios de los alimentos, que han pasado de ser alimentos para nutrirnos a un asset financiero.

Los grandes bancos implicados (Goldman Sachs, Bank of America, Citibank, Deusche Bank y Hsbc [29]) que realizan intermediaciones entre el producto real y los especuladores, obtienen grandes ganancias, mientras la seguridad alimentaria está a merced de los negocios de pocos. Entre los instrumentos financieros derivados y la economía real de los pequeños productores tradicionales (que en el mundo garantizan la alimentación de entre el 75-80% de la población [30]) se interpone una distancia sideral, cuanto entre una pequeña parcela de tierra de un país en el extremo sur del mundo y las oficinas con sus relucientes pisos de mármol de la bolsa de Chicago, donde en fracciones de segundos se mueven virtualmente miles de toneladas de granos básicos, arroz, maíz, trigo, sin que un solo grano se mueva de los conteiner donde están almacenados. Un reciente informe de la FAO y del OCSE afirma que el precio de las materias primas en la próxima década tenderá a crecer entre un 15% y un 40% en el periodo entre 2010 y 2019 respecto al periodo 1997-2010 [31].


¿Fantasías románticas?

Hoy en día entrados a la curva descendente de la producción y disponibilidad mundial de petróleo, la agricultura industrial viene privada de su elemento fundante, carburante fósil a bajo precio, prepararse al cambio dirigiéndose hacia una agricultura post-fósil [32] podría ser el inicio de la solución. Donde el uso de la química no sea necesario, gracias a la rotación de los cultivos y a la diversidad de las especies en la misma parcela. Donde se tenga mayor cuidado a la interdependencia entre los diferentes tejidos vitales del ecosistema donde se cultiva, una migración paradigmática hacia sistemas agrícolas bio-diversificados y respetuosos de las especificidades locales.

Criticar el modelo industrial de producción agrícola no presupone un regreso romántico a la tierra, ni una invitación a convertirnos todos en campesinos, mas bien, reflexionar sobre los efectos alterantes que la agricultura industrial ha ocasionado en un planeta con recursos limitados, un llamado a asumir nuestras responsabilidades individuales ante la agricultura y la sostenibilidad. Lo que sucede en la agricultura tiene efectos en la nutrición, en la salud, en la igualdad de genero y en la estabilidad social. En nuestro tiempo se esta asistiendo al desmantelamiento de la agricultura sostenible, de los sistemas alimentarios locales y del entramado social y comunitario en las cuales reposan, situación que esta empujando poblaciones enteras hacia la vulnerabilidad alimentaria y por ende social.

Nos encontramos ante dos modelos antitéticos de subsistencia, que la Via Campesina ha sintetizado como el Episteme del conocimiento científico versus la

Mentis de los agricultores locales. Dos modelos agrícolas y alimentarios en el que uno debe prevalecer sobre el otro, la decisión es política y antes que política, ética. El problema del derecho a la alimentación como el de todos los derechos humanos “no es justificarlos, cuanto protegerlos, no es un problema filosófico sino político” [33] por esto sus soluciones no serán científicas, ni técnicas, sino políticas.

El hambre, enfermedad psicofísica invalidante, es el fragmento de un rompecabezas mas complejo, en el cual convergen las vulnerabilidades de nuestro tiempo.

24/10/13

Por José Carlos Bonino

Notas:


[1] Jared Diamond, Guns, Germs and Steel, The Fates of Human Societies, 1997; Armi, acciaio e malattie, Einaudi, Italia 2005.

[2] Paul Hawken, Amory Lovins e Hunter Lovins, Capitalismo Naturale Edizioni Ambiente, Italia, 2001

[3] Luca Colombo, Fame produzione di cibo e sovranità alimentare, Jaca Book, Italia, 2002

[4] Intergovernmental Panel on Climate Change: http://www.ipcc.ch/

[5] Fao, The State of Food Insecurity in the World 2010, scaricabile dal sitowww.fao.org.

[6] Stéphane Parmentier, Improvvisamente apparve la fame, Le Monde Diplomatique, Italia, 2009

[7] Riccardo Bocci, Giovanna Ricoveri, Agri-Cultura. Terra Lavoro Ecosistema, Bologna Emi, Italia, 2006

[8] Karl Polanyi, La grande trasformazione, Giulio Einaudi editori s.p.a. Italia, 1974.

[9] Víctor M. Toledo, La racionalidad ecológica de la producción campesina. En E. Sevilla Guzmán y M. González Molina (eds), Ecología, Campesinado e Historia. La Piqueta, España, 1993.

[10] Vandana Shiva, The violence of the green revolution: Third World agriculture, ecology, and politics, 1992, pag. 20.

[11] El llamado «Consenso de Washington» es producto de un acuerdo consensuado entre representantes del complejo político-económico-militar- intelectual (BM, FMI, BID, Reserva Federal EUA, Agencias Económicas del Gobierno EUA, funcionarios del Gobierno EUA, miembros del Congreso y grupo de expertos) con relación a diez instrumentos de política que se pueden agrupar en cinco ámbitos: El paquete fiscal (disciplina fiscal, focalización del gasto público y reforma tributaria); el paquete financiero (liberalización financiera y prudente supervisión); el paquete del sector externo (tipos de cambio competitivos, políticas comerciales liberalizadas, eliminación de los aranceles y fomento a la inversión extranjera directa), y el paquete de la Reforma del Estado (privatización de las empresas públicas, desregulación de la economía y garantía para los derechos de propiedad intelectual) (Moreno, 2004).

[12] Si veda: ver aquí

[13] ibidem.

[14] Wolfgans Sachs, Tilman Santarius, Commercio e agricoltura. Dall’efficienza economica alla sostenibilità sociale e ambientale, Emi, Italia, 2007

[15] Jean Pierre Berlan (ed.) La guerra al vivente, organismi geneticamente modificati e altre mistificazioni scientifiche, Editorial Bollati Boringhieri, Italia, 2001,

[16] ibídem.

[17] Gruppo ETC, De quien es la naturaleza: El poder corporativo y la frontera final en la mercantilización de la vida. Noviembre 2008.

[18] ibídem.

[19] En www.fao.org.

[20] Stéphane Parmentier, Improvvisamente apparve la fame, Le Monde Diplomatique- Il Manifesto, Italia, 2009

[21] Saskia Sassen. Critique de l’état, Territoire, Autorité et Droits, de l’époque médiévale à nos tours. Editorial, Demopolis, France, 2009.

[22] Del verbo to grab, agarrar, arrebatar.

[23] Silvia P. Vittoria, Via Campesina 2009.

[24] Wolfgans Sachs, Tilman Santarius, Commercio e agricultura. Dall’efficenza economica alla sostenibilità sociale e ambientale,. Emi, Italia, 2007.

[25] Paul Hawken, Amory Lovins e Hunter Lovins, Capitalismo Naturale. Edizioni Ambiente, Italia, 2001.

[26] ¿Qué pasa con la nanotecnología? Regulación y geopolítica. Grupo ETC; vigilando el poder, monitoreando la tecnología, fortaleciendo la biodiversidad. ver aquí (pdf)

[27] La biología sintética representa un salto cuántico en biotecnología, mucho más allá de transferir genes entre especies: busca construir microorganismos vivos auto-replicantes, completamente nuevos, que tengan el potencial (parcialmente probado / parcialmente teórico) de convertir cualquier biomasa o insumo de carbono en cualquier producto que pueda fabricarse a partir de carbono fósil, y mucho más. En otras palabras, desde la perspectiva de la biología sintética, el recurso base para el desarrollo de materiales comercializables y “renovables“ (que no sea petróleo) no lo encontramos solamente en el 23.8 % de la biomasa terrestre que ya se usa y comercializa anualmente, sino también en el restante 76.2% de biomasa que ha permanecido hasta hoy fuera de la economía del mercado. LINK: ver aquí (pdf)

[28] Los amos de la biomasa en guerra por el control de la economía verde, Junio 2012, ver aquí (pdf)

[29] Andrea Baranes (ed.), Scommettere sulla fame, crisi finanziaria e speculazioni su cibo e materie prime. Fondazione Culturale responsabilità Etica, Dicembre 2010, Italia.

[30] Riccardo Bocci, Giovanna Ricoveri, Agri-Cultura. Terra Lavoro Ecosistema, Emi, Italia, 2006.

[31] Oecde and Fao, Average commodity prices to rise in 2010-2019, ver aquí

[32] Commercio e agricoltura: dall’efficienza economica alla sostenibilità sociale ambientale (a cura di) Wolfgans Sachs, Tilman Santarius. Emi Italia, 2007.

[33] Norberto Bobbio, L’età dei diritti, Einaudi editore, Italia, 2005.

Fuente: Rebelión

martes, 29 de octubre de 2013

Dios y el dinero.



Benjamín Forcano, teólogo

-Conferencia en el AULA DE TEOLOGÍA, que dirige Alfredo Tamayo, San Sebastián, 1 de octubre de 2013

1-La economía actual bajo el dominio del dios dinero. 

Me toca abordar el tema de “Dios y el Dinero” dentro de un mundo moderno en el que impera la globalización neoliberal, que es como decir un mundo atravesado por una crisis económico-política y ético-religiosa, todas ellas interconectadas.
El economista y diputado Alberto Garzón en su libro La gran estafa interpreta la crisis como “Un extraordinario saqueo de las finanzas públicas y de los bolsillos de los ciudadanos por parte de un sector minoritario de la sociedad.

Son los más ricos los que han vivido por encima de nuestras posibilidades, por su creciente exposición a la deuda, por motivos de especulación inmobiliaria y financiera. Una deuda que finalmente ha sido socializada por los distintos Gobiernos nacionales. Hemos reconocido como propias, del Estado, las deudas de otros” ( A. Garzón, La gran estafa, Destino, Madrid 2013, p. 15).

Quizás lo más importante de la crisis es que ha puesto al descubierto el modelo de sociedad que se nos intenta imponer. Obviamente, nuestro cuestionamiento va acompañado por la aparición de otro modelo, desde el que hacemos frente al modelo capitalista neoliberal, hoy indisimuladamente cínico. En realidad, un Estado de derecho no puede existir mientras exista el capitalismo, mientras no haya democracia económica. Estado de Derecho y capitalismo no son la misma cosa. Los principios, los valores, las actitudes y los criterios que informan nuestro modelo de sociedad son incompatibles con los del modelo capitalista.

Esto lo ha proclamado sin rodeos el Papa Francisco en la ciudad de Cagliari, (Italia) el 22 de septiembre, en una Misa a la que asistían miles y miles de personas: “No queremos este sistema económico globalizado que nos hace tanto daño. Hombres y mujeres tienen que estar en el centro (de un sistema económico) como Dios quiere, no el dinero. El mundo se ha convertido en un idólatra de este dios llamado dinero. Y esto no es un problema de Italia y Europa (…) es la consecuencia de la elección del mundo de un sistema económico que ocasiona esta tragedia, que tiene en el centro a un ídolo que se llama dinero”.

Sin quererlo, me vienen a la mente las palabras del gran crítico de capital, Carlos Marx. Con él convergemos en calificarlo, en esta hora en que el poder del capital se declara más triunfante que nunca, como un fetiche, un dios artificial, un ídolo.

Marx, y a muchos sorprenderá, imbuido de una religiosidad pietista, que en su tiempo se oponía al poder, se apoyaba en el pueblo de Dios de los pobres y demandaba la praxis, combatía el luteranismo ortodoxo, que presentaba a un Dios lejano y abstracto y sumía al creyente en un inmovilismo, patrocinador de una vida espiritual estéril, resignada y fatalista. Los creyentes practicantes para los cuales la religión consiste no en palabras sino en hechos, debían luchar contra este poder divinizado del dinero, considerado como el Anti-cristo.

Sería interesante un estudio sobre este aspecto novedoso de Marx, tal como lo hace Enrique Dussel, en su libro “Las metáforas teológicas de Marx”. Me basta una argumentación suya fundamental, que formula de la siguiente manera: Si un cristiano es capitalista; y si el capital es la “bestia apocalítica”, el anti-dios; dicho cristiano se encuentra en contradicción práctica.

Marx habla del cristiano cotidiano, del realmente existente, del cristiano luterano y puritano de su tiempo(o actualmente del europeo y norteamericano); y habla del mundo capitalista realmente existente, el comprendido cotidianamente por todos, de entonces y de ahora; de lo cual deduce que si el capital es un ídolo, el “demonio visible”, un cristiano no puede realizarse dentro de él, pues su quehacer sería necesariamente satánico.

El Marx tardío hace esta crítica a una religión fetichista, es decir, que sirve al dios dinero, al anti-dios. Y tal crítica es para nosotros perfectamente válida , aceptable para una conciencia cristiana auténtica, profética, de liberación. Marx, recalca Dussel , podía afirmar con Justino, lo que éste escribió en el siglo II contra los hegemónicos del imperio romano. “De ahí que se nos ponga también el nombre de ateos (àtheoi). Si de estos supuestos dioses (romanos) se trata, confesamos ser ateos (átheoi einai”) .

El cristiano, si sabe que el capital es plusvalor acumulado, no puede ignorar la no eticidad del capital, aunque el capital intente ocultar esa su no eticidad intentando demostrar que el capital “crea ganancia desde sí mismo”, convirtiéndolo en algo “absoluto”. Es lo que le lleva a Marx a concluir: “El dinero de su figura de siervo, en la que se presenta como simple medio de circulación, se vuelve de improviso soberano y dios del mundo de las mercancías” (Grundrisee, ed.cast. p. 156).

2-Venimos de un mundo teísta 
Hace tiempo que me vengo preguntando: ¿cómo es posible que en el Occidente cristiano hayamos llegado a la situación actual? ¿Qué clase de cristianismo hemos profesado que nos ha llevado a este abismo de desigualdad y de injusticia, de ricos y de pobres, de empobrecedores y de empobrecidos? ¿Esto es fruto del cristianismo originario o fruto de haber traicionado y abandonado el mensaje de Jesús de Nazaret?

En todos los tiempos y culturas, la sociedad ha tratado de relacionarse con Dios buscando en Él respuesta a la finitud de la existencia humana, al sentido de la vida, al sufrimiento y al mal, y a la amenaza de no ser (la muerte).
El jesuita María Corbí comenta: “Durante la larga etapa de la historia de la humanidad en la que se vivió en sociedades preindustriales, la programación colectiva se hizo mediante narraciones sagradas, símbolos y rituales que decían cómo habían determinado los antepasados y los dioses que había que interpretar la realidad, cómo había que valorarla, actuar, organizarse y vivir” (Éxodo, Nº, 88, 1907, p. 43).

Pero, he aquí que se pasó ese tiempo y hemos entrado en una nueva época industrial, que se define por la ciencia, la técnica, la ideología y no por lo mitos y símbolos

Sobrevino la segunda gran revolución industrial y se alteró profundamente la situación. Entramos de lleno en ella y en ella vivimos de la ciencia y de la tecnología que renuevan continuamente las formas de trabajo, de vivir, de organizarse, de interpretar la realidad, es decir, una nueva comprensión de la realidad humana y de su relación transcendente.

Obviamente en unas condiciones sociales y culturales como éstas, la religión cristiana tradicional entra en una crisis radical, por cuatro razones:
1. porque el saber mítico bloquea el cambio;
2. porque la nueva conciencia considera que nada viene de fuera, ni de Dios ni de la naturaleza, sino de nosotros mismos, sobran las creencias;
3. porque todas las religiones, al convivir mezcladas en un mundo globalizado, experimentan lo mismo;

4. porque la globalización científica quiebra las fronteras y relativiza las pretensiones absolutas de las religiones.
Lo sucedido, los autores lo denominan como la caída del teísmo en nuestra sociedad cristiana, el cual muestra hoy anticuadas sus formas de hablar de Dios y ve sometidos a revisión los “moldes” religiosos del cristianismo del pasado.

Luchar contra el dios-dinero desde el Dios del teísmo no ha surtido efectos positivos. Y, sobre todo, en nuestro mundo moderno ese Dios ha sido declarado sobrante por el racionalismo científico. Y ha inducido a muchos al ateísmo.
La pregunta que yo me hago es la siguiente: ¿No hay otros Dios más allá del Dios del teísmo? ¿Se puede decir sin más que el Dios real ha muerto? ¿Puede incluirse en esa muerte al Dios de Jesús de Nazaret?

La religión teísta ha dejado profunda huella en el cristianismo y son muchos los que todavía viven de ella. En este sentido, encuentro que el Papa Francisco ha entendido como pocos la causa profunda de la crisis religiosa actual y se ha propuesto darle vuelta, simplemente anunciando a quien en el principio fue noticia jubilosa y liberadora: Jesús de Nazaret. Sin Jesús de Nazaret, nada; nada del cristianismo originario ni nada del cristianismo histórico. Con Jesús podemos construir, sabemos qué hacer y por donde caminar. Resulta que lo que los teólogos malditos, (José Antonio Pagola entre otros) enseñaban y les hacía sospechosos de la inquisición, ahora es el mismo Papa Francisco quien lo proclama. Y la tan denostada Teología de la liberación, ahora es reconocida como nacida del Evangelio.

Retornar a Jesús es la clave. El pueblo lo ha captado perfectamente. Como lo ha captado, el genial humorista El Roto, con su chiste del 25 de septiembre en El País, en que un cardenal, con su vestimenta roja, entre dolido y consternado, exclama: Nos ha salido una Papa cristiano. ¡Qué calamidad!

Contra el dios-fetiche del dinero, encarnado hoy en el capitalismo neoliberal, hay que oponerle el Dios que sustenta todo ser y toda vida, toda dignidad y todo amor y guía todo plan de liberación humana. Ese Dios es la antítesis del dios-dinero, del becerro de oro. ¿Es ese nuestro Dios? ¿Es ese el Dios de Jesús?
Como todos sabemos, una falsa imagen de Dios lleva a una falsa conducta. Quizás tengamos aquí el desafío mayor para quienes intentamos poner al día nuestra fe cristiana. Y, ¿cuáles son esas imágenes idolátricas de las que debemos liberar el cristianismo?

3-Imágenes falsas o inadecuadas de las que debemos liberar al cristianismo

Advierto que de todo esto, nos instruye el Vaticano II en la Gaudium et Spes: “En la génesis del ateísmo puede muy bien suceder que una parte no pequeña de la responsabilidad cargue sobre los creyentes, en cuanto que, por el descuido en educar su fe, o por una exposición deficiente de la doctrina, o también por los defectos de su vida religiosa, moral y social, en vez de revelar el rostro genuino de Dios y de la religión, se ha de decir que más bien lo velan” (GS, 19). Y también: “Los hay que se representan a Dios de tal forma que la fantasía que rechazan no es , de ningún modo, el Dios del Evangelio” (GS, 19).

La crisis por muy honda que sea no va a aniquilar el supuesto sobre el que descansa toda religiosidad: la confianza humana de que el mundo y la realidad humana tienen sentido. Y sobre esa confianza se levantan las cosmovisiones que formulan luego el sentido del mundo y de la realidad.

Así lo entiende José María Mardones: “A lo que asistimos es a descreimientos respecto a determinadas concepciones religiosas, cristianas o no, y los estilos de vida que llevan consigo. Desde este punto de vista, quizá lo que llamamos crisis de fe son los movimientos de adecuación de las concepciones de la realidad y la vida que tienen lugar en nuestro momento, especialmente en relación con la fe cristiana” ( “¿Crisis de Fe? Para una tipología de la fe en la España actual”, en Retos de la Iglesia ante el nuevo milenio, p. 26, PPC, 2001).

Está comprobado que la imagen que de Dios se tenga influye en la vida, positiva o negativamente. Si esa imagen es positiva tendrá un influjo constructivo, sanador y liberador; si es falsa y negativa tendrá un influjo perturbador y pernicioso. Hay imágenes que conducen al fanatismo, en nombre de las cuales se mata y se llega al suicidio y al crimen; imágenes enfermizas que dañan y desequilibran.

4-Lo esencial: retornar a Jesús y recuperar su vida y mensaje original.
Es lo primero de todo. Sin Jesús no hay cristianismo y sin cristianismo no hay religión cristiana. Partiendo de Jesús evitamos emprender caminos equivocados, desandar los recorridos falsamente y asumir los que de verdad conducen a El.
5-El Dios de Jesús: una novedad absoluta.
Por todo esto, nada parece más importante que fijar la diana sobre la que disparar para liquidar al dios-dinero. Y esa diana es hacerse con el fundamento que sustenta toda la vida de Jesús: su especial experiencia con Dios, que representó una novedad absoluta en relación con las ideas sobre Dios que poseía la humanidad.

En la sociedad judía y pagana eran predominantes las imágenes de un Dios: -Distante, amigo de los observantes de sus preceptos y castigador de los que no los cumplían, celoso de que los humanos pudieran disputarle ciertos privilegios y que exigía la práctica de ritos para aplacarle.
La enseñanza y vida de Jesús revolucionan esas imágenes. Encuentro, a este respecto, de enorme actualidad, el estudio que Juan Mateos y Fernando Camacho (“El horizonte humano. La propuesta de Jesús, El Almendro, 1988, 94-120), hacen acerca de la imagen del Dios de Jesús. El Dios de Jesús es:

-Un Dios exclusivamente bueno, que busca comunicarse, que potencia al hombre, dispuesto siempre a perdonar.
– Es un Dios al servicio del hombre. Para que el hombre llegue a ser como Dios, Dios se pone al servicio del hombre, lo hace amigo y lo coloca en plano de igualdad. Todo esto lo aclara Jesús con su actitud de amor y servicio. Y no hay nada, ni tiempo ni lugar, ni ley ni tradición que pueda prohibirlo mientras se haga para el bien y desarrollo de todos.

Para las antiguas religiones, al hombre no le cabía ante un Dios soberano más condición que la de siervo:”Uno de los modos tradicionales de “servir a Dios” era el culto. Las ceremonias del culto antiguo, sacrificios, postraciones, ofrendas, expiación por los pecados, subrayaban la inferioridad y dependencia del hombre y lo presentaban como un eterno deudor, que nunca alcanzaba a dar a su Dios toda la honra que éste merecía.

La idea del Dios-amor cambia el concepto de culto. Cuando el NT aplica estos términos a los cristianos, liturgia, culto y sacrificio se refieren a la vida misma. El culto a Dios en el Nuevo Testamento ocupa la existencia entera, no se ejercita con ritos especiales, sino con el mismo vivir. Dice San Pablo: “No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente. Estos son los sacrificios que agradan a Dios ” (Hb 13,14).Todo es culto.

-El Dios de Jesús es un Dios débil. Ciertamente, el Dios de Jesús es omnipotente pero de otra manera. Dios es amor sin límite. Y sólo un amor sin límite es omnipotente. El amor no tiene efecto si no es aceptado. El amor supone la libertad de la respuesta, no se impone. Se puede amar con toda el alma a una persona, pero si ella no responde, el amor queda sin realizarse. En este sentido, el amor cuenta con un posible fracaso y, ante el rechazo, experimenta la impotencia. El amor es eficaz cuando encuentra respuesta.

Ante el rechazo de las autoridades judías y del pueblo que grita “crucifícalo”, Dios queda impotente y Jesús no va a poder evitar la muerte. Esta debilidad de Dios escandaliza a sus adversarios que se burlan de él diciéndole: “Tu impotencia demuestra que Dios no está contigo, un Dios sin poder es un Dios derrotado”. Sí, pero un Dios todopoderoso no derrotado es un Dios sin amor, en tanto que un Dios derrotado pero con amor, es el verdadero omnipotente.

-El Dios de Jesús es un Dios tierno. Quiere decir esto que un Dios tierno no puede permanecer indiferente a la suerte de los hombres, sus males le afectan. Jesús, que es esa presencia auténtica de Dios en la tierra, reacciona ante el mal de los hombres como Dios mismo: se conmueve ante la indigencia, se indigna ante la injusticia, hace suya la causa de los pobres, los defiende, es solidario y su muerte en la cruz lo identifica con todos los inocentes que son víctimas de los opresores.

- Es un Dios dinámico. No puede ser, por tanto, estático, porque su ser es el amor y el amor no deja de amar. Dios tiene el proyecto de un hombre y sociedad nuevos que nos compromete a todos; desde la fuerza de su amor, presente en cada uno de nosotros, nos empuja a hacer efectivo el proyecto de su reinado, individual y socialmente.

Pienso que la clave de toda la vida de Jesús nos la da esta experiencia única de intimidad estrecha con Dios, la experiencia de Abba, Padre, que le hacía participar de ese poder creador que subyace en Dios como compasión o amor. La compasión divina le colmaba. Y eso hizo de él un hombre especialmente liberado, valeroso, audaz, independiente, esperanzado y veraz.

¿Por qué entonces no volvemos a Jesús y al Dios de Jesús, sabiendo que en él está la clave para para acabar con la crisis que nos aqueja, que es el dios-dinero?
Dicho todo lo anterior, considero indispensable hacer confluir en convergente acción contra el dios-dinero, la que brota de la ética racional de nuestro ser, asumida y potenciada por la vida y enseñanzas de Jesús.

6-La dignidad humana, quicio de un proyecto ético universal

Se lo mire por donde se lo mire, podemos concluir que el modelo capitalista, dominante en nuestra sociedad, es incompatible con el modelo de Jesús, que es el Reino de Dios.
No se trata de estimular más medios, más técnicas, más recursos y más alianzas para promover y acumular más bienes. Todo eso hace tiempo que lo tenemos. Sin embargo, la realidad nos dice que no ha servido para acabar con la pobreza, la injusticia, la discriminación, el sufrimiento, los monopolios y privilegios, sino para hacer más honda la brecha entre minorías superafortunadas y mayorías esclavizadas.

1-Primero de todo, personas
Unos y otros, desde nuestras respectivas perspectivas, no podemos olvidar que, primero de todo, somos personas con una dignidad, derechos y valores universales y, por tanto, irrenunciables, en cualquier lugar, cultura o país del mundo.
Lo prometedor del momento actual es que la conciencia humana ha logrado consolidar ciertos principios y formular conquistas morales que no está dispuesta a perder

2–La común identidad: la fraternidad es la genética constitutiva de la humanidad.
Las relaciones de unos pueblos con otros han estado inspiradas en el principio de sobrevalorar las diferencias y de menospreciar la común igualdad. Y las diferencias las hemos convertido en bandera de superioridad y dominación. Hoy, la conciencia avanza imparable, persuadidos de que el valor supremo es la vida, que está en cada persona.

Jamás, hechos o circunstancias accidentales pueden eclipsar lo esencial. Y lo esencial afirma que, frente a la realidad pequeña de la patria, del territorio, de la lengua, de la cultura, de la religión, de la política, de los Estados, está la realidad grande, superior a todas las otras, de la persona.
Mi patria universal es la dignidad de la persona. Mi lengua universal son los derechos humanos. Mi religión es la que me religa a todo ser humano, me lo hace otro yo y me hace tratarlo como yo quiero que me traten a mí. Mi sangre y mi ADN universales me identifican con la sangre y ADN de todos los humanos, con sus anhelos de justicia, de libertad, de amor y de paz. Mi ciudadanía es planetaria, no disminuida en ninguna parte, y brota de mi ser humano como la de todos los demás.
Todos somos personas y, si personas, iguales; y, si iguales, hermanos; y, si hermanos, ciudadanos del mundo entero.

Las razas son relativas. Las religiones son relativas. Las lenguas son relativas. Las patrias son relativas. Las culturas son relativas.
Lo absoluto es:
el amor a toda persona,
el no querer el mal para nadie,
el no explotar a nadie,
el no humillar a nadie,
el no discriminar a nadie,
el no engañar a nadie.

La fraternidad es la genética constitutiva de la humanidad, genética que hace imposible la injusticia, el odio, la indiferencia, el orgullo, la insolidaridad. Uno se hace prójimo de cualquier necesitado cuando tiene compasión de él. Y tiene compasión cuando ve en su cara la cara de un hermano. Es así que, por esta verdad, no puede haber entre nosotros señores y esclavos, grandes y pequeños, mayores y pequeños, extranjeros y nacionales, sino iguales, porque todos somos hermanos.

3-Desafío y posibilidad de una ética universal liberadora

La crisis de que hablamos, es universal y para resolverla hay que contar con una visión y solución que sean universales. Dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948: “La Libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables der la familia humana” (Preámbulo).

La supervivencia de la Humanidad no está asegurada si previamente no se produce un cambio ético, válido y vinculante para todos: “La Tierra no puede cambiar a mejor si antes no cambia la mentalidad de los individuos” (Idem, p. 29).
“Ante esta situación, escribe el superconocido teólogo H. Küng, a la Humanidad no le bastan los programas y las actuaciones de carácter político. Necesita ante todo una visión de la convivencia pacífica de los distintos pueblos, de los grupos étnicos y éticos y de las regiones, animados por una común responsabilidad para nuestro planeta Tierra. Una visión semejante se basa en esperanzas, objetivos, ideales, criterios; dimensiones todas ellas que muchos hombres diseminados por el ancho mundo han ido perdiendo” (Hans Küng, Reivindicación de una ética mundial, p. 32).

4 – La ética cristiana incluye la ética humana. 
¿Pero, existe un proyecto ético válido de alcance universal? ¿Pueden apoyar dicho proyecto creyentes y no creyentes?
El mismo teólogo Hans Kúng lleva décadas impulsando este proyecto: “Por ética mundial entendemos un consenso básico sobre una serie de valores vinculantes, criterios inamovibles y actitudes básicas personales. Sin semejante consenso ético de principio, toda comunidad se ve, tarde o temprano, amenazada por el caos o la dictadura, y los individuos por la angustia” (Idem, p. 33),

Jesús de Nazaret, -el hijo del hombre, humano por excelencia- encarna y explicita lo humano (esta universal ética humana)y, desde lo humano, hace visible el rostro de Dios. Lo cristiano sería nada sin lo humano y lo humano con la enseñanza y vida del Nazareno cobra talla plena

7- NORMA UNIVERSAL PRIMERA: todo ser humano debe recibir un trato humano
Sobre este particular comenta el teólogo Hans Küng: “Esto significa que todo ser humano, sin distinción de sexo, edad, raza, clase, color de piel, capacidad intelectual o física, lengua, religión, ideas políticas, nacionalidad o extracción social, posee una dignidad inviolable e inalienable. Por esta razón, todos, individuos y Estado, están obligados a respetar esa dignidad y a garantizar eficazmente su tutela. La economía, la política y los medios de comunicación, los centros de investigación y las empresas han de considerar siempre al ser humano sujeto de derecho; la persona debe ser siempre fin, nunca puro medio, nunca objeto de comercialización e industrialización. Nada ni nadie “está más allá del bien y del mal”: ni individuo, ni estrato social, ni grupo de interés por influyente que sea, ni cártel de poder, ni aparato policial, ni ejército, ni Estado. Al contrario: ¡Todo ser humano, dotado de razón y de conciencia, está obligado a actuar de forma realmente humana y no inhumana, a hacer el bien y evitar el mal!” (Reivindicación de una ética mundial, Idem, pp. 34-35).

Este obrar, que brota de lo hondo de nuestro ser, queda sancionado por la Ética, el Derecho y la Religión y queda esculpido en la Regla de oro: “No hagas a los demás lo que no quieras para ti” o “Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti”. De esta norma universal derivarían estos cuatros principios básicos: 1º.Respeta la vida. 2º. Practica la justicia. 3º. Sé honrado y veraz. 4º. Ama y respeta a los otros

8-Alternativa del Nazareno al dios-dinero, raíz de la crisis 
La economía, en la lógica neoliberal no es un medio para el bien y felicidad de las personas y de los pueblos, sino un fin para quienes, guiados por su egoísmo voraz, tratan de acumular para beneficio propio desvinculándola de la comunidad, de las necesidades reales y de su verdadero destino humano.

Se explica entonces que esta crisis haya despertado en nosotros un sentimiento básico de dignidad y rebeldía, de solidaridad universal y haya hecho estallar la indignación. Tal sentimiento no ha hecho sino conectar con lo que en toda la cultura occidental es lo más íntimo nuestro: la dignidad humana, “homo homini res sacra”, el hombre es para el hombre cosa sagrada, no se la puede mercantilizar; y también lo de “homo homini frater, non lupus”, el hombre es para el hombre hermano, no lobo.

Compartimos universalmente la clave que nos brinda la solución. En virtud de esta clave podemos sentenciar:
“No soporto la injusticia,
no soporto la desigualdad,
no soporto la discriminación,
no soporto el engaño,
no soporto la humillación,
no soporto el sufrimiento,
no soporto la soberbia,
no soporto la dominación.
No lo soporto y lo rechazo. Y lo rechazamos todos, porque todos somos lo mismo, porque maltratar a uno es maltratar a todos, y discriminar, humillar y despreciar a uno es despreciar a todos.

La vida del otro, cualquiera que él sea, es como la mía.
Y esa clave es presupuesto para toda indignación: – Se me revuelven las entrañas cuando soy tratado injustamente, me hierve la sangre cuando me discriminan, se me agita el corazón cuando me quitan la dignidad. Y cuando a un prójimo, cualquiera que sea, se le trata injustamente, también se revuelven mis entrañas, me hierve la sangre y se agita mi corazón

Es, dentro de este marco, donde cobra sentido la misión de Jesús de Nazaret.
Jesús no fue un economista, ni un político, ni un sacerdote del Templo, ni un maestro de la Ley. Sabía muy bien de qué iban unos y otros en la sociedad de su tiempo, qué buscaban y qué les preocupaba. Jesús había elegido ser libre, para poder anunciar la novedad de su mensaje. Se colocaba fuera del sistema, que no permitía la igualdad ni la libertad. El no iba a darse a conocer por la grandeza de doctrinas , leyes, ritos u obligaciones. No era eso lo que la sociedad necesitaba.
Era necesario instaurar otro modo de vida, de convivencia, para acabar con la desigualdad y la injusticia, y pasar a vivir en respeto y cooperación como hermanos.

9-Proyecto y principio operativo de Jesús de Nazaret
1 –El grito de las víctimas nos obliga a desmontar el cinismo del mercado.
Lo primero que se requiere para desmontar este sistema es reaccionar contra una cultura que favorece el olvido de las víctimas: encerrados en la “sociedad del bienestar” ignoramos esa otra “sociedad del malestar y nos convertimos en espectadores vacíos de compasión.

Ocultar el sufrimiento de las víctimas es objetivo del sistema, pues sus gritos evidencian su enorme fracaso. El poder político, desentendido del sufrimiento de las víctimas, se deshumaniza y se convierte en rehén del poder financiero.
Somos cómplices si, sabiendo que nuestra Tierra tiene recursos suficientes, dejamos que haya millones que mueran de hambre; lo somos cuando dejamos que sea la ley del más fuerte y no la compasión la que rija las relaciones entre los pueblos; lo somos cuando nos conformamos con un sistema que nos beneficia pero que produce mucho sufrimiento; lo somos cuando apoyamos un sistema de producción que nos sumerge en el mundo infantil de las necesidades superfluas y nos aleja de atender a las elementales de todos.

2 – El proyecto de Jesús –el Reino de Dios en medio de nosotros- un nuevo proyecto de convivencia.
Jesús proclama: el tiempo se ha cumplido y ha comenzado lo que todos esperábamos, enmendad y creed en la Buena Noticia, “El Espíritu del Señor me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres” (Lc 4,14). (Cfr. Mr 1,14;Mt 4,1 y 18, 19-20).
Dentro de su sociedad, Jesús habla de un reino que los judíos esperaban terminase con los poderes extranjeros. Pero él introduce novedades radicales: no habrá desigualdades, se cambiarán las relaciones sociales, la situación de los pobres y oprimidos cambiarán, serán ellos los dichosos. Tal reino es el reino de Dios, que quiere implantarlo en la tierra .

En ese Reino no hay lugar para los ídolos del dinero, del poder, del dominio, ni para la represión de instituciones religiosas o de otras normas y leyes. Va a la raíz: comienza por cada uno, por hacer nuevo su corazón y proyectarlo luego en prácticas y relaciones nuevas.

Para Jesús, no pueden ser servidores de Dios quienes hacen del dinero el centro de su vida (ídolo) e instrumento de dominación: “No podéis servir a Dios al dinero” (Lc 16,13; Mt 6,24).
“La lógica de Jesús es aplastante. Dios no puede ser Padre de todos sin reclamar justicia para aquellos que son excluidos de una vida digna . Por eso no pueden servirle quienes, dominados por el Dinero, hunden injustamente a sus hijos en la miseria y el hambre” (José Antonio Pagola, XXXII Congreso de Teología, Madrid 2012).
Con toda razón, el imperio del capitalismo neoliberal es hoy el poder más radicalmente enfrentado al proyecto de Jesús.

3 – La dinámica transformadora de Jesús.
10-PRINCIPIOS ACTIVOS PRIMORDIALES
Primero:“Sed compasivos como vuestro Padre celestial es compasivo” (Lc 6,36).
Jesús da un vuelco a las relaciones de los humanos entre sí, porque la da a la imagen de Dios. “La compasión, no el poder, es el modo de ser de Dios” (J.A. Pagola).
Por la compasión reaccionamos ante los que sufren y abrimos camino para construir un mundo mejor

Segundo: Lo hecho a los más necesitados e indefensos, a mí me lo hiciste.
Hasta tal punto es esto verdad que, el veredicto final de la historia, Dios lo da a base de haber cumplido o no la norma de la ayuda a los que sufren. Esa norma es la única: “Cuando no atendisteis a estos hermanos míos más pequeños: hambrientos, sedientos, forasteros, desnudos, enfermos, encarcelados… a mí no me atendisteis” (Mt 25, 31- 46).

Tercero: Mi prójimo es quien, ante mí, se presenta como necesitado.
Las categorías de nación, religión, lengua, color, sexo o condición social no sirven para decidir quién es mi prójimo. Hay una condición previa. Jesús se lo ilustró muy bien al magistrado que le interrogaba: Vamos a ver, le dice: “Después de comprobar que el sacerdote, el levita y el samaritano pasaron ante el viajero robado , golpeado y maltrecho, ¿quién crees tú que se comportó como prójimo? – El que actuó con él con misericordia. –Pues vete, y haz tú lo mismo.

Cuarto: Los últimos serán los primeros
La compasión demanda hacer justicia y esta debe comenzar por los últimos. Para hacer real y visible la vida, hemos de comenzar para quienes la vida no es vida. Son precisamente los que no interesan a nadie, los que sobran en los imperios, los que no cuentan en los cálculos der la economía oficial, los que ocupan un lugar preferente en el corazón de Dios, tan preferente que serán los primeros.

La justicia evangélica, más que dar a cada uno lo suyo, consiste en dar primacía a la satisfacción de las necesidades de los últimos. Jesús tiene claro que la igualdad es fruto de la justicia y alcanza a las personas y sectores sociales más empobrecidos. Por ello, anuncia que “Los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”. Para hacer realidad su proyecto ( el reino) hay que abolir que haya primeros y últimos. Tarea ésta imprescindible para los que quieren construir una sociedad más fraterna e igualitaria.

El camino para llegar a esta igualdad y fraternidad consiste en que “si uno quiere ser primero, ha de ser el último de todos y servidor” (Mr 9,35). “El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea esclavo” (Mr 10, 43-44). ¡El primero, esclavo; el esclavo, el primero! Una inversión de valores, para aquella situación judía interclasista y de esclavismo manifiesto del imperio romano.

Esta primacía de los últimos plantea retos radicales a una política humana con justicia para todos: en nuestra sociedad sobran los bienes producidos y, sin embargo, en los países del Sur aumenta la pobreza extrema y aumenta el número de hambrientos (840 millones según datos de la ONU) y aumentan inconmensurablemente los gastos militares (más de cuatro mil millones de euros diarios).

No se aplican ni quieren aplicarse políticas de redistribución de la riqueza y pervive, casi como una fatalidad, la pobreza. Nuestra opción por los más necesitados requiere crear un bloque fuerte en recursos, energías y estrategias a su favor, lo cual no es posible a nivel nacional ni internacional sin poner en primer plano la solidaridad, única capaz de cambiar la situación actual . ¿A quién debe servir la economía mundial: al bienestar y seguridad del 20 % de los seres humanos o la totalidad de las personas y pueblos?

Por más que nos pese, nuestras democracias muestran una gran ausencia de solidaridad, que se esconde bajo la creación de un darwinismo social y que se coloca en las antípodas del cristianismo originario.
Jesús se encara a los más fuertes opositores de este proyecto: “Ay de vosotros, los ricos, los satisfechos, los que reís” (Lc 6, 24-25). “Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de Dios” (Lc 16,19-31).

11-Compromisos del seguimiento de Jesús pobre y libre
Todo lo dicho, nos indica por dónde puede venir una solución a la crisis. No ciertamente de las decisiones y medidas del sistema financiero internacional, que se muestra ajeno a orientar la economía desde la realidad de los más necesitados e indefensos, y que administra el dinero injustamente repartiendo más a quienes menos lo necesitan y golpeando a quienes más carecen: inmigrantes, dependientes, asalariados, etc.

Vacíos de compasión, pasan con indiferencia ante los que sufren.
Seguir al Nazareno significa, primero de todo, que nada de lo humano nos es indiferente ni queda fuera de nuestra acción liberadora. Serían éstas nuestras actitudes básicas:

1.No serviremos al dinero.
Liberados del dinero nos comprometemos a una justa redistribución, a una justicia fraterna, a revisar nuestro tipo de consumo, cuestionar nuestro bienestar y aspirar a no tener ni una sola cosa superflua.

De esta manera, estamos en disposición de abrir caminos al reino de Dios y a su justicia, a ser críticos y solidarios, a trabajar para que la comunidad eclesial encuentre su lugar social junto a las víctimas de la crisis.

2. Estaremos más unidos a los que más sufren.
La cercanía nos permitirá conocerlos mejor, establecer lazos de amistad, apoyarlos en la búsqueda de trabajo, ayudarlos en sus necesidades, incorporarlos a colectivos y protegerlos socialmente.

3. Defenderemos lo común.
Esta defensa asegura la igualdad e integración de todos. Y el camino que lleva a ello es el mantener un modelo de servicios públicos gratuitos para todos, como condición y medio para que todos puedan tener garantizado el logro de sus necesidades básicas.

Puede que a otros les posea otro tipo de verdad. La de Jesús consiste en eliminar toda injusticia y sufrimiento: “Yo he venido para dar testimonio de la verdad”, para ayudar a que nadie se equivoque , para ser testigo de lo que a Dios le interesa por encima de todo, es decir, la justicia y la felicidad de todos.
Tal determinación apunta a cuantos con mayor responsabilidad están ocultando las causas de la crisis y ocultan a la par el sufrimiento que en tantos está produciendo. Una sociedad democrática, justa y libre, requiere primero de todo la verdad, que salgan a luz pública las decisiones e intereses ocultos de los que gobiernan y dirigen.

4.-Actuaremos con compasión y ternura
Informar y actuar con libertad, cerca y en unión con los sin voz. Y, primero de todo, introducir la compasión en nuestra vida y en nuestra convivencia. No sabemos cuál sería el resultado en esta nuestra sociedad desigual, dividida y atormentada, si llevarámos a la práctica, individual y colectiva, el principio de la compasión. Siendo, como es, el cimiento, motor y garantía de una nueva convivencia, ¿Qué pasaría si todos hiciéramos ese experimento?

12- Juntos todos, podemos
¡Todo ser humano debe recibir un trato humano! ¡Todos debemos hacer a los demás, lo que queremos que nos hagan a nosotros!
El desafío está en cómo logramos implantar en cada uno y en la sociedad está mentalidad. Muchas cosas hemos hecho avanzar, en muchas hemos mejorado. Nos falta la principal, que nadie se exima de responsabilidad en cuanto hace u omite.

Todos los creyentes, compartiendo esta ética universal, deben también contribuir a profundizarla y concretarla desde la perspectiva específica de su fe. La actual situación no está perdida. Desde un sentido ético propio y universal, todos juntos, podemos revertir esa situación, podemos hacer efectiva una ética mundial común, un mejor entendimiento mutuo, unas formas de vida socialmente conciliadoras, que aseguren un mínimo de justicia, de bienes y derechos, a la luz de la ética, del derecho internacional, del mensaje primordial de las religiones y del evangelio.