sábado, 28 de febrero de 2015

Las mentes y los muros.


Víctor Manuel Márquez


"Los presos siguen siendo personas como nosotros"



Todos, después de todo, seguimos siendo hijos de Dios. Así hayamos manchado de sangre y de miedo un mundo entero


Muros de hielo dividen a los hombres. De piedra o de ladrillo, de alambrada y espino. Pero en ellos se abren las puertas para que puedan entrar mercancías y un poco de aire mientras se aguardan noticias venidas de lejos. Los muros de fábrica no son lo que parecen. Lo que hoy no puede entrar por sus puertas abiertas mañana huirá, con ellas cerradas, de dentro hacia fuera. Lo que hoy parece eterno mañana será, tal vez, un recuerdo.

Los muros de piedra dividen a los hombres pero, si el que divide vence, será también él vencido allí donde cantó victoria. Nada como un muro de piedra o de ladrillo, de alambrada y espino, para acelerar de pronto el curso de la historia.

Hay, sin embargo, otra clase de muros que no dividen, que multiplican. Los evoca, con lucidez extrema, el poeta Antonio Colinas:

"Me refiero a esos muros más sutiles
que levantan, a veces, las mentes de los hombres"

El mundo no ha podido traspasar aun estos muros porque no dividen, multiplican los mundos. Hay muchos mundos dentro del mundo. Ni la piedra ni el ladrillo los separan porque no lo necesitan. Los mundos no se necesitan y, por eso, se desconocen y desprecian. Cada uno se organiza según sus propias reglas. Ellas son, en la práctica, su religión respectiva. Que a nadie se le ocurra cambiarlas porque es imposible, fundamento del mundo al que una vez vinimos. Mitigarlas sería traicionarlas. Solo endurecerlas cabría, por ello.

Cuando Antonio se enteró de la que le podía caer encima si se aprobaban las nuevas leyes sintió un escalofrío. Llevaba en su mundo ya muchos años pero no tantos como para no echar de menos el mundo que había dejado una vez, con sus luces terribles pero con otras también muy hermosas. Mientras, fuera, en ese mundo terrible y hermoso, tan difícil de entender, había un grupo de personas enviando mensajes de felicitación al ministro que traía en su cartera las nuevas leyes. Al fin, había sido atendido el sufrimiento de las víctimas y se haría justicia. A partir de ahora podrían descansar tranquilos.

El peligroso asesino en serie cuyo nombre necesitaban olvidar -o que se olvidara, más bien, él de ellos- se pudriría en la cárcel. Antonio, que podría ser su nombre, no era ya el mismo de veinte años atrás, cuando había manchado de sangre y de miedo las calles. Pero sus víctimas, algunas de las cuales le habían perdonado, se sentían más seguras si su agresor de otro tiempo seguía entre rejas.

Luis sabía también lo que le esperaba si las nuevas reglas se endurecían como era de prever. A seres humanos sin esperanza de recuperar su libertad por haber recaído sobre ellos la pena perpetua, que ahora llaman "revisable" con todo el eufemismo del que maquillamos las buenas intenciones, ¿quién podrá impedir que pierdan la humanidad que les queda y se vuelvan fieras más torvas aún que cuando mataban?

Luis es el nombre de cualquier carcelero. Las víctimas del recluso que ahora custodia no conocen su nombre. No han necesitado conocerlo para conseguir que se les haga justicia. Luis lo comprende perfectamente. Si él hubiera estado en su lugar tampoco habría mostrado el menor interés por conocer el nombre de los funcionarios que nos permiten dormir tranquilos en nuestra propia casa. Para algo pagamos todos impuestos, ¿no?

Y, mientras Antonio y Luis piensan en su futuro respectivo o, más bien, en su falta de él, podemos leer en la prensa opiniones sobre las nuevas leyes penitenciarias. No faltan quienes nos invitan a mirar a Europa: "esto es lo que se hace ya en toda Europa", observan. En España seguimos, a lo que parece, con el complejo de recién llegados a Europa, como si lo que se hace o se deja de hacer en otros países, aun en los más avanzados de nuestro entorno europeo, fuera sencillamente lo que hay que hacer.

Y, tal es nuestro complejo de recién llegados que ni nos preguntamos si lo que se lleva haciendo ya muchos años en otros países ha dado resultado. Porque en otros países la pena "perpetua" conlleva, según los expertos, un régimen mucho más humanizado que el que unos recién llegados como nosotros intentaremos aplicar. Así de sutiles son, como exclama el poeta, los muros que levantan, a veces, las mentes humanas.

Todos tenemos derecho a vivir nuestra vida y a sentirnos seguros dentro de nuestro propio mundo. Por eso necesitamos otros, donde queden a buen recaudo todos los que nos han hecho o pueden hacernos daño. Pero hay algo que no debemos olvidar a pesar de todo: que ellos siguen siendo personas como nosotros. No tenemos derecho, por ello, a convertir nuestras reglas en religión de obligado cumplimiento. La única religión verdadera es la del amor y ella nos enseña que todos, después de todo, seguimos siendo hijos de Dios. Así hayamos manchado de sangre y de miedo un mundo entero.

viernes, 27 de febrero de 2015

A las agresiones humanas, la Tierra responde con flores.


Leonardo Boff

Mas que estar en el centro de una crisis de proporciones planetarias, nos enfrentamos hoy con un proceso irreversible. La Tierra ya nunca será la misma. Ha sido transformada en su base físico-química-ecológica de forma tan profunda que ha acabado perdiendo su equilibrio interno. Entró en un proceso de caos, es decir, perdió su sostenibilidad y afectó a la continuidad de lo que durante milenios venía haciendo: producir y reproducir vida.
Todo caos tiene dos lados: uno destructivo y otro creativo. El destructivo representa el desmantelamiento de un tipo de equilibrio que implica la erosión de parte de la biodiversidad y, en el límite, la disminución de la especie humana, que se produce o por incapacidad de adaptarse a la nueva situación o por no conseguir mitigar los efectos letales. Concluido ese proceso de purificación, el caos comienza a mostrar su cara generativa. Crea nuevos órdenes, equilibra los climas y permite a los seres humanos supervivientes construir otro tipo de civilización.

La historia de la Tierra nos enseña que ella pasó por cerca de quince grandes destrucciones, como la del cámbrico, hace 480 millones de años, que destruyó el 80-90% de las especies. Pero como es madre generosa, lentamente rehízo la diversidad de la vida.

Hoy, la comunidad científica en su gran mayoría nos alerta frente a un eventual colapso del sistema-vida, que puede amenazar el propio futuro de la especie humana. Todos podemos percibir los cambios que están ocurriendo ante nuestros ojos. Grandes efectos extremos: por un lado veranos prolongados asociados a gran escasez de agua, que afectan a los ecosistemas y a la sociedad como un todo, como está ocurriendo en el sudeste de nuestro país. En otros lugares del planeta, como en Estados Unidos, inviernos rigurosos como no se veían desde hace decenas o hasta cientos de años.

El hecho es que hemos tocado los límites físicos del planeta Tierra. Al forzarlos como lo hace nuestra voracidad productivista y consumista, la Tierra responde con huracanes, tsunamis, crecidas devastadoras, terremotos y una incontenible subida del calentamiento global. Si llegamos a aumentar la temperatura dos grados centígrados, la situación todavía sería manejable. Pero si no hacemos los deberes, disminuyendo drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero y no reorientamos nuestra relación con la naturaleza hacia la autocontención colectiva y el respeto a los límites de soportabilidad de cada ecosistema, entonces se prevé que el clima puede elevarse de cuatro a seis grados centígrados. Ahí conoceremos la “tribulación de la desolación”, para usar una expresión bíblica, y gran parte de las formas de vida que conocemos, inclusive partes de la humanidad, no podrán subsistir.

La renombrada revista Science acaba de publicar el 15 de enero de 2015 un trabajo de 18 científicos sobre los límites planetarios (Planetary Boundaries: Guiding human development on a changing Planet). Identificaron nueve dimensiones fundamentales para la continuidad de la vida y de nuestro ensayo civilizatorio. Vale la pena citarlas: (1) cambios climáticos; (2) cambios en la integridad de la biosfera con erosión de la biodiversidad y extinción acelerada de especies; (3) disminución de la capa de ozono estratosférico que nos protege de los rayos solares letales;(4) creciente acidificación de los océanos; (5) desarreglos en los flujos biogeoquímicos (ciclos del fósforo e del nitrógeno, fundamentales para la vida); (6) cambios en el uso de los suelos como la deforestación y la desertificación crecientes; (7) escasez amenazadora de agua dulce; (8)concentración de aerosoles en la atmósfera (partículas microscópicas que afectan al clima y a los seres vivos); (9) introducción de agentes químicos sintéticos, de materiales radioactivos y nanomateriales que amenazan la vida.

De estas nueve dimensiones, las cuatro primeras ya han sobrepasado sus límites y las demás se encuentran en un elevado grado de degeneración. Esta sistemática guerra contra Gaia puede llevarla al colapso como ocurre con las personas.

Y a pesar de este escenario dramático, miro a mi alrededor y veo, extasiado, el bosque lleno de árboles de la cuaresma violetas, casias amarillas y en la esquina de mi casa amaryllis belladonnas en flor, tucanes posados en los árboles frente a mi ventana y araras que hacen nidos debajo del tejado.

Entonces me doy cuenta de que la Tierra es realmente madre generosa: a nuestras agresiones, aun nos sonríe con flora y fauna. Y nos infunde la esperanza de que no es el apocalipsis sino un nuevo génesis lo que está en camino. La Tierra todavía va a sobrevivir. Como aseguran las Escrituras judeocristianas: “Dios es el soberano amante de la vida” (Sab 11,26). Y no permitirá que la vida que penosamente superó el caos, vaya a desaparecer.

Leonardo Boff es columnista del JBonline, filósofo, teólogo y escritor.

Traducción de Mª José Gavito Milano


jueves, 26 de febrero de 2015

Perú: Ciudadanía marchará contra la TV basura.


Servindi, 26 de febrero, 2015.- Una contundente marcha ciudadana contra la TV Basura y que ya tiene decenas de miles de adherentes se realizará el viernes 27 de febrero, a partir de las 5 de la tarde, en diversas partes del Perú. En Lima, la concentración partirá del Campo de Marte.

La marcha busca hacer sentir la voz ciudadana por el desacato a la Ley de Radio y Televisión, en especial el Código de Ética y el horario de protección a la familia o al menor, en que incurren diariamente los canales de señal abierta en el Perú y hacer que cumpla.

El término “TV basura” viene dando nombre, desde la década de 1990, a una forma de hacer televisión caracterizada por explotar el morbo, el sensacionalismo y el escándalo como palancas de atracción de la audiencia.

No se respeta el horario de protección familiar, y los hogares peruanos reciben una andanada de contenidos que no contribuyen a formar valores positivos en nuestra niñez y juventud, indican los convocantes.

La acción es convocada por el Colegio de Periodistas, apoyado por el Colegio de Psicólogos, el Foro Nacional de Juventudes de los Partidos Políticos y el Colectivo por una TV con valores.

El Foro por el Derecho a la Comunicación, un colectivo plural, diverso y con vocación democrática,consideró justas y respaldó las exigencias ciudadanas de la marcha.

El citado foro declaró que “sólo podremos acceder a una comunicación con calidad y que contribuya a la educación si se garantiza la diversidad de los medios de comunicación lo que supone la existencia de condiciones legales y económicas para el acceso plural a la propiedad de medios.”

“Para concretar lo señalado, se debe evitar la concentración en la propiedad de los medios de comunicación en pocas empresas” y recordó su agenda programática de once puntos “que merece un debate público y la atención de las autoridades.”

De otro lado el colectivo Otra Mirada se preguntó: “¿La marcha en contra de la televisión basura será el inicio de una movilización ciudadana ya no solo contra los realities sino contra el poder mediático en nuestro país? Esperamos a verlo.”




Nuestra opinión:

En el país se ha vuelto a generar un debate sobre los medios masivos de comunicación. En esta oportunidad, sobre la programación, el rol de los medios de televisión y la educación. Al respecto, el Foro por el Derecho a la Comunicación expresa lo siguiente:
Respaldar a los colectivos y organizaciones sociales el pedido de acceder a una producción televisiva que contribuya con la educación tal como lo señala el art. 14 de la Constitución Política del Perú. Asimismo, la demanda sobre el respeto irrestricto al horario de protección al menor establecido en el art. 40 de la Ley Nº 28278 o Ley de Radio y Televisión.
Afirmar que estas demandas son justas pues es la ciudadanía la titular del derecho a la comunicación y de la libertad de expresión. Este derecho también implica que la ciudadanía ejerza su derecho a la libertad de expresión sobre los mensajes que llega a sus hogares a través de los medios masivos de información.
Señalar que sólo podremos acceder a una comunicación con calidad y que contribuya a la educación si se garantiza la diversidad de los medios de comunicación lo que supone la existencia de condiciones legales y económicas para el acceso plural a la propiedad de medios.
Para concretar lo señalado, se debe evitar la concentración en la propiedad de los medios de comunicación en pocas empresas pues regula la pluralidad y diversidad en la producción televisiva que recibe la ciudadanía. En este sentido recuerda nuestra agenda programática de once puntos que merece un debate público y la atención de las autoridades.
Por todo ello, el Foro por el Derecho a la Comunicación, se suma a las exigencias ciudadanas de acceder a una televisión de calidad; y participa de la marcha convocada para este viernes 27 de febrero, a partir de las 17:00 hrs.

Lima, 25 de febrero de 2015


A continuación un artículo de interés sobre el tema:
La basura hecha televisión


Por Otra Mirada

Si algo ha resistido los vientos de cambio del nuevo siglo, esa es la televisión. Como en los años noventa, parece estar destinada a mostrar todo lo más sórdido, despreciable y banal de nuestra sociedad. Por ello, el Colegio de Periodistas ha impulsado la marcha contra la TV basura, iniciativa a la que se han sumado colectivos de ciudadanos que quieren ver cambios en una televisión financiada, entre otros, por el propio Estado.

Según el artículo 40 de la Ley de Radio y Televisión, la programación que se transmita en el horario familiar (de 6 de la mañana a 10 de la noche) debe evitar los contenidos violentos y obscenos que afecten los valores inherentes a las familias, los niños y adolescentes. Precisamente, todo lo contrario a lo que habitualmente vemos en las pantallas de los canales de televisión con mayor sintonía.

Nuestro país ha llegado tarde a la explosión de los realities en la televisión mundial, por eso los canales quieren sacarle el jugo a su inversión antes de que la fórmula pierda interés. En su desesperada búsqueda por el rating, han convertido la televisión en la vitrina por la cual los espectadores pueden acceder a la vida privada de los famosos o más bien la que se inventan para estar ahí.

Lo peor es que ningún espacio en la televisión queda libre de esta fiebre. Los noticieros han sido invadidos por este tipo de contenidos. No hay uno solo que no tenga un bloque de espectáculos, donde se reproduce y abunda sobre la pelea o el romance del momento, robándole valiosos minutos a los temas que verdaderamente importan. En la lógica de los broadcaster, ni los conflictos sociales como el de Pichanaki valen tanto como para detener el show.

Buscando que la ley deje de ser letra muerta y que los medios de comunicación se enteren de que hay voces inconformes con lo que hacen, el Colegio de Periodistas, apoyado por el Colegio de Psicólogos, el Foro Nacional de Juventudes de los Partidos Políticos y el Colectivo por una TV con valores, han organizado una marcha pacífica para este 27 de febrero. Ya son 60,000 los adherentes en las redes sociales.

Lo que en el fondo está en disputa es la fallida autorregulación de los medios de comunicación. Como hace poco declaró el Relator Especial para La Libertad de Expresión de la CIDH, Edison Lanza, no quiere decir que los medios privados por su derecho a tener fines de lucro no estén sujetos a ninguna regla.

El Consejo Consultivo de Radio y Televisión (Concortv), organismo adscrito al Ministerio de Transportes y Comunicaciones, mantiene una actitud vigilante ante los atropellos al horario familiar, pero solo emite opiniones no vinculantes y por ende inocuas para los canales de televisión.

Por el lado de la empresa, la Sociedad Nacional de Radio y Televisión (SNRT) cuenta con un Tribunal de Ética que en los últimos años ha mostrado mayor agilidad para sancionar a los medios, aunque la mayor parte de estas sea solo de tipo pecuniario. Debido a los ingentes ingresos por publicidad, pareciera que los canales prefieren pagar las multas a suspender los programas con mayor rating.

Es aquí dónde debe cuestionarse el rol del Estado. Según el artículo 52 de la citada Ley de Radio y Televisión, el gobierno en todas sus instancias debe preferentemente contratar avisos publicitarios en programas cuyos contenidos contribuyan a la elevación del nivel educativo, cultural y moral de la población, así como la identidad nacional. ¿Se está cumpliendo acaso?

Según informó el diario Correo, el Ejecutivo invirtió 6.5 millones de soles en publicidad estatal solo entre los meses de setiembre a noviembre del año pasado. A principios de ese mismo año, el Ministerio de Defensa financió un comercial para invitar a los jóvenes al Servicio Militar Voluntario.

El comercial, de un minuto y medio, tuvo como protagonistas a dos concursantes del cuestionado programa Esto es Guerra. Entonces nos preguntamos, ¿en qué contribuye dicho programa al nivel de educativo, cultural o moral de la población o es que acaso es el nuevo símbolo de la identidad nacional?

En México, el movimiento Yosoy132 movilizó a miles de jóvenes inconformes con la parcialización de los medios de comunicación a favor del entonces candidato Enrique Peña Nieto. Hartos de la manipulación noticiosa de las grandes cadenas, los mexicanos exigieron la democratización de los medios. ¿La marcha en contra de la televisión basura será el inicio de una movilización ciudadana ya no solo contra los realities sino contra el poder mediático en nuestro país? Esperamos a verlo.

Otras noticias:

Fuente: Servindi

miércoles, 25 de febrero de 2015

Ciegos guiando a ciegos.



No hay peor sordo que el que se niega a oír; o peor ciego que el que cierra los ojos ante la realidad. Pero una cosa es la ignorancia debida a la falta de ilustración y otra la ignorancia de los que cierran su mente al conocimiento. Desgraciadamente en el mundo se calcula que hay en torno a mil millones de analfabetos; hombres, mujeres, jóvenes, niños, que no tienen acceso a la educación, ni aún en un grado ínfimo. Una carencia que se convierte en desgracia. Pero existe también un número incontable de personas cuya ignorancia no es fruto del analfabetismo debido a la falta de educación formal, sino que se trata de una ignorancia inducida vinculada al fanatismo y al fundamentalismo ideológico. Un fanatismo y un fundamentalismo que puede tener raíces religiosas o políticas o, en muchos casos, una mezcla de ambas. En cualquier caso, con una incidencia notable en el ámbito religioso por una parte y en el social por otra.

El nuevo formato de guerra a escala mundial que en la actualidad padece nuestra sociedad a causa del yihadismo fanático, que justifica sus actos con textos sagrados del Corán, vinculando intereses políticos con religiosos, en nada o en muy poco se diferencia de los crímenes cometidos por movimientos aún recientes en nuestro entorno inmediato, producidos en ámbitos formalmente cristianos tanto en Irlanda del Norte como en el País Vasco, acciones consideradas por algunos como de liberación nacional, uno de los términos más alienantes de nuestro vocabulario. No podemos olvidar el tiro en la nuca a Miguel Ángel Blanco en el año 1997, así como otros crímenes semejantes. Y esto sin remontarnos a los tiempos de la Inquisición o a las guerras de religión europeas.

Pero vengamos a un terreno más próximo y a un tema menos sangriento, pero que pone de manifiesto la fragilidad intelectual y espiritual de sectores cada vez más extendidos; sectores que se dejan envolver por formulaciones fanáticas que les enredan con definiciones fundamentalistas, concretamente en temas relacionados con la fe.

Durante algún tiempo llegamos a creer que, integrados como estábamos en la Europa de los grandes avances científicos de finales del siglo XX y principios del XXI, no llegarían a anidar entre las iglesias españolas las doctrinas fundamentalistas de algunos telepredicadores norteamericanos, cuyas noticias fueron recibidas en un principio con cierto desdén; pensábamos que estábamos curados de ciertos fanatismos propios de otro entorno cultural que nada tenían que ver con nosotros; que nuestras raíces evangélico-protestantes estaban lo suficientemente arraigadas en una teología bíblica consistente, abierta a una hermenéutica reforzada por los avances de las ciencias sociales, fuera del alcance de las manipulaciones doctrinales elaboradas en ambientes extraños a nuestra idiosincrasia y madurez doctrinal. Definiciones teológicas fundamentadas en una lectura literalista de textos aislados de la Biblia, sacados de su contexto en muchos casos y fuera del ámbito de comprensión global que una correcta hermenéutica bíblica demanda.

Estábamos equivocados. Telepredicadores o teleevangelistas como Jimmy Swaggart, Pat Robertson, Jerry Falwell o Dante Gebel, a los que pronto se unieron algunos latinoamericanos como Luis Palau, Yiye Ávila y otros, han llegado a ejercer una enorme ascendencia política, social y, sobre todo, religiosa; algunos de ellos, ya fuera de escena, crearon un estilo y una escuela que en la actualidad ha sido, está siendo, seguida por discípulos latinoamericanos que, a su vez, tratan de colonizar España con sus métodos. De hecho ¡ya están instalados en España!, bien sea directamente, protagonizando los nuevos programas televisivos o radiofónicos, en unos casos, o bien a través de programas enlatados, en otros.

La ideología de estos telepredicadores se enmarca en un fundamentalismo teológico irracional que suele manifestarse en una postura social racista y de rechazo de los sectores más desprotegidos, ya que en base a su teología de la prosperidad suelen despreciar a quienes siendo cristianos no prosperan económica y socialmente. Pongamos un solo ejemplo. La historia circuló por los más importantes medios de comunicación en el año 2010 con ocasión del terrible terremoto que arrasó Haití. Pat Robertson, el poderoso e influyente telepredicador, líder de grandes masas de evangélicos seguidores de sus indicaciones de forma totalmente acrítica, hizo un análisis de la tragedia ocurrida en Haití en su canal de televisión Cristian Broadcasting Network (CBN), en Estados Unidos, afirmando que en Haití el terremoto fue producto de un pacto con el diablo. “Algo sucedió hace mucho tiempo en Haití y la gente no quiere hablar de ello. Los haitianos vivían bajo la bota de los franceses. Napoleón estaba ahí. Ellos hicieron un pacto con el diablo. ‘Te serviremos si nos quitas de encima a los franceses’. ¡Es una historia auténtica! El diablo les dijo: ‘Ok, denlo por hecho’. Se deshicieron de los franceses, pero fueron maldecidos. Esa isla fue partida en dos. De un lado Haití y del otro República Dominicana. La República Dominicana es próspera, sana, llena de balnearios. Haití es desesperadamente pobre. La misma isla”.

Puesto que damos por supuesto el buen criterio de nuestros lectores, no haremos ningún comentario adicional. Tan sólo reseñar que “líderes espirituales” como Pat Robertson, y tantos otros, tengan apellido anglosajón o hispano, quienes en aras de la teología de la prosperidad se han hecho ricos con las ofrendas de sus oyentes, son los que inspiran, instruyen y manipulan a multitud de personas que confían ciegamente en ellos. Son los que enseñan que el mundo fue fabricado por Dios en una semana y que tiene una antigüedad de seis mil años, cerrando el entendimiento a cualquier aportación científica sobre el proceso de la creación; son los que ignoran pertinazmente el origen de la Biblia, confiriéndole un poder mágico, aplicándole el sentido de “dictado” de Dios y otorgando el mismo valor que se reconoce al Sermón del Monte a los relatos mitológicos y a las múltiples historias seculares que encierra como, a título de ejemplo, la fábula de la burra de Balaam y otras semejantes. Todo ello, en nombre de una doctrina que han elaborado desde el más radical fanatismo fundamentalista, que denominan como inerrancia de la Biblia, confundiendo tozudamente los relatos cosmológicos y las opiniones humanas con la esencia de la Palabra de Dios y manipulando con ello la conciencia de los creyentes. Dios, evidentemente, es inerrante, no se equivoca, no hay error en sus palabras, pero las palabras de sus intérpretes pueden ser erróneas, contradictorias y fuera de los propósitos divinos.

Pues bien, llegados a este punto, nuestra sorpresa se centra en algo que nos parecía hasta ahora absolutamente insólito entre las iglesias protestantes con raíces históricas en España, pero que comprobamos que va tomando cuerpo entre amplios sectores de la juventud evangélica. Jóvenes que han sido educados en las escuelas dominicales de las iglesias; que han cursado estudios secundarios y universitarios; que están expuestos a una enseñanza continua por parte de sus pastores; que, en algunos casos, manifiestan vocación pastoral y, en base a ello, buscan una formación teológica en instituciones ad hoc; y que, en lugar de acudir a esos centros con una mente receptiva, los ojos bien abiertos y los oídos atentos para descubrir los arcanos de la Biblia y recibir una formación integral, en lugar de acudir con una alforja llena de preguntas dispuestos a nutrirse de la enseñanza de los profesores que han dedicado una buena parte de su vida a prepararse para esa labor, llegan (algunos d ellos, no todos) revestidos de seguridades, protegidos por una coraza impermeable a cualquier nueva enseñanza y con su morral repleto de respuestas. Y a eso añaden la soberbia de enjuiciar y descalificar a sus maestros, con un claro menosprecio a quienes están llamados a ser sus mentores, lo cual conlleva una falta de respeto a las instituciones que les acogen. Son, hasta ahora, la excepción, brotan aquí y allá, pero se trata de una especie que abunda cada más y que es preciso tomar conciencia de su existencia.

Jóvenes, en su caso, que llegan a las facultades de teología, procedentes de iglesias sin pastor unas, con pastores carentes de formación teológica otras, o que han ido elaborando su “teología” a impulsos de la casualidad; o bien han crecido bajo la influencia de una enseñanza bíblica carente del mínimo rigor. Pastores unos y feligreses otros que, en un momento determinado de su itinerario vital, se han encontrado con libros, programas de tv-radio o “líderes carismáticos” a quienes han hecho entrega de su confianza y han adoptado como gurús incuestionables, rindiendo ante ellos una obediencia ciega. Movidos por esa influencia, están dispuestos a cambiar las facultades donde se les enseña a pensar por sí mismos, por centros de adoctrinamiento en busca de las verdades absolutas que los gurús les van administrando sin opción a que esas enseñanzas pasen previamente por el filtro de su propio raciocinio. De esos círculos cerrados surgen las nuevas corrientes fanáticas y fundamentalistas que acaparan la atención y la fidelidad de una buena parte de la juventud evangélica. Por supuesto, se nutren de aquellos que se quedan en las iglesias después del tránsito de la adolescencia a la juventud, ya que otros, defraudados por una enseñanza que se apoya en un fundamentalismo irracional, deciden dar la espalda a las iglesias y buscar su destino en otros espacios.

El tema no es baladí. Requiere tomar conciencia de su gravedad y ponerle freno, no con métodos coercitivos, que de nada servirían, sino con una enseñanza teológica adecuada desde los púlpitos y las escuelas dominicales o cursos bíblicos de las propias iglesias; una enseñanza que ayude a entender lo que es y lo que no es la Biblia; en definitiva, que enseñe cómo leer la Biblia. Y son precisamente las iglesias de locales las que deben preparar a los jóvenes en su formación básica, y dar formación a los estudiantes antes de su acceso una formación teológica superior, ayudándoles a abrir la mente para ser receptivos a una formación integral que les capacite para entender la Biblia y transmitir con honestidad y rigor su contenido.

martes, 24 de febrero de 2015

¡Aquellas piezas arqueológicas! Ayuno y abstinencia 2015.


Ayuno y abstinencia-2015
MARI PAZ LÓPEZ SANTOS, pazsantos@pazsantos.com
MADRID.

ECLESALIA, 23/02/15.

23/02/15.- Empieza la Cuaresma un año más. Han pasado ya diez años desde que escribí sobre este tema. He vuelto a leer el artículo (ECLESALIA, 18/02/05) con ánimo de ponerme a tono ante la llegada de la Cuaresma.

¡Qué livianas me parecen mis palabras de entonces! Después de tres mil seiscientos cincuenta y pico días y, aunque “lo escrito, escrito está” y era para un tiempo concreto, han cambiado muchos las cosas.

Entonces aún nadábamos en la abundancia (o eso creíamos); aún no habían saltado por los aires los engranajes de un pozo de corrupción financiera, económica y política a nivel mundial; aún no nos sonaban nombres como Lemans Brothers, Prima de Riesgo, Rescate, Perdonar Deuda a países del Bloque Occidental; aún no aguantábamos un Paro desorbitante pues fluía dinero no controlado (eso se ha visto luego); había Paro pero no a los niveles que tocamos ahora. Aunque es buena la memoria y recordemos que, aún en la abundancia, la denominación “mileurista” es de aquellos tiempos. Aún podíamos hablar del 0,7 para los países en vías de desarrollo; aún… aún no había estallado la Crisis.

Aquí estoy de vuelta preguntándome como hace 10 años si el ayuno y la abstinencia tienen un sentido traducido a nuestros días: los del año 2015, después de siete años de caída libre y recortes sociales hasta en lo más esencial y pagando siempre los de abajo.

¿Cómo vivir el ayuno y la abstinencia en este momento cuando ya casi no sirven los planteamientos de hace unos pocos años?

… Y si el ayuno y la abstinencia se convirtieran en ayuda y asistencia a quienes no tienen ingresos.

… Y si la denuncia de las injusticias se convirtiera en un deber diario sumando voces más allá de ideas y colores políticos.

… Y si empezáramos a hacer gestos de apoyo mutuo, intercambiando tiempo y cuidado unos por otros.

… Y si la televisión pasara a un segundo o tercer plano en la realidad de nuestros hogares. De esto ya hablaba en el anterior… pero seguimos dependiendo más y más de los medios.

… Y si apagamos el móvil de vez en cuando. No dije poner en vibración ni en silencio (¡hace diez años no teníamos whatsapp!) digo practicar la desconexión como una forma de terapia.

… Y si diéramos tiempo a la conversación, a la escucha, a dar nuestro tiempo con quienes están más solos.

… Y si hiciéramos más cosas de esas que no cuestan dinero.

… Y si no nos dejáramos saquear por las grandes compañías y exigiéramos un trato más humano, por ejemplo: no hablar con ordenadores por teléfono; no pagar por pedir información a un banco, aseguradora o compañía de telefonía; no dar datos personales sin que a su vez nos faciliten los de la empresa.

… Y si cada vez más participáramos en Mareas (blancas, verdes… científicas, artísticas, etc.) que siguieran impulsado la protesta ante tanto despropósito.

… Y si fomentáramos el encuentro interreligioso en pequeños detalles de la vida para que dejáramos de mirar “al otro” como estereotipo, el diferente, el “no-yo”.

… Y si dedicamos más tiempo al silencio, a la oración, a la meditación para recobrar energía y sentido, necesarios para salir al ruedo de la vida de todos los días.

… Y si dejáramos de escuchar tanta confrontación y violencia política hasta que se dieran cuenta de que hay que ponerse de acuerdo en beneficio de todos y en perjuicio de los que abusan y se corrompen.

… Y si en esta Cuaresma, el ayuno es el de muchos padres que han visto partir a sus hijos a buscar trabajo en otros países. Ayunar de hijos… es muy triste.

… Y si en esta Cuaresma, la abstinencia la vemos materializada en quienes se abstienen de ir a su casa, porque han sido desahuciados por los bancos; en quienes esperan su medicación contra el cáncer, la hepatitis C (y otras) que no llega porque el presupuesto se gastó en otra cosa.

Creo que después de estos 10 años, el ayuno y la abstinencia que es mucho más que si como carne o pescado, se han convertido para muchas personas en el modo de vida; una vida no elegida pero sí sufrida. Cáritas sabe muy bien qué es ayunar y qué es abstenerse mucho más de 40 días.

La Cuaresma puede ser el principio de un camino de conversión. Los cuarenta días que dura es el pistoletazo de salida. Si algo caló, el año se quedará pequeño para vivir una vida en coherencia y solidaridad y querremos comprometernos cada día de nuestra vida.

Que no tengamos que escuchar un año más las palabras de Jesús: “¿Todavía no comprendéis ni entendéis nada?” (Mc 8, 14-21). No, no atendemos, no entendemos y no comprendemos; por mucho que nos advierta seguimos tragando la levadura de los que engañan y manipulan.

Unas palabras del Papa Francisco en su Mensaje para la Cuaresma 2015 también ayudarán en este tiempo: “Toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados. La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres”.

Vayamos, entonces, como mujeres y hombres libres: con ojos que miran y ven; oídos que oyen y saben escuchar; con mente que clara que sepa discernir y no se deje manipular; y con un corazón atento y amante ante el sufrimiento humano. Sin olvidar la alegría que produce la levadura que, compartiendo el pan con otros, al final sobra.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

pazsantos@pazsantos.com
MADRID.

Fuente: Eclesalia.net

lunes, 23 de febrero de 2015

Cuaresma sí, pero comunitaria.



COMUNIDAD DE MONJAS TRINITARIAS, monjasdesuesa@gmail.com
SUESA (CANTABRIA).

ECLESALIA, 19/02/15.- A veces nos encontramos con textos que nos dicen que la cuaresma es una carrera, o una cuesta, o una escalada. Está claro que, visto así, la cuaresma es para deportistas, y… bueno, en fin, no a todo el mundo se le da bien eso del ejercicio.

Cada cual que le encuentre su sentido propio a la cuaresma pero… nuestra propuesta es vivir una cuaresma comunitaria, ¿o es que no vamos todos hacia la misma meta? ¿Y no será mejor llegar juntos?

El tiempo de cuaresma es ideal para ahondar en el interior, en lo profundo, en “lo secreto” y rebuscar el perfume oculto antes de que se nos quede viejo.

¡Vamos a perfumar la cuaresma! ¡Que cuando llegue la pascua la gran comunidad de Jesús olamos a vida y fiesta! Como la mujer del perfume, rompamos el frasco y derrochemos el amor a raudales. No os preocupéis, no se gasta, no se agota, cuanto más se extrae más se posee.

¿Qué podemos hacer?

Algunas ideas:
Vamos a querernos un poco más. No, no hablamos de quererse cada una, cada uno, un poco más a sí mismo (que es muy sano, sí) sino de querernos más entre nosotras y nosotros. Con gestos, con detalles sencillos, con palabras, con miradas, ¡hay mil maneras, no busques excusas!
Podemos ayunar de “yoísmos”: abramos los pabellones auditivos del corazón para escuchar lo que nos cuenta el otro, la otra. No lo demos por sabido aunque ya nos lo sepamos.
Nuestra oración en este tiempo puede ser alzando la cabeza y mirando más allá. Oraremos más por quienes están al lado, desde el vecino gruñón del 5º, hasta la compañera del trabajo que nos roba los minutos del descanso, pasando por la hermana mayor que nos desespera por su lentitud o las docenas de rostros sin nombre que vemos por el televisor.
Quizás sea también buena idea sacar unos minutos al día para mirar hacia dentro, remover la propia tierra, abonarla un poco (no huele muy bien pero es buenísimo para después recoger mejores frutos) y bendecirla (esto no suele venir en los manuales de horticultura pero os lo recomendamos encarecidamente).
Cuenta, cuenta: sí, eso, que cuentes, que te narres, que saques lo que hay en ti, con humildad y honestidad, que la belleza regalada por Dios y colocada en tu interior no es solo tuya, es de todos. Coteja tu vida con alguien, confronta tu camino, sé valiente y exponte ante alguien que acompañe tu camino, ante tu comunidad, tu familia,…
Haz un censo: no para saber todo lo que tienes sino para darte cuenta de ¡todo lo que tienes! ¿Todo es necesario? Olvida los “por si…”, despréndete solidaria y ecológicamente de aquello que sabes que no necesitas: libros, ropa, dinero,…
Haz un donativo: ¿el mejor?, tu tiempo, que no es recuperable.

Seguro que cada cual tiene más propuestas pero las que queremos fomentar son las que nos lleven a vivir una cuaresma comunitaria: “que todos sean uno como Tú y Yo somos uno”. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Empezamos desde ya sembrando vida juntas, juntos, con esta danza:


Fuente: Eclesalia

domingo, 22 de febrero de 2015

El TTIP o cómo venderle tu alma al diablo.

Manifestación contra el TTIP promovida por 'Amigos de la Tierra. Europa'


Es tan obvio que incluso parece ofensivo decirlo, pero el Tratado de Libre Comercio (TTIP) que negocian en secreto Estados Unidos y la Unión Europea es poco más que otro montón de papeles con el único objetivo de sellar, más aun, el sistema en el que estamos inmersos. Ese en el que las multinacionales manejan los hilos. Ese que a veces deja titulares como “sólo 85 personas poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad”, según Oxfam. Ese en el que unos lo tienen todo y otros nada.

Cada vez que los negociadores del Tratado se ponen de acuerdo en alguna nueva normativa venden su alma a un diablo que se manifiesta en forma de capitalismo. Desde la cooperación regulatoria, que pretende otorgar barra libre a los poderes económicos, hasta el ISDS, que permite a las multinacionales denunciar a los Estados cuando sus regulaciones les perjudican. En ocasiones es el poder, otras es el dinero que reportará este negocio a los intereses privados; ambas para los más afortunados, que verán cómo su mercado se cederá traspasando una vez más las líneas rojas de lo ético y moral. La pregunta es hasta cuándo.

El retroceso en los derechos, que especialmente vivirán los europeos si se firma el TTIP, no es baladí. Un Tratado más, que sigue el camino de acabar con muchos de los avances conseguidos tras años de enfrentamientos militares en forma de Guerras Mundiales, pero con bastante menos estruendo. Ahora ya nadie hace ruido, o así lo demuestran los 560 encuentros a puerta cerrada que la Comisión de Comercio tuvo con 298 stakeholders que representan los intereses de los lobbies industriales.

Ahora la guerras por el poder mundial se deciden en los despachos de Washington y Bruselas, no en las trincheras. Los soldados no sirven a una patria, sino al interés de una multinacional. O al conjunto de ellas. Los combatientes ya no se camuflan entre los bosques, ahora se sirven de la opacidad de las instituciones para operar sin tapujos. Ya no existen las emboscadas, sino las reuniones a puerta cerrada, los desayunos “informativos” o las puertas giratorias.

Pero si hay algo que no cambia es la propaganda, tal y como Joseph Goebbels la inventó. O como años después la redefinió Bernays: “Una manipulación consciente de las opiniones de las masas”. La desinformación sobre las consecuencias en el interés público del Tratado, así como el silencio mediático con los sectores más críticos a éste se contraponen con la difusión de panfletos propagandísticos por parte de los lobbies y la Comisión.

Claro, que las comparaciones son odiosas y la no concreción peligrosa. El TTIP no acaba con vidas, sino que crea empleo. Eso dicen las farmacéuticas que cabildean para que la extensión de sus patentes impida el acceso a alternativas genéricas a las miles de personas que mueren esperando un medicamento. O como cuando hablan de proteger los servicios públicos, y los Gobiernos entienden que quién mejor para gestionarlos que aquellos que jamás escucharlo hablar de cosas como la salud y la cobertura universal. Eso que ahora es algo de interés general podría pasar a ser una mercancía como cualquier otra.

Tampoco hablamos de un genocidio consciente, racista e indiscriminado. Pero entenderán que especular con los alimentos es una constante en esto del libre comercio, y que si el precio del kilo de maíz sube, miles de personas que ni tienen televisión, ni forma de salir en ella, pasarán a engrosar la inmunizada cifra de los 805 millones de hambrientos. Daños colaterales, pensarán los que lo piensen. “Los bancos son indispensables para que el capitalismo funcione, los hambrientos no”

El nuevo Tratado de Libre Comercio será un nuevo éxito para afianzar el sistema establecido. Un logro de las multinacionales, que lejos de conformase con los millonarios beneficios que cada año duplican los de años anteriores buscan que su poder no tenga vuelta atrás, que la firma de acuerdos internacionales les proteja para siempre de vivir en sus pieles algo parecido a la igualdad: su mayor enemigo.

“Una mentira repetida mil veces se convierte en realidad”, debieron pensar en la Comisión Europea los amantes de Goebbles cuando repetían el mantra de proteger los servicios públicos momentos antes de reunirse con los lobbistas industriales en secreto. O cuando saltan desde su despacho en lo más alto de Bruselas al de las multinacionales. Ahí, en la famosa Rue de la Loi, la calle en la que se encuentra el edificio de decisión más importante de Europa, junto el cual los grupos de presión han levantado sus campamentos, que no trincheras.

Y es que al contrario que en las guerras, ya no hablamos de enemigos, sino de amigos, que en el mejor de los casos comparten cervezas, o suben a sus redes sociales los desayunos que tienen con los grupos de interés industriales antes de partir hacia la mesa de negociaciones del TTIP. Con un café y un croissant acompañan uno de los innumerables informes que explican los beneficios del idílico escenario que presentan las multinacionales.

Pero hay que ir más allá de los cientos de diablos que frecuentan las paredes azul celeste de la Comisión para ver la luz. Detrás de los cientos de federaciones y organizaciones paraguas que representan los intereses de miles de empresas privadas y multinacionales se atisba un único objetivo: ampliar el poder de los ya todopoderosos.

El TTIP no es un solo un tratado, es el triunfo de un sistema en el que los interés del 99% se diluyen entre ese 1% que acapara su riqueza. Es un documento que no sólo firma por ese bien sonado escenario de abolir las barreras comerciales, sino que busca afianzar aún más las cuerdas del tinglado industrial en el que las multinacionales han vivido durante lustros y asegurar que así siga siendo eternamente.

Fuente: Atrio

sábado, 21 de febrero de 2015

El Capitalismo, un sistema violento.



José María García Mauriño

Estamos habituados a considerar el capitalismo simplemente como un sistema económico. Pero, la realidad es que el capitalismo es mucho más que un sistema económico. Detrás del capitalismo, en su fondo, está viva y actuante una filosofía que orienta toda la actividad del hombre o mujer capitalista.
Aclaramos desde el principio qué entendemos por Sistema y qué entendemos por violencia.

El Sistema capitalista:.
El capitalismo, se puede decir que es un sistema de
acumulación de poder económico, político, militar y cultural, en muy pocas manos, y que le lleva a la
dominación total del mundo y que produce pobreza, hambre y miseria en más de los ¾ partes de la humanidad, por medio de un Mercado como instrumento de concentración de la riqueza (el capital es multinacional).
Tiene como consecuencia la generación de estructuras de todo tipo de violencia que produce constantemente nuevas estructuras, estados y actos de violencia: terrorismo, muerte, guerras, violación constante de derechos humanos, destrozo de países enteros y de la naturaleza.

Y además:
La lógica del capitalismo es la acumulación del capital como motor del crecimiento económico (ley del valor).
Pensamiento único: Por su parte, la política, la educación, los medios de comunicación… tienen la misión de reproducir el sistema, de inculcar la idea de que no existe ninguna alternativa a la economía capitalista. El capitalismo se constituye así como centro total.
La emigración está en función de la acumulación del capital; es una lógica imperialista porque busca ampliar las fronteras para lograr mayor acumulación de capital.

Hoy día estamos en la fase neoliberal, con la liberación de todo menos de la mano de obra: tratados de libre comercio y privatizaciones. Esta fase viene a reforzar la acumulación de capital, que había entrado en crisis con la descolonización y la posguerra.

El capitalismo es un sistema económico que depende al mismo tiempo de un espíritu moral, y que necesita del sistema político democrático para poder subsistir. Sin esta dimensión política y ético-cultural no se podría mantener. Esta trinidad de órdenes económicos, políticos y culturales íntimamente unidos e implicados es lo que forman un sistema productivo de bienes y servicios basado en el mercado de libre competencia, un sistema político parlamentario y democrático y un orden cultural de valores y orientaciones normativas. Cada uno de estos órdenes o subsistemas poseen cada uno su propia lógica y su propio dinamismo.

A la conjunción de los rasgos que integran el sistema capitalista M. Novak1 le llama capitalismo democrático. Este es el que rige en nuestra sociedad occidental. Y lo define así: “es un sistema social con tres sistemas dinámicos y convergentes que funcionan como uno: un sistema democrático, un sistema económico, basado en los mercados e incentivos, y un sistema moral-cultural de tipo pluralista en el sentido más amplio de la palabra, liberal”2. A cada uno de estos aspectos le daremos su propio tratamiento para ver la violencia que genera cada uno de ellos.

La violencia:
Consiste en obligar o forzar a las personas y sociedades enteras por medio de una fuerza irresistible a hacer o realizar acciones en contra de su voluntad o en contra de derechos y leyes que protegen la vida de personas y pueblos. Esa fuerza es una intimidación o coacción moral, física o jurídica que establece relaciones de extrema agresividad contra personas y pueblos. La violencia mayor de todas es la que produce la muerte en cientos de miles de personas cada día, solo por hambre. Somete a muchos pueblos del Tercer Mundo a situaciones de pobreza y miseria a causa de imponer condiciones socioeconómicas totalmente inaceptables para llevar una vida digna. Y también los miles de muertos que producen las guerras financiadas por el Sistema en todo el mundo. Es un sistema de muerte. En su conjunto, este sistema lleva en su entraña el germen de la violencia. Es un sistema de
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1 Este autor es un pensador norteamericano, católico, que pertenece a un grupo de intelectuales, que representan al neoconservadurismo; estos se reclutan entre los antiguos liberales o pensadores de izquierdas moderados. En la tradición americana los teóricos políticos mantienen una lucha cultural no desvinculada de la política y de la lucha por el poder. Intentan justificar o legitimar un orden sociopolítico determinado. Detrás de este movimiento de estudiosos se encuentran fundaciones o institutos de investigación, financiados por multinacionales. Este autor forma parte de la American Enterprise Institute junto a 176 miembros más y con un presupuesto de cerca de 13 millones de dólares anuales; otra fundación, la Heritage Foundation fué una ayuda extraordinaria para el presidente Reagan. M.Novak edita una revista This World sobre religión y economía, sostenida por la fundación Olin. Las memorias y estudios de este grupo de pensadores, a través de sus Institutos y publicaciones, influyen en los senadores, comisiones políticas, etc. tienen buenas vinculaciones con el poder y tratan de orientar la política nacional e internacional de EE.UU.
2 M. Novak, El espíritu del capitalismo democrático. Tres tiempos. Buenos Aires, 1984, pág.12.
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tal naturaleza que no genera vida, sino muchas muertes. Ha demostrado su incapacidad para resolver los grandes problemas que plantea la sociedad moderna: el hambre, el paro, la guerra. Es un sistema en que todo se compra y todo se vende; es el mercado total.

Una violencia económica:
Se trata de esa ambición insaciable que se hace universal, que abarca todos los sectores. El sistema capitalista ha colonizado lo abundante, transformándolo en escaso y haciéndolo “económico”, lo vuelve visible por medio de la mercantilización y la privatización. Se mercantiliza y se privatiza la salud de los ciudadanos, lo mismo que se mercantiliza y se va privatizando la educación. Lo que constituye el problema no es la abundancia de bienes y servicios, sino el reparto que no se hace. El Planeta Tierra es lo suficientemente productivo como para alimentar, vestir, dar vivienda, salud, y bienestar a todos los que lo habitan. Es el sistema el que lo hace inviable.

Pero, este Sistema no se puede presentar en la sociedad, con su desnuda crueldad, con ese horizonte de muerte, que lleva a la guerra de todos contra todos. Hay que cubrirla con un vestido decente, necesita una filosofía. El Mercado y la competencia forman esa filosofía, ese vestido con que disimulan su deformidad y le dan un aspecto aceptablemente atractivo. Y mejor si se ofrecen en un libro de un autor respetable, Adam Smith, que lleva por título La riqueza de las naciones. No se habla de la riqueza individual, que es lo que realmente le preocupa al capitalista. No se trata de un simple mecanismo económico, sino que el mercado está dotado de una mano invisible (son las propias palabras de Adam Smith) que es capaz de conducir todas nuestras iniciativas económicas, por muy egoístas y rastreras que sean, al mayor bien de la sociedad Pero lo más grave es la justificación de nuestros comportamientos por muy poco éticos que estos sean. Elimina la responsabilidad moral de los seres humanos, no importa que yo busque mi interés a cualquier precio, la mano invisible del mercado se encarga de transformar esos intereses egoístas en aumento de la riqueza de las naciones. Un aspecto importante es la explotación de los recursos que tiene el Planeta Tierra para dar satisfacción a unos pocos. No es la riqueza de la totalidad de las naciones, sino la sobreabundancia de apenas un tercio de la población mundial, la que sacrifica la Naturaleza en su propio beneficio.

Además, en el capitalismo hallamos otra fuente de violencia. Al hablar del crecimiento de la riqueza de las naciones, lo que se tiene muy poco en cuenta es cómo se distribuye esa riqueza de la nación. Porque la realidad es que el sistema no reparte nunca, lo que hace es acumular beneficios en manos de unos pocos En una competencia sin más regulación que la de la mano invisible está muy claro que los más fuertes triunfan inevitablemente. Y su triunfo los hace todavía más fuertes, con lo que cada vez más la riqueza se va acumulando en sus manos muy visibles y reales. Esto crea una enorme desigualdad entre la población.

Por ejemplo, actualmente la renta per cápita anual varía entre los 141.100 dólares de Liechtenstein, los 104.300 de Qatar, los 81.100 de Luxemburgo, por una parte, y los 400 de la República Democrática del Congo, por otra. España tenía una renta de 11.144 € en 2008 y ha bajado a 9.605 en 2012. Hay 35 países por debajo de los 2.000 dólares y 12 por debajo de los mil.

Un informe muy reciente de Intermon Oxfan afirma que 85 multimillonarios del mundo acumulan tantos bienes como más de la mitad de la Humanidad, concretamente 3.570 millones de personas con menos ingresos (enero 2014). La desigualdad “no es ajena a España, donde las 20 mayores fortunas aumentaron su riqueza entre 2013 y 2014 en 15.450 millones de dólares y poseen hoy tanto como el 30 por ciento más pobre de la población del Estado”.El treinta por ciento son aproximadamente 14 millones de españoles. Una sencilla operación aritmética nos dice que uno de esos millonarios posee tanto como setecientos mil españoles pobres.

El orden económico es un sistema de producción de bienes y servicios basado en el mercado, la propiedad privada de los medios de producción y la libre empresa individual. El espíritu de este subsistema económico se caracteriza por la violencia, es decir, por pretender llegar al máximo de la producción y al máximo del beneficio. Y para llegar a ese objetivo no repara en la destrucción de puestos de trabajo que no sean rentables, aunque estén altamente cualificados; con lo cual se eliminan aquellos puestos de trabajo más débiles financiera y profesionalmente hablando. No duda en aplicar su fuerza, su poder multinacional, para alcanzar altos beneficios y seguir acumulando más capital. Se crea riqueza, pero no se crea empleo. Le lleva a un individualis­mo que pretende el máximo de libertad económica y el máximo de limita­ción de la libertad ajena; y que concibe y valora todas las cosas en clave de beneficio, de competencia y de costes. De ahí, unos valores como el cálculo, el rendimiento, la ren­tabilidad y la eficacia, sean clave en las prácticas sociales de este subsistema. Si, en general, se puede decir que es un sistema que se basa en la economía de mercado, también nos es lícito concluir que es precisamente en esta economía de mercado1 donde se genera un gigantesco sistema de explotación.

Y esto por varias razones:
a) El objetivo de la producción que se propone el sistema no es la satisfacción de las necesidades humanas (producción de valores de uso), sino la obtención de un beneficio (valores de cambio). El problema central de toda organización económica no es la escasez; porque hay recursos de sobra para satisfacer necesidades básicas. En la actualidad, fines de año de 2014, hay alimentos suficientes para dar de comer a más de 12.000 millones de personas, casi el doble de los habitantes del planeta, ya que somos ahora 7.000 millones de SH El problema básico no es la escasez, es el reparto, porque el sistema lo que pretende es la acumulación, no el reparto de bienes y servicios. Una cosa son las necesidades básicas para poder vivir una vida humana, y otra son las necesidades que se generan a partir de la creación constante de nuevas necesidades que crea la sociedad del consumo. Todo el contenido de la producción se ventila en el Mercado.

b) El Mercado en la actualidad es único y mundial, le llamamos el Mercado total donde todo se compra y todo se vende, lo mismo mercancías materiales que votos para unas llamadas elecciones democráticas. Para que funcione el sistema lo mejor organizado es el Mercado: fuera del Mercado no hay salvación! En este siglo XXI se profundiza más en una economía especulativa que en la productiva, no se crean bienes que satisfagan necesidades humanas, sino especulación financiera: con poco esfuerzo, se sacan más beneficios (es la lógica de los ‘casinos’). Sólo el Mercado puede asignar los recursos y fijar las prioridades. Los defensores del Mercado Único no lo practican, solo en la medida en que ellos conservan el control de la economía

Es un Mercado violento, porque obliga a las personas a comprar y vender al precio que marcan las multinacionales (la Organización Mundial del Comercio, la OMC) para mantener la competitividad, no para satisfacer las necesidades básicas de la
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3 Conviene saber que el Mercado como sistema de compra y venta de bienes y servicios es necesario en cualquier país y tiene sus leyes propias: es el espacio socioeconómi­co donde se forma el precio de un producto por el adecuado ajuste entre la oferta y la demanda y donde la gente puede proveerse de lo necesario para su vida. Otra cosa distinta es la economía social de Mercado también llamado Mercado libre, implica la libertad para poner un precio a los productos, pero esto ordinariamente no se practica, porque no hay tal libertad en el mercado, ya que casi todo está ya programado, planificado, comercializado y vendido, por las multinaciona­les antes de que se pueda intervenir en él. Solamente lo practican aquellas empresas, gobiernos o sistemas financieros que de hecho tienen el control de la economía. Los defensores del Mercado Libre no lo practican, solamente si conservan el control de la economía. Es preciso conocer que el fin de la Economía, que es la producción de bienes y servicios de tal manera que a nadie le falta lo necesario para la vida, no producen bienes que sirvan para la vida de millones de seres humanos que tienen derecho a vivir, sino para llenar sus bolsillos.
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población. Es violento porque ante la necesidad de subsistir, el Mercado obliga a comprar esas mercancías al precio que esas multinacionales imponen, sin tener en cuenta la pobreza, la escasez económica de la mayoría que son gente pobre, población trabajadora.

Un aspecto importante de la economía es el factor militar. No vale que traten de ocultar este carácter de conflicto entre naciones capitalistas hablando de que fue una guerra en defensa de la democracia y la libertad amenazada por el totalitarismo nazi. El capitalismo utiliza la imagen de la democracia cuando le interesa, pero nunca ha tenido la menor dificultad para convivir y apoyar cualquier dictadura de tipo fascista, si eso favorecía sus intereses. Al capitalismo alemán le vino muy bien el movimiento nazi para atajar el peligro de una revolución socialista. Luego, la gran industria alemana apoyó con entusiasmo el rearme alemán y la aventura bélica de Hitler.

Después de Hiroshima una guerra entre grandes potencias sería un suicidio colectivo evidente, pero eso no supone que el capitalismo haya renunciado al recurso de la violencia militar cuando le ha convenido. Es difícil conservar en la memoria la cantidad de golpes de estado e invasiones que EE.UU ha propiciado en el último medio siglo. Y actualmente el mundo es un hervidero de conflictos bélicos, que indudablemente tienen componentes étnicos o religiosos, pero que están atizados por los intereses económicos de las grandes potencias capitalistas. Y es que el espíritu capitalista desata un afán competitivo para el que no hay límites éticos ni de ningún otro tipo. Si la obtención del beneficio requiere matar, se mata sin vacilar.

Ahí está la OTAN como instrumento militar de violencia física. EE.UU. y sus aliados occidentales dirigen este gran proyecto de controlar militarmente todo el planeta, al margen del derecho internacional y de cualquier límite ético, jurídico o geográfico, al servicio de un capitalismo salvaje. La OTAN, el Banco Mundial, el G-8 (los 8 países más ricos de la tierra), la OMC, y el Fondo Monetario Internacional conforman una arquitectura institucional que diseña y ejecuta la militarización del mundo. Y ésta consolida la globalización capitalista neoliberal que somete, expolia y empobrece a pueblos enteros y destruye la Naturaleza misma.

Una violencia política:
Para ver dónde se clava esta violencia en el orden político del sistema, hay que analizar el corazón del poder político, sabiendo que el poder político no tendría tanto poder si no estuviera sostenido por el poder económico1. Pero es precisamente en la instancia económica donde se dictan las normas políticas para mantener a flote el sistema a toda costa, a costa de lo que sea; por algo le llama M.Novak “el capitalismo democrático”. El sistema necesita esta configuración democrática de la sociedad para subsistir. La violencia del sistema afecta necesariamente a la violencia que se da en la democracia. La violencia política es la des-naturalización de la democracia: tenemos una democracia representativa formal, no una democracia participativa2. No son de hecho los ciudadanos los que intervienen en las decisiones públicas, que rigen la sociedad , sino que son decisiones tomadas al margen de la soberanía popular, están influenciadas decisivamente por le Troika europea. (FMI, BCE y Comisión).

Es sintomático que la denuncia de los escándalos y de las corrupciones económicas no se diera en el Parlamento, sino sobre todo en la calle, en muchas de las manifestaciones en contra de la privatización de la sanidad o de la escuela pública, también, en algunos medios de comunicación. La decisión de incluir en el art, 135 de la Constitución la cláusula de que tendría prioridad el pago de la deuda por encima de otras necesidades básicas, se tomó al margen de la voluntad popular. Fue una decisión tomada por los partidos PP y PSOE, sin consultar a la ciudadanía.

Por eso, examinaos los rasgos de este subsistema. El ámbito político tiene su propia racionalidad: la organización del capitalismo se basa en un orden socio-jurídico que tutela una determinada economía: la que se basa en la pr­o­pi­e­dad pr­i­va­da de los bi­e­nes de co­n­su­mo y de los m­e­d­ios de pr­o­du­c­ci­ón. Se trata de todo lo relativo a las tareas orga­nizativas de tipo político, como las elecciones cada 4 años; y también las de tipo administrativo, como el sistema de las autonomías, las relaciones laborales3.
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4 Difícilmente se puede hablar de democracia cuando la actividad económica que es básica en el desarrollo de la vida humana, escapa a la soberanía popular.

5 En nuestra Constitución se consagra un Estado de Derecho, un Estado democrático y social, que lleva consigo la descentralización política y territorial, la exigencia de la participación ciudadana -directa e indirecta- y la subordinación de toda la riqueza al interés general. Esto se queda en la mayoría de las circunstancias en papel mojado; la exigencias del sistema económico casi siempre prevalecen sobre las políticas.

6 En concreto, la política laboral esta orientada hacia la libertad de contratación entre empresarios y trabajadores. El trabajo está considerado como una mercancía cuyo precio es el salario; el trabajador vende su fuerza de trabajo. El empresario (como entidad jurídica o como organización mercantil o comercial) es al que compete combinar la producción y distribución de los bienes y servicios a través del mercado. El Estado interviene con mayor o menor fuerza, protegiendo jurídica y políticamente el Mercado, la economía de mercado, se­gún la forma de capitalismo de que se trate. Las democracias o dictaduras tecnocráticas tienen como misión crear condiciones objetivas para que funcione el Mercado.
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Se trata de un poder, el poder de la clase dominante que gobierna el país, que tiene en su mano la organización de la vida pública en libertad: una libertad formal de partidos políticos, de expresión (TV, radio, prensa), de mercado, de competencia económica, es decir, el pensamiento único es el que rige en esta sociedad. Y consiste esta forma de pensar en afirmar que lo políticamente correcto es la democracia realmente existente, la que impone la clase dominante, la igualdad formal ante la ley, la lógica del mercado y el miedo a la libertad, como piedras angulares del sistema. Es la canonización de lo existente como forma de vivir que es intocable e irreformable, donde la Filosofía del súbdito sigue imponiéndose a la del ciudadano.

Una violencia cultural:
El tercer subsistema que propone Novak es del orden cultural. La mayor violencia se da en los medios de comunicación. Estamos de sobra des-informados. Ya sabemos que esos medios, Prensa, Radio y TV, están en manos de los grandes bancos y de grandes corporaciones multinacionales. No nos dicen lo que ocurre en el mundo, en la sociedad, sino lo que les interesa a esos medios que estemos informados. Y ocultan aquellas noticias que no les interesan a esos medios que la ciudadanía pueda tener conocimiento.

Pero, hay más: se trata de la cualidad humana que da sentido a la vida personal y comunita­ria: la ciudadanía, formada por hombres y mujeres concretos, necesi­tan un sentido para vivir y subsistir. La ideología del capitalismo genera toda una manera de entender la vida. La cultura como sistema de valores, es lo que da sentido a la vida individual y social; es la que orienta la eco­nom­ía, la que más in­f­lu­ye en la m­ar­cha de la so­cie­d­ad, ge­ne­ra­ndo unas ideas, principios y va­lo­res que son los que do­m­i­nan en la so­ci­e­d­ad; entre ellos se suelen citar el in­di­vi­du­a­lis­mo po­se­si­vo, do­m­i­n­io, dinero, consumo, insolidaridad. Se condena la búsqueda de alternativas y queda como idea dominante: Fuera del Mercado no hay salvación! Y en el centro de este sistema cultural una institución encargada de dar sentido: la religión. Históricamente, la religión ha sido dentro de la cultura, la dadora de sentido por antonomasia. Sobre ella ha recaído la tarea de dar sentido global y particular a las vicisitudes sociales y personales. La religión y en concreto la Iglesia católica siempre ha estado al lado del poder establecido y su mensaje no ha sido desgraciadamente un mensaje liberador que de sentido a la existencia humana. Solamente unas minorías marginadas, las llamadas “comunidades de base” son heterodoxas del sistema y van siendo portadoras de una visión distinta.

Otro aspecto importante de esta violencia cultural es la que afecta a la clase trabajadora. Impedir a las mayorías oprimidas el acceso al conocimiento de los procesos sociales es el elemento determinante del mantenimiento de la estructura de dominación. Una de las frases más famosas de Henry Ford, da buena cuenta de la enorme importancia que desde los núcleos de poder se atribuye a la ignorancia de las mayorías para mantener el sistema: decía, “Es bueno que la gente no conozca el sistema bancario y monetario; si no, habría una revolución mañana por la mañana”. Se trata de mantener en la ignorancia a las clases populares para mantener el oreen establecido. El capitalismo es una relación social histórica que lleva en su código genético la dominación y por tanto la violencia. Y pretende activar la lucha ideológica, la violencia de las mentes y de las conciencias, en la construcción de un conocimiento falseado de la realidad. No quiere que la clase obrera se entere de sus propias luchas, que mantenga su propia memoria histórica, como si tuviese siempre que empezar de nuevo sus reivindicaciones.

Se pueda afirmar que el capitalismo lleva en su entraña la insolidaridad; se alimenta del egoísmo individualista; y predica que fomentan­do ese egoísmo se solucio­nan los pro­blemas de la socie­dad: “creando rique­za para todos, todos se benefician de ella”. Se trata del capitalismo salvaje. Porque no existe otro capitalismo llamado de “rostro humano”. Otro capitalismo es imposible.

Además, seguimos en manos del PATRIARCADO, esto es, un “orden” de poder, un modo de dominación cuyo modelo es el hombre occidental y blanco. Y está basado en la supremacía de los hombres y lo masculino, sobre el sentido de inferioridad que imponen los hombres a las mujeres y lo femenino. El patriarcado sigue maltratando y matando. Las maneras en que el patriarcado se manifiesta son distintas para distintas sociedades y han cambiado a lo largo de la historia. Veamos algunas características que se presentan en la actualidad en España en comienzos de siglo XXI:
Falta de independencia económica: por falta de ingresos o ingresos bajos por trabajos precarios, inestables de tiempo parcial.

División sexual del trabajo: las mujeres cargan con todo el trabajo no remunerado (trabajo doméstico y cuidado de personas).
División sexual del trabajo remunerado: para las mujeres se reservan los puestos de «bajo perfil» o de «perfil asistencial». Los salarios de las mujeres son más bajos que los de los hombres y dan a las mujeres la mayoría de los contratos de trabajo parcial.
Expectativas del mundo laboral: los varones deben tener disponibilidad total hacia el trabajo. Nadie espera que las mujeres se superen en el trabajo porque se supone que se deben al hogar.
El «techo de cristal» aún cuando algunas asciendan a altas jerarquías, en general quedan a un paso de los verdaderos puestos de decisión. Las que consiguen pasar ese techo son la minoría.

Violencia doméstica, acosos sexual y violación: Sigue habiendo demasiados casos, demasiada gente que la justifica, tribunales que encuentran atenuantes en supuestas provocaciones por parte de la víctima.
La sexualidad: Escaso respeto de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
La prostitución: que es ejercida mayoritariamente por las mujeres y no sería posible sin una abismal diferencia de poder entre varones y mujeres y la reducción de estas a objetos sexuales
Finalmente, podemos concluir que el factor cultural es el más grave de todos, puesto que socava las bases en las que se que se asienta el sistema. En este capitalismo democrático, existen unos aspectos culturales fundamentales a tener en cuenta, porque no hay democracia sin una cultura democrática; esta cultura está muy mediatizada por los “mass media”, que maneja hábilmente el Mercado de la imagen, de la comunicación. Repito lo que ya sabemos, que los medios de comunicación están en manos de grandes capitalistas. Se tiene la cultura, la mentalidad, la ideología, se fomentan los valores que quieren e imponen los detentadores de los mass media; es difícil pensar por sí mismo críticamente y al margen de la ideología dominante.

Para tratar de contrarrestar esa violencia, sabemos que existen unos factores culturales básicos, sin los cuales se corrompe la cultura de nuestra civilización occidental; son éstos:

a) Los derechos humanos: la democracia se basa en el respeto a los derechos humanos. Hablar de democracia no tiene sentido si las libertades garantizadas por estos derechos no son efectivamente respetados. Pero los derechos humanos son indivisibles: las libertades esenciales en democracia como la libertad de expresión, de asociación, no pueden estar disociados de los derechos fundamentales como el derecho a la vida, el derecho al trabajo. Y estos son precisamente los derechos más amenazados por el imperio del Mercado total, en esta democracia neo-liberal. La violación de hecho de múltiples derechos humanos indica que esta sociedad va camino de un pragmatismo cruel, que niega la Utopía necesaria, propia de la ética de los derechos humanos.

b) El pluralismo: es otra dimensión cultural esencial en toda democracia muy unida con el valor de la tolerancia; éste pluralismo se realiza en la confrontación de ideas, de proyectos diferentes -sean políticos, religiosos o morales- de distintas culturas, de diferentes etnias dentro de la única raza humana que existe. Los proyectos culturales son varios y distintos al nuestro: es la multiculturalidad que hoy se nos impone; la cultura de los africanos, de los latinoamericanos, de los asiáticos; cada uno aporta algo de su cultura a la nuestra4. Lo mismo podría decirse de la variedad de creencias, de religiones o de credos, sin distinción alguna, con los mismos derechos. La democracia debería admitir este pluralismo religioso5. Esto se traduce históricamente en la pluralidad de partidos políticos, de sindicatos, de asociaciones y movimientos sociales de la más diversa índole, de la acogida de los ciudadanos inmigrantes. Donde se respeta el pluralismo se respeta la democracia; si el pluralismo es pura teoría, entramos en una degeneración de la democracia.

c) La descentralización del poder como elemento esencial de la democracia: sin descentralización las instituciones que deberían servir de mediaciones entre el poder y las personas, de proporcionar las libertades de los individuos, tienen el peligro de convertirse en intermediarias para alcanzar y mantener ese poder, por muy legítimamente que se haya conseguido en las urnas. No centrar o concentrar el poder en manos de una persona o de un gobierno, sino tratar de repartir responsabilidades para que el poder de decisión sea más compartido. Esto lleva consigo el descrédito del Estado que se funda en el fracaso de pesadas burocracias que ahogan y hacen ineficaces los planes del Estado, a causa del Mercado total; el neoliberalismo solo hace reforzar este descrédito. En realidad nos gobiernan otros completamente distintos y desconocidos a los elegidos por el sufragio de votos.
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7 Aceptar la multiculturalidad significa reconocer las diferencias sin abdicar de la igualdad básica que debe unirnos; el discurso de la multiculturalidad dice que sólo accidentalmente somos distintos, pero esencialmente somos iguales -”todos los seres humanos, son iguales”-. Y el derecho a ser diferentes no es sino un modo de afirmar el derecho a ser iguales. La igualdad de oportunidades es condición necesaria para que cada cual pueda elegir el modo de vida que prefiera. Reivindicar la multiculturalidad significa el compromiso de la democracia con la igualdad: todos tenemos la obligación de reconocer la identidad de los otros, sean gitanos, magrebíes, mujeres, catalanes o andaluces; en una democracia deben caber todos los individuos.

8 Es difícil aceptar que se adore o se de culto a unas divinidades distintas a las nuestras “a las de siempre”, que las costumbres y moralidades de otros signo, se mezclen con las nuestras y seamos tolerantes con todas; da la impresión como que han venido a ‘invadir’ nuestro terreno. Hoy, ciertamente, ya no es como antes: el mundo es cada vez más pequeño y el planeta Tierra ya no es más que una casa de vecinos.
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d) La ética de la economía: la economía debe de partir de algún tipo de elección de cuáles son los bienes que tiene que producir para satisfacer necesidades básicas. Y toda elección implica decisiones: son al mismo tiempo decisiones políticas y decisiones éticas; no se pueden dar unas sin las otras. Las decisiones no dependen sólo de un análisis técnico de la realidad6; depende también de ciertas opciones donde el sistema de valores sea el factor determinante. Porque partimos de la base de que los bienes económicos producidos no son escasos, sino que están mal distribuidos. La selección que hace el sistema depende de opciones y valores previos. Las necesidades humanas básicas no están siendo satisfechas en virtud de las preferencias que tiene el sistema de acumular bienes y obtener beneficios a costa de las desigualdades sociales, de la pobreza de una inmensa mayoría, y del mismo Planeta Tierra. Este es el modelo de sociedad que propugna el sistema, en base a esos criterios, y en ellos se expresa la visión que se tiene del SH, de su actividad y de la Naturaleza que se quiere mantener o conseguir.

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9 La economía no es completamente autónoma: sus leyes no son puramente técnicas ni funcionan de forma completamente mecánica, las decisiones no se toman sólo desde la única racionalidad económica. La economía no puede ofrecer conclusiones como algo inevitable, como un cálculo matemático exacto, como si la dimensión ética no tuviera nada que hacer, fuera el ‘convidado de piedra’. (Víctor Renes. Etica y economía. Rev. ‘Documentación social’, 83, 1991, pág. 142). No puede haber una actividad económica éticamente neutral, precisamente porque trata de problemas humanos, de cubrir necesidades humanas, no puramente biológicas, y por eso entrañan problemas humanos, problemas socio-económicos que afectan a los SH, a la humanidad, y éstos llevan consigo todo un sistema y una jerarquía de valores. El SH siempre será un fin en sí mismo, nunca un medio.