sábado, 24 de octubre de 2015

La prioridad del pastor debe ser conocer la Biblia.


El teólogo y pastor Samuel Pérez Millos explica en una charla interactiva la importancia de que los pastores dediquen tiempo al estudio.

La plataforma digital para el estudio de la Biblia, Logos, celebra en octubre el mes del pastor, presentando diversos recursos que puedan resultar de ayuda para la labor de servicio que realizan los ministros en sus iglesias locales. La pasada semana, Logos organizó una charla con el pastor, teólogo y autor Samuel Pérez Millos, afincado en Vigo (España), el cual respondió a varias preguntas relacionadas con la importancia del estudio bíblico para ejercer una sana labor de pastorado. 
Bajo el tema “El pastor como exégeta”, Pérez Millos explicó cuáles son las principales necesidades del pastor en cuanto a su preparación bíblica, y la importancia que tiene para la iglesia el dar prioridad a la exposición de la Biblia en las congregaciones. 

 LA EXÉGESIS, UNA LABOR FUNDAMENTAL PARA LA IGLESIA 

Samuel Pérez Millos, que es autor de varios comentarios bíblicos, explica que la exégesis es una palabra que procede del griego, la cual “literalmente significa explicación”. Al referirse a la práctica de estudio bíblico, se suele combinar con la hermenéutica, que se refiere a las reglas de interpretación a aplicar en un texto que leamos. 

“El pastor -explica Samuel Pérez Millos- es una persona que con un don específico del Espíritu Santo es instrumento para edificación del pueblo de Dios mediante la instrucción de su Palabra”, considerando que “la enseñanza del pueblo de Dios es su objetivo fundamental”. “Pablo habla de pastores como Timoteo, cuya misión le exige predicar la Palabra. El pastor debe que dar el alimento vital, la Palabra de Dios, y para ello debe hacer exégesis con el texto, esto es: entenderlo, y transmitirlo”, añade Samuel Pérez Millos. 

 LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA BÍBLICA 

Millos considera que la iglesia actual necesita “determinación en predicar y enseñar la Biblia. Spurgeon decía hace casi 200 años: llegará un día en que en lugar de un pastor alimentando ovejas habrá payasos entreteniendo cabras. El púlpito en muchos lugares está falto de la Palabra de Dios. Hay mucho comentario o discurso, pero el pueblo necesita oír la voz de Dios”, advierte. Pérez Millos, pastor en una iglesia en Vigo, reconoce que “la mayor necesidad de un pastor es leer la Biblia. Esto se lo indica Pablo a Timoteo, para que no abandone la meditación de la palabra de Dios. 

Así que la primera necesidad del pastorado es conocer profundamente la Biblia, por lo que el pastor debe dedicar tiempo preferente para la palabra de Dios”. Considera el teólogo que muchos pastores hoy “en Hispanoamérica tienen que hacer labores de mantenimiento del local, visitación constante, etc. Y me pregunto: ¿cuándo este hombre puede dedicar tiempo a estudiar la Biblia?”. 

Además, Pérez Millos explica que la labor de estudiar la Biblia “nunca acaba”. “Nadie que termina un estudio en la facultad de teología sale con conocimiento absoluto. Sale con herramientas, pero tiene que dedicar tiempo al estudio de la Palabra de Dios y programar una predicación sistemática de la Biblia en su iglesia”. Por ello “la mayor necesidad es atender a lo que es la Biblia, darle importancia y asumir la responsabilidad moral de predicar la Palabra. Para eso hay que estudiar y formarse”. 

 CONOCER IDIOMAS BÍBLICOS: ÚTIL, PERO NO INDISPENSABLE 

Una de las cuestiones planteadas es la conveniencia o necesidad de conocer los idiomas en los que se escribió la Biblia, fundamentalmente hebreo y griego koiné. Pérez Millos, autor de un Nuevo Testamento interlineal griego, explica que “los idiomas bíblicos no son fáciles. El griego bíblico exige años de dedicación. Cuando vas al griego, un verbo puede tener hasta diez significados distintos”. 

Considerando que es una herramienta más para el estudio, Pérez Millos opina que “los pastores primero deben conocer la Biblia en su idioma propio”, y desafía a estudiar los idiomas bíblicos considerando que hay muchos recursos para ello. “Quien no puede, puede encontrar materiales de consulta en el día de hoy muy completos”, entre ellos biblias interlineales, diccionarios bíblicos y de términos en griego o hebreo. 

 RECURSOS PARA EL ESTUDIO 

Para apoyar el estudio de la Biblia, el pastor considera que se necesitan varios recursos bibliográficos que ayuden en la labor de profundizar: diccionarios, teologías sistemáticas o estudios del contexto histórico y social ayudan a dar una explicación -una exégesis- adecuada al texto bíblico. Todo ello se puede conseguir trabajando en construir una colección personal de libros o accediendo a estos mismos materiales a través de plataformas de software preparadas para ello. En todo el proceso de estudio bíblico, Samuel Pérez Millos aconseja tener una actitud de humildad, “despojándose de vinculaciones denominacionales o escuelas teológicas para preguntar al Señor: ¿qué quiere decir esto aquí?”. 

Esto puede hacer que un estudioso de la Biblia pueda cambiar su interpretación de algún pasaje, gracias al estudio y a tener una mente abierta al texto. En su experiencia, Millos reconoce que ha cambiado su percepción sobre “muchos textos”. “Toda persona que está vinculada al estudio de la Biblia debe reconocer que no tenemos verdad absoluta, por tanto debemos investigar, y cuando descubres algo en el contexto total de la Escritura que no era como pensabas, debes cambiar -explica el teólogo- porque no estás para recibir el aplauso de las personas que piensan de esa manera, sino para recibir la bendición de la Palabra”. 

 APLICACIÓN VITAL 

Para Samuel Pérez Millos, toda exégesis bíblica debe tener una aplicación práctica. “La palabra de Dios, al ser atemporal, tiene una sola interpretación, pero múltiples aplicaciones. Debemos preguntar: ¿Qué quiere decirme Dios a mí? ¿Qué quiere decir Dios al pueblo? No puede haber vida cristiana, ni alabanza, ni adoración, si no es en respuesta a la voz de Dios”, argumenta. Pérez Millos recomienda aferrarse al estudio de la Palabra para no caer en errores. 

“En muchas iglesias se está cambiando la exégesis por un subjetivismo bíblico. Es necesario una aplicación continuada. Uno de mis profesores, el doctor Lacueva, me decía: si conocemos mucho de técnica teológica pero no hemos adquirido ninguna razón para vivir conforme a lo aprendido, hemos perdido el tiempo. El púlpito se convierte en una extravagancia o un lugar para tecnicismos, cuando debe ser el lugar que nos comprometa con Dios”. Finalmente defiende la importancia de la exposición bíblica en los cultos congregacionales. 

“Me preocupa es el enorme cambio que se le da al púlpito. La iglesia ha eliminado el púlpito y lo ha sustituido por escenarios. Cuando lo que la gente necesita es oír la voz de Dios, no un espectáculo. El núcleo central de toda congregación debe ser la Palabra, sino se genera un infantilismo espiritual de personas que son llevadas de un lado para otro”. 

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