domingo, 31 de enero de 2016

En Europa, más de 10.000 niños refugiados han sido traficados.



Solo en 2015, llegaron a Europa 26.000 menores sin estar acompañados por un familiar, dice Europol. Una gran parte estan en manos de mafias. El total de niños refugiados es de 270.000.


FUENTES Europa Press BRUSELAS 

La Oficina Europea de Policía (Europol) estima, según sus previsiones más conservadoras, que al menos 10.000 niños refugiados han desaparecido nada más llegar a Europa. 

Algunos de ellos han acabado con familiares sin conocimiento de las autoridades, pero otros se encuentran en manos de organizaciones de tráfico de personas, según los oficiales europeos.

Solo el año pasado llegaron a Europa cerca de 26.000 menores sin acompañamiento, según datos de Save the Children, para un total aproximado de 270.000 niños refugiados; un 27% del millón de personas que en el 2015 atravesaron las fronteras huyendo de la guerra en Siria y otras zonas de conflicto. En medio del enorme descontrol sobre el flujo migratorio, la Europol no ha podido evaluar hasta ahora las terribles consecuencias de este desplazamiento en los niños.

De acuerdo con las investigaciones de la Europol -recogidas por los diarios británicos The Guardian y The Observer- la pista de la mitad del total de niños desaparecidos se pierde en Italia, donde al menos 5.000 menores no acompañados han escapado de la supervisión de las autoridades y quedan a merced de una «infraestructura criminal paneuropea», relativamente nueva y enormemente sofisticada que ha fijado su objetivo en los refugiados.

Esta organización criminal habría aparecido hace 18 meses y tendría sus epicentros en Alemania y Hungría, país este último que sirve como centro de tránsito desde el cual las redes de trata humana reciben a los menores procedentes de Italia -o de Suecia, donde oficiales del puerto de Trelleborg dan por desaparecidos a otro millar de niños- y los distribuyen por el resto del continente, según el jefe de Personal de la Europol, Brian Donald. 


REDES CRIMINALES DE TRÁFICO DE NIÑOS 

"Hay cárceles de Alemania y Hungría cuya población está casi exclusivamente compuesta por individuos relacionados con el tráfico de personas derivado de la última crisis migratoria", confirma Donald.

La Europol, además, ha descubierto una perturbadora asociación entre las bandas criminales que secuestran a los niños refugiados con organizaciones de explotación sexual y esclavismo que la Europol lleva investigando desde hace años.

Con esta información, la Europol tiene previsto iniciar una ronda de conversaciones con las agencias de Policía en los países balcánicos, quienes han pedido una acción europea coordinada ante la imposibilidad de atajar esta ola de secuestros de manera unilateral. "Están absolutamente desbordados, están lidiando con esta situación todos los días y nos han pedido ayuda porque consideran que están ante un problema muy grave", explica Donald.

POLÍTICAS POPULISTAS AGRAVAN SITUACIÓN 

A pesar de este nuevo esfuerzo, los expertos temen que futuras decisiones políticas puedan agravar aún más la situación, en especial si los Gobiernos europeos se dejan llevar por el pánico que comporta esta caótica situación; miedo que se percibe en las numerosas peticiones para eliminar a Grecia (uno de los principales centros de llegada de refugiados) de la zona de tránsito europeo Schengen. De suceder, según Naciones Unidas, las consecuencias serían simplemente catastróficas.

"Solo esta la mera petición supone ya el punto más rastrero alcanzado jamás por la Unión Europea en su aproximación a la crisis", denuncia el representante especial de Naciones Unidas para la Migración, Peter Sutherland.

De suceder, "Grecia se convertiría en un vacío para incontables miles de peticionarios de asilo, por culpa de una idea inhumana y una grotesca violación de los principios básicos europeos", ha denunciado. 

El Niño, una amenaza creciente para el planeta y su población.




El fenómeno climatológico *El Niño* amenaza la salud de más de 60 millones de personas en países de América Latina, África y del Pacífico en general. En particular, debido a la propagación del cólera, la malaria, el sarampión y otras enfermedades.
En las últimas horas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el impacto de este azote climático que está provocando fuertes precipitaciones e inundaciones en África del Este y al mismo tiempo sequías extremas en el Pacífico.

Confrontamos “una amplia gama de posibles consecuencias, desde la malnutrición y las enfermedades infecciosas hasta la interrupción de los servicios sanitarios básicos” explicó a la prensa, en Ginebra, Rick Brennan.
Brennan, quien se desempeña como Director del Departamento de Gestión de Riesgos y Respuesta Humanitaria en casos de Emergencia de dicho organismo, enfatizó que los más afectados son los países más pobres, y en ellos, fundamentalmente, los niños y ancianos.
Apenas dos semanas antes, otro alto funcionario de la ONU, Stephen O’Brien, en tanto Coordinador Humanitario, había ya subrayado los efectos devastadores de este cataclismo climático en diversas zonas del planeta.

“En algunas regiones millones de personas experimentan ya inseguridad alimentaria causada por las sequía relacionadas a El Niño. En otras, contamos con un margen muy reducido para prepararnos para lo que sabemos que ocurrirá en unos meses”, enfatizó el responsable onusiano. Quien subrayó que Honduras, Guatemala y Haití, se presentan particularmente vulnerables porque las lluvias que registraron entre marzo y septiembre del año pasado se ubican por debajo del promedio anual, lo que provocó “pérdidas significativas de cosechas y aumentó la necesidad de ayuda humanitaria para millones de personas”.
El funcionario indicó que más de 4 millones de habitantes de Centroamérica –incluyendo 3.5 millones en Honduras, Guatemala y El Salvador- están afectados por una de las sequías más severas que se recuerden en la historia de la región.

En Haití, por su parte, según datos de Naciones Unidas, unos 3 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, de las cuales 800 mil se confrontan a una situación grave.
La segunda semana de enero las Naciones Unidas lanzaron un Plan de Respuesta Humanitaria para apoyar a los gobiernos de Guatemala y Honduras en el combate contra la sequía.

La Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que dicho Plan previsto para un año incluye un llamado dirigido a los socios humanitarios y donantes para lograr un aporte especial de 102 millones de dólares.
Análisis de científicos indican que El Niño podría tener un impacto igual o incluso superior al episodio más grave que se dio hasta ahora, es decir el de los años 1997-1998. Y subrayan tres elementos comparativos entre ambos fenómenos: la similitud del calentamiento del agua del océano; el hecho que se prolongue y no haya señales de disiparse; y el impacto del calentamiento global que hace que hoy al estar el planeta más caliente se produzcan eventos climáticos más extremos y menos previsibles.

viernes, 29 de enero de 2016

¿Interpretamos los signos de los tiempos?



Los datos objetivos son tozudos y ponen de manifiesto el limitado papel e influencia de la iglesia en nuestra vieja Europa. Sus raíces cristinas poca savia espiritual trasladan ya a este tronco añejo. Se impone el reconocimiento de la limitada significación de la iglesia en grandes espacios de la población. Sin duda hay grandes obstáculos difíciles de sortear. No siempre disponemos de respuestas lógicas y suficientes para explicar el problema del mal en el mundo. La utilización histórica del nombre de Dios por parte de tantos opresores, incluida la iglesia, ha provocado, como correlato, un importante rechazo del hecho y de la praxis religiosa.

Adquiere tintes de paradoja la falta de significación de la iglesia para algunos de sus propios miembros. Son demasiadas las personas que en los últimos años han abandonado sus comunidades a la búsqueda de nuevos espacios en los que poder vivir y practicar su espiritualidad de modo más coherente con su forma de entender las cosas; adentrándose, incluso, en modelos de orientación personalista y descomprometida con la institución. Son cristianos sin pertenencia eclesial. Triste contradicción.

Desde un punto de vista sociológico, hay una pluralidad de causas explicativas de tal desencanto en tantas personas. La crisis religiosa de la modernidad, resultado de la primacía del pensamiento racional, el empirismo que postula que sólo es posible conocer aquello que nos es accesible a través de los sentidos o mediante los métodos de la investigación científica y la influencia de los maestros de la sospecha (L. Feuerbach, K. Marx, S. Freud) han conducido al hombre contemporáneo a la secularización.

En un mundo globalizado, el fácil acceso a la información y al conocimiento comporta que muchos de nuestros conciudadanos cuestionen y rechacen la tutela histórica de la iglesia. Hoy coexisten muchas cosmovisiones y espiritualidades entre las que elegir. Asistimos a un creciente pluralismo con sus secuelas de relativismo.

Nos hallamos en una sociedad presidida por la ciencia, la técnica, el pragmatismo, la previsión… de la que han sido expulsados los elementos de misterio y las fuerzas sobrenaturales que antaño explicaban las vicisitudes humanas. Hoy es el hombre quien controla el mundo, a través del conocimiento de sus leyes, su propia situación y su futuro. No hay lugar para las fuerzas ciegas del destino o la voluntad omnímoda de los dioses. Todo puede ser explicado, desde las constantes universales que rigen el cosmos hasta los descubrimientos del genoma humano que explican nuestras ambivalencias individuales.

El pluralismo religioso, propio de nuestras sociedades libres, abiertas y democráticas, conduce, asimismo, al relativismo. Frente al mercado de las religiones, con su amplia oferta: monoteísmos, espiritualidades orientales, neopaganismo…, muchas personas se preguntan dónde se halla la verdad, ya que cada una de ellas pregona la propia.

Ahora bien, las causas de la desafección son plurales y no debemos caer en el reduccionismo cómodo y fácil. Considerar exclusivamente las causalidades externas comporta el riesgo de un repliegue endogámico de la iglesia y la falta de autocrítica, siempre necesaria para superar situaciones disfuncionales y seguir avanzando. Y es que, seguramente, alguna cosa, o más de una, no estamos haciendo suficientemente bien.

Si tenemos en cuenta las palabras del libro de Proverbios: Donde no hay dirección divina (otras versiones sugieren visión, profecía, liderazgo…), no hay orden (otros textos dejan entrever que el pueblo decae) concluimos que las personas con funciones de liderazgo tienen una gran responsabilidad en la gestión de la complejidad propia de nuestro tiempo histórico. De las personas al frente de las iglesias se espera que posean la capacidad para compartir una visión espiritual, establecer objetivos, gestionar recursos plurales e integrar a la comunidad en torno a unos objetivos consensuados y a la axiología del Reino de Dios. En la Biblia hallamos extraordinarios ejemplos de liderazgo con capacidad para transmitir grandes visiones y proyectos: Moisés y la salida de Egipto del futuro pueblo de Israel, Nehemías y la reconstrucción de Jerusalén tras años de abandono a causa del exilio, Pablo y la evangelización de los países del Mediterráneo…

Los líderes bíblicos no son superhéroes, no fueron perfectos en todo, como tampoco lo son nuestros líderes actuales; ahora bien, sí se espera de las personas que se hallan al frente de las comunidades eclesiales el más alto grado posible de desarrollo competencial: conocimientos, aptitudes, actitudes… para llevar a término la misión espiritual de la iglesia.

Diferentes estudios ponen de manifiesto que las iglesias que inciden significativamente en su entorno tienen, junto a otras características, un liderazgo eficaz compartido con un buen equipo de trabajo. Es una exigencia de la naturaleza de la función pastoral y de la complejidad del momento presente. Lo reclama también el grado de formación y preparación de las nuevas generaciones.

Otra cuestión a plantearse es acerca de algunos de nuestros relatos. Todo aquello que tiene que ver con Dios sólo puede ser expresado mediante la analogía. Dios no pertenece al espacio-tiempo, su ámbito es la eternidad. Nuestras categorías descriptivas no le alcanzan, son insuficientes. Por ello, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento encontramos tantos relatos simbólicos que así han de ser interpretados para disfrutar de su belleza estética y profundizar en su fondo teológico.

Pero con frecuencia, se pretende que la narración simbólica se entienda como historia objetiva y las personas de fuera o dentro de la iglesia, cada vez más preparadas y con más conocimientos objetivos sobre la realidad de las cosas, no admiten el discurso porque transmite demasiadas connotaciones de premodernidad, además de representar un lenguaje ininteligible y críptico, considerando que la cultura religiosa de las nuevas generaciones es prácticamente inexistente. Si el cristianismo es entendido como una cosa del pasado, cada vez interesará menos.

Cabe también plantearse si nuestra narrativa responde a los interrogantes de nuestros coetáneos. ¿No sería mejor escuchar primero sus inquietudes y preocupaciones? Las preguntas de la postmodernidad son de naturaleza existencial y reclaman respuestas útiles. Nuestras respuestas continúan siendo, con frecuencia, dogmáticas y conceptuales. Urge preguntarse cuál es su efecto.

Adquiere tintes de urgencia la interpretación de los signos de los tiempos y la adecuación de la iglesia a ellos para que nuestra generación pueda volver a encontrar en el cristianismo una respuesta significativa a su necesidad de sentido.

¿Pueden las religiones ayudar a superar la crisis ecológica?


Leonardo Boff

Por primera vez después de años, los 192 países se pusieron de acuerdo en la COP 21 de París, a finales de 2015, en que el calentamiento global es un hecho y que todos, de forma diferenciada pero efectiva, deben aportar su colaboración. Cada saber, cada institución y especialmente aquellas organizaciones que más mueven a la humanidad, las religiones, deben ofrecer lo que está en su mano. De no ser así, corremos el peligro de llegar con retraso y de enfrentarnos a catástrofes como en los tiempos de Noé.

Obviando el hecho cada religión o iglesia tiene sus patologías, sus momentos de fundamentalismo y de radicalización hasta el punto de haber crueles guerras religiosas, como hubo tantas entre musulmanes y cristianos, lo que se pide ahora es ver de qué forma, a partir de su capital religioso positivo, estas religiones pueden llegar a convergencias más allá de las diferencias y ayudar a enfrentarse a la nueva era del antropoceno (el ser humano como un meteoro rasante amenazador) y la sexta extinción masiva que ya está en curso desde hace mucho tiempo y se acelera cada vez más.


Tomemos como referencia las tres religiones abrahámicas.

Primero, veamos la contribución del judaísmo. La Biblia hebrea es clara al entender la Tierra como un don de Dios y que nosotros hemos sido colocados aquí para cuidarla y guardarla. “La Tierra es mía y vosotros sois huéspedes y forasteros” (Lev 25,23). No podemos como ningún huésped normal haría, ensuciarla, romper sus muebles, estropear su jardín y matar a sus animales domésticos. Pero nosotros lo hemos hecho. Por eso existe la tradición de Tikkum Olam, de la “regeneración de la Tierra”, como tarea humana por los daños que le hemos causado. Hay también sentido de responsabilidad frente a los no humanos. Así antes de comer, cada uno debe alimentar a sus animales. No se puede tirar el nido de un pájaro que está cuidando a sus pichones. “Dominar la Tierra” (Gn 1,28) debe ser entendido a la luz de “cuidar y guardar” (Gn 2,15), como quien administra una herencia recibida de Dios.

El cristianismo heredó los valores del judaísmo. Pero le añadió datos propios: el Espíritu Santo fijó su morada en María y el Hijo en Jesús. Con eso asumió de alguna forma todos los elementos de la Tierra y del universo. La Tierra es entregada a la responsabilidad de los seres humanos, pero estos no tienen un derecho absoluto sobre ella. Son huéspedes y peregrinos y deben cuidar de ella. San Francisco de Asís introdujo una actitud de fraternidad universal y de respeto a cada uno de los seres, hasta a las hierbas silvestres. Por ser el Dios cristiano un ser relacional, pues es Trinidad de Personas siempre relacionadas entre sí, el propio universo y todo lo que existe es también relacional, como tan bien lo expresó el Papa Francisco en su encíclica.

El islam sigue las huellas del judaísmo y del cristianismo. También para él la Tierra y la naturaleza son creación de Dios, y han sido entregadas a la responsabilidad del ser humano. En el Corán se dice que tenemos nuestra morada aquí y por un corto tiempo podemos disfrutar de sus bienes (Sura 2,36). El Altísimo y Misericordioso nos da señales a través de la riqueza y la diversidad de la naturaleza que nos recuerdan constantemente su misericordia, con la cual dirige el mundo (Sura 45,3). La entrega confiada a Alá (islam) y la propia jihad (lucha por la santidad interior) implican cuidar de su creación. Hoy muchos musulmanes han despertado a lo ecológico y de Singapur a Manchester pintaron sus mezquitas todas de verde.

Hay unos puntos convergentes en estas tres religiones: entender la Tierra como don y herencia y no como objeto para ser usado simplemente a su voluntad, como lo entendió la modernidad. El ser humano es responsable de lo que recibió, debiendo cuidarla y guardarla (haciéndola fructificar y dándole sostenibilidad); él no es dueño sino cuidador. La Tierra con su riqueza remite continuamente a su Creador.

Estos valores son fundamentales hoy, pues la tradición científico-técnica trata a la Tierra como mero objeto de explotación, situándose fuera y por encima de ella. Somos Tierra (Gn 1,28). Por eso hay un parentesco con ella, nuestra sustentadora.

Además, todas las religiones desarrollan actitudes que actualmente son imprescindibles: el respeto por la Tierra y por todo lo que ella contiene, pues las cosas son muy anteriores a nosotros y tienen valor por sí mismas; la veneración ante el Misterio del universo. Respeto y veneración no solo al Corán o a la hostia consagrada, sino a todos los seres, pues son sacramentos de Dios. Esta actitud impone límites al poder dominador que está hoy poniendo en peligro el equilibrio de la Tierra y amenazando nuestra supervivencia. La irracionalidad científico-técnica debe conocer límites éticos, impuestos por la propia vida que quiere seguir viviendo y mantener su identidad. Si no, ¿a dónde iremos? Seguramente no a la montaña de las bienaventuranzas sino al valle de lágrimas.

Leonardo Boff es articulista del JB online y ha escrito La Tierra en la palma de la mano: una nueva visión del planeta y de la humanidad, Vozes 2016.

Traducción de MJ Gavito Milano

Fuente: Atrio

jueves, 28 de enero de 2016

¿Son necesarias las religiones hoy en día?




“Sin feminismo todo intento de reformar la Iglesia terminará en fracaso” (Tamayo)
“El Estado español no es laico. Artículos de la Constitución lo impiden, por eso es necesario reformarla”, señala el profesor de Teología y Religiones en el Mundo Contemporáneo

PERFIL
Juan José Tamayo Acosta (Palencia, 1946) es profesor de Teología y Religiones en el Mundo Contemporáneo en la Universidad Carlos III de Madrid y desde allí también dirige la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría. Es además una de las voces más prestigiosas y reconocidas a nivel nacional e internacional. El profesor Tamayo aboga por una reforma de la Constitución española para “acabar con los privilegios de la Iglesia”.
El profesor Juan José Tamayo es autor de 72 publicaciones en las que defiende la Teología de la Liberación


Tamayo trabaja activamente en el área del feminismo, concretamente en el estudio crítico y análisis de las masculinidades sagradas, en la base del patriarcado. Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Comillas en 1971 y doctor en Teología por la de Salamanca en 1976, ha sido profesor en diversas instituciones de España y América. También es diplomado en Ciencias Sociales por el Instituto León XIII en 1972 y licenciado (1983) y doctor (1990) en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid.

El teólogo Juan José Tamayo Acosta visitó por primera vez Llanes para participar en un debate sobre aconfesionalidad, Estado y religión, en el que denunció la falta de laicidad del Estado español y abogó por una reforma constitucional “para acabar con los privilegios de la Iglesia”.

–¿Es laico el Estado español? 
–Ni es laico ni es aconfesional. La Constitución española tiene dos artículos que impiden que lo sea, el 16.3 y el 27, y por eso es necesario reformarla. El primero coloca a la Iglesia en un sillón de honor y establece religiones de segunda. El segundo permite incorporar la religión a la escuela no como información sino como elemento dentro de la ética. Además, después de aprobar las Cortes en pleno la Constitución se dan a conocer los acuerdos con la Santa Sede, que son una actualización del Concordato y llenan de privilegios fiscales, educativos, culturales, militares y jurídicos a la Iglesia. En España ha habido transición política, con muchas limitaciones, pero no religiosa y se conservan residuos del nacionalcatolicismo. –¿Debe impartirse Religión en los centros educativos? –No tiene por qué desaparecer, pero los centros no pueden ser lugares para catequizar y convertir a los jóvenes a una religión. Debe estudiarse como una historia de las religiones que sea laica, científica, crítica. No tiene que enseñarla un clérigo, un imán, un rabino o un pastor por el hecho de serlo, sino una persona especializada independientemente de su vinculación con una religión. Las autoridades religiosas tampoco deben intervenir en la elaboración del programa, en criterios de evaluación o selección del profesorado, como está sucediendo ahora, porque es una injerencia antidemocrática.

¿Hay diferencia entre Estado laico y aconfesional?

Hay una sentencia del Tribunal Constitucional de 2001 que dice que es indistinto. Algunos sectores conservadores entienden que el laicismo es una manera de organizar la sociedad que persigue a la religión y defiende el ateísmo, pero no es así, el laicismo es un modelo organizativo de Estado en el que el criterio de cohesión de los que forman parte es el principio de ciudadanía y el enfoque son los derechos humanos.

–¿Son los estados laicos más democráticos? 
–Sí, porque el Estado laico gobierna para todos desde criterios jurídicos basados en la Constitución y éticos basados en derechos humanos. Un Estado confesional no puede ser democrático porque trata de manera preferencial a los creyentes de la religión que profesa sobre el resto de ciudadanos.

–¿Los gobiernos en España están al servicio de la Iglesia?
–Todos los gobiernos de la democracia han sido rehenes de la Iglesia católica. Los de centro, que llevaron el peso de la elaboración de la Constitución, pero también los socialistas, que en sus catorce años de mandato no dieron un paso adelante en la separación Iglesia-Estado y mantuvieron los acuerdos y privilegios con la Santa Sede que podían haber sido denunciados. Se refleja cuando juran su cargo con la Biblia y el crucifijo al lado de la Constitución.

–¿Qué hay de los partidos emergentes? –
Están obligados por su propio programa, en el que defienden separación de Religión-Estado y eliminación de privilegios, a establecer el desenganche con el Vaticano.

–¿Son necesarias las religiones hoy en día?

–No me atrevo a decir que sean necesarias. La dimensión religiosa no está inscrita en la naturaleza del ser humano, es una opción personal que se elige, se vive y transmite en el ámbito social y comunitario, que te puede llevar a la felicidad, aunque a lo largo de la historia ha hecho más infelices a los humanos por la imagen de Dios que se ha presentado, el dogma y la moral represiva.

¿Qué papel debe desempeñar la religión en estos tiempos?

–El lugar de la religión son los sectores excluidos, el mundo de la marginación y la pobreza, de la opresión. Tiene que ejercer una función crítica en un mundo desigual entre pobres y ricos.

–Fue crítico con Juan Pablo II y Ratzinger. ¿Vive una luna de miel con el Papa Francisco?
–Estoy en una actitud de diálogo crítico, pero es cierto que está trabajando en la buena dirección. Para llegar a buen puerto tiene que democratizar la Iglesia, incorporando a las mujeres y transformando la curia vaticana.

¿No ha cambiado la actitud del papado hacia la mujer con Francisco? 
–No, sigue en la misma línea excluyente que sus predecesores, que se refleja en la negativa a reconocer el sacerdocio de la mujer, la concesión de espacios de responsabilidad y del acceso a lo sagrado. Francisco tiene que tener claro que sin feminismo todo intento de reformar la Iglesia terminará en fracaso.

LA NUEVA ESPAÑA-ASTURIAS
LA PROVINCIA-LAS PALMAS

miércoles, 27 de enero de 2016

Biopiratería: La biodiversidad y los conocimientos ancestrales en la mira del capital.


Aunque la piratería todavía se mantenga en algunos lugares, su ocaso en los mares no significó su fin. Ahora sufrimos los embates de otra piratería: la biopiratería, desembozada o no, ilegal o no, que se mantiene presente en el mundo de la ciencia y la tecnología, con duros impactos en nuestras vidas.


Compiladores: Alberto Acosta y Esperanza Martínez

Agosto de 2015

Esta forma de piratería ahora se consolida con acuerdos asimétricos, como los Tratados de Libre Comercio (TLC), que institucionalizan la usurpación de conocimientos en nombre de un inexistente libre comercio, conocimientos que luego regresan en forma de paquetes tecnológicos o de recetas incuestionables e irrepetibles, es decir, patentadas. Esa ha sido y es la práctica imperial que ha dominado y domina el mundo.

De eso se trata este libro, cuya lectura resulta indispensable para comprender esta faceta expoliadora de la globalización capitalista.

Para acceder a la publicación (PDF) haga clic en el enlace a continuación y descargue el archivo:

Los sueños. ¿Canal de revelación?



 
 


La presencia de los sueños en la Biblia, como canal de revelación es uno de los hechos más enigmáticos de la Escrituras. Son muy diversas las situaciones en las que se indica que el rey, juez o profeta de turno recibe la revelación de Dios a través de un sueño. Un sueño que es interpretado o bien por el propio soñador o por un intermediario adivino o mago, algo en sí mismo contradictorio ya que en Israel estaba prohibida toda adivinación o magia (Lev. 19:26, Deu. 18:10). Veamos algunos casos y algunas advertencias que se hacen en la Biblia en torno a los sueños:

Abimelec, rey de Gerar, engañado por Abraham, pretende tomar a Sara su mujer, apoyándose en la mentira de Abraham. “Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido” (Gén. 20:1-3).
“·Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él” (Núm. 12:6). Mensaje transmitido por Jehová a Aarón y María.
Jehová se manifiesta igualmente a Jacob y a su suegro Labán, en torno a la relación tramposa que se establece entre ambos. Uno y otro reciben en sueños las indicaciones pertinentes a cada uno (Gén. capítulos 30 y 31.
Los emblemáticos sueños de José, tanto el que le produjo los conflictos con sus hermanos (Gén. 37:5) como los que le dieron prestigio y ganancias, actuando como intérprete de los sueños de Faraón (Gén. 40 y 41).
En los diálogos de Job con sus amigos se registra una curiosa afirmación acerca de dos maneras que tiene Dios de hablar; una de ellas es “por sueño, en visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres” (Job 33:15).
Bien es cierto que el autor de Eclesiastés, preocupado por la deriva que del uso de los sueños hacen algunos, alerta acerca del peligro que encierran: “Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras” (Ecl. 5:7)
Por su parte, Jeremías, en su denuncia de los falsos profetas, que ya los había entonces y sigue habiéndolos en nuestros días, advierte lo siguiente: “El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquél a quien fue mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo, dice Jehová?” (Jer. 23:28). Y aún insiste, ya que el problema parecía ser grave: “He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan y hacen errar a mi pueblo…· (Jer. 23:32).
El libro de Daniel refiere los sueños de Nabucodonosor, que no era precisamente un devoto de Jehová. Narra cómo después del fracaso de los magos y de los astrólogos, será Daniel el que se encargue de interpretarlos. Una experiencia en paralelo con la vivida anteriormente por José en Egipto; el caso de Daniel está envuelto en un tipo de literatura apocalíptica que hace más compleja su comprensión. (cfr. Daniel cap. 2),
En el Nuevo Testamento únicamente Mateo, cuyo evangelio va destinado precisamente a los judíos, menciona el tema de los sueños, y lo hace en tres ocasiones. La primera, para que un ángel informe a José en sueños que María está en cinta (1:20); la segunda, para alertar a los magos que eviten a Herodes, dadas sus aviesas intenciones (2:12); y, la tercera, a la mujer de Pilatos, para que previniera a su marido contra el crimen que estaba a punto de sentenciar, aunque no se trata propiamente de una relación sino más bien de una premonición: “No tengas nada que ver con este justo, porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él” (27:19).

La lectura y análisis de estos textos bíblicos nos sugiere algunas preguntas. ¿Por qué el tema de los sueños como medio de comunicarse con Dios, se produce en el ámbito y cultura judía y no se proyecta posteriormente, en el ámbito cristiano? ¿Es fiable y fidedigno el mensaje que podemos percibir a través de un sueño? ¿Es razonable, comprensible y teológicamente admisible que Dios mantenga diálogos más o menos coloquiales con los humanos? ¿Por qué ese medio de revelación no es reconocible en nuestros días como tal, salvo en casos aislados?

Según investigaciones recientes, una doceava parte de la vida de una persona se pasa soñando; y esto aparte de los sueños mientras permanecemos despiertos y de las ensoñaciones diurnas. El sueño es una experiencia alojada en la intimidad de una persona, que escapa a su propio control y que le traslada al mundo onírico de lo simbólico. En una misma noche se pueden mezclan unos sueños con otros, sin que al día siguiente seamos capaces de establecer una relación entre ellos ni podamos, frecuentemente. Conectarlos entre sí, recordarlos e interpretarlos de forma coherente. Para los psicoanalistas, los sueños son una de las fuentes principales del material simbólico; otras veces adquieren un valor premonitorio. Por lo regular, soñamos con lo que nos preocupa, con lo que nos ha impresionado de manera excepcional, con los deseos o ambiciones, amores y desamores.

Sobre el tema de los sueños se han ocupado en profundidad etnólogos, parapsicólogos, médicos psiquiatras, teólogos y todo tipo de investigadores. Sigmund Freud (1856-1939) hizo de la interpretación de los sueños no sólo un oficio sino una ciencia (Psicoanálisis), como un medio para llegar al conocimiento del alma. Lo que se atribuía en la antigüedad a los magos hoy se ha convertido en una herramienta de la ciencia, si bien existen muchas discrepancias entre los neurólogos y psicólogos que se ocupan del tema. No hay nada más que estudiar a Freud y a Carl Gustav Jung (1875-1961) para darse cuenta de lo distantes y contradictorias que pueden llegar a ser tanto la metodología como las conclusiones a las que ambos podrían llegar sobre el tema partiendo de idénticos datos. El hecho de tener que convertir en símbolos las diferentes imágenes de los sueños complica en gran medida el análisis y lo convierte en un ejercicio extremadamente confuso. Una de las conclusiones a las que llegan los especialistas es que el sueño escapa a la voluntad y a la responsabilidad del sujeto, si bien expresa algunas de las aspiraciones más profundas del ser.

Desde el punto de vista histórico se sabe que en el Egipto antiguo se prestaba a los sueños un valor sobre todo premonitorio, de lo cual tenemos constancia en la Biblia. Era misión de los sacerdotes, escribas sagrados, adivinos o magos, el interpretarlos, según claves transmitidas de generación en generación. No es, sin embargo, el único lugar ni la única cultura donde los sueños se perciben como una forma de comunicarse los dioses con los seres humanos. Algunas culturas africanas como los bantú, mantienen que los sueños son producto de una especie de transmigración de las almas que se separan del cuerpo mientras se duerme. En lo que a los hebreos liberados de la esclavitud se refiere, no debemos olvidar que participan activamente de la cultura egipcia, con la que han convivido durante varios siglos, lo cual justifica suficientemente que en los tiempos en los que se escribe la Torá siga siendo para ellos un medio importante de comunicación entre Dios y los seres humanos.

Ciertamente en la antigüedad, y no sólo entre los egipcios o los judíos, se aceptaba como un hecho normal que los sueños ponían a los seres humanos en contacto con el mundo de los dioses y de los espíritus y, por ello, son tenidos a menudo como revelación del futuro o manifestación de cosas ocultas. Esa creencia, como ya hemos apuntado, llegó a hacerse común entre los israelitas. Además de los textos mencionados anteriormente, podemos hacer referencia al propio Samuel (1Sam.28:6, 15) y algunos otros casos que confirman esta práctica. Con todo, reiteramos que el tema de proyectar las palabras de Dios a través de los sueños era contemplado con bastante reticencia por ser motivo frecuente de fraude, confundiendo sueños con ensoñaciones humanas que eran indebidamente atribuidas a Jehová.

Por supuesto que no ponemos en duda ni la soberanía ni la capacidad de Dios para comunicarse con los seres humanos en la forma, en la medida y en el tiempo que se ajuste a su voluntad omnímoda. Por otra parte, no dudamos en aceptar el testimonio de algunas personas que afirman haber recibido con nitidez mensajes específicos a través de los sueños que no les cabe la menor duda de que proceden de Dios o bien que Dios se ha servido de ellos para transmitirles un mensaje; es éste un terreno que respetamos, pero poniendo mucho cuidado en evitar elevarlo a una categoría normativa de carácter universal, la misma reserva que el autor de Eclesiastés se planteaba. El sueño en sí será indudable e indiscutible; la simbología o premonición que encierre puede resultar muy instructiva o admonitoria; la deducción que de él se extraiga puede resultar eficaz y servir, incluso, para que la persona afiance su fe y confianza en Dios ya que “para los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Rom. 8:28). De todas las experiencias puede sacarse una enseñanza. Sin embargo, ninguna de esas razones autoriza a decir que haya sido Dios mismo, de una forma personal, quien haya establecido una conversación con la persona que ha tenido el sueño. No debemos perder de vista que el “así dice Jehová”, que con tanta frecuencia se utiliza en el Antiguo Testamento, es una forma de expresión literaria para manifestar el convencimiento del profeta o autor bíblico de que está siendo intérprete de la voluntad divina.

martes, 26 de enero de 2016

¿Hacia la militarización del Ártico?


Germán Gorráiz López, analista
El transporte marítimo representa en la actualidad el 95% de todo lo transportado en el mundo, correspondiendo dos tercios al tráfico de petróleo y minerales y siendo porta-contenedores una quinta parte del total. Los grandes cargueros se habrían convertido en elementos imprescindibles para mantener la febril capacidad exportadora de China, de los tigres asiáticos o de la Unión Europea ya que aúnan la capacidad de transportar unos 800 millones de toneladas con unos fletes mucho más competitivos que el transporte aéreo y mucho menos contaminante que el transporte por carretera. Así, según datos de Lloyd´s Register Fairplay , la flota mundial de buques mercantes de transporte estaba formada por 55.138 unidades a principios de 2012, (lo que representa un aumento del 8,9 % respecto al 2011) , un tercio de los cuales navegaría bajo pabellón de conveniencia (Liberia, Chipre, Panamá), países que aún respetando las convenciones internacionales serían laxos en lo relativo a la seguridad y la protección social de sus asalariados , lo que se traduce en una considerable reducción de costes para las navieras y en la práctica endémica de dejar abandonados a su suerte a sus obsoletos barcos junto con sus tripulaciones.
El Ártico, la última frontera
Según un análisis del columnista del portal Odnako, Alexánder Gorbenko.“ la ruta marítima del norte (que une el Atlántico y el Pacífico a lo largo de las costas de Rusia), está considerada una alternativa al canal de Suez y al de Panamá, lo que podría convertirla en un futuro próximo en uno de los corredores comerciales más importantes del mundo”:La Ruta Marítima del Norte y el Paso del Noroeste son las rutas marítimas a lo largo de los bordes del océano Ártico (más exactamente a lo largo de las costas del norte de Canadá y Rusia) y aúnan la capacidad de proporcionar un medio para el transporte de los recursos naturales (petróleo y gas) extraídos en el Ártico amén de una reducción notable de la duración del trayecto de los envíos de mercancías desde el Pacífico hasta las costas atlánticas de Europa y América del Norte ( con esta nueva ruta se ahorrarían 7.400 millas náuticas de las 11.500 que actualmente hay que emplear para unir Hamburgo y Yokohama).
Según buricapress (BPP), durante la primera década del siglo XXI el interés hacia el transporte marítimo entre Europa y Asia a través del Océano Ártico se habría incrementado, debido a los masivos deshielos que han abierto la ruta del “Oceáno de Hielo”.Así, en el verano de 2009, dos buques alemanes de transporte usaron la Ruta del Mar del Norte sin la ayuda de barcos rompe-hielos. Por parte rusa, el 14 de agosto de 2010, el primer tanquero de alto tonelaje partió de puertos rusos tomando la Ruta del Mar del Norte hacia Asia y alcanzando Pevek en la Península de Chukotka e igualmente, en el otoño de 2010 el primer embarque de hierro fue enviado desde Kirkenes, Noruega hacia China a través de la Ruta del Mar del Norte y China envió por primera vez un buque mercante a Europa a través del Paso del Noreste y se habría asegurado el acceso al Ártico tras la firma con Islandia de un TLC mientras que Canadá también se prepara para un incremento significativo de la utilización de la ruta noroeste del Ártico.
Según el presidente de la Academia de Problemas Geopolíticos Leoníd Ivashov en declaraciones aKM.RU. “La Ruta marítima del Norte se libera de hielo, haciéndose más navegable y reduciendo en miles de kilómetros el tránsito de la carga en el hemisferio oriental, lo que convierte al Ártico en una región geopolítica importante”. EEUU y Rusia habrían ya escenificado el comienzo de la carrera por el control del tráfico marítimo y las vastos recursos del Ártico, pues según la Fundación Vida Sostenible, las reservas energéticas del Ártico, condicionadas por encontrarse hasta ahora bajo un mar helado, albergarían aproximadamente el 25 por ciento de las reservas de gas y petróleo a nivel mundial y según varias fuentes, en los mares del océano Ártico se habrían encontrado más de 62 billones de metros cúbicos de gas y más de 9.000 millones de toneladas de petróleo y en la orilla unos 3.500 millones de toneladas de petróleo.
Según vidasostenible.org, aunque en teoría la soberanía nacional se detiene a las 200 millas acuáticas de las propias costas, la Convención de Derecho marítimo de la ONU otorga derechos en la plataforma continental ártica a quien pueda demostrar su propiedad (rememorando la anarquía inicial del lejano Far West de EEUU), por lo que en el 2013 se celebró el I Foro Internacional sobre Ártico en la ciudad siberiana de Salejard, bajo el rimbombante epígrafe de “El Ártico – Territorio de diálogo”. Dicha cumbre ártica tenía como objetivo sentar las bases de una cooperación constructiva entre los países con acceso directo al Ártico pero tan sólo sirvió para escenificar la falta de consenso entre dichos países englobados en dos bloques antagónicos: de una parte, EEUU y sus aliados occidentales Canadá, Noruega y Dinamarca y de otra, Rusia, liderando una coalición internacional que englobaría a Islandia como portaaviones de China, la India y posiblemente Alemania. Por su parte, Rusia plantó el verano pasado su bandera nacional en el lecho del océano Ártico bajo la capa de hielo ártica argumentando que su plataforma continental se extiende hasta allí e igualmente Dinamarca reclama la soberanía de Groenlandia al argüir que ambas regiones estarían unidas geológicamente a través de una cordillera submarina. Por su parte, Estados Unidos reivindica sus derechos de explotación de las región árticas próximas a Alaska que ascienden a 30.000 millones de barriles de crudo mientras Canadá y Noruega reivindican su soberanía sobre parte de la región argumentando su necesaria protección ecológica, quedando Islandia como portaaviones boreal de China tras la firma de un TLC que permitirá al gigante asiático el acceso al Ártico.
Desde el punto de vista económico, la región ártica cobra una especial relevancia ya que debido al progresivo deshielo, se recupera una antigua ruta navegable que abre la posibilidad de atravesar todo el año el Paso del Noroeste. Además, ofrece a las empresas navieras una reducción considerable de los tiempos de navegación que tendrá como efectos colaterales la progresiva disminución del tráfico marítimo por las rutas tradicionales marítimas del siglo XX, devenidas en una complicada carrera de obstáculos debido a la saturación de tráfico y a la inestabilidad política de los países circundantes y que tendrían como hitos principales el canal de Suéz, el Golfo de Adén , el Estrecho de Ormuz, el estrecho de Malaca y el Canal de Panamá,
¿Hacia la militarización del Ártico?
” El hecho de que el Ártico albergue más del 25% de las reservas mundiales de gas y petróleo podría reavivar la militarización de la región”, según Michel Chossudovsky, director del Centro de Investigación sobre la Globalización de Canadá en declaraciones a RT. Según Chossudovsky, “la raíz del problema está en que geográficamente Estados Unidos no tiene realmente territorios limítrofes (o, más bien, sus territorios fronterizos con el océano Ártico son muy limitados), por lo que Washington solamente puede conseguir su trozo de pastel a través de la militarización de la región por medio de sus aliados Canadá, Noruega y Dinamarca, siguiendo la doctrina Rumsfeld quien en el 2002 reclamó toda la región bajo el paraguas militar del Comando Norte de EEUU (USNORTHCOM)”.
En consecuencia, E.UU. estaría ampliando y modernizando sus bases militares del Ártico y habría creado el Grupo de Investigación de la Región del Ártico (que opera en la Escuela Militar Naval de Newport), con la misión de ayudar a la Armada estadounidense en la preparación de acciones operativas y estratégicas en la zona. Por su parte, Putin, en una conferencia de prensa del Ministerio de Defensa, anunció la reapertura de la base militar situada en Novosibirskie Ostrová,( archipiélago del océano Glacial Ártico), aduciendo razones de seguridad estratégica, ya que “el norte de Rusia está escasamente protegido de posibles ataques tanto por aire como por mar “, pero tras este razonamiento subyace el interés de Rusia por controlar militarmente una ruta que le permitirá explotar la plataforma continental y los depósitos minerales del Ártico , tareas que actualmente chocan con las complejidades técnicas para la exploración y extracción y la dificultad de transportar los recursos naturales extraídos.
Así, sólo hasta 2030, el gigante energético ruso Gazprom quiere extraer de la región ártica 200.000 millones de metros cúbicos de gas, (seis veces la cantidad que compra anualmente Alemania), siendo previsible que en próxima Década asistamos a una intensa militarización del Ártico que será tan solo un episodio más en el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría EEUU-Rusia.
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista

¿Qué son los crímenes económicos y ecológicos internacionales?


Juan Hernández Zubizarreta y Pedro Ramiro

Los autores piden una regulación y mecanismos para el control de los crímenes económicos y ecológicos internacionales, que permita, al menos formalmente, procesar a los responsables.

La Corte Penal Internacional es una institución permanente facultada para ejercer su jurisdicción sobre los crímenes más graves de trascendencia internacional de conformidad con el Estatuto de Roma. Esta corte tiene competencia respecto al crimen de genocidio, los crímenes de lesa humanidad, los crímenes de guerra y el crimen de agresión. Todos estos crímenes son violaciones muy graves de las normas imperativas del Derecho Internacional; no obstante, el seguimiento de los mismos, a la fecha de hoy, debe ser complementado con la persecución de los crímenes económicos y ecológicos.

Las prácticas de las empresas transnacionales o de aquellas personas que actúen en su nombre, así como de los Estados y de las instituciones internacionales económico-financieras —y de las personas físicas responsables de las mismas— que cometan actos o actúen como cómplices, colaboradores, instigadores, inductores o encubridores, que violen gravemente los derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales y medioambientales podrán ser tipificadas como crímenes internacionales de carácter económico o ecológico. El elemento internacional se configura cuando la conducta delictiva afecta a los intereses de la seguridad colectiva de la comunidad mundial o vulnera bienes jurídicos reconocidos como fundamentales por la comunidad internacional. Veamos un par de ejemplos para ilustrar esta cuestión.

La extinta troika —compuesta por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional— aprobó planes de ajuste vinculados a medidas de austeridad que han destruido la vida de miles de personas y han generado auténticas crisis humanitarias. El caso de Grecia es paradigmático: aumento de la pobreza y del número de familias sin hogar; desmantelamiento de las estructuras de salud pública y mercantilización de la misma, provocando la disminución de la esperanza de vida en dos años, que haya tres millones de personas sin cobertura de seguridad social, miles de mujeres sin derecho a la prevención de cánceres de mama y la eliminación de la salud reproductiva; aumento de la mortalidad de los recién nacidos y ausencia de vacunas para quien no puede pagarlas; incremento de la cifra de suicidios; empobrecimiento generalizado de la población…

En Ecuador, la petrolera Chevron-Texaco se dedicó a la extracción de crudo en la Amazonía durante tres décadas. En ese periodo, entre 1964 y 1992, vertió 80.000 toneladas de residuos petrolíferos, una cantidad 85 veces superior a la vertida por BP en el Golfo de México. Después de salir del país, la multinacional dejó tras de sí unos daños ambientales que, según peritos internacionales, han provocado la muerte de más de mil personas, todas ellas afectadas de cáncer. Y, a pesar de que los tribunales ecuatorianos han condenado a la compañía estadounidense a indemnizar a las víctimas de sus prácticas, Chevron-Texaco no acepta la sentencia ni los procedimientos judiciales, no asume sus responsabilidades y ha puesto en marcha todos los resortes de la lex mercatoria para favorecer sus propios intereses. Dicho de otro modo, la empresa no acepta la soberanía nacional del país y se aprovecha de un sistema jurídico internacional completamente asimétrico.

Ambos hechos no son casos aislados, sino todo lo contrario: son apenas un par de ejemplos para mostrar cómo funciona la arquitectura jurídica de la impunidad, ese nuevo Derecho Corporativo Global del que se sirven las grandes empresas para asegurar sus negocios por todo el planeta y que debe ser neutralizado con propuestas jurídicas alternativas. Como, entre otras, el Tratado internacional de los pueblos para el control de las empresas transnacionales, una iniciativa impulsada por organizaciones sociales de los cinco continentes con el fin de avanzar en la regulación de los crímenes económicos y ecológicos.

Según este Tratado de los pueblos, la tipificación de los crímenes económicos internacionales —además de valorar la dimensión cuantitativa o la extrema gravedad de los daños sobre los derechos humanos— debe configurarse sobre premisas como la corrupción, el soborno, el crimen organizado, el tráfico de personas, la malversación de fondos, el blanqueo de dinero, el tráfico de información privilegiada, la manipulación de mercados, la estafa organizada y la falsedad de estados financieros. Se debe, además, valorar la opacidad del complejo entramado de bancos, empresas, grupos de inversores, agencias de calificación, consultoras, comisionistas y otros actores que operan en los mercados financieros, teniendo en cuenta el movimiento especulativo de capitales y de los fondos de inversión, el fraude y la elusión fiscal, la retribución de los altos directivos, el secreto bancario, los flujos ilícitos de capital y de los servicios financieros.

Para la definición de los crímenes económicos internacionales, se considerarán igualmente las prácticas de los Estados, instituciones internacionales económico-financieras, empresas transnacionales, bancos y otras sociedades financieras dirigidas a la especulación e intervención del mercado de los commodities, es decir, de materias primas y de productos agrícolas; la mercantilización de la ayuda humanitaria; las políticas de ajuste; el uso abusivo de los paraísos fiscales y la especulación con la deuda soberana; sobre cualquier intento de patentar las diversas formas de vida presentes en la naturaleza y de establecer un derecho de preferencia del dominio privado sobre las cuestiones fundamentales para la salud.

Por su parte, los crímenes ecológicos internacionales generados por las prácticas de las personas físicas o jurídicas —como las empresas transnacionales— incluyen el acaparamiento de tierras y territorios, la privatización y contaminación de fuentes de agua y la destrucción del ciclo hidrológico integral, el arrasamiento de selvas y la pérdida de biodiversidad, la biopiratería, el cambio climático, la contaminación masiva de los mares y la atmósfera, etc. Y es que la distribución de todos estos impactos y las cargas de contaminación y avasallamiento son recibidas por los territorios y, en consecuencia, se produce lo que podríamos llamar un ecocidio. Esto tiene directa relación con los derechos de la naturaleza y a su vez con los derechos humanos y la posibilidad de gozar de un ambiente sano, premisa que resulta fundamental para la garantía de los demás derechos consagrados en las normas nacionales e internacionales.

En este marco, la aprobación y regulación de los crímenes económicos y ecológicos internacionales es urgente. Requiere, eso sí, una adecuada correlación de fuerzas en el ámbito de la comunidad internacional; no podemos olvidar que su regulación colisiona con los núcleos centrales del funcionamiento del capitalismo global. Volviendo al ejemplo de la Troika: sus medidas sometieron a la ciudadanía griega a condiciones extremas que pueden tipificarse como crímenes contra la humanidad, con lo que las personas físicas responsables de las mismas —los miembros del Consejo Europeo y los presidentes de la Comisión Europea, del consejo de administración del FMI y del consejo de gobierno del BCE— pueden ser denunciados ante la Corte Penal Internacional.

Convenimos con el jurista argentino Alejandro Teitelbaum en que es posible invocar ante los tribunales como Derecho vigente el artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional (Roma, 1998), que establece que “se entenderá por ‘crimen de lesa humanidad’ cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque”; entre ellos, el texto menciona “otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física”. A la vez, considera que el “exterminio” comprende “la imposición intencional de condiciones de vida, la privación del acceso a alimentos o medicinas entre otras, encaminadas a causar la destrucción de parte de una población”.

No obstante, a pesar de que las denuncias de todos estos crímenes económicos y ecológicos disponen de fundamento jurídico, las relaciones de poder se imponen —los responsables políticos de los países centrales y las clases dominantes se sitúan al margen de la responsabilidad penal internacional— y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos queda sometido al poder político y financiero. De ahí la necesidad de aprobar una regulación y mecanismos para el control de los crímenes económicos y ecológicos internacionales, que permita, al menos formalmente, procesar a los responsables de tanta atrocidad.

* Juan Hernández Zubizarreta y Pedro Ramiro (@pramiro_) son autores de “Contra la ‘lex mercatoria’. Propuestas y alternativas para desmantelar el poder de las empresas transnacionales” (Icaria, 2015).

Fuente: OMAL

lunes, 25 de enero de 2016

"Somos todos ramas separadas que peregrinan hacia el tronco de Cristo"


Juan Masiá sj

"Hoy ya no presume la iglesia católica de ser el tronco del árbol"

"Es conocida la marcha atrás que se fue dando en los últimos años de Juan Pablo II"
Celebramos esta semana, como desde hace ya más de un siglo, el octavario de oración por la unión de las iglesias (entre las fiestas litúrgicas petrina y paulina del 18 y 25 de enero). Pero hoy la vivimos con el talante ecuménico postconciliar de "peregrinar juntos hacia la unidad" (Evangelii gaudium, n. 244), en vez del exclusivismo contrarreformista de la época de Pío X.

Hoy ya no presume la iglesia católica de ser el tronco del árbol en el que únicamente "subsista la iglesia de Jesucristo", del que se habrían desgajado, según la teología contrarreformista, las "ramas separadas". Para aquella mentalidad preconciliar, rezar por la unidad significaba pedir que las ramas separadas se reunieran de nuevo y reinsertaran en el tronco.

Cuando el 25 de enero de 1959 anunció el Papa Juan XXIII la convocatoria del Concilio Vaticano II dijo que, con esa ocasión, rogaba por "una amistosa y renovada invitación a nuestros hermanos separados de las Iglesias cristianas a participar con nosotros del banquete de gracia y hermandad, al que aspiran tantas almas en tantos rincones del mundo" (G. Zizola, L'Utopia di Papa Giovanni, p. 322).

Estas palabras del Papa le parecieron sospechosas a los funcionarios de la Curia que las "re-escribieron" en los términos siguientes en el comunicado de prensa oficial dado por el Secretario de Estado, Cardenal Tardini: "invitación a las comunidades separadas para buscar la unidad". Habían suprimido la calificación de "iglesias" y "hermanos". También había desaparecido la expresión que invitaba a "participar del banquete de gracia y hermandad", por miedo a que se viese en ella una invitación a la mesa eucarística (P. Hdebblethwaite, Juan XXIII. El Papa del Concilio, PPC, 2000, p.386-88).

Durante los años siguientes de preparación del Concilio y durante la primera sesión de este, prosiguió la tensión entre la propuesta ecuménica y la oposición contrarreformista.Deo gratias, al fin triunfó el ecumenismo en el Decreto Unitatis redintegratio, de 21 de noviembre de 1964.

Ahora la imagen ya no es la de una reunión de "ellos, las ramas" con "nosotros, el tronco". Ahora todos somos ramas separadas del tronco: Cristo. No se trata de que "ellos-ellas" vuelvan a "nuestro redil", sino de que todos "nosotros/nosotras, ellos/ellas, todos ramas" nos renovemos y reformemos continuamente: "todos examinan su fidelidad a la voluntad de Cristo y emprenden la renovación y reforma" (Concilio Vat. II, Unitatis redintegratio, n. 4).

Sin embargo, es conocida la marcha atrás que se fue dando en los últimos años de Juan Pablo II. Después de la publicación por el card. Ratzinger de Dominus Jesus (Congregación para la Doctrina de la Fe, 6-VIII-2000), los escritos teológicos que se referían a las confesionalidades protestantes como "iglesias hermanas" eran amonestados por las correspondientes instancias inquisitoriales.

Por eso resultan tan positivas y esperanzadoras las palabras del Papa Francisco cuando repite que el anuncio de paz de Jesucristo "no es el de una paz negociada, sino la convicción de que la unidad del Espíritu armoniza todas las diversidades(EG 230). Francisco ve la marcha hacia la unidad deseada por Jesús: "que todos sean uno" (Jn 17, 21) como el camino hacia una meta: "siempre somos peregrinos y peregrinamos juntos" (EG 244).

Ocurre con la "unidad de las iglesias" un equívoco semejante al que se produce con la mal llamada (canónicamente) "indisolubilidad del matrimonio". Ni la una ni la otra son una propiedad o característica ya dada desde el principio, ni un punto de partida, sino una meta a la que se está llamado, se promete caminar y se camina, pero... La unión de las familias, comno la unión de los esposos y la unión de la familia humana, de la que aspiran a ser signo las iglesias son, como la paz, algo que hay que construir; son un don y una tarea, como suele repetir Francisco y ha repetido el Sínodo de los obispos.

No somos nosotros el tronco, con el monopolio de la verdad. Somos todos ramas separadas que peregrinan hacia el tronco de Cristo, sin tener ninguna el monopolio de la meta.

Pero, al mismo tiempo, tenemos también el optimismo esperanzador de saber que, aunque nos desviemos o separemos del tronco de Cristo por el camino, Él no se separa, sino que sigue estando con, en y junto a cada rama y "subsiste", es decir, está presente, animando y vivificando con su Espíritu, a cada una.

También en la rama que a veces ha presumido de ser tronco, también en ella "susbsiste" la Iglesia de Cristo (C.Vaticano II, Lumen gentium n. 8). Como dirían nuestros hermanos budistas: "hasta los buenos se salvan". O como diría Jesús: "Hasta los que se creen justos se salvan, porque no he venido por los justos, sino por los pecadores... pero, como pecadores son todos..., pues resulta que por todos he venido para salvarlos a todos" (cf Lc 5, 32 y Mt 9, 13).

La Mujer y la Iglesia.


+José Galarreta, SJ.

En las comunidades que aparecen en los Hechos de los Apóstoles las mujeres tienen voz, tienen oficios litúrgicos, son apóstoles y profetas…
En el episodio de la mujer adúltera el planteamiento de los escribas y fariseos es muy significativo: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. Tu, ¿qué dices?”

Al hablar de “Moisés”, se refieren a dos textos:
LEVÍTICO 20, 10:
“Si uno comete adulterio con la mujer de su prójimo, los dos son reos de muerte.”
DEUTERONOMIO 22, 22
“Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos: el hombre que se acostó con la mujer y la mujer misma. Así harás desaparecer de Israel el mal.”

Resulta verdaderamente asombroso comprobar cómo La Ley, por muy machista que fuera la sociedad en que se redactó, es mucho más justa que la interpretación que hacen los escribas y fariseos ante Jesús. La ley hace pagar sus culpas al varón y a la mujer. Los dos son reos de muerte. Para los escribas y fariseos, el varón ha desaparecido, sólo la mujer ha de ser castigada. Es decir, una sociedad machista y superlegalista utiliza la ley en provecho de sus propias conveniencias.
Y, aunque parezca increíble, podemos reflexionar si en nuestro momento actual, no se está actuando en la iglesia de una manera semejante: ¿qué hay en el evangelio respecto a la mujer? Una valoración de Jesús sorprendentemente más positiva que la habitual en su sociedad, hasta el extremo de que son las mujeres los primeros testigos de la resurrección.

Pero nosotros la iglesia seguimos anteponiendo a los varones, especialmente en el sacerdocio. ¿Qué fundamento tiene esta preferencia? Simplemente que Jesús era varón y que en los relatos de la última cena no aparecen las mujeres. De esto se quiere concluir que Jesús no quiere que las mujeres sean sacerdotes. Y hay que explicarlo.
En primer lugar, que las mujeres no figuren en los relatos no quiere decir que no estuvieran en la última cena. Jesús se reunió con sus discípulos no tiene por qué significar que las discípulas estuvieran excluidas.
En segundo lugar, hace tiempo que se ha prescindido en la iglesia de la concepción “institucional” acerca de la cena de despedida de Jesús. La institución de la eucaristía y la ordenación sacerdotal de los doce en esa cena son enfoques reductivos hace tiempo superados. La primera iglesia no tiene sacerdotes.

En tercer lugar, en las comunidades primitivas las mujeres juegan un papel considerable. Somos injustos con Pablo cuando le atribuimos poco aprecio a las mujeres. Basta con leer las dedicatorias y despedidas de sus cartas para comprobar el enorme papel de las mujeres en su trabajo apostólico y la consideración con que Pablo las nombra. Fueron las generaciones cristianas posteriores a los años 70 las que hicieron prevalecer el machismo imperante en su sociedad y fueron desplazando a las mujeres de los servicios litúrgicos.

Pero hoy mismo parece que en las altas esferas de la iglesia (no en la iglesia), se quiere volver atrás, a tiempos anteriores al Vaticano II, y expulsar a las mujeres incluso de servicios litúrgicos menores. Sobre esto tenemos que decir una sola palabra: que es muy bueno volver atrás, pero atrás del todo, no un siglo atrás sino veinte siglos atrás: que la Tradición de la Iglesia no empieza en Trento, ni en los Padres Capadocios, sino en Jesús. Y que la Iglesia que aparece en los Hechos de Apóstoles no da ningún pie para todas esas revisiones que quieren presentarse como “tradicionales”.

En la sociedad judía en que vivió Jesús la mujer no tiene derechos civiles, se sienta en la sinagoga en lugar aparte, sin tener en ella voz, su testimonio no tiene validez legal. En las comunidades que aparecen en los Hechos de los Apóstoles las mujeres tienen voz, tienen oficios litúrgicos, son apóstoles y profetas. No parece exagerado decir que esta “vuelta a lo tradicional” que hoy parece amenazar a la iglesia es una vuelta al Antiguo Testamento.
Y esto, no solamente en lo que respecta a las mujeres, sino incluso a la celebración de la eucaristía. Si es verdad lo que se está filtrando -suponemos que intencionadamente- se pretende que la eucaristía deje de ser la cena del Señor para parecerse más a los sacrificios de Caifás Sumo Sacerdote en el Templo de Jerusalén. Pero la Iglesia no se dejará engañar. Tendrá que sufrir por mantenerse fiel al Espíritu de Jesús. Pero a eso ya estamos acostumbrados.
+José Galarreta, SJ
Fe adulta – Reflexión y Liberación

http://www.reflexionyliberacion.cl/articulo/4789/la-mujer-y-la-iglesia.html

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