lunes, 29 de febrero de 2016

Diez derechos del corazón.



Leonardo Boff

Actualmente se constata una fecunda discusión filosófica sobre la necesidad de rescatar la razón cordial, como limitación a la excesiva racionalización de la sociedad y como enriquecimiento de la razón instrumental-analítica, que dejada a su libre curso, puede perjudicar la correcta relación con la naturaleza, que es de pertenencia y de respeto a sus ciclos y ritmos. Enumeremos algunos derechos de la dimensión del corazón.

1. Protege el corazón que es el centro biológico del cuerpo humano. Con sus pulsaciones riega con sangre todo el organismo haciendo que viva. No lo sobrecargues con demasiados alimentos grasos y bebidas alcohólicas.

2. Cuida el corazón. Es nuestro centro psíquico. De él salen, como advirtió Jesús, todas las cosas buenas y malas. Compórtate de tal manera que tu corazón no necesite sobresaltarse ante riesgos y peligros. Mantenlo apaciguado con una vida serena y saludable.

3. Vela tu corazón. El representa nuestra dimensión profunda. En él se manifiesta la conciencia que siempre nos acompaña, nos aconseja, nos advierte y también nos castiga. En el corazón brilla la chispa sagrada que produce en nosotros entusiasmo. Ese entusiasmo filológicamente significa tener un “Dios interior” que nos calienta e ilumina. El sentimiento profundo del corazón nos convence de que el absurdo nunca va a prevalecer sobre el sentido.

4. Cultiva la sensibilidad, propia del corazón. No permitas que sea dominada por la razón funcional. Armonízala con ella. Por la sensibilidad sentimos el corazón del otro. A través de ella intuimos que también las montañas, los bosques y las selvas, los animales, el cielo estrellado y el mismo Dios tienen un corazón pulsante. Finalmente nos damos cuenta de que hay un solo inmenso corazón que late en todo el universo.

5. Ama tu corazón. Es la sede del amor. El amor que produce la alegría del encuentro entre las personas que se quieren y que permite la fusión de cuerpos y mentes en una sola y misteriosa realidad. El amor que produce los milagros de la vida por la unión amorosa de los sexos y la entrega desinteresada, el cuidado de los más desvalidos, las relaciones sociales inclusivas, las artes, la música y el éxtasis místico que hace a la persona amada fundirse en el Amado.

6. Ten un corazón compasivo que sabe salir de sí y ponerse en el lugar del otro para sufrir con él, cargar juntos con la cruz de la vida y también juntos celebrar la alegría.

7. Abre el corazón a la caricia esencial. Es suave como una pluma que viene del infinito y, con el toque, nos hace percibir que somos hermanos y hermanas y que pertenecemos a la misma familia humana que habita en la misma Casa Común.

8. Dispón el corazón para el cuidado, que hace al otro importante para ti. Él sana las heridas pasadas e impide las futuras. Quien ama, cuida y quien cuida, ama.

9. Amolda el corazón a la ternura. Si quieres perpetuar el amor rodéalo de ternura y de gentileza.

10. Purifique día a día el corazón para que las sombras, el resentimiento y el espíritu de venganza, que también anidan en el corazón, nunca se sobrepongan al bien querer, a la finura y al amor. Entonces, tu corazón latirá al ritmo del universo y encontrará reposo en el corazón del Misterio, la Fuente originaria de donde procede todo, que nosotros llamamos sencillamente Dios.

Estas cinco recomendaciones que refuerzan el amor están llenas de sentido.

1. Pon corazón en todo lo que pienses y en todo lo que hagas. Hablar sin corazón suena frío e institucional. Las palabras dichas con corazón llegan a la profundidad de las personas. Se establece entonces una sintonía fina con los interlocutores u oyentes que facilita la comprensión y la adhesión.

2. En el razonamiento articulado procura poner emoción. No la fuerces porque ella debe revelar espontáneamente la profunda convicción de lo que crees y dices. Sólo así llega al corazón del otro y se hace convincente.

3. La inteligencia intelectual fría, que pretende comprender y resolver todo, genera una percepción racionalista y reduccionista de la realidad. Pero también el exceso de razón cordial y sensible puede decaer en el sentimentalismo almibarado y en proclamas populistas que alejan a las personas. Hay que buscar siempre la justa medida entre mente y corazón pero articulando los dos polos a partir del corazón.

4. Cuando tengas que hablar a un auditorio o a un grupo, procura entrar en sintonía con la atmósfera que hay allí. Al hablar, no hables solo desde la cabeza, da primacía al corazón. Él siente, vibra y hace vibrar. Las razones de la inteligencia intelectual solo son eficaces cuando vienen amalgamadas con la sensibilidad del corazón.

5. Creer no es pensar en Dios. Creer es sentir a Dios desde el corazón. Entonces nos damos cuenta de que estamos siempre en la palma de su mano y que una Energía amorosa y poderosa nos ilumina y calienta, y preside los caminos de la vida, de la Tierra y de todo el universo.

* Leonardo Boff escribió el libro Los Derechos del Corazón; el rescate de la razón cordial, Paulus 2016.

Traducción de MJ Gavito Milano

domingo, 28 de febrero de 2016

¿Por qué rezamos?



Miles de personas se congregan cada día aquí y en el mundo para orar, pedir o agradecer en derredor de un templo, una figura o una idea de ser que nos trascienda.
Es allí también donde muchas veces se deposita la esperanza de un trabajo que lleve a la mesa el pan de cada día, la sanación de un ser querido o el deseo de la vida eterna ante el desamparo de un triste fallecimiento.

Datos antropológicos ponen énfasis en la universalidad de la búsqueda de un ser superior entre diversos grupos de culturas primitivas y avanzadas durante muchos miles de años. Para algunos, esta universalidad podría interpretarse como sugerencia de que algunas estructuras básicas en el cerebro necesitan de Dios. Otros argumentan que la religiosidad es un artefacto de la evolución.

Aunque se trate de un tipo de pensamiento extendido y milenario, las neurociencias durante mucho tiempo han sido renuentes a la investigación científica sobre la espiritualidad. El estudio de las bases neurales de la religión recién está empezando a ser un tópico aceptado de investigación dentro de las neurociencias cognitivas. Es así como la Universidad de Oxford ha creado un centro multidisciplinario que estudia las bases neurobiológicas de las creencias (religiosas u otras) y cómo estas afectan nuestros estados de conciencia y sentimientos.

Diferentes grupos de científicos han utilizado las neuroimágenes funcionales para observar los cambios que ocurren en el cerebro cuando una persona tiene una experiencia religiosa. Por ejemplo, en un estudio se examinó la actividad cerebral cuando las personas rezaban. Aunque estos ensayos pueden pecar de reduccionistas y producir una comprensible controversia, permiten generar un riquísmo debate sobre si el cerebro humano está programado para tener fe o si es un habilidad mental que él cerebro humano desarrolló a través de la cultura.

La pregunta a la que pueden remitirse los estudios neurocientíficos no se corresponde con cuestiones ligadas a cada una de las creencias religiosas, sino a temas más básicos: ¿por qué los seres humanos experimentamos la religión?, ¿qué procesos neurales se activan en el tránsito de esa experiencia? Por ejemplo, durante la meditación, los lóbulos parietales, que procesan nuestro sentido de orientación y conocimiento de uno mismo, disminuyen casi por completo su actividad. También baja la actividad de la amígdala, una región involucrada en el proceso del miedo. A medida que la tecnología de neuroímagenes avance y los tests cognitivos sean cada vez más avanzados, podremos discriminar, del mismo modo, cómo las sensibilidades creativas y religiosas interactúan.

Existe evidencia de que las personas creyentes viven más y mejor. Algunos investigadores sugieren que en esto podría haber una ventaja evolutiva, ya que no se trata necesariamente de creer en tal a cal sentido, sino en poseer un cerebro con capacidad para tener fe: Pero aunque los científicos avancen en esta área, posiblemente nunca resuelvan el gran dilema: si nuestras conexiones en el cerebro crean a Dios o si Dios crea nuestras conexiones cerebrales.


Dios no acudió inmediatamente. Por lo contrario, me pareció una eternidad la espera, y un sentimiento de postergación indecible me hacía sufrir más que todos los suplicios anteriores. El dolor pasado era un recuerdo grato en cierta manera, ya que me daba ocasión de comprobarmi existencia y de percibir los contornos de mi cuerpo.Allí, en cambio, me podía comparar a una nube, a un islote sensible, de márgenes constituidas por estados cada vez más inconscientes, de manera que no lograba saber hasta donde existía ni en qué punto me comunicaba con la nada.
Mi sola capacidad era el pensamiento, siempre más desbordado y potente. En la soledad tuve tiempo de andar y desandar numerosos caminos; reconstruí pieza por pieza edificios imaginarios; me extravié en mi propio laberinto, y solo hallé la salida cuando la voz de Dios vino a buscarme. Millones de ideas se pusieron en fuga, y sentí que mi cabeza era la cuenca de un océano que de pronto se vaciaba.

De “El converso”; Juan José Arreola (Zaporlán el Grande, 1918-Guadalajara, 2001)




Fuente: Nanes, Facundo y Mateo. Niro; “Usar el cerebro. Conocer nuestra mente para vivir mejor.” Ed. Planeta. Chile 2014 .-

sábado, 27 de febrero de 2016

¡Me quedo con Jesús de Nazaret!



Conquistamos todas sus ciudades y las consagramos al exterminio matando a hombres, mujeres y niños. No dejamos a nadie con vida” (Deut. 2:34 BTI)
Hay textos en las Escrituras que leo en diagonal. Simplemente paseo mi vista por ellos, sin detenerme. Causan en mi corazón desazón y dolor. Pertenecen a la cultura de la guerra y el dominio. Son producto de unos seres humanos marcados indeleblemente por la violencia y la crueldad. Expresan, como diría Jesús de Nazaret, su dureza de corazón ¿Habría podido ser de otro modo..? Perdonad mi sinceridad.
Por ello siempre me quedo con el Mesías Jesús. Su Espíritu corre en mi ayuda para que sea capaz de separar la paja del trigo, convirtiendo mi incomodidad en comprensión que, si bien no justifica “la paja”, entiende la historia del ser humano como un continuo crecimiento hacia una experiencia de Dios ciertamente diferente. Aunque he de confesar, cuando leo los diarios, que todavía veo países, hombres y mujeres, que viven en el pasado guerrero y cruel de sus/nuestros antepasados. Reitero, me quedo con Jesús de Nazaret.
Me quedo con Jesús cuando nos enseñó, “felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamará hijos suyos” (Mat. 5:9 BTI). Me quedo con Jesús cuando nos dijo, “sabéis que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No recurráis a la violencia contra el que os haga daño. Al contrario, si alguno te abofetea en una mejilla, preséntale también la otra” (Mat. 5:38-39 BTI), y también, “sabéis que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen” (Mat. 5:43-44 BTI). Me quedo con Jesús cuando ante la pregunta de sus discipulos “Señor, ¿ordenamos que descienda fuego del cielo y los destruya?”, se encaró con ellos, y les reprendió (Luc. 9:54-55 BTI). Y así podríamos seguir, para acabar reiterando hasta el infinito, ¡me quedo con Jesús de Nazaret! Verdadera Palabra de Dios hecha carne.
Por todo ello, dejando a un lado el “espíritu humano” que recorre algunos textos, oro a nuestro Señor suplicándole que me conceda la sabiduría necesaria para aprender del talante de Jesús de Nazaret, mi Señor y Maestro. Él fue manso y humilde de corazón (Mat. 11:29).
Soli Deo Gloria
Ignacio Simal Camps
Ignacio Simal es pastor de la Església Evangèlica de Catalunya - Iglesia Evangélica Española en la Església Protestant Betel - Sant Pau (Aragó, 51- Barcelona). Es Presidente de la asociación Ateneo Teológico. Fundó Lupa Protestante en el año 2005. Hasta el mes de julio del año 2012 fue su director. Presidente de la Mesa de la Església Evangèlica de Catalunya , y Director de Comunicación de la Iglesia Evangélica Española (IEE). Es miembro de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, y del Fòrum Català de Teologia i Alliberament. También dirige la revista de la IEE, "Cristianismo Protestante".

viernes, 26 de febrero de 2016

El Niño ahonda desnutrición infantil en África.


Reciente informe de Unicef revela que casi un millón de niños en África occidental necesitan de un tratamiento para afrontar la desnutrición agua que padecen. En algunos países las sequías van provocando la aparición de brotas de cólera.

Por José Carlos Díaz Zanelli

Una de las noticias más trágicas en el ámbito climático entre el 2015 y 2016 ha sido el Fenómeno del Niño que ha afectado diversas partes del mundo. Sudamérica, Europa y África han sido las regiones más golpeadas por los cambios drásticos en el clima. Pero es en este último continente donde se han presentado las mayores tragedias.
Un reciente informe de Unicef ha revelado cifras respecto a la afectación que el Fenómeno del Niño está teniendo en África. Y puntualmente en su población infantil, más vulnerables a los cambios climáticos que generan lluvias excesivas y sequías en determinadas zonas.
Según los datos revelados en este informe, casi un millón de niños en África occidental necesitan un tratamiento para afrontar la desnutrición aguda que padecen. Eso sumado a una serie de enfermedades que vienen apareciendo y afectando a la población en general.

Las cifras africanas

Uno de los países más afectados ha sido Tanzania que a causa de las sequías registra un brote de cólera que en los últimos dos meses arroja más de 12 mil casos. Aunque el caso más dramático parece ser el de Malawi cuya tasa de desnutrición aguda subió en un 100 por ciento solo entre los meses de diciembre y enero.
“Las reservas de cereales ya se han agotado y hay una gran preocupación porque los niños y sus familias logren resistir. En otras palabras, se espera que la situación empeore a lo largo de este año y en 2017”, declaró Óscar Matarín, responsable de los programas de emergencia de la Unicef a una agencia internacional.
En su informe, Unicef ha reclamado que a lo largo de esta última crisis solo ha podido financiar el 15 por ciento del llamamiento humanitario que solicitara para paliar la situación que afronta África.

Datos:

Se estima que a fines del 2016 la población de Etiopía necesitada de ayuda humanitaria subirá de 10 a 18 millones de personas.
Las sequías han provocado que el rendimiento agrícola de Sudáfrica se reduzca en un 30 por ciento en el último año.

Fuente: Servindi

jueves, 25 de febrero de 2016

Igualdad y propiedad.


por José María García Mauriño

El capitalismo, hace imposible la igualdad entre todos los Seres Humanos (en adelante SH). El sistema capitalista no es solo un sistema económico, es a la vez un sistema político, financiero, de valores, jurídico y militar. Es todo un entramado muy difícil de penetrar y de combatir. Un sistema de constante acumulación de beneficios para unos pocos y de dominación para el mundo entero. Es todo lo contrario a un sistema de igualdad. Existen varios argumentos que lo prueban.

1º) Los derechos humanos: Art. 1 de DH: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. La libertad y la igualdad son dos características inalienables de todo SH. Todo SH es capaz de decidir libremente sobre su destino, personal o comunitario. La libertad y la igualdad son los dos pilares sobre los que se asienta la Democracia. Si no hay Libertad ni Igualdad no hay democracia posible.

2º) Existe una estrecha relación entre igualdad y propiedad. Para empezar, constatamos que todos los SH somos iguales. . Todo SH es igual a otro SH, No hay distinción entre hombre y mujer, el rico y el pobre, el listo y el menos listo, el rubio y el moreno. Todos somos SH y pertenecemos a la misma especie humana. Lo contrario a la igualdad no es la desigualdad, es el privilegio. Para hacer efectiva la igualdad necesitamos gozar de una serie de bienes básicos que nos igualan. Una cosa es nacer todos iguales, y otra muy distinto, vivir todos con una propiedad fundamental, que nos hace ser iguales, Debemos tener. ser propietarios, de una serie de bienes básicos (trabajo, vivienda, alimentación sanidad -acceso a médicos y medicinas- , cultura –que todo el mundo sepa leer y escribir-) que hacen posible una vida digna.

3º) Lo que nos iguala es tener todos y todas los bienes necesarios para vivir una vida humana, una vida digna. Lo que nos hace desiguales es que unos pocos se apoderen de casi todos los bienes, y una inmensa mayoría carezca de lo imprescindible para vivir. La gran desigualdad es el tema de la propiedad: En la actualidad hay en el mundo 62 personas que poseen igual riqueza que la suma de 3.500 millones de personas, la mitad de la humanidad. El año pasado eran 80, hace seis años eran 388. Sólo hace ocho años eran 600. La crisis ha servido para concentrar la riqueza progresivamente en menos manos. En los últimos cinco años, en pleno empobrecimiento de las mayorías, los ingresos de los más ricos se han incrementado en un 44% y los ingresos de los 3.500 millones se han reducido en un 41%. Se lo han apropiado y han despojado a más de media humanidad de unos bienes básicos que les pertenecían, con los que podrían haber cubierto esas 5 necesidades básicas. Y ese despojo se lo tienen que devolver. La desigualdad es un producto de la propiedad privada, base del capitalismo liberal.

4º) Todo sistema económico realza determinados elementos que tienen traducción en otros campos como el social, el laboral y el familiar. En otras palabras, podríamos decir que todo sistema económico crea una cultura. Y uno de los elementos importantes de toda cultura es el sistema ético, entendido como una escala o una jerarquía de valores que se pone en juego sobre todo a la hora de tomar decisiones, y que acaba por impregnar toda nuestra vida (familia, relaciones sociales, etc.). Por esto es importante tomar conciencia de cuáles son los valores en los que se fundamenta nuestro sistema económico, y qué valores transmite en cuestiones tan significativas como persona «feliz», triunfo personal, etc.

5º) Sabemos que en el mundo capitalista, que ha colonizado el mundo, el desarrollo, como bien analizó Marx, siempre ha significado mayor acumulación de riquezas en manos privadas. Nunca se ha emprendido en función de las necesidades reales de la mayoría de la población. Se abren calles asfaltadas e iluminadas en lotes de terrenos vacíos destinados a urbanizaciones de lujo, mientras que las calles populosas de las periferias de las ciudades no merecen ningún tipo de pavimentación y pasan por ellas canales infectados de desechos humanos. Este sistema es el que ha destrozado a buena parte de la Madre Tierra, que ha colonizado culturas indígenas, se ha apropiado de proyectos de desarrollo que crean dependencia y desarticulación de los procesos locales de organización, y que apuntalan una sociedad de consumo bajo un pensamiento patriarcal y perverso. Se ha negado la sabiduría comunitaria de hombres y mujeres indígenas.

6º) Respecto a los Derechos Humanos (en adelante DH), se puede tomar como una forma velada de defender lo ya adquirido por el más fuerte o lo que se puede adquirir en el futuro por los más fuertes. es decir, por la burguesía instalada en el sistema neoliberal. Muchas veces detrás de esa formulación de los DH, absoluta y abstracta, se encubre la ideología de unos intereses que defienden lo ya adquirido sin discutir el modo de esa adquisición, y sin discutir cómo el derecho de todos se convierte en privilegio de unos pocos; porque son pocos los que cuentan con condiciones reales para hacer efectivos esos derechos. Cuando el derecho se convierte en privilegio, niega su esencia misma de derecho, y cuando deja de ser universal, deja por lo mismo de ser humano, deja de ser derecho de todo ser humano, para pasar a ser privilegio de clase o de grupo de individuos. La lucha de clases es la lucha por la igualdad.

7º) No hay cristiano que pueda negar la verdad básica de la igualdad. Creo que no es preciso recordar que la igualdad de todos los seres humanos es un principio esencial e irrenunciable para los cristianos que se saben y quieren ser hijos y hermanos del mismo Dios Padre-Madre. Creer en el principio de la Encarnación realizada en Jesús es creer que todo ser humano, particularmente si es pobre o víctima del sistema, está llamado a experimentar en su vida lo que son unas relaciones humanas libres e igualitarias. No hay cristiano que pueda negar esta verdad básica si es que quiere seguir siéndolo. Sin embargo, hay que reconocer que la confesión de este principio se ha mantenido en contra de toda evidencia empírica que nos muestra cómo el cristianismo ha sido desde sus orígenes hasta nuestros días cómplice de las formas de desigualdad más injustas y escandalosas. Tampoco han faltado entre los cristianos quienes no sólo han defendido con fervor dicha realidad de desigualdad, sino que han llegado a legitimar la desigualdad en nombre de innumerables razones e incluso a sacralizarla en nombre de un pretendida voluntad divina. Es todo lo contrario a esa exigencia ética y cristiana de compartir los bienes con toda la humanidad.

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domingo, 21 de febrero de 2016

Personas sin hogar: abandono, solidaridad o negocio.



Foto: Juan Miguel Baquero
"Horas que se convertirán en días. Días que se convertirán en meses. Meses que se convertirán en toda una vida si no impedimos que se continúe con la mercantilización de la pobreza"

Nale Ontiveros


Si paseamos cualquier tarde por los alrededores del Centro nocturno de Baja Exigencia, en la calle Dr. Fedriani de Sevilla, podemos contemplar el espectáculo desolador de decenas de personas sin hogar que deambulan esperando que se abra la reja de entrada. Cuando ésta se abre, un trabajador de la empresa que gestiona dicho centro, Grupo 5, leerá los nombres apuntados en una lista, nombrando a los elegidos que, al menos esa noche, podrán dormir en una cama, al abrigo de las inclemencias del tiempo. Nombres en una lista que salvará por un día aproximadamente a cuarenta personas afortunadas. Los que entran lo hacen rápido, sin apenas mirar atrás, donde dejan amigos, colegas o compañeros de fatigas. Caminan, sin creerse aún la suerte que les permitirá ducharse, cenar caliente y dormir tranquilos varias horas seguidas.


Muchos otros, los no elegidos, cogerán sus escasas pertenencias y caminarán de nuevo en busca de un lugar seguro, de un abrigo o refugio donde pasar la noche. Si observas sus rostros puedes leer la angustia y la ansiedad que esa forma de vivir les provoca. Rostros ajados, secos, enjutos en su mayoría. Ojos hundidos, con la mirada perdida y de pisadas lentas.



Antonio, Carlos o Fidel son algunos de ellos. Vidas diferentes e igual resultado: la calle como hogar. Ellos me cuentan cómo son sus días. Y lo que me dicen es estremecedor: días llenos de pasos que no llevan a ninguna parte, llenos de miradas y gestos de desprecio. Bien por su aspecto o bien por su olor, son expulsados sistemáticamente de todos los lugares públicos, condenados a la soledad y el abandono. Se marchan sabiendo que mañana les tocará volver a la misma reja y probar suerte de nuevo, sin que nadie pueda saber los criterios de selección que manejan para dejarles, o no fuera. He intentado, sin éxito, que me confirmen desde Grupo 5 y el Ayuntamiento dichos requisitos ante la reclamación de las personas afectadas, que esgrimen posible arbitrariedad y ocultación de los mismos.


Entonces me pregunto cómo es posible que un ayuntamiento como Sevilla, con un presupuesto de setecientos cincuenta y cinco millones de euros, destine a paliar la problemática de las personas sin hogar casi cuatro millones de euros, y aún así sigan viviendo tantas personas en la calle. ¿Son suficientes dichos recursos?
Los recursos para las Personas sin Hogar


La financiación de los servicios para personas sin hogar es en un 90% financiación a través de partidas públicas, autonómicas, municipales y europeas. El otro 10% lo aportarían algunas entidades privadas y particulares. Veamos cómo se distribuye parte de la partida presupuestaria de los Recursos Municipales, todos ellos de titularidad pública, gestión privada y financiación pública.


-Tres millones cuatrocientas euros son destinados a las UMIES (Servicio de Intervención Social en Emergencias Sociales y Exclusión Social), que los divide en aportaciones a la SES (Servicio de Emergencias Sociales), que cuenta con un servicio de atención 24 horas al día, 365 días al año, para lo cual está dotada de una furgoneta para la atención en la calle y el traslado de usuarios en situación de emergencia. Y el Centro de Acogida Municipal, situado en la calle Perafán de Ribera, donde se acoge a unas 165 personas sin hogar, distribuidos en programas de corta, media o larga estancia, donde tienen habilitados, también, varios módulos familiares. Allí los internos pueden permanecer las 24 horas al día, donde reciben atención a sus necesidades más básicas, así como orientación e información sobre otros servicios y procedimientos administrativos.


-Por otra parte, con una dotación de trescientos setenta mil euros anuales, el Centro de Acogida nocturna de Baja Exigencia Hogar Virgen de los Reyes, donde pernoctan alrededor de 40 hombres y mujeres sin hogar. Allí se les ofrece duchas, cena y desayuno, una cama en literas en habitaciones compartidas y una taquilla para sus pertenencias durante su breve estancia, debiendo abandonar el albergue a las 8 de la mañana, después del desayuno. Se da la circunstancia de que en el próximo mes de Noviembre se llevará a cabo una nueva adjudicación de la gestión privada de este Centro, que se encuentra actualmente en fase de valoración de las ofertas presentadas. En el concurso, varias empresas se disputan dicha gestión, entre ellas la que lo gestiona actualmente, Grupo 5, y la que lo gestionó anteriormente, la Fundación RAIS. 


Además de estas entidades, existen otros centros, de titularidad privada, gestionadas por entidades religiosas en su mayoría, pero con dotación económica pública y privada, aunque las grandes partidas correspondan a la financiación pública. Entre otros cabría destacar el Centro Amigo, de Cáritas (con unas 20 plazas de estancia media o larga), Miguel de Mañara, de San Vicente de Paul (con otras 20 plazas de estancia media) o Cristo Vive (con otras 10 plazas). Como podemos comprobar, aún sumando todos los recursos, públicos o privados, no llegarían a cubrir ni el 50% de las necesidades estimadas.


La primera duda que me asalta es el por qué el Ayuntamiento de Sevilla gestiona los servicios sociales a personas sin hogar a través de empresas privadas. Para conocer más sobre la gestión de los Centros, contacto con Felipe García Leiva, antropólogo e investigador, experto en sinhogarismo. Me explica la transición hacia este modelo actual, desde un modelo impregnado de un concepto caritativo anterior, en el que eran las entidades de tipo religioso las que se encargaban de paliarlo. Fue allá por el año 2009 cuando la entonces delegada municipal de servicios sociales, Ana Gómez, junto con otras personas y organizaciones que venían reclamando una mejora en el sistema de atención de las personas sin hogar, lo modifican, ampliando y mejorando los recursos y las plazas. Dándose la circunstancia de que con su marcha esta inercia de mejora quedó paralizada, e incluso mermada, hasta la fecha.


La segunda duda es el número real de personas sin hogar que habitan en las calles sevillanas. Lamentablemente, me dice, no se conoce el número exacto. Nadie nunca los ha registrado. En esa línea, se realizó en 2010 un mínimo estudio de recuento en un ejercicio conjunto en todas las capitales andaluzas, a petición de la Mesa de Expertos en Sinhogarismos de Andalucía, que arrojó una cifra estimativa de 500 personas (actualmente, se cree que rondaría las 700). Pero, hay muchos que permanecen ocultos o invisibles. Los servicios sociales sólo contabilizan individualmente el número de usuarios de cada unidad, por lo que si las personas sin hogar no utilizaran ninguno de los recursos, o por el contrario usaran varios, el número oscilaría. En Málaga, por ejemplo, sí existe un registro centralizado de los usuarios, lo cual evita las duplicidades.


La tercera duda es sobre el perfil de las personas sin hogar. Se tiene la idea preconcebida, basada en el estigma, de que estas personas se encuentran en esta situación por problemas derivados del uso abusivo de drogas o alcohol, dedicadas a la mendicidad o con problemas mentales. Él comenta que ni hay estudios realmente fidedignos ni se han diagnosticado a ese respecto. Que la cifra de personas con algún trastorno mental grave no alcanzaría ni el 10% de la población sin hogar. Y que las personas que padecen problemas de alcoholismo o drogodependencia oscilaría en un abanico de entre el 20%-30%. Lo cual nos arroja la cifra de un 70% de población que vive en la calle y que no consumiría ni drogas ni alcohol, por lo que se estaría tomando la parte por el todo a la hora de elaborar un perfil. Cabe reconocer que la mayoría sí sufre situaciones de acumulación de situaciones estresantes, que perjudicarían seriamente su salud.


Actualmente, el perfil ha ido evolucionando conforme los efectos de la crisis son más notorios, con un gran salto cualitativo y cuantitativo. Si hace unos años el perfil era mayormente masculino, se detecta una feminización progresiva, hasta el 20% del total de personas sin hogar. Así mismo, se percibe una extranjerización, juvenización y mayor diversidad cultural entre los usuarios de los recursos. Se observa una democratización de la exclusión social, por la que cualquier persona puede estar considerada en riesgo. Felipe García concluye con un novísimo perfil de la exclusión: familias completas, antes ajenas a la pobreza y la exclusión social, la llamada pobreza "vergonzante" y sobrevenida que les impide pedir ayuda a los servicios sociales ni ir a comedores sociales. Se trataría de personas cuyo nivel de vida se ha visto bruscamente modificado y cuyo entorno social les condicionaría a seguir aparentando un estatus anterior.
¿Se están utilizando correctamente los recursos?


Felipe García nos adelanta datos de su investigación. Para comprobar que no se están utilizando correctamente los recursos le basta con hacer la cuenta de lo que cuesta un recurso y dividirlo entre el número de beneficiarios. Si dividimos los tres millones cuatrocientos mil euros del coste anual del Centro de Acogida Municipal entre los 165 posibles usuarios, nos sale la cantidad de veinte mil seiscientas seis euros al año, por usuario. Si esa cantidad la dividimos, a su vez, entre los 12 meses del año, salen unos mil setecientos diecisiete euros por cada usuario y mes. Teniendo en cuenta que un piso medio en Sevilla puede costar alrededor de 500 euros… ¿No sería más interesante invertir ese dinero en la aplicación de una renta básica universal de misma cantidad de s.m.i., una vivienda social, y el sueldo de un equipo de profesionales que tutelen de forma directa a estas personas, acercándoles a un tipo de vida más organizado? Si hacemos la cuenta sumando el gasto de varios usuarios que pudieran compartir la vivienda en pisos tutelados, el ahorro que se podría conseguir sería aún mayor, así como la mejora de su atención y posibilidades de reincorporación social, que debería ser el objetivo, que rara vez se consigue con el modelo actual.


Por otra parte, la gestión privada de estos recursos de titularidad pública y de financiación pública adquiere un carácter excesivamente mercantilista. Uno de los objetivos fundamentales de las empresas que concurren en los concursos públicos es el beneficio económico, frecuentemente oculto detrás de las buenas palabras y la declaración de buenas intenciones. Hemos podido comprobar, incluso, como una entidad sin fines lucrativos como es RAIS,- a la sazón una de las concursantes en la actual licitación- llegó a hacer una bajada que de alguna manera podría parecernos temeraria, entorno al 26% del presupuesto presentado a concurso de la gestión del Centro nocturno de Baja Exigencia Hogar Virgen de los Reyes en el año 2012, de tal modo que el propio ayuntamiento tuvo que realizar un informe para corroborar que con esa bajada, el servicio iba a poder realizarse. Pero, si es así, ¿a costa de qué y de quién puede seguir realizándose un servicio presupuestado anteriormente un 26,54% más alto? Evidentemente, no se puede. Según los propios internos y antiguo personal de dicho centro, durante ese periodo ni las instalaciones, ni los equipamientos, ni las prestaciones básicas (como el servicio de alimentación, higiene, descanso, lavandería...) funcionaron en unos mínimos niveles estándares de calidad.


¿Por qué, entonces, el Ayuntamiento de Sevilla, titular y con las competencias de los servicios sociales, sigue manteniendo este modelo de atención? ¿Por qué el nuevo Consistorio ha vuelto a sacar a concurso este servicio de la misma manera que sus predecesores? El Ayuntamiento de Sevilla comenta que el nuevo titular,Juan Manuel Flores Cordero, tiene como prioridad abrir nuevas camas para mediados del mes próximo, antes de la temporada fuerte de frío y lluvia. Y que es notoria la falta de plazas en ambos centros y que es su intención ampliar la oferta, aunque sin detalles sobre cómo iba a hacerlo posible.


Felipe García aboga por otro tipo de sistema más de acuerdo con las experiencias del Norte de Europa, en la línea de ejemplos de modelos más sostenibles e integrales, sin grandes centros, como el Centro de Acogida Municipal, con claras deficiencias en cuanto a la atención psico-social, con un carácter demasiado prescriptivo e incluso represivo. Y sustituirlo por un modelo de viviendas individuales o para 2 ó 3 personas, y de pequeños centros de no más de 20 personas, con una racionalización de plazas y recursos, contemplando la reinserción social.


Hay que tener en cuenta que lo que mejoraría las condiciones de vida de las personas en riesgo o situación de exclusión social serían medidas de carácter estructural que incidieran sobre ellas como sujetos de derecho, la disponibilidad de una Renta Básica o de unos ingresos y alojamiento dignos, unidos a una atención personalizada y adaptada a las características y circunstancias personales. El modelo debería pivotar alrededor de cinco coordenadas: detección temprana y prevención, emergencias, estabilización y recuperación, promoción personal y social y autonomía. En lugar de seguir trabajando, escasamente, en las emergencias, como se hace actualmente.


Todos los informes presentados en estudios sobre la pobreza nos muestran una triste realidad: el número de personas que en España está en riesgo de exclusión supera los 13,6 millones de personas. Que 2,17 millones de personas han sido atendidas de alguna manera por Cáritas. Y de ellas, un 53% viven en hogares donde algún miembro de la familia tenía empleo, lo cual significa que el empleo, por sí mismo, ya no garantiza salir de la pobreza sin el apoyo de políticas de protección social. Entonces, si estamos fracasando en las medidas anti pobreza, ¿qué no pasará en el último eslabón de esta cadena, la de las personas con una situación de mayor gravedad y deterioro? No es suficiente con que pongamos nuestra atención en esta problemática un día al año, sino que trabajemos todos juntos, instituciones y entidades, para encontrar las posibles soluciones a este problema tan complejo. 


Porque, mientras llegan las soluciones, cuando el centro nocturno cierra su puerta a las 8 de la mañana, las personas sin hogar estarán condenadas a pasar otras doce horas, cuanto menos, en las calles. Deambularán de nuevo sin rumbo fijo, porque no tienen dónde ir. Algunos caminarán a media mañana hacia uno de los comedores sociales, todos de titularidad privada pero financiación pública o mixta, ligados a entidades religiosas (como el de San Juan de Dios, los de San Vicente de Paul o por los bocadillos de Cáritas). Pero todos mirarán al cielo pidiendo sol en invierno y fresco en verano. Buscarán perderse de las miradas ajenas en los parques y jardines, que son su refugio. Dejarán pasar las horas delante de ellos. Horas que se convertirán en días. Días que se convertirán en meses. Meses que se convertirán en toda una vida si no impedimos que se continúe con la mercantilización de la pobreza.

Fuente: eldiario.es

sábado, 20 de febrero de 2016

La cultura y la política lloran la muerte de Umberto Eco.



El mundo de la cultura y de la política de Italia lamentó hoy la pérdida del escritor y semiólogo italiano Umberto Eco, fallecido a los 84 años.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, transmitió su pésame a la familia, y destacó del escritor de “El nombre de la rosa” su “inteligencia única”, capaz de “anticipar el futuro”.

“Fue un ejemplo extraordinario de intelectual europeo, unía una inteligencia única con una incansable capacidad de anticipar el futuro”, destacó Renzi, según informan los medios locales.

“Es una pérdida enorme para la cultura, que echará de menos su escritura y su voz, su pensamiento agudo y vivo, su humanidad”, agregó.

En la misma red social, el escritor Roberto Saviano publicó un mensaje sencillo de despedida en el que citó las últimas palabras de la novela que fue llevada al cine por el director Jean-Jacques Annaud.

“Nomina nuda tenemos. Adiós profesor” escribió.

La frase entera con la que concluye la novela es “stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus”, una expresión en latín que, en esencia, explica la idea de que al final solo queda el nombre de las cosas.

Desde el mundo de la política, el diputado del Partido Demócrata (PD, en el Gobierno) Ivan Scalfarotto lamentó en Twitter la muerte de “un gran italiano”.

También el presidente de la región italiana de Emilia-Romagna y miembro del PD, Stefano Bonaccini, recordó frases del éxito de ventas “El nombre de la rosa” y despidió al Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2000 con un “Ciao #UmbertoEco”.

Nacido en Alejandría el 5 de enero de 1932, Eco fue intelectual, escritor, semiólogo y filósofo de reconocido prestigio a nivel internacional.

Su última novela, “Número Cero”, es una crítica al mal periodismo, la mentira y la manipulación de la historia.

En una entrevista con Efe en abril pasado en su casa de Milán, frente al castillo Sforzesco, cerca del Duomo, tras publicar esta su última novela, Eco declaró es una parodia sobre estos tiempos convulsos porque “esa es la función crítica del intelectual”. EFE

viernes, 19 de febrero de 2016

Cáncer infantil: contra natura.



Carlos Miguélez Monroy, Periodista y editor en el Centro de Colaboraciones Solidarias

Cuando muere un niño se sufre el más implacable de los duelos porque subvierte el orden natural de la vida. Añade escarnio a ese agravio la muerte de un menor por cáncer.

Sacudió a millones de personas la muerte de David Bowie, de Alan Rickman, de Steve Jobs, de Donna Summer, de Joan Sebastián, de Tito Vilanova, de Celia Cruz, de Pedro Armendáriz y de tantos otros famosos que perdieron “la batalla contra el cáncer”. Hace unos días, el actor australiano Hugh Jackman, que padece desde hace años un cáncer de piel, conminaba a sus seguidores de Twitter a que se protegieran.

La cobertura mediática sobre la enfermedad, junto con la labor de investigación y las publicaciones científicas que alertan de un aumento del cáncer, han ampliado el debate público sobre una enfermedad que cada año mata a más de 8 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Entre esos millones hay unos 100.000 niños, una realidad más oculta quizá porque cuesta concebir que una niña de cinco años se debata entre la vida y la muerte con el dolor y el sufrimiento que conlleva la enfermedad y el tratamiento. Motivos de ética ante una realidad devastadora complican su tratamiento informativo. Si conmueve el sufrimiento de personas admiradas y queridas en el mundo de la cultura, rompen nuestros esquemas y nos superan las historias de niños que sufren la enfermedad y de quienes han dejado solos a padres y a hermanos.

Pero esa misma sensibilidad ha gestado programas de voluntariado como el que Fundación Aladina ha desarrollado en el Hospital Niño Jesús, en Madrid. Esta fundación forma a personas voluntarias para que jueguen con niños enfermos de cáncer, realicen, talleres, hagan gimnasia y otras actividades.

Buscan mantener viva la chispa de los niños y sus ganas de curarse, contribuir a que pierdan el miedo, a que expresen sus emociones, y lleven de la mejor manera posible su hospitalización un proceso duro para cualquiera. Esta labor está coordinada por un equipo de profesionales y de psico-oncólogos.
Sostienen desde la Asociación Española contra el Cáncer: “los niños y sus familiares viven esta experiencia con gran dolor, incertidumbre y miedo. El tratamiento suele ser un proceso agresivo que conlleva momentos difíciles para todos. Por lo que es necesario desarrollar acciones dirigidas a minimizar las alteraciones emocionales y la interrupción del adecuado desarrollo del niño”.

Además del apoyo psicológico y emocional para los niños, la Fundación Aladino trabaja también con los familiares de los enfermos el aspecto emocional y ofrece grupos de duelo para intentar soportar la avalancha que supone una muerte. Cuando muere un niño se sufre el más implacable de los duelos porque subvierte el orden natural de la vida que permite hacer un duelo más o menos “normal” tras enterrar a los abuelos, a los tíos y a los padres, no a los hermanos pequeños ni a los hijos. Añade escarnio a ese agravio la muerte de un menor con cáncer por el dolor y el sufrimiento, por el deterioro físico, por la impotencia y la rabia acumuladas, así como los sentimientos de culpa.

En España queda pendiente desarrollar programas de apoyo en el propio domicilio de los pacientes y de sus familiares. Así lo sostiene Óscar Aguilera Martínez, investigador del departamento de Oncología Traslacional del Instituto Oncohealth (Fundación Jiménez Díaz).

Aguilera Martínez alerta del aumento exponencial en los casos de cáncer infantil y desmonta así la premisa de que este aumento se deba al aumento en la esperanza de vida. En el Reino Unido mueren más niños por cáncer que por cualquier otra causa, incluidos los accidentes. En Estados Unidos, en España y en la mayor parte de los llamados “países desarrollados”, el cáncer sólo es superado por los accidentes como principal causa de muerte en los niños.

Por otro lado, se ha registrado una reducción general en la mortalidad. La supervivencia en España ha aumentado en un 43% en los pacientes diagnosticados desde el 1980 hasta 2006. Pero no se pueden perder de vista las secuelas que llegan a tener las quimioterapias y las radioterapias en el desarrollo de estos menores que consiguen llegar a la vida adulta: infertilidad, daños en órganos, problemas de crecimiento y otros cánceres. Se necesita conducir el debate público más hacia las múltiples causas de una enfermedad compleja para tomar medidas antes de que se produzca tanto sufrimiento, mucho de ello quizá evitable.


jueves, 18 de febrero de 2016

El mito de la evangelización pacífica.


Para entender la pluralidad y complejidad de las prácticas religiosas en México y su pugna con la hegemonía católica, la evangelización es un proceso histórico que debemos estudiar, problematizar y debatir.
Por Federico Navarrete*
Proclamar que México es una nación católica y guadalupana se ha convertido en uno de los lugares comunes definitorios de nuestra identidad, una falsa verdad que se repite sin cuestionamientos, como los mantras que afirman que somos un país mestizo o que el español es nuestra “lengua nacional”.
Como las otras dos definiciones, sin embargo, afirmar a rajatabla el catolicismo de nuestro país y repetir la fábula de la virgen de Tepeyac y su santo recién canonizado, esconde una historia mucho más compleja y plural, manchada por la intolerancia y la violencia.

La leyenda de la evangelización

La definición de la nación mexicana como monolíticamente católica se ancla en una leyenda histórica tan falsa como inamovible: la idea que la población indígena del país se convirtió de manera pacífica y universal al catolicismo en el siglo XVI, en la llamada “conquista espiritual” de México.
Si en los últimos años los mexicanos hemos dejado de creer en muchos de los cuentos de hadas de la historia oficial, como el de la Revolución o el de la Independencia, el de la “evangelización” no ha sido realmente cuestionado por nadie, ni por los especialistas y menos por los auto proclamados destructores de mitos que invaden las estanterías de best sellers de Sanborns.
Por el contrario, todas las visiones conservadoras de la historia de México se fundamentan en el triunfo incruento y providencial de la “verdadera religión” entre las masas paganas e ignorantes de nuestros indios.
A su vez, las versiones “progresistas” también repiten esta fantasía colonialista porque la consideran un hito en la “civilización” que permitió la unificación de la nación y el triunfo del “mestizaje” católico.
El hecho es que, para contar esta leyenda, todos, historiadores y “divulgadores”, conservadores y liberales, se basan únicamente en las crónicas y testimonios escritos por los propios sacerdotes de la época.
Por señalar una equivalencia sin duda exagerada pero no del todo inexacta, sería como contar la historia del Gulag soviético únicamente a partir de los documentos oficiales de los carceleros.
Basta con leer con detalle las propias historias escritas por estos testigos, necesariamente parciales, para encontrar indicios fehacientes de que el catolicismo se impuso no sólo por las buenas, o por la fuerza de su luminosa “verdad” y de sus milagros inventados, sino también por medio de la violencia y la tortura, el control de las conciencias, el ataque a la solidaridad familiar y comunitaria.
Por ejemplo: los “niños mártires de Tlaxcala” fueron adoctrinados por los frailes para denunciar los actos “idólatras” de sus padres y otros parientes, una estrategia no muy diferente a la que utilizaba el estalinismo para perseguir a los “disidentes”.
Para celebrar sus delaciones y su subsecuente “martirio” por parte de sus propios padres (a su vez ejecutados) fueron beatificados por Juan Pablo II en 1990, y según Wikipedia: “Durante la única visita del Papa Benedicto XVI a México, en la Plaza de la Paz en la ciudad de Guanajuato, en su mensaje a los niños de México, el papa propuso como ejemplo de imitación para los niños la figura de estos pequeños mártires de Tlaxcala”.
Su ejemplo, lejos de ser edificante, nos muestra las violentas divisiones que la imposición del catolicismo provocó en las sociedades indígenas.
Otro caso dudoso son los “mártires de Cajonos”, beatificados por Juan Pablo II en 2002: dos empleados eclesiásticos zapotecos que denunciaron en 1700 los rituales “paganos” en que participaban la mayor parte de los miembros de su comunidad y de los pueblos vecinos.
Cuando fueron asesinados en represalia, se desató una campaña de persecución de idolatrías que obligó a los habitantes de esta región a entregar a las autoridades eclesiásticas más de cien calendarios rituales y otros textos religiosos, que tenían, por cierto, un fuerte contenido católico (David Tavárez, Las guerras invisibles. Devociones indígenas, disciplina y disidencia en el México colonial).
Lo que estaba en juego, no era propiamente la defensa de la fe, sino la confirmación del control que la iglesia debía ejercer sobre los fieles indígenas, definidos para siempre como “cristianos nuevos”, incapaces de ser sacerdotes y de manejar su propia vida religiosa, la cual debía estar siempre en manos de los españoles y criollos, definidos como “católicos viejos”. En suma, se trataba de imponer un sistema de dominación colonial basado en la religión.
Más allá de estos ejemplos sangrientos, transformados por la magia de la propaganda religiosa en leyendas devocionales, no sabemos casi nada de las razones que hicieron que los indígenas “aceptaran” el catolicismo.
El hecho de que se destruyera violentamente los monumentos y objetos de su religión anterior, de que se prohibiera la práctica pública de cualquier ritual o ceremonia y de que se les obligara a participar en los rituales católicos y a pagar los diezmos e impuestos correspondientes, no basta para explicar su supuesta “conversión”.
Los indígenas fueron más que víctimas indefensas: fueron participantes activos en un proceso de cambio religioso que no acabamos de comprender.
Los historiadores defienden la sincera fe católica que proclamaban los autores indígenas que escribieron historias y otros textos en el periodo colonial y yo no soy quién para cuestionar su devoción, pero el hecho es que si hubieran dicho cualquier cosa que no se conformara abiertamente al dogma imperante hubieran sido víctimas de castigos y sus textos nunca hubieran visto la luz.
En suma, estamos escribiendo la historia de un régimen intolerante y persecutorio exclusivamente a partir de los testimonios que él mismo consideraba aceptables: exagero de nuevo, pero me parece tan difícil como contar la historia de la dictadura de Pinochet a partir de los boletines de la junta militar y de los artículos de prensa que pasaron por los ojos de sus censores. Es algo posible, pero no hay que creer a pie juntillas en todo lo que leemos.
Respecto a la religión que practicaba la mayoría de la población de la Nueva España y del México independiente (pues no hay que olvidar que los pueblos indígenas fueron más del 50% de los habitantes de nuestro país hasta 1850 o incluso más tarde), llamarla “católica” es cuando menos un equívoco, o más bien una conveniencia política.
Los pocos religiosos que se detuvieron a examinar con detalle los cultos, las prácticas y las creencias de los pueblos originarios durante el periodo colonial encontraron mucho que no les gustaba: abundantes “supersticiones”, es decir, elementos que parecían de origen “pagano” (hoy diríamos prehispánico) y muchas “herejías”, es decir, interpretaciones y refuncionalizaciones poco “ortodoxas” de los elementos cristianos.
Pero las autoridades eclesiásticas y civiles no tomaron muy en serio sus denuncias, prefiriendo contentarse con que los indios acudieran a misa con cierta regularidad y sobre todo con que obedecieran a los párrocos y pagaran sus tributos y sus diezmos.
Los indígenas al parecer también preferían llevar la fiesta en paz, cumpliendo con estos requisitos, mientras realizaban otro tipo de rituales, o los mismos, pero de otra manera, a puertas cerradas. En suma, como hoy, ser católico significaba antes que nada ser súbdito del régimen en el poder.
No pretendo afirmar con esto que los indígenas no aceptaron en su interior algunos de los dogmas y que no practicaban sinceramente muchos de los rituales católicos, sólo sugiero que pudieron ser algo más y algo menos, pero que precisamente eso es un asunto que los escritores católicos no querían averiguar y, peor aún, algo que la mayoría de los historiadores modernos no han querido investigar a fondo.

Nuestro laicismo católico

“La religión católica, apostólica, romana, es la única que se debe profesar en el Estado.”
Con estas palabras, el artículo 1 de la constitución de Apatzingán de 1814, que ha sido celebrada por el carácter socialmente avanzado de muchas de sus leyes, mantuvo y consagró la intolerancia en materia religiosa del régimen colonial español.
De hecho, las leyes mexicanas emanciparon a los esclavos y proclamaron la igualdad universal de sus ciudadanos (varones, desde luego) antes que concederles la libertad de conciencia en materia religiosa.
Si tomamos en cuenta que la mayoría de la población en el momento de la Independencia practicaba un catolicismo cuando menos “dudoso”, esta proclamación intransigente ya no parece el simple reconocimiento de una realidad consagrada y aceptada por todos los mexicanos.
Se convierte en la continuación de la obligación que tenían los más de hacerse “auténticos” católicos y la confirmación del poder de la iglesia y de los privilegios que gozaban los menos que sí se consideraban plenamente como tales.
En suma, era una proclamación de desigualdad disfrazada de igualdad, equivalente al hecho de escribir las nuevas leyes únicamente en español, el idioma minoritario de los católicos.
Tal vez por eso, en nuestro país no se estableció formalmente la libertad de cultos sino hasta medio siglo después. Significativamente, el Artículo 1 de la Ley sobre Libertad de Cultos, proclamada por Benito Juárez en 1860, mantuvo una clara primacía de la religión católica: “Las leyes protegerán el ejercicio del culto católico y de los demás que se establezcan en el país…”.
De hecho, el tan cacareado laicismo mexicano (como el igualmente autocelebrado secularismo francés) puede interpretarse más como un acomodo político entre el Estado y la iglesia católica que como un proyecto de secularización auténtica de la sociedad.
Salvo en los años de 1920 a 1930, el Estado no ha intentado realmente combatir la hegemonía de la religión católica en amplios sectores sociales. Desde el nuevo acomodo de 1992, la iglesia se ha convertido en un aliado clave del neopriísmo y del imperio de las televisoras.
Ahora el nuevo papa ha venido a salvarnos del diablo que nos acecha, siempre tan celoso de las glorias de nuestra virgencita, y a fortalecer con su simple presencia esta nueva santísima trinidad que nos rige de espíritu, de jure y de facto.
Dios nos libre de hacer el trabajo de Satanás y de cuestionar las leyendas que asfixian la verdadera pluralidad de nuestra historia y que ocultan la violencia y la intolerancia que las han construido.
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* Federico Navarrete, es profesor en el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, es autor de "Los orígenes de los pueblos del Valle de México. Los altépetl y sus historias", entre otros.
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Fuente: Horizontal: http://horizontal.mx/el-mito-de-la-evangelizacion-pacifica/

miércoles, 17 de febrero de 2016

El amor es la plenitud de la ley: Ricoeur y Kierkegaard.


POR  *


El amor expresa lo siguiente:
»Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian,  bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan.  Si alguien te pega en una mejilla, vuélvele también la otra. Si alguien te quita la camisa, no le impidas que se lleve también la capa.  Dale a todo el que te pida, y si alguien se lleva lo que es tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.
» ¿Qué mérito tienen ustedes al amar a quienes los aman? Aun los pecadores lo hacen así.  ¿Y qué mérito tienen ustedes al hacer bien a quienes les hacen bien? Aun los pecadores actúan así.  ¿Y qué mérito tienen ustedes al dar prestado a quienes pueden corresponderles? Aun los pecadores se prestan entre sí, esperando recibir el mismo trato.  Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados. Sean compasivos, así como su Padre es compasivo. (Lucas 6:27-36, NVI)
En una conferencia expuesta en 1989 titulada Amor y Justicia[1], Paul Ricœur propuso la relación de dos conceptos que a lo largo de la historia del pensamiento se han puesto como diametralmente opuestos; dichos conceptos son «amor y justicia». Ricœur expresa que la afirmación de que dichos conceptos son opuestos –hasta dicotómicos- radica en que las tradiciones de pensamiento, desde Aristóteles hasta nuestros días, los han colocado en diferentes categorías de pensamiento y actuar político en la humanidad.
Por un lado, el amor ha sido colocado en el terreno de lo afectivo y lo poético (en ocasiones en lo sublime como Kant), mientras que la justicia se ha insertado exclusivamente en el ámbito ético, siendo ésta, la finalidad última de la ética. Dicha expresión que reduce al amor a lo sentimental, afectivo y sensorial estriba en el constante uso del concepto en vagas interpretaciones -en ocasiones  disparatadas- de los textos que han fundado estas diferencias; hablamos de los textos griegos[2]por un lado, y por el otro, los textos de la Torá[3] judía y el Nuevo testamento del cristianismo.
Sin embargo, Ricœur expone que la máxima del amor es que conlleva en sí mismo la expresión pura del deseo. Dicho en otras palabras, el amor está en una búsqueda constante de sí mismo a través de los amantes (el amoroso y el amado) y que, bajo la acción de un llamado, expresa el deseo bajo el imperativo ¡Ámame! El amor entonces, está en constante actividad en tanto que se busca y se llama, siendo así el sujeto y objeto de su acción.
Por otra parte, la justicia ha sido asimilada en términos aristotélicos que, desde la propuesta del maestro griego, buscaba preservar y fundar orden dentro de la polis y que, hasta nuestros días, sigue vigente bajo el precepto de la búsqueda de equidadigualdad entre los ciudadanos. La justicia desde entonces se ha visto fundamentada bajo un discurso argumentativo que intenta responder a la pregunta ¿cuál es la mejor manera de vivir en sociedad?
Ricœur propone que el error de englobar a la justicia en términos aristotélicos es el hecho de que el concepto de justicia se circunscribe exclusivamente en la tradición que se remonta a la «ley del talión» (dar a cada quién lo que le corresponde), fundada en una «lógica de la equivalencia o reciprocidad». Dicho de otra manera, la justicia se ejerce en tanto que se actúa en función de esperar del otro una acción igualitaria a la acción primera del yo, desembocando en lo que desde hace siglos se conoce como «La Regla de Oro»: “haz a otros como quieras que te hagan a ti”.
Para Ricœur, esta lógica de la reciprocidad es la que separa al amor y la justicia y los coloca en terrenos que parecen diametralmente opuestos. En su intento de arrojar una nueva concepción, el francés expone la necesidad de plantear la justicia en términos de otra lógica a la cual denominó como una «lógica de la sobreabundancia». Dicha lógica –pensada en términos cosmológicos semitas[4]– consiste en actuar, no en términos de reciprocidad, sino de entrega. Si bien ya hemos dicho que más que reducir al amor al terreno de lo afectivo, etc. puesto que conlleva un problema en tanto que el amor llama, surge la inquietud ¿cómo es que el amor responde a este llamado?
El amor encuentra su plenitud en tanto que es llamado y deseo. El amor es deseo en tanto que busca actuar a favor del amor -o dicho de otra manera- cuando el amoroso actúa a favor del amado por la dicha del bienestar del amado; asumiendo en principio que dicho actuar no espera reciprocidad en tanto que deseo. El amoroso que está revestido del amor (pues previamente lo ha asumido en sí mismo y como parte de sí) vive o se experimenta bajo una lógica de la sobreabundancia: “te amo porque, ante todo, soy amado por el mismo amor”.
De lo anterior surge una nueva propuesta de Ricœur para la interpretación de la Regla de Oro[5] contenida en el evangelio, en la que ya no es la lógica de la equivalencia la que condiciona su ejercicio, sino la acción del amor que sobreabunda. Ricœur dice:
En efecto, sin el correctivo del mandamiento del amor, la Regla de Oro se vería sin cesar jaloneada hacia el sentido de un máximo utilitario cuya fórmula sería do ut des, yo doy para que tú des. La regla: da porque te ha sido dado, corrige el a fin de que de la máxima utilitaria y salva a la Regla de Oro de una interpretación perversa que siempre es posible. (Ricœur, 1981/2009:41)
Pero el puente hecho por Ricœur no es del todo una novedad, ya un siglo antes, un escritor de igual interés había expresado al respecto entre la relación entre el amor y la justicia por lo que nos ha resultado pertinente el acercamiento a este predecesor de Ricœur; nos referimos a Søren Kierkegaard.
La caridad es plenitud de la ley
En 1847 en su compendio de discursos edificantes titulado Las obras del amor[6],Kierkegaard –de manera similar a Ricœur- establecía un puente entre el amor y la justicia en su capítulo “La caridad es plenitud de la ley”[7]. En él, Kierkegaard expone que la expresión máxima del amor es el cumplimiento de la ley, en tanto que la ley –que es la que procura la justicia- solo encuentra su finalidad última en el amor.  Es decir, Kierkegaard asume que la ley encuentra su sentido [de ser cumplida] en tanto que su cumplimiento sea la expresión activa del amor.
“La ley te condena” menciona Kierkegaard, aludiendo a Pablo de Tarso en su Carta a los romanos, dado que te muestra –o revela- aquello de lo que se está alejado: el amor [el amor hacia Dios, el amor hacia el prójimo]. De ahí que el Estado de Derecho, más que ayuda para los individuos se convierta en una “piedra de tropiezo”. La ley debe estar supeditada al amor en tanto que, por sí misma, solo se convierte en una exigencia incapaz de cumplirse si es que ésta solo se realiza bajo la lógica de la reciprocidad y no de la entrega, porque ¿quién quiere hacer [o dejar de hacer] gratuitamente?
La ley está supeditada al amor, en tanto que su cumplimiento no depende de la fuerza de su argumentación y su validez, sino en función de la fuerza que el amor conlleva cuando llama a actuar, pero para que esto suceda es necesario que se ejerza –como menciona Ricœur –  desde la economía del don.
El don, como donación-entrega (es que el don es dado y para darse), y que a su vez se asume desde la lógica de la sobreabundancia (doy porque me ha sido dado), es el que permite que la ley adquiera el sentido de justicia. Ya no es la justicia aristotélica que “da esperando algo a cambio”, sino la que “da porque es capaz de dar” y sobre todo “porque le surge el deseo de dar [y dar-se]”. El amor, pues, hace un retorno hacia sí mismo a través de la justicia.
Es posible que el amoroso experimente el amor como plenitud de la ley, porque no se subordina a la ley sino todo lo contrario, la ley se asume como expresión activa y concreta del amor que busca donar-se a sí mismo a través del prójimo; ese prójimo que eres tú y soy yo, somos todos (humanos y no humanos). Hacer justicia -como deber hacia el otro-  ya no es una norma sino la expresión del amor (el deber hacia el otro ha cancelado la deuda de aquél otro, pero a su vez su exigencia es darlo todo). Es el retorno que hace el amor hacia sí mismo a través del amoroso y el amado, manifestado en la entrega absoluta en nombre de la justicia.
Para renovar nuestra praxis cotidiana
¿Cómo hacer real el llamado al que Cristo nos exhorta a cada instante? La tarea parece descomunal ¿Cómo amar a quien consideramos que no es digno de recibir amor? La respuesta es clara: “hemos de ser amorosos así como Cristo lo ha sido con nosotros”.
Tu vida y la mía, y quizá aún no lo notes, muchas veces se encuentra alejada de la sobreabundancia del amor. Quizás en este momento creas que la relación con tu amado o amada está a punto morir como una flor cortada; quizá te sientes inconforme porque no ha cumplido tus expectativas, o quizá tú no has logrado cumplir con las suyas haciendo que la mirada de ambos se desvíe, y aquella amistad que los unía y fortalecía poco a poco se desvanece. Tal vez la relación con papá o mamá se ha fracturado porque no cumplieron aquellas promesas que hicieron, o tal vez aquellas exigencias que pedían no las viste en ellos. Quizá tu corazón está quebrantado porque tus hijos te han abandonado y crees que el esfuerzo ha sido en vano, y viene a ti el peso del fracaso por aquellos errores –que dices: por qué no resarcí en su momento. O tal vez alguien, que no tiene rostro, te lastimó y quebrantó aquella inocencia que te mantenía de pie, partiéndote en mil pedazos fracturando completamente tu ser.
Sea que tú lo experimentes o porque al encender el monitor lo único que mires es injusticia y desgracia, recuerda que el amor sobreabunda. Sea que a tu lado veas el maltrato y la ruina [de tu prójimo, de cualquier ser vivo], sea que lo observes a miles de millas de distancia, no olvides que el amor sobreabunda. Porque en tanto creas con todo tu corazón, con toda mente, y con todas tus fuerzas que Cristo es la plenitud de la ley y que ha cumplido aquellas exigencias que para el mundo parecían imposibles, salvándonos de la imposibilidad, y se dio a sí mismo para darnos –a cada instante- la posibilidad de comenzar de nuevo. Si crees que Cristo es la plenitud de la ley entonces ten la confianza de que todos tus errores y faltas han sido borrados porque el perdón ha llegado a tu vida dándote la oportunidad de renacer de aquellas cenizas que creíste “no dejarías de ser”. Si crees que Cristo es la plenitud de la ley, recuerda que tú también puedes serlo y que aquello que el mundo dice: es imposible de perdonar, de resarcir, de renovar, para el amor es posible y por lo tanto para ti lo es.
Porque El amor habita en ti, en cada uno de los corazones que le buscan y que quieren asemejarse más a él, porque El amor ha hecho un pacto desde el inicio del tiempo y promete nunca alejarse, siempre quedarse y donarse hasta sus últimas consecuencias. Tal como lo expresó Kierkegaard:
Cristo lo hizo todo por amor y quería hacer bienaventurados a los seres humanos. Y ¿mediante qué? Mediante la relación con Dios porque él era amor. ¡Sí, él era amor, y sabía consigo mismo y con Dios que él traía el sacrificio de la reconciliación, que amaba a los discípulos de verdad, que amaba al género entero de los seres humanos, o bien a todo aquel que quiera dejarse salvar! (p,142)
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Nota: El presente trabajo se expone como uno de los escritos personales del autor. Se espera por parte del lector la consideración para ser comentado y abierto a discusión, pero también el deseo de que sea para la edificación de sus receptores. Cita tomada de Romanos 10:13 (BLPH): “El amor constituye la plenitud de la ley”


[1] Castañón introduce: Amor y Justicia «Amour et justice» fue, primero, una conferencia pronunciada por Paul Ricœur cuando se le dio, en 1989. El premio Leopold Lucas, que recompensa “trabajos eminentes en el terreno de la teología de las ciencias humanas de la historia o de la filosofía”(p,7)


[2] Quizá el mejor ejemplo es El Banquete de Platón, en el cual el eje de discusión es la diferenciación del amor entre iguales y su influencia demoniaca dentro de la actividad filosófica. Platón describe el diálogo entre la posición que se tiene de erosy su relación con lo bello, disertándose diversas posturas al respecto.


[3] Por otra parte, el centro del ethos judío se basa en el shemá: Amarás a Dios con todo tu corazón(…) Será en los escritos poéticos donde se hará la expresión erótica ligada al ágape y que debido a la dicotomización producida desde la edad media adquirirán valores distintos desplazando al eros de la actividad característica delágape.


[4] Al respecto Ricœur expone la base de la reflexión judía de la siguiente manera:


Contrariamente a nuestra espera, la fórmula no es la del Éxodo, la del Levítico o Deuteronomio, sino la del Cantar de los cantares cuya lectura se hace, según el ritual judío en cada fiesta de pascua: El amor –dice el Cantar-, es más poderoso que la muerte (…) el mandamiento de amor brota de ese lazo de amor entre Dios y un alma solitaria. El mandamiento que precede a toda ley es la palabra que el amante dirige a la amada: Ámame. (p,22)


[5] La cita textual de la crítica de Ricœur es la siguiente:


Que la Regla de Oro provenga de o remita a una lógica de equivalencia, es algo que está marcado por la reciprocidad o la reversibilidad que esta regla instaura entre lo que el uno hace, y lo que es hecho al otro, entre actuar y sufrir, y, por implicación, entre el agente y el paciente, quienes, aunque irremplazables, son proclamados sustituibles. (p,38)


[6] Este texto es uno de los diversos tratados del 47`s que Kierkegaard realizó. Kierkegaard ha sido un gran precursor de la crítica teológica y filosófica rompiendo con los cánones para la interpretación de los textos bíblicos.


[7] Para este ensayo he tomado en consideración la siguiente cita de Kierkegaard (1847/2006), que aunque poco extensa, me permito citarla puesto que ha sido la base reflexiva del presente trabajo:


Esta es la razón de que el mismo apóstol diga acerca de él que «Cristo era el fin de la ley» (Romanos 10,4). Lo que la ley no era capaz de producir, igual que tampoco puede hacer bienaventurado a un ser humano, eso era Cristo. En tanto que la ley con su exigencia se convirtió en la ruina de todos, en su fin, porque nadie era lo que ella exigía, enseñando únicamente a conocer el pecado aprendido, así Cristo se convirtió en la ruina de la ley, porque él era lo que ella exigía. Su ruina, su fin; pues cuando la exigencia se cumple, entonces la exigencia solo existe en el cumplimiento, más consiguientemente ya no existe en cuanto exigencia

[…]

Sí, él era el amor y su amor era la plenitud de la ley. (p,128)


Bibliografía


Kierkegaard, S. (1847-2008), Las obras del amor. (D. Gutiérrez, Trad.) Salamanca, España: Sígueme.


Ricoeur, P. (1989-2009), Amor y justicia. (C. Adolfo, Trad.) México, D.F. México: Siglo XXI.

Israel Galván Delgado
Miembro de la Iglesia de Dios 7o. día (AR). Pasante de la Lic. en Filosofía por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Asistente de Investigación en el posgrado de Educación, UAEM. Escritor en la revista "Viento Fresco", y en la columna Torre de Babel de la Jornada Morelos. Colaborador en la radio cultural "Radio Chinelo" como locutor en el programa de filosofía "De-mentes". Miembro de la Sociedad Académica Kierkegaard A.C. (SAK) y coordinador del sitio web Kierkegaard vivo.
Fuente: Lupa Protestante 
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