jueves, 7 de julio de 2016

Corea del Norte exporta esclavos a Europa para engordar sus arcas.

Kim Jong Un saluda a varios oficiales de su ejército. (Kcna / Reuters)

La Alianza Europea por los Derechos Humanos en Corea del Norte denuncia que el país envía a Europa a ‘esclavos modernos’ y se queda con el 90% de su sueldo.

REUTERS, Londres 
07/07/2016

Corea del Norte ha enviado a cientos de trabajadores a países de la Unión Europea, que en realidad son esclavos modernos, según aseguran activistas por los derechos humanos. El objetivo de Pyongyang es recaudar dinero para hacer frente a las sanciones impuestas por la ONU tras no dar marcha atrás a su programa de producción de armas nucleares.

Según la Alianza Europea por los Derechos Humanos en Corea del Norte (EAHRNK, en sus siglas en inglés), los trabajadores norcoreanos realizanjornadas de hasta 12 horas y trabajan seis días a la semana, pero hasta el 90% de su sueldo se lo quedan las autoridades de Corea del Norte.

El destino de muchos de estos ‘esclavos modernos’ es Polonia, donde trabajan en astilleros, construcciones y granjas. También son empleados en actividades de tiempo libre o firmas de moda en Malta.


Trabajadores en la Unión Europea


Diversas organizaciones apuntan a trabajadores norcoreanos en países de la Unión Europea como Polonia o Malta, además de China, Rusia o Catar


La embajada de Corea del Norte en Varsovia ha negado estas afirmaciones. “Esto es una completa tontería”, ha dicho un alto funcionario de la embajada, que no ha querido revelar su identidad. “Nadie se está quedando con su trabajo ni con sus salarios. Trabajan y ganan dinero para ellos mismos”, añade.


Forma de generar ingresos


Sin embargo, los activistas aseguran que el régimen de Kim Jong-Un “está usando estos trabajos en el extranjero para ganar dinero en una moneda extranjera y compensar el impacto de las sanciones de la ONU”. Unas sanciones que aumentaron tras varias pruebas de cohetes nucleares en enero y febrero.


Kim Jong Un en una fábrica norcoreana (Kcna / AFP)




Según Michael Glendinning, director de la EAHRNK, “Pyongyang está al tanto de todo y se está beneficiando enormemente”. Un informe publicado por la ONU el año pasado estima que alrededor de 50.000 norcoreanos están trabajando en el extranjero, aportando a Corea del Norte entre uno y dos billones de euros al año. Aunque varios expertos ponen en duda estas cifras.


“También hay trabajadores en Rusia y China. Otros están trabajando en países africanos o en Oriente Próximo, en Catar, que acogerá el mundial de fútbol en 2022. Sin embargo, los países europeos son los mejores, porque los salarios son más elevados”, ha dicho Michael Glendinning.


Sus familiares afirman que están secuestrados


Las condiciones de estos ‘esclavos modernos’ han sido reveladas recientemente en un informe publicado por un centro de estudios holandés, el Leiden Asia Centre. Los investigadores han usado testimonios de trabajadores norcoreanos de dentro y fuera de la Unión Europea. Además, se ha realizado un trabajo de campo en Polonia y también se han consultado datos del Gobierno polaco.


Lo que estamos viendo es un mini Pyongyang exportado. Están, literalmente, llevando la violación de los derechos humanos a la Unión Europea”


LEIDEN ASIA CENTRE


El Leiden Asia Centre destaca el caso de un trabajador que murió en 2014 en un astillero polaco con el 95% de su cuerpo quemado. Tras la investigación del suceso, se comprobó que desde su empresa no se le había proporcionado un traje ignífugo. Además, diversos activistas aseguran que este trabajador hacía 70 horas a la semana y no recibía el salario adecuado.


Los familiares de varios de estos trabajadores afirman que tienen que entregar sus pasaportes, viven bajo vigilancia y sus movimientos son controlados. Además, les obligan a asistir a sesiones de estudios ideológicos. “Lo que estamos viendo es un mini Pyongyang exportado. Están, literalmente, llevando la violación de los derechos humanos a la Unión Europea. Y lo peor de todo es que se está tolerando”, afirma el estudio.


Un norcoreano que escapó mientras trabajaba en Rusia ha reconocido al Leiden Asia Centre que ahora su familia ha sido ‘destrozada’ después de su deserción. Los activistas no quieren que los trabajadores que están ahora en la Unión Europea sean deportados a países con condiciones peores. Lo que buscan es que se cumplan las horas de trabajo y se les pague de manera adecuada.

Fuente: lavanguardia.com

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