sábado, 31 de diciembre de 2016

Noam Chomsky pide perdón presidencial para 11 millones de indocumentados.

La Opinión

El afamado historiador dice que las deportaciones serían una tragedia humanitaria. El gobierno de Obama ha dicho que esto solo aplicaría a infracciones penales y que cruzar indocumentado es una infracción civil, pero hay expertos que opinan lo contrario. 

Ante la perspectiva de un incremento en las deportaciones -ya un récord bajo el actual presidente- diversos políticos y activistas han asomado la posibilidad de un perdón presidencial para disculpar las infracciones a la ley migratoria que hayan cometido millones de indocumentados y evitar que sean vulnerables a la expulsión.

A este llamado se sumó hoy el historiador, filósofo y crítico social Noam Chomsky, indicando que la deportación de 11 millones de indocumentados, si se llega a dar, sería una “tragedia humanitaria”.

Chomsky, en un video distribuido por el Immigrant Worker Center Collaborative, dijo que estos “ciudadanos productivos en todo, menos en nombre” están amenazados por Trump y que su deportación sería un “ultraje moral que puede ser evitado con un perdón general”.

He aquí el vídeo con subtítulos en español:




Hasta el momento, la reacción del gobierno del presidente Barack Obama ha sido negativa, ya que esta no es la primera llamada a usar los poderes constitucionales de perdón presidencial que tiene cada mandatario, para otorgar perdones y amnistías generales para grupos de personas, cuando este determina que es una medida “positiva para el interés público”.

Desde hace algunas semanas, diversos grupos y políticos demócratas han pedido, por ejemplo, que Obama use su poder de perdón con los llamados “dreamers” o jóvenes inmigrantes que ahora están protegidos por DACA o Acción Diferida para los Llegados en la Niñez, un grupo de más de 700,000 personas cuyo actual estatus legal está amenazado por el futuro presidente Donald J. Trump.

De hecho, hace poco más de un mes, cuatro líderes demócratas de la Cámara de Representantes instaron al presidente Obama a que otorgue un “perdón” para centenares de miles de “DREAMers” que afrontarían una situación de “vida o muerte” con el próximo gobierno.

Los congresistas demócratas Luis Gutiérrez, Zoe Lofgren, Judy Chu, y Lucille Roybal-Allard, dirigieron una carta al presidente el mes pasado, en la que argumentan que Obama sí tiene autoridad constitucional para dar un “perdón” a los “DREAMers” amparados al programa de “acción diferida” (DACA) de 2012.

“Para nosotros, la acción es una cosa de vida o muerte, y la acción que le estamos pidiendo al presidente es de vida o muerte… esto no les dará un lugar seguro permanente, pero es un comienzo”, afirmó Gutiérrez, demócrata por Illinois.

Pero Cecilia Muñoz, asesora principal en política interna del presidente, dijo recientemente a La Opinión que esto no funcionaría.

“Un perdón es para cuando se comete un crimen, y la entrada ilegal no es un crimen, es una ofensa civil… no confiere un estatus legal, no protege a nadie de la deportación”, y no ofrece las herramientas urgentes que piden los activistas, explicó.

Hay expertos legales, sin embargo, que no opinan lo mismo. Peter Markowitz, profesor de la Escuela de Leyes Benjamin N. Cardozo dijo que es perfectamente factible, ya que la constitución da al presidente el poder de perdona “todas las ofensas contra Estados Unidos” y que esto puede interpretarse en forma más amplia que sólo las violaciones a la ley penal.

Históricamente, los perdones presidenciales han sido utilizados por diversos presidentes con diversos fines. Por ejemplo, Jimmy Carter perdonó a medio millón de hombres estadounidenses que evadieron el servicio militar para no ir a la Guerra de Vietnam en los años 70.


Fuente: Rebelión

viernes, 30 de diciembre de 2016

Red Iglesias y Minería demanda defender la vida y los derechos humanos de indígenas Shuar.


La Red Iglesias y Minería, organismo ecuménico de más de 70 entidades latinoamericanas, comunidades cristianas, equipos de pastoral, congregaciones religiosas, teólogos y teólogas, líderes de comunidades afectadas por la minería demanda defender la vida y los derechos humanos del pueblo indígena Shuar en Ecuador.
La Red Iglesias y Minería actúa desde hace mucho tiempo junto al pueblo Shuar a través de su trabajo pastoral, en el marco de la no violencia activa, denunciando en su momento los asesinatos de José Tendentza y Freddy Taish líderes defensores del medio ambiente, cuyas muertes están todavía en la impunidad.

Recientemente el violento desalojo de la comunidad Nankints del pueblo Shuar en agosto de 2016 para dar paso a actividades mineras sin mediar ningún tipo de consulta previa se suma a una serie de vulneraciones a los derechos humanos y agresiones contra el pueblo Shuar. La expulsión es producto de la política pro extractivista del Gobierno Ecuatoriano que en alianza con el consorcio Chino Ecuacorrientes S.A. pretenden desarrollar el proyecto minero Panantza-San Carlos en la provincia de Morona Santiago.
Hacemos notar que antes del desalojo la comunidad Nankints se encontraba en diálogo con instancias gubernamentales para llegar a un acuerdo sobre la posibilidad de efectuar una consulta previa, libre e informada de conformidad con la ley. Sin embargo estos intentos de diálogo fueron interrumpidos por la violenta ocupación de territorios ancestrales por la empresa minera. La crisis se ha intensificado a causa de la declaración de Estado de Excepción y la militarización de la zona, una respuesta totalmente desproporcionada.

Por otro lado 20 de diciembre, Acción Ecológica una organización de defensa de derechos humanos y ambientales con mas de treinta años de trabajo junto a comunidades locales recibió una notificación del Ministerio del Ambiente de Ecuador que informa de un procedimiento administrativo para el cierre de la entidad, aparentemente por “desviarse de los fines y objetivos por los cuales fue constituida”, este hecho es un abierto acto de hostigamiento y agresión contra una organización que ha denunciado los impactos negativos del proyecto minero de Ecuacorrientes S.A. y las vulneraciones de derechos contra el pueblo Shuar.
Por estas razones, la Red Iglesias y Minería demanda la defensa del pueblo Shuar, de los pueblos indígenas hermanos en Ecuador y de los y las defensoras de derechos humanos que actúan en ese país.

Hacemos un llamado al gobierno y los líderes de las fuerzas públicas para que suspenda las agresiones y la violencia, a fin de encontrar salidas democráticas, dignas y respetuosas de los derechos de los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador, en concordancia con el marco legal ecuatoriano.
Rechazamos los ataques contra organizaciones defensoras del buen vivir como Acción Ecológica con quienes nos solidarizamos. Acción Ecológica incluso en medio de las agresiones y el hostigamiento ha solicitado al gobierno la constitución de una “Comisión de Paz y Armonía con la Naturaleza” que permita investigar lo que esta ocurriendo en el caso del pueblo Shuar y encontrar vías pacíficas de solución de este grave conflicto.

Pedimos a las iglesias y la sociedad civil internacional unirse solidariamente a este llamado en defensa de la vida, y estar atentos a esta grave situación.
Desde Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, El Salvador, México, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Italia, Suiza, Bélgica.

http://alc-noticias.net/es/2016/12/22/red-iglesias-y-mineria-demanda-defender-la-vida-y-los-derechos-humanos-de-indigenas-shuar/

jueves, 29 de diciembre de 2016

La inversión china y rusa está destruyendo el ambiente en Bolivia.


Página Siete, 29 de diciembre, 2016.- En una entrevista realizada por los periodistas mexicanos Gloria Muñoz y Hermann Bellinghausen para el suplemento “La Hojarasca” del diario La Jornada, de México, la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui denuncia la “penetración progresiva del capital y la inversión estatal china y rusa, que están destruyendo el medio ambiente con inversiones gigantescas de infraestructura como el Tren Bioceánico, represas, una planta nuclear, que para colmo se ubicará en un lugar de El Alto donde hay una falla geológica”.

A continuación ofrecemos un resumen de sus declaraciones:

Hemos pensado en los indios sin haber asumido realmente las consecuencias de qué es lo indio, qué es lo indígena, qué es lo originario. Se trata de un cambio de paradigma. Hay que explorarlo, hay que experimentarlo y buscarlo en el corazón de cada mestizo y de cada persona. Cada ser humano que está involucrado con la memoria de su país y de su pasado tiene un indio dentro, tiene a todo el continente. Se debe entender que el ser indio es un paradigma totalmente diferente para enfrentar el mundo y para relacionarse con él. A eso le llamo episteme, y no a un color de piel o un poncho.

En Bolivia, por ejemplo, esto está activando a muchos grupos de jóvenes, que se autoconvocan para pensar lo indio desde dentro. Se hacen talleres, se hacen acompañamientos a las causas como el aborto, hay chicos que hacen grafitis. Todo esto da esperanza. Sin duda habrá grupos puristas, dentro de los aliados, que cuestionen una candidatura de esta naturaleza, pensando que se someten a las reglas del poder.

En todos los casos tenemos un riesgo de purismo que resulta contraproducente. Donde se debe tener el techo de lo que se puede y se tiene que hacer es en la ética. Sin un techo ético hasta las medidas más aparentemente radicales se pueden venir abajo, pero con ética se puede entrar haciendo grietas sin mancharse el alma, adoptando una estrategia, un eje, que es trabajar con contradicciones sin perder el rote de ese episteme que da la seguridad de que el poder no va a engolosinar.

El gobierno de Evo sólo tiene la apariencia de indio

El gobierno de Evo Morales no hace lo que dice la Constitución. En los hechos, en Bolivia hay una penetración progresiva del capital y la inversión estatal china y rusa, que están destruyendo el medio ambiente con inversiones gigantescas de infraestructura como el Tren Bioceánico, represas, una planta nuclear que para colmo se ubicará en un lugar de El Alto donde hay una falla geológica.

El Gobierno tiene subordinado al Poder Judicial, cualquier miembro del Poder Judicial que funciona autónomo al Gobierno, que hace preguntas, automáticamente le sacan acusaciones. Hay un montón de abogados presos o prófugos, jueces y fiscales en el exilio por las presiones del Gobierno. A la vez, hay un entramado de corrupción, intereses estratégicos de otros países y sumisión. Un colonialismo internalizado. Las élites mestizas que dominan Bolivia son megalómanas, la otra cara del complejo colonial.


La crisis arranca con la formación de un organismo llamado Movimiento Al Socialismo (MAS) que nos hace creer que no es un partido. Viene con el discurso de que es la articulación de los movimientos sociales. El tráfico intelectual detrás de esa concepción implica una voluntad de capturar a los líderes y disfrazarlos de MAS a través de un membrete prebendado y corrupto. “Te doy esto si estás conmigo”. 

La crisis arranca con la formación de un organismo llamado Movimiento Al Socialismo (MAS) que nos hace creer que no es un partido. Viene con el discurso de que es la articulación de los movimientos sociales. El tráfico intelectual detrás de esa concepción implica una voluntad de capturar a los líderes y disfrazarlos de MAS a través de un membrete prebendado y corrupto. “Te doy esto si estás conmigo”. Es una escalada de beneficios personales a los líderes y las instituciones.

El otro problema es su visión macro del “desarrollo”. Para ellos no hay desarrollo sin fábricas grandotas, carreteras, minas. Es una vaina que tienes que “mostrarle” a la gente. Si haces una investigación sobre el mejoramiento de semillas, no se ve. El drama de las mujeres es el machismo de los sindicatos con los que negocian las obras, no importa qué, con tal de que sea grandote.

Eso ha llevado a un despojo epistemológico de lo que significa lo indio. Espistemicidio: estás matando una concepción del mundo que no va por lo grande sino por lo pequeño, no por la acumulación sino la protección de la vida, la reproducción de lo que existe, la mejora de la salud. Nada apunta al empoderamiento del conocimiento indígena de salud. Se da la paradoja de que se niega el Servicio Universal (SUNI) a las madres que no se atienden en las clínicas, sino con parteras.


Han liquidado a la disidencia, meten en cana a periodistas, les quitan sus medios, les intervienen y falsean sus cuentas. 

¿Cuál multiculturalidad, cuál “plurimulti”, cuál “nación indígena”? Para no hablar de la no consulta a las comunidades. Las leyes de Minas y de ONG de 2013 que liquida la crítica. Han cerrado el Cedla, que resistía firme por sus investigaciones impecables que demostraban que ya no hay soberanía alimentaria, hay un nivel brutal de desbosque en la Amazonia. Han liquidado a la disidencia, meten en cana a periodistas, les quitan sus medios, les intervienen y falsean sus cuentas.

Es la paranoia de los poderosos, con el sentimiento de que sólo ellos tienen la razón y son incapaces de escuchar. Un gobierno que habla de la Pachamama, que se presentó citando lo de “mandar obedeciendo”, resultó lleno de mestizos colonizados. Todo esto tiene que ver con el ethos. Piensan que un país como el nuestro necesita un gobierno centralizado. Para ellos las autonomías indígenas son paja. Ahora se quitan competencias a los municipios “disidentes”.

Centralizan inversiones para desfondar municipalidades y gobernaciones que no son incondicionales.
Cambio de paradigma

Un gobierno indígena auténtico no hubiera recurrido a esos disfraces y rituales falsos para los turistas y la prensa. Poncho, ritos falsos y color de piel no son “lo indio”. Para mí, consiste en una episteme y eso implica varias cosas claves. Una es reconocer que los sujetos no humanos, montañas, ríos, animales, son entidades con las que dialogas. Todo lo hermoso que es entender la relación del trabajo agrícola con la relación metabólica, cósmica con la tierra.

Un segundo elemento es el diálogo con los muertos. Viven, hablan y orientan a los vivos, y permiten identificar los límites éticos que no puedes rebasar. El tercero: crear, vivir, tramar comunidad es la reproducción de la vida, implica una ética del cuidado por parte de hombres y mujeres. Otro tipo de relación hombre-mujer que también permita superar las brechas y jerarquías entre el trabajo humano y el intelectual, porque lo que haces con las manos es parte del metabolismo con el cosmos, porque participas en el ciclo de reproducción de la vida. Estas cosas son fundamento del pensamiento andino.

En términos de democracia, si haces comunidad, las decisiones no las toma el dirigente ni el individuo. Supone que tengas la ética del cuidado y la reproducción de vida por el bien de todos los partícipes en esta cadena trófica. El tema de las mujeres es una cuestión de ética colectiva, pero su papel tradicional retrocede, penetrado por la lógica del sindicato. A nivel de la comunidad de base, donde el dirigente es controlado por la comunidad, es mucho más fuerte en el tejido comunitario la presencia de las mujeres, porque los hombres son los que migran.

También este nivel se ha deteriorado. La soberanía alimentaria está en retroceso. Hasta la comunidad más de base ha sido afectada por esa idea de desarrollo. En 2001, el 62 por ciento de bolivianos se identificaba como indígena; en 2012, el 43 por ciento. Se está dando una “desafiliación étnica”, una erosión de la identidad india bajo un gobierno presuntamente indio. Lo que ni la dictadura ni los gobiernos neoliberales lograron. Todo bajo una espectacularización de lo indio.

¿Es posible un gobierno indio en una tierra mestiza? Me parece un suicidio colectivo del movimiento indígena no apuntar a la descolonización de los mestizos. Que haya mestizos dispuestos a volver a la tierra, aprender el idioma, hacer el rito en su corazón y no en la televisión.

El cuarto elemento de la episteme es acercarse a la lengua. Pues también hay desafiliación lingüística. Se empobrecen los recursos de la creatividad intelectual que ofrece el aporte indio para una nueva sociabilidad, una nueva forma de hacer política, otra relación con el mundo y la vida. Mandar obedeciendo de a deveras, y no cuatro dirigentes que le obedecen a un líder.


El fracaso de Evo es el de todos y todas. Desde el principio dejamos pasar el machismo y otras cosas, nos creímos de que éramos un movimiento de movimientos. Ya en 2010 es claro que no, con el gasolinazo. Y en 2011 la lucha contra el TIPNIS lo hace más explícito. 

El fracaso de Evo es el de todos y todas. Desde el principio dejamos pasar el machismo y otras cosas, nos creímos de que éramos un movimiento de movimientos. Ya en 2010 es claro que no, con el gasolinazo. Y en 2011 la lucha contra el TIPNIS lo hace más explícito. Pero una masa de gente apoyó a los indios y Evo revirtió el plan; lo mantiene vivo, pero no intocado. El trasfondo más importante es la Ley Minera, una vez pasado lo del TIPNIS. Revela los verdaderos intereses.

Elimina la consulta previa, se da el monopolio de agua a la empresa minera. Cuando la gente comunitaria protesta parando una mina, se considera “avasallamiento del trabajo”. La ley no garantiza el resguardo ecológico ni el tratamiento de residuos. Declararon la minería “prioridad nacional” y dan concesiones sin límite. Ni la dictadura. Y luego el avasallamiento de los parques, creados en los 90 con gobiernos neoliberales. Todo se sacrifica a minas, petróleo y caminos.
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Fuente: Servindi

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Pastores y reyes, trayectos navideños.


En casa hemos puesto el Belén. Las cabras de plástico ya desafían la gravedad encaramadas en montañas de corcho, los patos nadan confiados sobre un sólido río de papel de plata y el molino mueve pausadamente las tres aspas que aún conserva. Salvo terremotos imprevistos al golpear accidentalmente el aparador en el que lo montamos (seísmos que cada año dejan tullido a algún personaje), las únicas figuras que se mueven en nuestro Belén son los Reyes Magos. Como manda la tradición, cada día los Magos de Oriente avanzan unos milímetros en dirección al pesebre animados por la energía invisible de manos infantiles; el resto de figuras ya han llegado a sus destinos y esperan pacientes a que sus Majestades Reales completen su camino.

Los trayectos geográficos de los protagonistas de Belén esconden enseñanzas teológicas que suele pasar desapercibidas. Por de pronto, no es verdad que las figuras permanezcan estáticas. A excepción del caganer que, por razones obvias, no puede desplazarse; todas las demás (hasta los peces que “beben en el río”) son convocadas al meeting point de un desangelado establo en el que tendrá lugar el acontecimiento que cambiará el rumbo de toda la humanidad. Lo de desangelado es un decir porque, según Lucas, a poca distancia de allí una legión del ejército celestial (unos cinco mil ángeles, querubín arriba, querubín abajo), envueltos en la claridad de la gloria del Señor, anunciaban una gran noticia a unos pastores que pasaban la noche al raso: “En la ciudad de David había nacido un salvador, el Mesías, el Señor”. Los pastores debían estar muy cerca porque fue escuchar el anuncio celestial y salir corriendo a toda prisa hacia Belén, al menos así lo dejó escrito el evangelista.

Los pastores, seres marginales de vidas itinerantes que no cumplían los preceptos legales del descanso sabático ni los ritos de pureza exigidos por la Ley, eran vecinos de la Buena Noticia. Aquellos trabajadores precarios estaban cerca –muy cerca– del lugar en el que acontecía la salvación. Más lejos y perdidos andaban los Magos de Oriente; enredados entre oros, inciensos y mirras tuvieron que interpretar el significado del tenue resplandor de una estrella lejana. Ni un triste serafín de tercera se dignó pasarse por Oriente para facilitarles las coordenadas GPS del pesebre. A tientas, leyendo mapas estelares, preguntando en cada rotonda, con la lentitud de quienes viajan por la vida cargados hasta los topes, llegaron por fin a Belén gracias a las indicaciones ¡de Herodes!: “Todo recto, en el segundo oasis girar a la derecha y cuando encontréis al niño mándame un selfie con él que yo también quiero ir a rendirle homenaje”. La cercanía, la claridad resplandeciente, la rapidez y la alegría pletórica de unos. La lejanía, la luz trémula, la lentitud y los cálculos estratégicos de otros.

Celebrar la Navidad es desplazarse geográfica y vitalmente en busca de ángeles anunciadores. Es pasar la noche a la intemperie junto a los pastores de los que nadie espera nada. Es el sinsentido de un Dios desahuciado que nace en un establo, en el lugar preparado para los animales. En Alepo, en las costas de Lesbos, en Yemen, en las fronteras de Somalia, en Nigeria, en Ciudad Juárez, en el CIE de Aluche…, cerca de pesebres ruinosos donde según los Herodes de la historia no puede nacer nada bueno se han visto legiones de ángeles desgañitándose en un canto tan absurdo como divino: cerca, muy cerca nacerá la Esperanza envuelta en pañales. Ojalá que unas manos infantiles muevan milímetro a milímetro nuestras vidas y nos pongan junto a los pastores, al lado de aquellos y aquellas que nos llevan la delantera en el camino del Reino; porque solo oliendo a oveja se puede celebrar la alegría de una Esperanza que sabe a requesón, manteca y vino. ¡Feliz Navidad!

lunes, 26 de diciembre de 2016

La inseguridad alimentaria es un agente de conflictos violentos.

Agricultoras de la aldea de Nshi-o-doh en Ndu, en la Región del Noroeste de Camerún. Crédito: Monde Kingsley Nfor/IPS

Por Dominique Von Rohr

IPS, 23 de diciembre, 2016.- Unas 2.000 millones de personas viven en países donde la violencia, los conflictos y la fragilidad de las instituciones son comunes; una inestabilidad política a menudo relacionada con la inseguridad alimentaria. La escalada de enfrentamientos en Siria, Yemen y Sudán del Sur deja a un número creciente de personas en situaciones imposibles.
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“Los conflictos dejaron a unas 56 millones de personas a situación de crisis o de emergencia en materia de inseguridad alimentaria”, se lamentó Kimberly Flowers, directora de Global Food Security Project, en la Conferencia John McGovern, convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Pero desde la crisis por el precio de los alimentos de 2007-2008, cuando el número de personas con hambre aumentó a 1.000 millones de personas, que afectó a uno de cada seis habitantes del planeta, las autoridades comenzaron a prestar atención al problema a este problema.

Durante el gobierno del presidente Barack Obama, Estados Unidos invirtió 6.600 millones de dólares en “Alimentar el futuro”, un programa de desarrollo de largo plazo para reducir la pobreza y el hambre. La iniciativa procura enseñar a los agricultores de países en desarrollo nuevas técnicas agrícolas, formas de aumentar la productividad y mejorar la nutrición.

Flowers subrayó que en ese país, el enfoque de la seguridad alimentaria no varía de un partido a otro. El Congreso legislativo aprobó la Ley de Seguridad Alimentaria Global en el verano boreal pasado, que garantiza que el hambre y la pobreza seguirán siendo una prioridad en materia de política exterior.

“La seguridad alimentaria es real y basada en la evidencia. El Congreso comprende la importancia de atender este asunto”, observó.

La incertidumbre instalada tras la elección de Donald Trump en muchos terrenos, no cambiará el hecho de que la ley de Seguridad Alimentaria Global garantiza que las inversiones continuarán por dos años más.

Por primera vez, los servicios de inteligencia estadounidenses reconocieron la relación entre inestabilidad política e inseguridad alimentaria, y estimaron que el riesgo que plantea a muchos países, aumentará en los próximos 10 años por las perturbaciones que la producción, el transporte y el mercado ocasionarán a la disponibilidad de alimentos a escala local.

“La inseguridad alimentaria es tanto causa como consecuencia de conflictos”, dijo Flowers en la conferencia, antes de considerarla un “imperativo para la seguridad nacional”.

La falta de acceso a los alimentos puede servir como instrumento estratégico para la guerra.

“Las poblaciones hambrientas tienen más probabilidades de expresar su frustración con las autoridades en problemas, perpetuando un ciclo de inestabilidad política y socavando el desarrollo económico a largo plazo”, explicó.

Los autores de un informe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), señalaron que la inseguridad alimentaria eleva el riesgo de quiebres democráticos, conflictos civiles, protestas, enfrentamientos y disputas comunitarias.

En Siria, el presidente Bashar al Assad y el Estado Islámico emplean los alimentos o su falta como tácticas de guerra, impidiendo la llegada de asistencia humanitaria a la población u ofreciendo alimentos a cambio de que se unan a sus filas.

Además, la guerra devastó a la agricultura y le costó al país 35 años de desarrollo. La producción alcanzó un mínimo histórico, y los agricultores apenas si pueden quedarse en sus tierras, cuanto menos cultivarlas.

En Nigeria, la inseguridad alimentaria aumenta por la inestabilidad política y, en especial, afecta a las áreas donde opera Boko Haram.

Sus acciones “impiden la producción de alimentos; colocaron minas en tierras cultivables, roban ganado y expulsan a la población civil, que deja tierras sin cultivar”, indicó Flowers. Eso hace que algunas zonas se queden sin su cosecha, y en las que quedan alimentos, los precios se disparan.

En Venezuela, la inseguridad alimentaria se relaciona con la mala gestión económica, pues “90 por ciento de los venezolanos se quejan de que los alimentos son demasiado caros”, apuntó Flowers.

Otrora un país rico con un autoridades fuertes, la dependencia de Venezuela en los ingresos del petróleo dejó a la economía al borde del colapso tras la caída pronunciada de los precios de los combustibles fósiles. Además, la respuesta del gobierno a una población que cada vez tiene más hambre, fue autoritaria y represiva.

En Sudán del Sur, los conflictos entre el gobierno y los grupos de oposición tuvieron tal impacto en la economía que los precios de los alimentos se dispararon.

La falta de alimentos y de asistencia alimentaria desempeñó un papel en la lucha contra la insurgencia. Alrededor de 95 por ciento de la población sursudanesa depende de la agricultura para vivir, “pero no hay infraestructura estatal de respaldo”, añadió Flowers.

“La peligrosa combinación de conflicto armado, infraestructura frágil y alza de precios de los alimentos básicos puede derivar en condiciones de hambruna”, observó.

Los dos primeros de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, adoptados por la comunidad internacional en 2015, apuntan a erradicar la pobreza y el hambre, aunque queda la duda de si podrán lograrse en un contexto de inestabilidad política y de conflictos permanentes.

“Los ODS subestiman las dificultades de ayudar a más de 1.000 millones de personas a recuperar el camino sostenible del crecimiento económico y reconstruir un tejido social roto en un plazo de 15 años”, remarcó Flowers.

Creer que es posible eliminar por completo el hambre y la pobreza dentro de los próximos 14 años no es realista. Pero el esfuerzo de poner en práctica los ODS tendrá un impacto sostenible en los países que necesitan ayuda.

Por ejemplo, en lo que respecta a la seguridad alimentaria, se pronostica que “el número de personas que la sufren disminuirá de forma significativa, 59 por ciento para 2026”, indicó.

Flowers detalló que las variables más importantes para disminuir la inseguridad alimentaria son un gobierno fuerte y priorizar la agricultura en la agenda de desarrollo.

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Traducido por Verónica Firme
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Importante: Esta nota ha sido reproducida previo acuerdo con la agencia de noticias IPS. En este sentido está prohibida su reproducción salvo acuerdo directo con la agencia IPS. Para este efecto dirigirse a: ventas@ipslatam.net


Fuente: Servindi

domingo, 25 de diciembre de 2016

La estrella.


José Arregi

Amiga, amigo: ¡Feliz Navidad! O, si prefieres, feliz solsticio de invierno: la noche empieza a acortarse en nuestro hemisferio Norte, aunque sucede justo lo contrario en el hemisferio Sur. El Sol que muere nace y muere y renace. Cuando unos lo vemos ascender en el cielo, otros lo ven descender, pero a todos los vivientes nos regala su energía, aliento vital, de día y de noche, de solsticio en solsticio y de equinoccio en equinoccio. Loado seas, hermano padre Sol con nuestra hermana madre Tierra.

Es imagen de la Vida que no nace ni muere, que ES “en el principio”, mucho antes que el Sol y todas las estrellas, “antes” de todo antes y después, en lo más profundo del presente. Lo llamamos “Dios” y no sabemos decir qué es, sino que ES, y solo lo podemos decir con imágenes torpes. Es Espíritu o Aliento, Impulso, Eros o Amor infinito, Presente o Presencia absoluta. No es nadie ni nada que tenga forma, pero es Todo en todas las formas. Es Yo/Tú, Él/Ella, Nosotros/Nosotras. Es Palabra, Relación, Comunión universal. Es creatividad infinita. Es infinita bondad creadora, que se manifiesta en todo lo que es bueno o para bien, en todos los seres, en todos los vivientes, en todos los humanos.

Es el Sol que renace cada día en el fondo de tus sombras, como en el solsticio de invierno.
Míralo, agradécelo, déjate alumbrar. Y, en tu pobreza, encárnalo, sé lo que eres: compadece, acompaña, consuela, subvierte. Así lo encarnó Jesús de Nazaret, hijo de María y de José, o hijo del Espíritu de la Vida, como todo viviente. Fue un profeta bueno y subversivo de una aldea oscura en un rincón de Palestina hace 2000 años. Llegó a ser lo que era. Creyó en la bondad, activó la esperanza, anunció la liberación a todos los oprimidos, curó enfermos de alma y de cuerpo, hizo frente a la autoridad religiosa y al poder imperial. Fue libre y bueno. Fue feliz, porque tuvo entrañas. No fue perfecto (¿qué es eso?), sino humano, hecho de arcilla frágil e inacabada, como tú y como yo. En la bondad de su humanidad inacabada, encarnó a Dios, el Misterio de la Vida, en forma a la vez parcial y plena, pues en la parte se halla el Todo. Algunos hombres y mujeres, al verlo, como los magos de Oriente perdidos en el camino, se dijeron: “Hemos encontrado la estrella que nos guía”. Y lo siguieron.

Nos lo cuentan los evangelios, sean canónicos o apócrifos. Pero todo eso no es historia, dirán muchos, sino leyendas de fe. Tienen razón en buena parte. El Jesús de los evangelios es una figura profundamente recreada por la fe de sus discípulas y discípulos. No sabemos, por supuesto, en qué día nació. Solo en el siglo IV se estableció en la mayoría de las iglesias la celebración de su natividad el 25 de diciembre, al final de las fiestas del solsticio.

Y es lógico, pues ese día celebraban los romanos el nacimiento del sol y de Apolo, los mitraicos el nacimiento de Mitra, los germanos el de Frey (y luego los aztecas el de Huitzilopochtli, los incas el de Inti…). Los nombres son distintos, pero la luz es la misma. La luz que brota del fondo de todo, que nos infunde el calor de la vida, y que nosotros hemos de encender. No hay nada más verdadero.
No importa el día en que nació Jesús, sino la figura luminosa que los evangelios presentan, la del hombre libre y hermano. Diré más: ni siquiera importaría que nada de lo que nos cuentan dichos evangelios, de manera por cierto tan distinta y a veces contradictoria, sea propiamente histórico. Lo que importa, al final, es que se abran los ojos para verlo todo de manera nueva, para ser lo que fue Jesús, lo que somos de verdad.

Lo más real de Jesús no son los dichos y hechos que pudieran probarse como históricos, sino la hondura de la Vida que le hizo y nos hace más libres y humanos. Solo puede decirse en parábolas, poemas y evangelios. El anuncio de un ángel a María y a José y a los pastores de Belén, el nacimiento virginal, el viaje de los magos guiados por la estrella que aparece y desaparece… nunca sucedieron como hechos históricos, como no sucedieron la multiplicación de los panes o la resurrección física con la tumba vacía y tantas cosas más. Pero ¿hay algo más real que “eso indecible” que nos quieren narrar?
¿Qué es eso? Es lo que narra el mito, sugiere el poema, sueña el niño, anuncia el profeta, emprende el rebelde. La bondad creadora: he ahí la estrella.

(Publicado en DEIA y en los Diarios del GRUPO NOTICIAS el 24 de diciembre de 2016)

sábado, 24 de diciembre de 2016

¿Por qué la Navidad?



José M. Castillo, teólogo

Dios entra en la Historia
Los cristianos decimos que “a Dios nadie lo ha visto jamás” (Jn 1, 18). Esto significa que Dios no está a nuestro alcance. Es decir, a Dios no lo conocemos. Ni podemos conocerlo. Porque Dios, por definición, es el Trascendente. No es simplemente “el Infinito”. Porque “lo infinito” es lo humano “sin fin”: poder sin límite alguno, bondad igualmente ilimitada, etc. Pero, si echamos por este camino para explicar a Dios, nos metemos en un callejón sin salida. Es decir, nos enfrentamos a una “contradicción” que no tiene ni solución, ni remedio. Porque, si la bondad de Dios es tan grande; y el poder de Dios no tiene límites, ¿cómo se explica que ese Dios, tan bueno y tan poderoso, haya hecho este mundo tan contradictorio y, con frecuencia, tan canalla? O Dios no es tan bueno como dicen. O no es tan poderoso, como aseguran los libros religiosos y los hombres de la religión.

Por todo esto, cuando los humanos pensamos en Dios o hablamos de Dios, en realidad no estamos ni pensando, ni hablando de Dios en sí mismo, sino que inevitablemente nos referimos a las “representaciones” de Dios que nosotros nos hacemos. Lo que entraña un peligro que da miedo pensarlo: los humanos podemos “representarnos a Dios” de manera, que sea “el Dios que nos conviene”, para odiar, perseguir y matar a todo el que no está de acuerdo con lo que a nosotros nos conviene.

Así las cosas, la Navidad es la celebración del día, del momento, en el que los cristianos recordamos el acontecimiento que, según nuestras creencias, nos indica, nos dice y nos explica la solución que el cristianismo ofrece al problema que acabo de indicar. Y esa solución consiste en que Dios se nos ha dado a conocer en Jesús de Nazaret. En la Navidad, por tanto, al recordar el nacimiento de Jesús, lo que en realidad recordamos es cómo Dios entró en la Historia. O sea, en la Nochebuena, sucediera el día que eso sucediera y ocurriera a la hora que fuera, lo que realmente aconteció es que Dios se dio a conocer a la humanidad.

De forma que el niño que nació, Jesús de Nazaret, es la Palabra de Dios, es la respuesta de Dios a las interminables preguntas que los humanos nos hacemos sobre el sentido de la vida, sobre cómo es Dios, lo que es Dios, lo que quiere Dios y lo que Dios espera de nosotros los mortales. Jesús mismo se lo dijo así a sus amigos más cercanos cuando le dijeron: “Señor, muéstranos al Padre (Dios) y nos basta”. A lo que Jesús contestó: “¿Todavía no me conocéis?” Y añadió: “El que me ve a mí, ve al Padre” (Jn 14, 8-9). O sea, ver a Jesús es ver a Dios, encontrar a Jesús es encontrar a Dios. Y, por tanto, en la vida que llevó Jesús, en sus ideas y en sus convicciones, es donde vemos y aprendemos lo que Dios quiere, lo que a Dios le gusta, y lo que Dios no soporta.

Esto supuesto, no me resisto a poner aquí lo que, de forma tan genial, escribió san Juan de la Cruz en la “Subida del Monte Carmelo”: “Si te tengo ya habladas todas las cosas en mi Palabra, que es mi Hijo, y no tengo otra, ¿qué te puedo yo ahora responder o revelar que sea más que eso? Pon los ojos sólo en él, porque en él te lo tengo dicho todo y revelado, y hallarás en él aún más de lo que pides y deseas” (II, 22).

¿Por qué la Navidad? Porque en ella vemos cómo entró Dios en la Historia, cómo “se despojó de sí mismo, tomando la condición de esclavo, se hizo como uno de tantos… hasta la muerte, y una muerte de cruz” (Fil 2, 7-8). El evangelio de la Nochebuena nos dice que Jesús nació en un establo, entre basura y animales, en una sociedad (la sociedad del Imperio) en la que era frecuente que los niños se vieran abandonados en los estercoleros. Cuando ahora vemos la grandeza de las catedrales y de los palacios episcopales, y cuando oímos a dignatarios eclesiásticos protestando del giro de humanidad y bondad, que el papa Francisco le quiere dar a la Iglesia, sin más remedio le viene a uno la pregunta: ¿qué hemos hecho con la Navidad? ¿nos queda algo de lo que realmente fue? Entonces, ¿por qué y para qué la celebramos? No vendría mal, por lo menos, hacerse la pregunta. Otra cosa es encontrar la adecuada respuesta.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Memoria migrante en la primera Navidad.


PUERTO RICO-

Jorge Zijlstra Arduin-

Desde la trinchera de la pastoral y con una profunda convicción respecto a la acción de Dios en la historia les propongo rescatar la memoria migrante presente en algunas narrativas del nacimiento de Jesús.

Al acotar la reflexión en los límites de la primera navidad, no entraremos en temáticas relacionadas a Jesús como amigo de migrantes, o su valorización del extranjero en tantos gestos, historias y parábolas, lo cual resultaría muy valioso. Sin embargo, la propuesta es acercarnos al texto bíblico en la búsqueda del sentido y la esperanza que fortalezca los pasos de fe del pueblo migrante.

DIOS DESDE EL MARGEN

Jesús nace en tiempos de desplazamientos y de censo (Lc. 2:1). El censo era un instrumento del imperio Romano para asegurar el recaudo de los impuestos a Roma. Sin embargo Lucas describe el nacimiento de Jesús en el contexto de un censo en Israel, cuyo fin sería contar a cada tribu y familia, para así requerirles sus aportaciones de acuerdo al número de miembros de cada grupo. Hay discusiones sobre el dato histórico del censo en el evangelio, sin embargo, es sabido que en tiempos de Jesús se cobraban impuestos para el imperio, para las clases dominantes de Israel y también para sostener el Templo y las elites religiosas.

El censo era la más cruda estrategia para asegurar el financiamiento de un sistema colonial e imperialista de opresión propuesto desde el poder y apoyado desde las elites nacionales. El sistema aseguraba de esta manera el dominio y los privilegios de unos pocos mediante la explotación de las mayorías pobres del pueblo, entre los que contamos a la familia de Jesús.

Hoy la realidad no es muy diferente. El nacimiento de Jesús resulta una buena noticia para las personas que más sufren porque da vuelta la historia. Jesús no nace en el palacio, ni en Jerusalén, ni en Roma: nace entre los pobres. El llanto de un niño humilde en un establo marginal anuncia el nacimiento de un tiempo nuevo anunciado por Dios desde los profetas. El nacimiento de Jesús en los márgenes de la sociedad da espacio para la afirmación de la esperanza del pueblo, porque es evidencia de un Dios que interviene en la historia y lo hace desde las personas más humildes. Otro mundo es posible: Dios no se olvida de su pueblo que sufre, Dios nace entre ellos, Dios tiene planes buenos para la humanidad. Emmanuel -Dios con nosotros- se hace carne en la historia desde la pobreza y la miseria de un establo, bajo el cuidado de aquella pareja de jóvenes que en pocos días serían migrantes, como su hijo. Y así Jesús resulta ser el mayor de los migrantes, porque siendo del cielo bajó humildemente a la cuna de la humanidad (Flp. 2:5-8) para ser abrazado con la ternura de María y José y recibido con entusiasmo por las personas que trabajaban en los campos (Lc. 2:1-20).


El nacimiento de Jesús es el gran misterio y la revolucionaria revelación de un Dios que baja a la humanidad -que migra- con un amor radical y un compromiso extremo, claro desde su primera cuna y su primer techo pobre, prestado y no apto para personas.

Jesús nació en un corral (Lc. 2:7), en la máxima pobreza, donde duermen los que no tienen techo, donde nacen los animales y se atienden las crías más débiles en los primeros días. Jesús nació en aquel lugar, donde si alguna madre da a luz, es sin dudas una madre pobre, marginal, discriminada y sin lugar en la sociedad; posiblemente una mujer migrante, violentada o esclava. Dios es así, claro y solidario. Él eligió nacer identificado con las personas humildes.

Nació entre las y los pobres y no por casualidad. Porque a Dios le importa todo aquello que el mundo desprecia (1a Co. 1:37-31).


Por esto la comunidad que sigue a Jesús busca encarnar la fe en el servicio a las personas marginadas y oprimidas. Jesús nació en los márgenes no por razón el imperio de la justicia desigual del mundo, o por el sometimiento de Dios a la voluntad humana, o por algún tipo de legitimación de la pobreza y el sistema de exclusión que la provoca. Jesús nación en las afueras y entre los pobres porque a Dios le pareció bien dejar en claro por dónde pasa la vida y por dónde la misericordia entrañable de su amor. El espíritu de Jesús es para las personas que sufren, para las que están cautivas, para quienes no tienen futuro ni esperanza (Lc. 4:18-19). Jesús trae un mensaje de esperanza para las multitudes pobres, para los pueblos oprimidos: Dios es solidario y está encarnadamente comprometido con las persona que no tienen trabajo, con las multitudes obligadas a emigrar, con la familia sin techo y con los pueblos a los que se les quiere negar el futuro y la esperanzas (Is. 9: 1-7).

Esto es lo que implica el nacimiento de Jesús en los márgenes de la sociedad, en un pesebre, expuesto a la posibilidad de muerte, a la violencia de la migración y a la precariedad de la vida de las y los pobres de ayer y de todos los tiempos. Jesús nació como tantos niños y niñas que hoy vienen al mundo en contextos de hambre, injusticias, guerras, migración y dolor. Hoy hay millones de personas buscando un lugar que asegure la vida y el desarrollo de las nuevas generaciones; personas de carne y huesos, desplazados y migrantes que se confrontan -como María y José- con la cruda realidad de que no hay lugar para ellos en el albergue (Lc 2:7).

Y esto no es fruto de casualidades o coincidencias, o voluntad de Dios: “Un niño murió en un rancho, no fue por casualidad siglos de hambre y de miseria, de injusticia y de maldad amasaron esta historia que hoy volvemos a llorar. Un niño murió en un rancho, no fue por casualidad. Hace casi dos mil años la primera Navidad un niño nació muy pobre, sin más cuna que un pajar. Los hombres lo rechazaron, no le hicieron un lugar, el niño nació en un rancho, no fue por casualidad. Esta noche es noche buena, y mañana Navidad y la misa ha de reunirnos en banquete de amistad con qué cara comeremos de este vino y de ese pan de ese pan hecho de carne entregada a los demás de ese vino hecho de sangre de toda la humanidad” (Luis Amezaga)-

En navidad recordamos al Dios que nace, pero también recordamos a los niños que mueren en las guerras, en los bombardeos de las grandes potencias, en los ataques terroristas, o en la ruta desesperada de la migración en búsqueda de una esperanza al otro lado del Mediterráneo, o en tantos otros rincones del planeta donde enfrentan la muerte buscando la vida.


En navidad celebramos la vida y alentamos a la esperanza, pero no podemos dejar a un lado la dolorosa memoria migrante de tantas muertes con rostro de jóvenes, de niños y niñas, de madres y padres que buscan pan y futuro al alto costo de sus vidas. Sus historia no fueron tan distintas a la que encarnó Jesús, que a días de nacer migró, esta vez a Egipto, para huir del opresor (Mt. 2:13-14).

MIGRANTE DESDE LA CUNA

Por esto en Adviento necesitamos rescatar la memoria migrante de la navidad, como reserva de sentido e identidad imborrable de un Dios que nace en el reverso de la historia y en la antítesis de los opresores.

Para el pueblo de Israel la memoria siempre resultó un elemento crucial. De igual manera, en las comunidades de fe y seguimiento de Jesús, hacemos de la memoria al punto culmine de nuestras celebraciones cada vez que, reunidos, compartimos la copa y el pan en memoria de Él (1a Co. 11: 23-27). Desde la memoria subversiva del que fue crucificado por vivir como Dios quería, comemos y bebemos unidos en el espíritu de Jesús. En Él alimentamos el compromiso y nutrimos las esperanzas de un mundo nuevo por venir (Ap. 21:1-4). Su espíritu nos compromete con su reino de vida plena para la humanidad y para toda la creación (Ro. 8:22-23). En las narrativas de Jesús podemos encontrar muchas evidencias de una memoria de migrantes que sale a relucir en los lugares menos pensados o en los más evidentes.

En este sentido quiero invitarles a repasar la genealogía de Jesús y releer algunos aspectos de su historia de migrante, según consignada en Mateo 1: 1-17. Ya sabemos del interés de Mateo en resaltar la realeza y señorío de Jesús como el Cristo y demostrar ante el pueblo judío que él es el Mesías esperado. Por eso la genealogía de Jesús -según Mateo- resalta a David y Abraham como lo más destacado de su ascendencia. “Jesucristo hijo de David, hijo de Abraham” (v 1). Desde el inicio de su evangelio Mateo vincula a Jesús con los dos grandes personajes de la historia de Israel, con los cuales Dios Dios hizo pacto (2a S. 7:8-16, Gn. 12:1-3). En el caso de David es una promesa sobre la continuidad de su dinastía y un reinado que no tendrá fin. “Tu casa y tu reino se mantendrán permanentemente ante mí y tu trono quedará consolidado para siempre” (2a S. 7:16, LP-H).

En el caso de Abraham resulta importante notar que la promesa de bendición inicia con un llamado a la migración: “El Señor dijo a Abran: Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y dirígete a la tierra que yo te mostraré. Te convertiré en una gran nación, te bendeciré y haré famoso tu nombre, y servirás de bendición para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. ¡En ti serán benditas todas las familias de la tierra!” (Gn. 12:1-3, LP-H) Ahí están las raíces que nutren la esperanza del pueblo, la historia de Jesús y nuestra historia como parte de un pueblo migrantes y peregrino. El pueblo de Israel definía su identidad migrante con orgullo y con memoria activa.

Ejemplo de esto son las indicaciones sobre cómo presentarse al altar del Señor confesando la la identidad migratoria: “Un arameo errante era mi padre. Bajó a Egipto y allí vivió como emigrante con un puñado de personas convirtiéndose en una nación grande, fuerte y numerosa. Pero los egipcios nos maltrataron, nos hicieron sufrir y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros antepasados, y él escuchó nuestras súplicas y vio nuestra miseria, nuestras fatigas y nuestra opresión. Por eso el Señor nos sacó de Egipto con gran poder y destreza sin igual, con terribles portentos, señales y prodigios; nos condujo a este lugar y nos dio esta tierra que mana leche y miel. 10 Por eso ofrezco ahora los primeros frutos que produce esta tierra que tú Señor, me has dado” (Dt. 26:5-10, LP-H)).

En la genealogía de Jesús también resulta significativa la memoria de un único dato histórico mencionado por nombre -y en dos ocasiones-: “la deportación a Babilonia” (Mt. 1:11-12). Deportación implica destierro, desplazamiento forzado y migración; y pone otra vez de relieve el componente migratorio del pueblo de Dios y las dificultades que conlleva la migración cuando tiene el agravante de la violencia, las guerras y la explotación. El nacimiento de Jesús en el contexto del desplazamiento forzado de su familia por el censo y en medio de un pueblo con una profunda memoria migrante rescata la identidad del migrante de nuestros días; a la vez que resalta la fe de un pueblo que ve la acción de Dios incluso en los momentos más difíciles de la historia.


Así, hoy podemos comparar los sufrimientos del Israel migrante o cautivo, con los dolores y padecimientos de millones de migrantes estigmatizados por un excéntrico personaje poderoso que tiene es su agenda la “brillante” idea de resolver los problemas de su país construyendo un muro de separación, para así “salvar” a su nación del peligro de los extranjeros y migrantes.

Como si el problema de la sociedad moderna fueran las personas que migran y no los multimillonarios que acaparan los recursos de las minorías con injusticias y explotación. Sería importante recordar que los códigos legales de Israel, reflejados en el Antiguo Testamento, proveen para el resguardo, la protección, la hospitalidad y la justicia, tanto al extranjero que está de paso, como al que reside en el país.

Y volviendo al tema de las genealogías destaquemos que las mismas: “desempeñaron un rol muy importante para el pueblo judío, igual como hacen para muchas personas hoy en día. [porque las genealogías y las historias sobre nuestros antepasados..] Nos cuentan acerca de quiénes somos y de dónde venimos. [a la vez que] Preservan, por medio de sus relatos, un registro de los valores de nuestras familias de generación en generación.” Joseph Castleberry.

Las genealogías despiertan las memorias y nos remontan al principio, a las raíces. En la genealogía de Jesús, según Mateo en el versículo 1 y 18, aparece en el texto griego la palabra “génesis” (origen, nacimiento) en directa referencia a libro del Génesis. Y así como el libro de los orígenes presentaba el “génesis del cielo y la tierra” (Gn. 2:4) Mateo nos presenta en 1:1-17 “el libro del génesis de Jesús” que concluirá en 28:20 con la consumación (sunteleia) del mundo. La consumación de los tiempos, en el paradigmático texto del Juicio a las naciones (Mt. 25:31-46), incluye la acogida al forastero como una de las señales del espíritu de Jesús que debe estar presente en la comunidad de quienes le siguen. “Porque cuando tuve hambre, ustedes me dieron de comer; cuando tuve sed, me dieron de beber; cuando tuve que salir de mi país, ustedes me recibieron en su casa” (Mt. 25:34 TLA).

¿Y TU ABUELA DÓNDE ESTÁ?

“El primer génesis de Jesús es su genealogía desde Abraham hasta José. Son 42 generaciones exactas (seis veces siete generaciones). Con Jesús comienza la última generación (1:17). Mateo sitúa así a Jesús en la historia de Israel, desde Abraham hasta José. El eje en este génesis de Jesús son sólo hombres. Es un génesis totalmente patriarcal. (P. Richard) Sin embargo, la genealogía de Jesús conserva la memoria activa y reivindicatoria de cuatro mujeres a quienes podríamos denominar ‘las abuelas de Jesús’.

En la genealogía de Jesús, además de María, figuran llamativamente: Tamar, Rajab, Rut y la mujer de Urías el Hitita, que ni siquiera es presentada con su nombre, pero que todo Israel sabe, que su nombre era Beltsabé. Esta cuatro mujeres con sus historias migrantes, rompen el patriarcalismo de la genealogía de Jesús. Cada una de ellas son extranjeras. Tamar es aramea (Gn. 38); Rajab es cananea (Jos. 2); Rut, moabita (Rt.); y Betsabé muy probablemente era hitita, como el esposo que le asesinaron (2a S. 11-12) por pedido del Rey David que quería quedarse con ella (2a S. 11:15).

Llamativamente cada una de ellas -junto a los padres de sus hijos- tienen historias no muy convencionales que podrían escandalizar a los más conservadores de la sociedad. Sin embargo su presencia en la genealogía de Jesús las reivindica como protagonistas de la historia de Israel, como objeto de derechos y como parte fundamental e imprescindible de la historia de nuestra salvación. Se puede profundizar más en esto, pero por lo pronto resaltemos que cada una de ellas nos trae la memoria de la migración, la historia compleja de las y los migrantes. Cada una de ellas, son parte vital de la historia Jesús y de esa familia humana en la que se encarna para hacernos familia de Dios. Porque como lo afirma Pablo “Ya no son, por tanto, extranjeros o advenedizos. Son conciudadanos de un pueblo consagrado, son familia de Dios” (Ef. 2:19. LP-H). Somos parte de la familia humana de Dios que incluye -en forma destacada,-la presencia y las historias de varones y mujeres migrantes.

Este es un dato muy importante, porque las mujeres migrantes, ayer y hoy son doblemente discriminadas y generalmente son mujeres trabajadoras y jefas de hogar que deben hacer lo posible y lo imposible para sobrevivir y para asegurar el futuro propio y de su prole.


Para las y los migrantes hoy es una buena noticia saber que la genealogía de Jesús incluye mujeres, migrantes, pobres, marginadas y a las cuales se les asigna algún tipo de “mala reputación” pero que son parte de la historia de la salvación. Por lo cual, al estar ahí sus nombres y sus historias, hay una reivindicación de su condición; a la vez que una confirmación que sus historias -muchas de ellas muy dolorosas- no estaban ocultas de los ojos y la acción del Dios que revierte la historia y que pone al descubierto las “historias no oficiales” que necesitan ser reivindicadas.

Sobre las abuelas de Jesús Ivone Richter Reimer dice: “Son cuatro mujeres. Cuatro tradiciones de mujeres. Historia de salvación en cuanto procesos salvíficos que pasan por la historia y por los cuerpos de esas mujeres. Hacen parte de sus experiencias, denuncias y esperanzas. Son rescatadas como tradición de mujer y es así que van a hacer parte de la vida y de la memoria de la(s) comunidad(es) de Mateo, y es por eso que van a entrar en el Evangelio de Mateo, bien al inicio.

Todas ellas —Tamar, Rajab, Rut y Betsabé— son mujeres marginadas dentro de estructuras de poder patriarcal. Todas ellas van (re)creando espacios de poder en la contramano de la historia oficial. Esa tradición de mujer es tan importante para la comunidad y el Evangelio de Mateo, porque así otras extranjeras, prostitutas, adúlteras, pueden reflejarse en ellas. Pueden mirar hacia esa tradición de la historia salvífica y (re)construir su vida en solidaridad con aquellas personas que, en la contra- mano de la historia, fueron acogidas también por Jesús y viven en seguimiento de él”. (Ivone Richter Reimer)

Por otra parte, el Evangelio de Mateo en 1:18-25 nos presenta el otro génesis de Jesús, el del Espíritu Santo, que le es revelado a María.

SU MAMÁ TAMBIÉN MIGRÓ Esas cuatro mujeres son las que preparan el camino a María, la madre de Jesús, y a través de quien Jesús y también el Espíritu, irrumpen en la historia, en un nuevo y definitivo comienzo (génesis). María, una joven judía pobre, prometida en casamiento a un joven carpintero del linaje de David, quedó embarazada en condiciones de apariencia vergonzosa para su sociedad y dio a luz lejos de su casa, obligada a una migración interna, a causa del censo, pero también alejada de los comentarios, las miradas y los prejuicios de sus vecinos. María fue visitada por sabios que, interpretando los signos de su tiempo, buscaban al rey que estaba por nacer. Con las herramientas de su ciencia y la visión de las estrellas, descubrieron lo que toda la creación estaba revelando, un acontecimiento cósmico, único: el nacimiento de Dios en la tierra. Aquellos extranjeros, peregrinos, caminaron desde otras latitudes con el firme propósito de adorar a Jesús (Mt.2:2) y ofrendarle como rey, profeta y sacerdote (Mt. 2:11).

Lucas nos recuerda que a la fiesta de la vida también acudieron los pastores, marginales, pobres, que cuidaban los rebaños a las afueras de la sociedad, al otro lado de la muralla, excluidos de la sociedad, privados del descanso y que fueron sorprendidos por Dios, en el lugar de sus trabajos y afanes. Allí en la oscuridad de la noche el resplandor de la gloria de Dios los arropó y oyeron la voz del mensajero angelical que les invitaba a celebración por el cumplimiento de la promesa mesiánica anticipada por los profetas.


“No tengan miedo, porque vengo a traerles una buena noticia, que será causa de gran alegría para todo el pueblo. En la ciudad de David les ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esta será la señal para que lo reconozcan: encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. En aquel mismo instante apareció junto al ángel una multitud de otros ángeles del cielo, que alababan al Señor y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!” (Lc. 2: 10-14, LPH). Y a pocos días del alumbramiento, el pequeño se encontró en peligro y José supo oír -como los sabios del oriente- el mensaje de Dios y huyó a Egipto, con María y con el niño -una nueva migración forzada- para proteger la vida amenazadas por el gobernante opresor (Mt. 2: 13-15).

Y así continúa la historia; ayer María y hoy nosotros hacemos memoria. Memoria del nacimiento y memoria de las y los migrantes. Los que luchan y sobreviven y los que mueren. Los que buscan sus raíces y mastican sus nostalgias del mundo nuevo que Jesús vino a empezar y los que sufren porque no ven las claras señales de una liberación esperada, que es inminente (Is. 43:18-19). María, dice el evangelio de Lucas (2:19), guardaba todas esas cosas en su corazón, para hacer memoria de ellas, para recordarlas, del latín recordare, es decir para volverlas a pasar por el corazón.

Que así sea hoy entre nosotros. Rescatemos a las y los migrantes en esta navidad, para que la gloria del cielo resplandezca en la tierra y traiga paz a quienes buscan con buena voluntad el mundo nuevo que encarnó Jesús.

El autor es Reverendo, 1er Vice Presidente, Consejo Latinoamericano de Iglesias – CLAI Moderador, Presbiterio de San Juan, Iglesia Presbiteriana (USA) – PCUSA.

martes, 20 de diciembre de 2016

La agroecología abre surcos en Argentina.


La productora agroecológica Alicia Della Ceca, en su puesto en El Galpón, en el barrio de Chacarita, en la capital de Argentina. En ese mercado de productos orgánicos, basado en la economía social, ella vende directamente los productos que cultiva con sus dos hijos en una finca de 3,5 hectáreas. Crédito: Fabiana Frayssinet/IPS


Por Fabiana Frayssinet

IPS, 20 de diciembre, 2016.- La agricultura orgánica se abre creciente espacio en Argentina, es líder latinoamericano del sector y el segundo del mundo después de Australia, como parte de la reacción de un modelo que desilusionó a los productores y comienza a asustar a los consumidores. 

Según la intergubernamental Comisión Interamericana de Agricultura Orgánica (CIAO), en el continente americano hay 9,9 millones de hectáreas de producción orgánica certificada, 22 por ciento de la superficie mundial destinada a estos cultivos. De ese total, 6,8 millones están América Latina y el Caribe y de ellas, tres millones en Argentina.

El argentino Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) señala que entre 2014 y 2015 la superficie orgánica cosechada creció en 10 por ciento, con cultivos de aromáticas, hortalizas, legumbres, frutales, cereales y oleaginosas.


“El nivel de contaminación es enorme. Cuando se mide aparecen restos de agroquímicos en los alimentos, en el suelo, en el agua, en el aire. Y por más que nos cuidemos, nuestros productos, nuestros granos, tienen agroquímicos de los vecinos. Es un modelo muy perverso”: Eduardo Cerdá. 

Las legumbres y hortalizas tuvieron el mayor incremento (200 por ciento). En Argentina hay 1.074 productores orgánicos, mayoritariamente pequeñas, medianas empresas y cooperativas.

“El mercado orgánico se está empezando a mover. Somos productores hace 20 años cuando ese mercado no existía en Argentina y todo se exportaba. Ahora vendemos fuera una parte pero como 50 por ciento por ciento se queda acá”, dijo Jorge Pierrestegui.

“Optar por lo orgánico fue una política de la empresa, principalmente por una visión ecológica, de largo plazo de no tirar veneno en la chacra”, explicó este directivo de la compañía agroecológica Olivares y Viñedos San Nicolás, productora de aceitunas y aceite de oliva en unas 1.000 hectáreas en la central provincia de Córdoba.

El ingeniero agrónomo Eduardo Cerdá, asesor en agroecología, diferencia esa práctica de la llamada orgánica. Tampoco usa agroquímicos pero no busca “certificar” una producción que está “concentrada en cuatro o cinco empresas” y que “tiene un costo para el productor”, aclaró a IPS.

“Nosotros básicamente trabajamos para generar experiencias, para acompañar productores, para formar estudiantes, en una mirada de la agronomía con principios ecológicos”, explicó.

Cerdá, vicepresidente del Centro de Graduados de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), destacó que hay un interés creciente en la agroecología.

En 10 años aumentó de 600 a 12.500 hectáreas las áreas asesoradas. Con sus pocos colegas especializados no consiguen atender tanta demanda.

El experto lo atribuye a la decepción por el “modelo actual” basado en agroquímicos, que considera “agotado”. Para él la agroecología “no es una alternativa” sino “la agronomía de los próximos años”.

“Los productores están viendo que lo que les prometieron hace 20 años que les iba a resolver esta tecnología no se cumplió. Ni en cuanto a grandes rendimientos ni en costos. Ven que tienen un costo impresionante por la cantidad de insumos que utilizan”, sostuvo.

Mientras en los años 90, una hectárea de trigo costaba 100 dólares, en el 2015 llegó a 400 dólares. Sin embargo el rendimiento no se cuadriplicó. Entonces, una hectárea producía 3.000 kilos, hoy “estaremos en 6.000 o 7.000 con suerte”, comparó.

Para Cerdá “es una tecnología carísima para un resultado súper ineficiente. Hemos medido campos agroecológicos que utilizan el esquema mixto de agricultura y ganadería contra campos empresariales. Podemos hasta decir que son más eficientes”.

La CIAO atribuye el crecimiento agrícola orgánico en Argentina a la demanda internacional, principalmente de Europa y Estados Unidos. Pero puntualiza que los cultivos orgánicos representan todavía solo 0,5 por ciento de la superficie total sembrada.

En este país de 43 millones de personas, el sector agropecuario representa uno de los puntales de su economía, a la que aporta 13 por ciento del producto interno bruto (PIB), 55,8 por ciento de sus exportaciones y 35,6 por ciento de su empleo directo e indirecto.

“Lo que más se planta en Argentina es soja, maíz o algodón transgénico. Los productores orgánicos son muy pocos todavía y están sobre todo en la huerta. Podemos contar con los dedos los que hacen granos ecológicos porque no hay una política del Estado que lo promueva”, opinó Graciela Draguicevich, presidenta de la Asociación Mutual Sentimiento.

Esa asociación administra El Galpón, en el barrio de Chacarita, en Buenos Aires, que desde hace 14 años funciona como un mercado de abastecimiento agroecológico y de economía social.

“Descubrimos que el principal problema era la intermediación ociosa y contactamos productores, pero queríamos darle otra vuelta de tuerca porque nos parecía que nada era bueno si seguíamos consumiendo tóxicos y enfermándonos con la comida. Por eso comenzamos a buscar productores sin agrotóxicos”, recordó a IPS.

Los integrantes de la asociación establecen otra conceptualización de lo orgánico. “Cuando tampoco tiene venenos sociales y económicos. Cuando no practica explotación, ni diferencia de salarios por género, ni trabajo infantil, ni depredación de lo que se comercia. Todo tiene que conservar su equilibrio”, especificó.

Draguicevich celebra que cada vez haya más ferias como El Galpón, aunque aún no “una por barrio”, como considera necesario.

Alicia Della Ceca, que vende frutas y hortalizas en este mercado solidario, cultiva con sus dos hijos 3,5 hectáreas a unos 20 kilómetros de la capital.

Allí dejaron de usar químicos hace 10 años, cuando el gobierno les ofreció asesoría técnica. “Como mis hijos son jóvenes y tienen la cabeza abierta les interesó”, contó a IPS.

“Es muy bueno para la salud, para el producto, para la tierra. Mi marido 40 años atrás usaba plaguicidas porque era lo normal, se pensaba que de otra manera no crecía. Pero mis hijos han dado testimonio de que se puede trabajar de esta manera. La tierra lo da, no hace falta castigarla con químicos”, argumentó.

“La gente que trabaja con químicos quiere las cosas rápidas, mucho, grande y brilloso. Eso es algo que impulsó el supermercado. Cuando el negocio era de barrio no era así. Pero ellos impusieron las bolsitas, y muchas cosas en contra de la naturaleza”, reflexionó.

Ahora entre los consumidores crece esta “nueva conciencia”, según Pierrestegui ante “el abuso de los agroquímicos”.

El estudio “Plaguicidas. Los condimentos no declarados”, publicado en 2015 por la UNLP, reveló que en las 60 muestras analizadas, ocho de cada 10 verduras y frutas contenían agroquímicos.

“El nivel de contaminación es enorme. Cuando se mide aparecen restos de agroquímicos en los alimentos, en el suelo, en el agua, en el aire. Y por más que nos cuidemos, nuestros productos, nuestros granos, tienen agroquímicos de los vecinos. Es un modelo muy perverso”, alertó Cerdá.

“Ya llevamos 20 años, con 20 millones de hectáreas de soja (en Argentina). Estamos hablando de más de 200 millones de litros de herbicida todos los años, más otros productos que nos aplican, lo que está dando una explosión ambiental muy peligrosa. Lo que se nos viene que es una gran pérdida de fertilidad”, advirtió.

Pierrestegui considera que este país tiene especial potencial para lo orgánico.

“Argentina no es un gran productor mundial de aceite de oliva, pero sí de los pocos que pueden producirlo orgánico”, ilustró. “España por ejemplo, uno de los principales productores mundiales, trabaja sobre tierras muy áridas, donde tienen que utilizar muchos agroquímicos y fertilizantes artificiales. Argentina tiene la ventaja de buena tierra”, dijo.

El informe “Los Mercados Mundiales de Frutas y Verduras Orgánicas”, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala que “en Argentina, el paso de la agricultura convencional a la producción orgánica no suele plantear mayores dificultades gracias a sus condiciones físicas”.

“La extensión y fertilidad natural de los suelos, la abundancia de tierras vírgenes y el escaso empleo de insumos químicos en las prácticas agrícolas convencionales permite que los agricultores pasen a la producción orgánica sin necesidad de introducir importantes ajustes a sus métodos de explotación. Los diferentes climas imperantes y la baja presión de plagas hacen posible la producción orgánica en casi todo el país”, subraya.

“Con todo lo que se investiga, con todo lo que gastan los productores, igual la naturaleza les está diciendo: Muchachos, las malezas funcionan de otra manera, no alcanza poner más dosis, más cocteles, porque a la larga terminamos todos envenenados. Las lógicas en la naturaleza son distintas, traten de entenderlas”, exhortó Cerdá.

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Editado por Estrella Gutierrez
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Importante: Esta nota ha sido reproducida previo acuerdo con la agencia de noticias IPS. En este sentido está prohibida su reproducción salvo acuerdo directo con la agencia IPS. Para este efecto dirigirse a: ventas@ipslatam.net

Fuente; Servindi

lunes, 19 de diciembre de 2016

Entra en vigor Convención sobre los Derechos de las Personas Mayores.




La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) saludó la ratificación por parte de Costa Rica de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores lo que permitirá que entre en rigor.

La Convención entrará en vigor para los Costa Rica y Uruguay, Estados que la han ratificado, treinta días después de realizado el depósito por parte de Costa Rica, lo cual tuvo lugar el 13 de diciembre de 2016.

Uruguay fue el primer país en ratificar dicha Convención el 15 de junio de 2015 en la Asamblea General de la OEA.

En la misma fecha, Costa Rica se convirtió en el primer país en depositar el instrumento de ratificación de la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia.

Costa Rica había ratificado esta Convención el 5 de agosto de 2016, y la CIDH saludó dicha decisión en el comunicado de prensa 117/16 del 18 de agosto de este año.

La Comisión Interamericana destaca reiteradamente la importancia de la ratificación universal de los instrumentos del sistema interamericano como un elemento crítico del pleno respeto y garantía de los derechos humanos en el continente americano.

La Comisión entiende que el sistema actual de grados diferenciados de ratificación coloca a millones de personas en una situación de desventaja en la protección internacional de los derechos, pues limita el acceso a una instancia de protección complementaria.


La competencia de la CIDH se extiende a toda la región y puede analizar y revisar peticiones relativas a los 35 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), aplicando la Declaración Americana, que es fuente de obligaciones para todos los Estados miembros.

Sin embargo, la ratificación universal de los instrumentos interamericanos es indispensable para lograr la protección plena de los derechos humanos de todas las personas en el hemisferio.

Con carácter apremiante, la CIDH insta a los Estados Miembros de la OEA a emplear todos los medios para superar los impedimentos que existan para ratificar e implementar todos los instrumentos interamericanos en materia de derechos humanos.

La CIDH expresó su agradecimiento al Estado de Costa Rica por su histórico compromiso con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y por la contribución de $21,782 que realizó el 9 de diciembre de 2016 para apoyar a la CIDH en su misión.

Fuente: Servindi