miércoles, 8 de febrero de 2017

La Iglesia de los Hombres y la Necesidad de Cambios entre los Cristianos.



Alonso Ignacio Salinas Garcia (Chile)


Hoy en día el ateísmo se vuelve cada vez más atractivo para miles y miles de personas, muchos lo explican con la idea expuesta por Nietzsche en Gaia Ciencia, donde cuenta como el mundo occidental empieza a reemplazar a Dios con la Ciencia, un proceso nacido de las revoluciones intelectuales y técnicas puestas en marcha por la burguesía, otros afirman que es culpa del vergonzoso encubrimiento de la pedofilia por parte de la Santa Sede.
Pero estas son consecuencias de otra razón más grande, que es el proceso de familiaridad entre Iglesia y reacción. Es el abandono del significado de Iglesia: La palabra iglesia proviene de la voz griega ἐκκλησία (transliterado como ekklēsía) vía el latín ecclesia, que se refiere a la reunión de la comunidad (en su origen heleno) y Kahal (Pueblo de Dios) en la traducción del griego al Tanaj. Para dar a conocer lo que entendemos como sociedad ante el término Iglesia: El Vaticano, jerarquía, machismo, secretos, corrupción, etc.
La fe cristiana perdió su origen comunitario y su orden preferencial por los pobres, para tener una estructura jerarquizada (como cualquier Monarquía electiva) y un orden preferencial por las elites. Cuando la Iglesia habla más de sexo que de Derechos Sociales, cuando la Iglesia defiende más la Propiedad Privada (que ya está abolida para nueve decimos del mundo) antes de la solidaridad, cuando la Iglesia prefiere estar contra el aborto que contra la explotación del hombre sobre el hombre, es cuando se pierde el significado mismo de que es la Iglesia.

Cuando la iglesia esta con pocos realmente, cuando la iglesia excluye a los hijos de Dios; gays, lesbianas, bisexuales, etc. Cuando la Iglesia da el cuerpo y sangre de Cristo a los obreros pero no los llama a organizarse y cambiar la sociedad (la única forma de edificar el Reino de Dios) ¿Qué catolicidad puede haber? Así es como nos damos cuenta que la Iglesia se casó con los; Patricios romanos, los señores feudales, los burgueses, los vicios individualistas del capitalismo y el conservadurismo feudal.
¿Qué misión puede cumplir la Iglesia ante los ojos de Dios? No basta con dar sobras a los pobres, no basta con hacer voluntariados a la India o a construir medias aguas, no basta con rezar por el desamparo de millones sin esperanza, hay que construir revolución. Los pobres no pueden ser objeto de lastima, deben ser sujetos revolucionarios, pues los cambios sociales deben ocurrir y son los mismos explotados quienes romperán sus cadenas si es que se desea una sociedad nueva.

Mientras nacía el Movimiento Obrero y la Socialdemocracia con Marx, Lasalle y Bebel, la Iglesia se asustó a los cambios y al ateísmo, llamo a hacer política, lamentablemente no motivados a colaborar con las trasformaciones sino a disputarle el pueblo a la ideología socialista. El labor de los representantes políticos de la Iglesia; partidos conservadores, socialcristianos y democratacristianos, ha sido la consolidación y edificación del; conservadurismo negando la igualdad moral de la mujer ante el hombre, asistencialismo sin romper la Dialéctica Amo y Esclavo, moderación cuando se requería radicalidad y reacción cuando se necesitaba moderación respectivamente. El miedo y el privilegio cegaron tanto a la Iglesia como a sus seguidores.
Y es que cuando los cristianos estamos llamados a hacer política debe ser como nuestra fe, abocada al pueblo, al sentir popular, abocada al opción preferencial por los pobres. Pues Jesús no es Rey, sino, Obrero y Campesino hermano por el don de la carne que desea ser seguido y amado.

No más Rerum Novarum, más Teología de la Liberación
No más enemistades con el feminismo, sino que una Iglesia que luche por todas las mujeres y todos sus derechos, pues los derechos de la mujer son derechos humanos.
No más a una Iglesia envuelta por el miedo a los cambios, si a una Iglesia que vuelva a ser Comunidad, que vuelva a ser Católica y Apostólica. Si a una Iglesia que sea Revolución y Democracia.
Los cristianos tienen como deber alcanzar la pobreza de espíritu: librarse de todo el peso de los prejuicios y la discriminación. Organizarse en sus; comunidades, trabajos y vida personal en pos de la construcción del Reino de Dios en la Tierra. Entender que la fe es política y luchar por la revolución, por los cambios sociales.

La Iglesia debe ser Católica -ósea Universal- e incluir como iguales a todos los que persiguió, condenó y quemó. Comprendiendo que el amor es algo tan divino como la resurrección de Cristo, y este amor no posee reglas o normas, la iglesia debe dejar de ser machista y homofóbica. La Iglesia debe ser Apostólica y esparcir la buena nueva, que no es ir puerta a puerta hablando de la Biblia, sino buscar a Cristo en la Tierra: a las y los trabajadores de la humanidad, y como Clotario Blest ayudar a su organización y con esta la edificación del Reino de Dios en la Tierra.
Pues el mundo no aguanta mas capitalismo, no aguanta más patriarcado, no aguanta más individualismo y segregación, el mundo requiere que se edifique una Sociedad –en palabras de Rosa Luxemburgo- donde Seamos Socialmente Iguales, Humanamente Diferentes y Totalmente Libres. Y es deber de los apóstoles de Jesucristo ayudar en tal titánica necesidad, aportar cada don nuestro, cada gota de sudor y sangre, entregar nuestras vidas al Señor.

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