jueves, 25 de mayo de 2017

Las iglesias necesitan dejar de ser “prostitutas” de políticos.



    Líder da explicación contundente por qué el gobierno no se puede imponer a las iglesias.

    DALLAS, EE.UU.- La tan propagada necesidad de separación entre Iglesia y Estado es algo debatido en la mayoría de los países occidentales, que a pesar de tener una cuna cristiana en los últimos años se dejaron llevar por la agenda izquierdista que intenta mantener vivo el marxismo ateo.

    Durante la Conferencia Internacional de Pastores y Líderes, en Dallas, Estados Unidos, se produjo un debate durante un panel sobre “Las polémicas de la política y del púlpito”.

    Una parte de la conversación terminó siendo ampliamente divulgada en las redes sociales, mostrando la insatisfacción del conocido autor, el obispo T.D. Jakes.

    “Realmente nos convertimos en prostitutas para los políticos”, dijo Jakes. Él cree que los líderes religiosos pueden trabajar juntos con los gobiernos por el bien del pueblo, pero no deberían estar subyugados.

    “El problema de la iglesia es que a veces apoyamos un partido político u otro, cuando en realidad nunca estamos de acuerdo totalmente con ninguno de ellos”, explicó.

    “Acabamos siendo contaminados de algún modo, cuando asociamos nuestra identidad a cualquier partido y actuamos como si ésta fuera la elección de Dios para el cuerpo de Cristo”, aseguró.

    Durante la discusión, donde estaban presentes varios líderes evangélicos, tanto conservadores y liberales, algunos levantaron la cuestión de la tasación de las iglesias, lo que para algunos movimientos sería una medida coherente.

    El problema mayor es que el argumento político utilizado es que esto iría a atender a las necesidades de la población y podría ser utilizado para combatir el hambre.

    Pidiendo la palabra, Jakes derribó la falacia: “Si usted toma todo lo que todas las iglesias del país recaudan. Si no tuviéramos que pagar los alquileres de los templos. Si no pagáramos a los empleados, ni las cuentas de luz, cogiéramos todo nuestro dinero y lo diésemos todo a los pobres y quedáramos sin nada, sólo para alimentarlos. ¡Todavía no tendríamos suficiente dinero!”.

    Al igual que muchas iglesias, la Casa del Alfarero, encabezada por el obispo, tiene proyectos que ayudan a alimentar a los necesitados. Pero dejó claro que eso sólo es posible con el dinero de los diezmos y ofrendas.

    “Cuando pedimos el 10% del salario de algunas personas y el gobierno toma un 35% del salario de todas las personas. Me va a herir tratando de alimentar solo a todo el mundo que necesita. Cuando hice las cuentas, me di cuenta de que lo que pedía a la gente no funciona”, dijo.

    Prosiguió con el argumento, mostrando que la mayoría de los políticos y los llamados “movimientos sociales” que defienden la tributación de las iglesias no hacen nada para resolver el problema. Mientras tanto, muchas iglesias suplen con acciones prácticas la ineficacia del gobierno.

    Reclamando los altos impuestos, destacó: “¿Por qué sacan el 40% de mi dinero, después me dicen que tengo que pedir otro 10% para hacer lo que deberían estar haciendo con el 40%?.

    El pastor finalizó diciendo que “es hora de levantarnos y desafiar a las personas”, en una demostración de que la cuestión puede asumirse en contornos mayores en los próximos años, ya que con la nueva ley firmada por Trump los pastores tendrán libertad para tratar en el púlpito cuestiones políticas, algo que antes estaba prohibido, ha publicado CBN News.


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